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Río: icono de la música y el universo ‘queer’

El cantante bogotano encontró en la música la fórmula perfecta para liberarse de los estereotipos de la sociedad.

Río Cerón ha dedicado gran parte de su vida a la música, sus días están cargados de notas y pentagramas musicales. Ha pasado por muchas bandas con varios integrantes hasta cuando formó el dúo Pedrina y Río, tal vez su mayor exposición mediática. Era una dupla perfecta del pop que se disolvió, pero fue el detonante para encontrarse con su verdadera esencia estética y rebelde.

El tiempo que pasó después de esta ruptura le permitió fortalecer los deseos de hacer una propuesta que busca ir directo contra todo tipo de discriminación no solo en la comunidad LGBTI+ sino para cualquiera que no encaja en la sociedad. En su adolescencia lo miraban como el raro del parche, algo que no solo lo motivó a ir en contra de todas las corrientes, sino que despertó en él el deseo de provocar, de sacudir las conciencias ansiosas de independencia.

Su proyecto musical vio la luz en abril del 2019, cuando lanzó su EP Tras un sueño, un título que según él define muy bien esta etapa, estaba persiguiendo un sueño, el de seguir haciendo música, pero sobre todo buscando sonidos alternativos para sus canciones que hablan de amor, pero también abiertamente de su sexualidad.

Los sonidos son tan variados que van desde música brasileña hasta la tradicional guabina. Esta variedad le permite hacer lo que quiera en la música, sin sentirse obligado a sonar o hablar de algo que no lo representa.

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Estéticamente, está inspirado por todo lo queer, sus grandes aliadas son House of Tupamaras, un colectivo que mezcla muy bien el “voguing” con activismo social a través del baile, conversatorios, encuentros y exposiciones de arte.

Lo acompañamos en la noche en que oficialmente presentó su música en vivo. Estuvimos con él en la prueba de sonido, para este show lo acompañaba su banda:  un trio de dos mujeres y un hombre y dos bailarines.  Después caminamos a su casa donde está el templo de la transformación, abundan los accesorios, el peluche, el cuero y la creatividad imparable de su escudero y pareja Laika Tamara, quien se encargó de transformar y darle magia a un show que no solo necesita la música sino un componente visual que transportó a los asistentes a un verdadero viaje sensorial.

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