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Treinta años de Contacto: Un documento pop nacional

Compañía ilimitada para siempre

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El legendario disco de la dupla creativa de Juancho y Pyyo apareció en el momento en el que se pensó el Rock en Español iba a durar toda la vida.Cuando se mira hacia atrás y se revisa la euforia juvenil y pop de 1988, hay un hecho que marca la historia. El sábado 17 de septiembre, el estadio El Campín de Bogotá albergó a 70000 jóvenes que presenciaron un evento llamado Conciertos de Conciertos. Una especie de mito fundacional con el cual se bautizó y sepultó el Rock en Español.

Por: José Enrique Plata @Owai 

En él se presentaron: Compañía Ilimitada y Pasaporte (Colombia), Los Prisioneros (Chile), Océano (Panamá), Yordano (Venezuela),  Los Toreros Muertos (España), Timbiriche (México), Miguel Mateos (Argentina) y José Feliciano (Puerto Rico).

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No era para menos. Cada artista allí presente formó parte de una historia musical que ilusionó a una generación entera. El continente se dio cuenta que tenía artistas, canciones, discos y videos con la lengua de Cervantes. Y si bien el aporte nacional estuvo dado con estas dos agrupaciones capitalinas, en aquel momento hubo talento para convocar a nivel masivo.

La banda que abrió Concierto de Conciertos a las 4:30 de la tarde, fue Compañía Ilimitada. Esta presentación era la consolidación de un trabajo que llevaba años de entrega en la ciudad. La dupla creativa de Juan Manuel Pulido y Camilo Jaramillo, había labrado un camino que comenzó en los años setenta como grupo juvenil y que optó por cantar temas propios en donde prácticamente no había mucho de donde escoger.

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El haber labrado ese camino fue también el respaldo a un producción que mostró ser el voto de confianza para un momento particular. Si bien en 1985 lanzaron el sencillo El año del fuego con las canciones Siloé y María, el lanzar el disco Contacto en 1988 fue el voto de confianza que en aquel entonces la compañía CBS otorgó al grupo.

Pero para llegar a él, Compañía estuvo casi cinco meses en la ciudad de Miami explorando las posibilidades de grabar un disco que no solo tuviera la capacidad de ser su primer larga duración, sino también uno que fuera capaz de resumir la trayectoria musical que por años enteros había hecho que la banda tocara en teatros, cafés, bares y pequeños eventos que le habían hecho ya ganar un nombre.

Este paso a las ligas mayores vino así reforzado por un disco que no pasó desapercibido.

Un disco que a través de sus 36 minutos dosificó en diez temas, una madurez y frescura que el ambiente pop nacional necesitó. El tiempo permitió al disco tener el respaldo de un concierto, una serie de presentaciones en distintas ciudades del país y las reseñas de prensa en la época.

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Pero la situación del país, la misma que se conoció como narcoterrorismo, terminó por sepultar la posibilidades de consolidar un movimiento musical para el país. Los refugios del rock estuvieron en los bares alternativos; pero esa es otra historia.

Compañía presentó dos años después su disco Máscaras, que fue su entrada a los años noventa, justo en un tiempo en el que la ciudad y el país se ajustaban a otra realidad.

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Aún así, Contacto, como obra sonora que tomó su tiempo y su lugar, su repertorio y su sonoridad, dejó un legado que en vinilo, disco compacto o streaming, sirve para reconocer el trabajo de una dupla que construyó un repertorio pop en un país con otras miradas musicales.

Tres décadas después, tenemos un disco que suena así:

Contacto: Una enérgica canción que busca establecer el punto de inicio de la unión entre el cielo y la tierra y lo que hay en medio de ellas.           

Siempre Estaré: La clásica balada de amor y respaldo que marcó a una generación. La misma de la frase de: Siempre estaré a tu lado. 

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Finale: Una canción declarativa, con fuerza y una guitarra con un gran punteo. Detrás de ella, una letra de amor.        

A Los Ojos: Aquí hay una canción de intimidad, de relación directa y efectiva con algo que nadie oculta: Todos lloran en silencio alguna vez.

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Amigo: Un elogio a la amistad, la muestra de la alegría y la adrenalina del caribe donde siempre hay sol. Un reggae suave y amigable.

La Calle: Otra canción de una generación; la canción llamada a hacer de la juventud la realidad de un existencia a través de la conexión con la música y la calle. 

La Puerta: Suave y esmerada, podría ser un bolero o son para los años ochenta, con clara referencia al amor y la esperanza.  

Siloe: De su repertorio clásico, la canción homenaje al barrio de Cali en el que se forjó una tradición de resistencia más allá de lo posible. La del barrio latinoamericano que recoge todas las emociones y colores posibles.         

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Cometas: El sonido folclórico a través de algo que puede estar entre el joropo y la música andina hecho fuego. Uno que habla de la inmensidad y lo gigante.         

Que Sería: Una canción final que opera como otra canción de amor. Una declaración de amor ochentera y divertida. Entre el pop y los efectos sonoros de un estudio.

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Sin Mtv y con pocos programas musicales, se recuerdan estos videos.

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