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Snoop Dogg hace una fiesta enorme en Algorithm

Snoop Dogg, el nuevo ejecutivo de Def Jam, convoca a viejos y nuevos amigos para impulsar su sello y su proyecto: "El estilo no se pierde si naces con él, y cuando este perro abre la boca, las sílabas se deslizan como los rines de un Impala". Pasen a leer la reseña de 'Algorithm', la fiesta del tío Snoop.

Snoop Dogg
Lexington, Kentucky- noviembre 20 de 2021, Snoop Dogg en concierto en Rupp Arena
// Foto Stephen J. Cohen / Getty Images

Snoop Dogg está acostumbrado a transformarse sin dejar de ser él mismo, eludiendo los límites y las jaulas. Lo hizo desde el video de su primer sencillo como solista en 1993, Who Am I (What’s My Name), al mutar de hombre a dóberman para atacar a un padre demasiado celoso con su hija.

Por Santiago Cembrano @scembrano

Snoop pasó de ser un peligroso y rebelde rapero al tío favorito del hip hop. Fue actor, autor, comentarista deportivo, rastafari y la imagen que la RAE debería poner al lado de la palabra “marihuana”. Nada lo ha detenido. En 1996 fue declarado inocente de cargos de asesinato. Se libró también de la guerra Oeste vs Este y de la persecución de Suge Knight. Hace unos días cumplió 50: perro astuto vive muchos más años.

Su experiencia como empresario, rapero y súper estrella del pop internacional —de Long Beach, California, para todo el mundo— la utilizará para su nuevo reto, como ejecutivo creativo y consultor estratégico de Def Jam Records.

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Su labor será guiar a la legendaria discográfica creada por Rick Rubin y Russell Simmons hasta las alturas de sus días de gloria durante la edad dorada e identificar a las figuras que puedan seguir los pasos de Public Enemy, Beastie Boys, Foxy Brown, DMX y Jay-Z como portaestandartes y súper estrellas. ¿Su primer gran paso hacia esa meta? Sacar un disco.

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Algorithm

Algorithm es el décimo noveno álbum de Snoop Dogg, que funge como el maestro de ceremonias que les da luz a una lista de invitados tan larga que no me alcanza el aliento para recitarla toda, pero que incluye a Method Man, Usher, Blxst, Benny The Butcher, Dave East, Nefertitti Avani y Mary J. Blige.

Son caras conocidas de antaño y jóvenes promesas en ascenso. De los beats que equilibran el estilo californiano clásico, trozos del G-Funk actualizado al presente y nuevas vertientes y divergencias se encargan DJ Battlecat, Nottz, Rick Rock, Hi-Tek y Terrace Martin y varios más. La fiesta de Def Jam, como él la llama, es enorme: son 25 canciones en este álbum.

“Hay tanto talento en este disco,” dijo Snoop Dogg en la presentación anticipada del disco, hace unos días, en Manhattan, “tantos estilos de música, que rompe el algoritmo. Ahora mismo, el algoritmo nos dice que tienes que rapear de cierta manera, tienes que sonar de cierta manera, pero no te dice cómo se supone que se debe sentir. Mi algoritmo te va a dar un sentimiento, no un sonido.

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Él es el curador más que el protagonista, entonces. Hace presencia solo en la mitad de las canciones y su función es que la fiesta siga y que conozcas a sus viejos y nuevos amigos. Buen anfitrión el Snoop.

La única regla de una fiesta, sobre todo de una de Snoop Dogg, es que tiene que ser divertida. En esa dirección apunta Algorithm, que presenta a Def Jam West, como en su momento lo fue Def Jam South, como un nombre para tener en cuenta en el rap contemporáneo.

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Los tracks son soleados y amables (Alright y New Oldie), con excepciones que apuntan hacia los bajos retumbantes que invitan a bailar modo crip walk (No Bammer Weed y Make Some Money) o hacia atmósferas amenazantes (Big Subwoofer y Murda Music). Acá puedes bailar, hay hasta afrobeat. Snoop está en el medio, tejiendo la red: entra y sale de las canciones, presenta a los artistas, comenta el desarrollo del disco, como un DJ radial de la vieja escuela que le da calidez a la experiencia frente al frío digital del algoritmo de las plataformas de streaming.

La diversión, sobre todo, llega en forma de R&B y melodías sobre bases color Costa Oeste, con sus bajos fuertes y danzantes como protagonistas, actualizadas al 2021.

Las estrellas de la fiesta

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Snoop es un gran fan del R&B: creció escuchando a The Isley Brothers y The Temptations, y en su carrera ha jugado ocasionalmente con toques melódicos dentro de su registro lánguido.

En Algorithm, canta y entona en Applying Pressure y Go To War; lo ha hecho con frecuencia desde Snoop Lion. Este color es pintado principalmente por mujeres. Nefertitti Avani (Alright y Make it Last), Malaya (Anxiety y Inspiration) y JANE HANDCOCK (Like My Weed, By & By y Whatever You On) son las estrellas de la fiesta, con voces distintas, hermosas y con temas perfectos para cautivar a una audiencia que quizás las escucha por primera vez. Gran acierto de Snoop cederles el primer plano. El resultado es vibrante.

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Desde el primer corte, Alright, Method Man y Redman se suben al tren de la diversión sobre un beat desenfadado de Battlecat. Meth demuestra que pasan los años y no pierde la forma, con un registro robusto y un flow atemporal, pero el papel de Redman, a pesar de su empeño y las rimas de competición que lanza, es deslucido.

En Qualified, un punto alto del álbum, Larry June hace un gran dueto con Snoop a la hora de rapear con estilo y sin prisa, California en su máxima expresión; la emoción con la que Snoop presenta al nativo de San Francisco debe ser la razón por la que suena revitalizado en el track.

Benny The Butcher, por su parte, rapea con más hambre que cualquier otro en Murder Music y recuerda vívidamente cuando le dispararon en Houston el año pasado. Dave East, en el himno para strippers y mover el culo que es Make Some Money, no decepciona.

Lo que tienen en común estos tres nombres es que están activos y afilados. Lo mismo no se puede decir de Ice Cube, E-40 y Too $hort, los compañeros de Snoop en el super grupo MOUNT WESTMORE, que suenan como raperos retirados en Big Subwoofer: no los salva ni la pista retumbante de Kato On The Track.

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El estilo no se pierde

Entre los raperos que escupen grasa en 2021 y las leyendas que ya no son lo que eran pero cuyas camisetas cuelgan del techo, Snoop se para firmemente en la mitad. El estilo no se pierde si naces con él, y cuando este perro abre la boca, las sílabas se deslizan como los rines de un Impala. Rapea y le suena bien, así de sencillo.

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Píllalo hablar de que solo fuma porro de alta calidad en No Bammer Weed y escucharás a un hombre que, aunque no esté en su cenit, carga la experiencia para patinar con confianza sobre pistas que realzan su flow. De hecho, el disco acaba y quedan ganas de escucharlo más, y de escuchar más discos suyos, siempre una buena señal. Él lleva treinta años cumpliendo a la perfección la misión de Algorithm: rapear y crear con sus palabras una fiesta llena diversión.

Para introducir a nuevas audiencias a viejos temazos, Snoop recurre también a la nostalgia, que se expresa en la reinterpretación actual de Nuthin’ But a G Thang de Nefertitti en Alright y en el "Snooooooooop" que suena en No Bammer Weed, reminiscente de Drop It Like It’s Hot.

La misma portada de Algorithm conserva el estilo de su debut Doggystyle (y el mismo perro protagonista) y resalta que, aunque mucho ha cambiado, las bases de la casa se mantienen sólidas, no fluctúan.

Aparte de estos huevos de pascua y referencias a su gran obra, la misión de tender puentes entre el presente y el pasado para avanzar hacia el futuro apunta a que todos en la casa lo puedan escuchar, que todos tengan una razón para quedarse. Descubrirlo, recordarlo, disfrutar con él.

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Hay demasiada tibieza acá

La intención es buena, pero la ejecución a veces flaquea. En New Oldie, Eric Bellinger y Usher recuerdan con nostalgia su crianza con Anita Baker y Marvin Gaye como banda sonora. Bellinger predice que esta es una nueva canción vieja, para que los más jóvenes la escuchen en algunas décadas y sientan esa misma nostalgia a la que hace referencia la canción: historia futurística del pasado.

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El problema, además de que la canción sea tibia y vainilla, es que esos clásicos del R&B fueron vibrantes y actuales en su momento, con una fuerza creativa que superaba ampliamente la idea de Snoop de hacer canciones que tengan el mismo efecto que otras canciones tuvieron para él hace cuarenta años.

Algorithm tiene varios huecos por donde le entra agua al barco. Cualquier fiesta aburre si se extiende demasiado y la misma canción no deja de repetirse. Parece que los proyectos concisos que no dejen espacio para el relleno no hacen parte de la propuesta curatorial de Snoop, pero deberían: llega un punto en el que los temas se empiezan a parecer tanto entre sí que es imposible no perder el interés.

Tampoco ayuda que más de una canción suena como música para ir de brunch en un barrio gentrificado y tomar mimosas o para entrar a comprar ropa en Forever 21.

Hay demasiada tibieza acá, quizás resultado de su objetivo familiar. Snoop rompe la regla cardinal de Rick Rubin cuando forjó Def Jam: que la música fuera o lowbrow (underground y callejero, de poca cultura según la definición tradicional) o highbrow (intelectual y de élite), pero nunca, jamás, middlebrow, de fácil acceso para cualquiera.

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Lastimosamente, hacia allá se inclina buena parte de esta mezcla entre rap, R&B y pop. Durante grandes tramos, Algorithm suena, justamente, como un álbum diseñado por el algoritmo según tus preferencias y patrones de escucha, pero con poca carne o momentos emocionantes. "You played yourself", diría DJ Khaled. Ojo con eso, manito, digo yo.

En el Outro, Snoop agradece a todos los invitados por venir. Pasó la velada caminando por toda la sala, de grupo en grupo, para que todos se sintieran cómodos y la conversación fluyera entre las distintas generaciones y estilos. Para eso son los tíos, para unir. Y para emborracharse y hacer chistes incómodos. En fin.

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A pesar de sus fallas, el disco deja varias joyas y muestra el talento curatorial de Snoop. Además de las ya mencionados, tipos como October London (I Want You y Qualified y Bxlst) seguro tienen futuros augurantes en Def Jam. Al final, imagino que hay mucho público en el mundo para un disco que sea puras vibras, y la forma sedosa en que Snoop arrastra las palabras es precisa para que la sensación sea agradable.

Snoop y Death Row estaban en guerra con Def Jam en los 90, pero los tiempos han cambiado. Desde entonces, él ha abierto nuevos caminos para el hip hop, y ha mostrado hasta donde puede llegar la cultura. Nunca está de más recalcarlo: es una absoluta leyenda. Y el simple hecho de que siga activo y rapeando bien a sus 50 años es algo digno de celebrar. Salud por Snoop y que le vaya muy bien en esta aventura con Def Jam.

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