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U2: ¿arte o una máquina de mercadeo?

La larga carrera de los irlandeses tiene jugadas imposibles de ocultar alrededor del mercadeo en tres décadas.

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U2

Las cifras hablan por sí solas. El vil metal habla de los supergrupos y super artistas, los que tienen ventas millonarias y giras aclamadas. Y U2 está en esa élite. La gira 360 que presentaron en el 2009 y que los llevó a tocar en 85 escenarios tiene en este momento el récord de asistencia más grande del mundo con siete millones de asistentes. Es la banda que más premios Grammy ha ganado en la historia: 22  Una colección que comenzó en 1987 con The Joshua Tree y se consolidó en 2005 con How to dismantle an atomic bomb.

 Por: Pepe Plata @owai

¿Es una banda o una empresa? Lo primero está corroborado y comprobado a través de sus discos y repertorios de canciones que han trascendido ya tres generaciones. Repertorios que se han quedado en los recuerdos de todo el orbe; pero ciertas jugadas de mercadeo hacen pensar que lo que hay es una empresa que hay que mantener.
 
Si nos remontamos a los inicios de la banda encontramos cuatro jóvenes de Dublín que tenían la simple intención de cantar y narrar sus vidas en una convulsionada ciudad de fines de los setenta. Pero el llamado a tocar y atender escenarios comenzó a ser más grande que las ganas de pasarla bien y compartir con amigos. La primera jugada fue lanzar un sencillo en 1979 de tan solo mil copias bajo el nombre de Three. El dichoso sencillo es un santo grial de los coleccionistas y actualmente una copia puede costar como mínimo seiscientos mil  y hasta doce millones de pesos. Tan solo fue reeditada en el año 2008 siendo incluida como temas adicionales en la reedición de Boy.
 
¿Qué podía hacer U2 para destacarse como una súper artista en la década?
 
Madonna lo hacía con el pop y el feminismo, Michael Jackson con su pinta y movimientos, Prince son su sonido funky y lascivia, Bruce Springsteen como la voz del pueblo norteamericano, The Rolling Stones como leyenda y superviviente, Guns n' Roses como la banda arriesgada y molesta, ¿entonces qué más podía ser lo que se repartiera con la distinción?
 
Así fue que a U2 le tocaron los derechos humanos y las causas humanitarias. Nada mal, porque han sabido capitalizar el hecho de cantar sobre las injusticias, la violencia y los derechos humanos. Un repaso a su disco legendario, The Joshua Tree, nos trae referencias a los conflictos bélicos de El Salvador y Nicaragua que para muchas personas no pasaban de ser un caso de noticias del mundo en CNN.


La jugada les salió bien al comienzo, pero cuando decidieron convertir el asunto en película, el asunto los agotó. Rattle and Hum fue aquel disco en vivo con canciones nuevas y documental de gira y que no fue bien recibido. haciendo que la banda terminara los ochenta con un desgaste general y con rumores de separación. Pero pudo más la necesidad de volver al mundo musical y a las giras que la sanidad mental.
 
Justo los noventa, la banda comienza un afanoso y azaroso trabajo de estar a tono con tendencias como la electrónica y la multimedia. Los resultados fueron grandes, medianos y pobres.
 
Grandes al tomar la determinación de hacer uno de los mejores discos de su carrera, Achtung Baby (1991), de tener uno bueno pero discreto en ventas como lo fue Zooropa (1993), y una salida en falso con Pop (1997). Los tres discos dejaron la huella de cómo la banda existía pero no es suficiente la música y la venta de discos; porque las giras extendidas fueron quienes complementaron las arcas del grupo.
 
Bono además asumió dos alter egos con los cuales se apartaba del estrellato, pero seguía estando en él. El primero fue The Fly, hacia 1991 y 1992 y el segundo McPhisto, en 1993. Con McPhisto jugaba a criticar el consumismo y la sociedad industrializada, pero bien sabía que era parte de ella.
 
Y si bien existió un disco discreto que es U2 sin tener el nombre (el proyecto Passengers de 1995), la banda pagó caro el atrevimiento o chiste. El siguiente disco, Pop, los reconcilió con las ventas, pero no con la calidad musical. Es un disco que tardó en salir y fue agrandado por la gira mundial; la misma que los trajo a Sudamérica por primera vez.
 
Esos noventa que muchos recuerdan como el U2 mainstream, cerraron un recopilatorio en el que presentaron la canción The Sweetest Thing. Nada mal, pero tampoco nada bien si se compara con lo logrado en los ochenta.
 
Pero el nuevo milenio, el mismo que en unas semanas cumplirá su mayoría de edad, ha sido un momento de madurez, discreción, éxitos y también altibajos promocionales para la banda. El tiempo ha cobrado la factura en la demora de presentación de nuevo material. Los lapsos de cuatro y cinco años entre All That You Can't Leave Behind (2000), How to Dismantle an Atomic Bomb (2004), No Line on the Horizon (2009) y Songs of Innocence (2014) han hecho que la banda haya explorado otras formas de conectarse con el público, porque el mercado ya no se basa en vender discos.
 
Probaron con giras en escenarios pequeños como el Elevation Tour de 2001 y tuvieron grandes resultados de aceptación. Probaron luego hacer giras con un esquema de escenario giratorio (el conocido 360°) y rompieron sus propios registros; pero en el 2014 dieron un traspiès que todavía sirve como referencia.
 
En una época donde los soportes físicos son lo que menos aprecia el mercado musical, los dispositivos y plataformas, tan personales como masivos se convirtieron en la apropiación del consumo musical. Y es así como aquella jugada de aparecer en una de las conferencias de Apple y anunciar que su nuevo disco aparecería en las carpetas de iTunes entre el 9 de septiembre y el 13 de octubre, bajo el nombre de Songs of Innocence, causó todo un caudal de enfados.
 
Lo hizo porque la privacidad y la selección personal son uno de los bienes más preciados de la actualidad. Si bien se habla de cómo las selfies, los likes y demás atributos de las redes hacen que estemos expuestos a mostrar nuestra vida, paradójicamente los archivos que cada uno tiene como fotos, audios, videos , textos y más, son uno de los patrimonios más preciados y cuidados.
 
Y la jugada de entrar a formar parte de ellos sin permiso es justamente algo que incomodó desde el experto al novato, desde el joven hasta el viejo, pasando por los seguidores de la banda que también se sintieron invadidos ante la intrusiva técnica de difusión.
 
Es innegable cómo en casi cuatro décadas U2 ha dejado una huella reconocida en el mundo de la cultura musical y pop en cuanto a discos, canciones y giras. Pero combinar talento con mercadeo no siempre ha sido una de las movidas más efectivas que la banda de Dublín haya logrado. En ocasiones se aplica el dicho de que borraron con la izquierda lo que hicieron con la derecha. Entre defender a los desvalidos, armar giras gigantes y el fluctuar de su calidad musical, se han pasado estos dublineses que estarán por primera vez en Colombia.
 
¿Será entonces que los recordaremos por la música o por ser el grupo que sin mercadeo es otro más?
 
O será entonces que la figura de Bono y secuaces queda como referencia para las generaciones que vienen y que se divertirán con las nuevas incorporaciones o actualizaciones de este video:

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