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Totó la Momposina anunció su retiro de los escenarios

La legendaria artista colombiana está activa desde 1964.

Totó La Momposina
Totó La Momposina
// Foto Stefano Garni / Shock

Totó La Momposina anunció su retiro de los escenarios. "La familia Oyaga Bazanta y el equipo de trabajo de Totó La Momposina se permiten anunciar que ha llegado el momento de retirarse de los escenarios despues de su larga carrera artística, la cual ha sido realizada con absoluta dedicación, entrega, amor y devoción", dice un mensaje publicado en sus redes sociales. Su show en Cordillera, el próximo 24 de septiembre, será el último de su carrera.

Cuando se habla de Sonia Bazanta Vides (nombre real de Totó la Momposina), "se habla de una mujer cuya vida no tiene más que una misión y un camino. Y es el de la música que desde su infancia hizo que conociera y se adentrara en el folclor de la costa Atlántica y que desde los años sesenta se haya dado a la tarea de divulgar a través de su grupo de tamboreros", escribe José "Pepe" Plata.

A finales de los años setenta viajó a París y allí vivió con un grupo de teatro. Pudo así adentrarse en una realidad única: la de la antropología y la cultura como forma de comprender al mundo. Esto, unido a su fuerte legado musical, hizo que en 1984 grabara un disco que se convirtió en una grabación de culto: Colombie.

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Los años ochenta fueron de giras y presentaciones en un mundo que miraba la música de otras latitudes bajo la etiqueta “world music” (Música del mundo); una que trataba de mostrar todo aquello que Londres o Nueva York no comprendían y que etiquetaban así si era “exótico”. “Música del mundo” podía ser la de las tribus de África, pasando por la de las comunidades campesinas suramericanas o las de los gitanos. Lo que como etiqueta se impuso para simplificar, fue tal vez una manera de reducir montones de posibilidades y caminos históricos. Y ahí cayó también Totó.

Totó había forjado su carrera y camino a través de presentaciones en la calle, los teatros, festivales y espacios donde su música era requerida, pero no tenía suficientes grabaciones. Por esto, cuando la oportunidad de presentar el folclor de sus ancestros se tuvo con este disco, bien fue esta una referencia musical distinta y adelantada en los años noventa. Uno que mostró la capacidad de ser una portavoz de la tradición frente una movida local que retomó el rock a través de noveles bandas como La Derecha, Morfonia o 1280 Almas.

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Lanzado en aquel 1993, La candela viva fue además un disco que serviría de referencia para músicos de proyectos como Curupira o La Distritofónica, quienes en el siglo 21 se dieron a la tarea de hacer esa apropiación de lo nacional con un carácter propositivo y no repetitivo.

Desde entonces ha lanzado otros y se ha convertido en leyenda de la música colombiana.

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