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Vicente García viajó a la raíz del merengue en su nuevo álbum ‘Candela’

El tercer álbum del dominicano es una mirada diferente a los sonidos latinos tradicionales.

640805_Foto Ebru Yildiz Cortesía Sony Music
Foto Ebru Yildiz Cortesía Sony Music
Ebru Yildiz

En el 2011, Vicente estrenó su álbum Melodrama, 11 canciones de música dominicana y caribeña. Fue un coqueteo con la bachata, pero utilizando elementos no tan populares, para no imitar los sonidos del folclore dominicano. Él lo define como “una bachata sofisticada, con letras básicas que hablan de amor, desamor, de alguien que apenas estaba empezando a escribir canciones”.

Cinco años después vendría A la mar, un álbum que ocasionó un cambio total en su vida, hasta de residencia. Se mudó a Colombia, donde abrazó sus orígenes y conoció a Eduardo Cabra, quién lo marcó completamente en la forma de hacer música. Se sintió libre para componer y salieron 15 canciones con historias que reflejaron lo que estaba viviendo por ese tiempo en nuestro país. “Escribí no solo al amor y desamor, sino de las historias que leía en libros, canciones como Zafra negra, que tocan lo social y lo político y también cambié mucho los referentes musicales directos. Con Melodrama venía de buscar muchos ornamentos de soul, R&B, que era lo que me interesaba. En A la mar, solté eso y empecé a buscar más referentes campesinos, melodías sencillas”.

Fotos Cortesía Sony Music

Acaba de publicar su tercera placa discográfica, Candela, donde profundiza en los orígenes del merengue con letras más directas y vuelve al soul y al R&B. “Juego mucho con elementos del soul para separarme del merengue que todos conocemos. Y fui mucho más atrevido en la parte musical desafiando lo folclórico con elementos electrónicos para separarme de A la mar”.

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¿Cuándo empezó la idea para hacer un nuevo álbum?

Lo empecé a imaginar mientras estuve de gira con A la mar. Como que este disco me dejó muy claro lo que tenía que hacer, sin embargo, eso tenía su lado bueno y malo. Por un lado, no quería repetir lo que hice en A la mar, eso lo tuve claro desde un principio, y empecé a trabajar con el merengue, la característica principal de este disco, porque después de mi álbum anterior sentía que había trabajado la bachata, la salsa, el cha cha cha, ritmos afroamericanos, afrocaribeños…

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Por eso busqué de qué manera iba a involucrar el merengue, que se caracteriza porque tiene un formato muy claro de orquesta, cuatro coristas adelante la orquesta con saxofón, trompeta, trombón, conga, su tumbao de piano, etc. Yo sentía que por ahí no era, porque era muy distante a lo que yo venía haciendo, significaba casi que cambiar la banda y volverla una orquesta de merengue y cambiar músicos, y no se trataba de eso. Pero por otro lado abrió una nueva puerta para reafirmar que tenía que reinterpretar el merengue y buscar mi sonido.

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¿Cómo logró integrar el merengue en Candela?

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Me fui a República Dominicana un tiempo y empecé a buscar grabaciones viejas. Tenía muchas que había conseguido en el proceso de investigación de A la mar: del canal estatal (CERTV), de la discoteca con las colecciones de los 40, los 60, de las grabaciones de Joseito Mateo, de Noro Morales y ver cómo construían el merengue en aquel momento antes de que se identificara con las características que tiene hoy. Ahí encontré merengue de guitarra, merengue con tres, cuatro, tiple, con acordeón, con armónica, y dije “por aquí si veo la manera de empezar a construir un merengue que se parezca a mí”. Esa fue la primera fase con la que construí las maquetas y la preproducción. Luego pasó por una segunda fase que surgió porque quería ser coherente con toda la música que escucho. Entonces me puse a incorporar sonoridades de bandas y grupos actuales de la música electrónica, del trap, sintetizadores, caja de ritmo… ahí siento que el álbum empezó a completarse, lo hice por eso y por lo que pensé desde un principio que, si bien era una evolución natural, tenía que diferenciarse mucho de A la mar, que se basó mucho en sonoridades puras de la tierra, tambores, canto y no mucha programación armónica, entonces era una buena forma de diferenciarlo.

¿Qué descubrió en esta búsqueda?

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Encontré esos formatos tan distintos de merengue sin tumbao de piano, que es básicamente el corazón del merengue de orquesta. Ahí también empecé a encontrar merengue en papiamento de Curazao con sonoridades muy distintas, y a darme cuenta de que la llegada del acordeón a República Dominicana hizo una gran diferencia, que compartimos con Colombia, porque antes de eso los merengues seguían unas estructuras armónicas más complejas y simplificó mucho las secuencias armónicas. Esto dio pie a distintos colores de merengue, que no fueran tan bailables, y que llevaban a otros lugares, eso también me ayudó a encontrarme dentro del merengue.

Sin decir que el merengue armónicamente se empobreció, siento que había una libertad que no mucha gente conoce a la hora de componer y a la hora de trabajar la armonía. Eso es sorprendente cuando empiezas a oír con colores y acordes diferentes, te das cuenta de que tomaba mucho de la escuela de samba de Brasil y toda la influencia directa en ese tipo de merengue.

¿De qué habla en este nuevo álbum?

Las líricas en el merengue siempre son muy jocosas y es algo muy caribeño, reírse de lo que da risa y de lo que da pena también, y de lo que te hace sentir triste, y yo creo que este disco tiene mucho de eso.  Por eso se llama Candela, porque trata de hablar de amor y desamor de una manera muy intensa y exagerada, casi que humorística y eso viene de esa jocosidad del merengue viejo de uno exagerar mucho las cosas y también de la intensión de separarme de lo que había hecho antes, que era bien poético, evocaba paisajes. Éste no, éste es mucho más directo y agresivo.

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¿Por qué merengue?

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Me di cuenta de que quería tener una puesta en escena y un show mucho más movido, entonces empecé a pensar en hacer bachata más rápida, en buscar géneros más rápidos y evidentemente llegaría al merengue. De hecho, ya empezaba a vivir esa transformación, hace un par de meses empezamos a girar con el disco Candela, incorporado al repertorio anterior y ha sido una transformación importantísima: el show es mucho más bailable, con aspectos técnicos mucho más cuidados. Estar de gira me sirvió para ver muchas bandas en otros países, darme cuenta como trabajan y la forma como producen una puesta en escena que quiero desarrollar en esta etapa de mi carrera.

En la era del reggaetón, ¿Cuál cree que es el espacio del merengue?

Yo creo que soy una reacción a lo monótono que puede ser hoy en día la radio, los medios. No sé si me hubiera atrevido a hacer merengue si la cosa no estuviera tan jodida como está ahora, tan parcializada, yo le saqué partido a eso. Yo no estoy en contra de la música urbana, me gusta mucho y de hecho la hago, nunca saco nada, pero sí trabajo en mi casa, con música urbana, no latinoamericana, pero sí con música urbana de Estados Unidos y Europa.

Me encanta samplear, el dub, el dancehall, el R&B, y muchos más que son música urbana. Me atrevo a hacer este tipo de discos porque empiezan a cobrar un valor mucho más importante. La intención de que no se pierda esta música y que mis hijos y mis nietos tengan acceso a ella y generaciones que escuchan reggaetón y música urbana se puedan topar con esto, y por lo menos si no me escuchan a mí, se queden con la curiosidad de dónde saqué eso y empiecen a investigar quién fue Joseito Mateo, y muchas de las grandes Iconos del merengue. Eso para mí ya es la misión cumplida y lo hago por eso.

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¿Cómo define la esencia de Candela?

Lo más importante de Candela es que de cierta forma se desliga de querer ser purista. Yo hago uso de sintetizadores y muchos elementos de la música electrónica, mucho auto tune exagerado y eso lo hago porque me gusta y también porque me parece un anzuelo para que mucha gente joven o adultos que solo disfrutan de la música urbana puedan acercarse en cierta forma a eso. Hice una bachata con trap, primero porque me gusta si no, no, lo hago, y al que le gusta el trap, el sonido del sintetizador, puede interesarse un poquito. Yo siento que este disco hace la labor de trabajar la música popular y folclórica de mi país, pero mirando de frente.

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Track by track

Guatu

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En esta canción por un lado trabaja con la cultura taína y su vocabulario, que empecé a trabajarlo en mi anterior disco, con una canción que se llama Bohío y que lo desarrollé mucho más en este disco y es recurrente el uso de palabras taínas en el álbum.

Guatu significa candela y es el primer track del disco, con influencias de la música africana por la métrica seis octavos y el uso de la Mbira o la kalimba, pero también mucha influencia de Peter Gabriel. No había podido expresar esa influencia en otra canción y ahí lo pude hacer.

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Candela

Es fuerza, intensidad, para el amor y el desamor, es merengue, pero es punk.

El Reperpero

Para mí es especial por muchas razones. La más importante es que tuve la oportunidad de grabar con el acordeonista haitiano Richard Duroseau, que fue parte esencial del sonido del kompa en los 60, 70. Acordeonista, de un saxofonista que tenía una orquesta que se llamaba Ensemble aux Calebasses De Nemours Jean-Baptiste, en esa época fue importantísima en la música haitiana, llevaba un tiempo investigando si estaba vivo, lo encontré en Nueva York pero después me dijeron que no estaba tocando, que tenía problemas mentales, pero al final apareció y tuve la oportunidad de grabar con él. También es importante porque esa canción sí tiene un contraste directo, una introducción bien electrónica, y en un segundo pasa al merengue, que es como el espíritu del disco en general.

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La Tambora

Es un merengue con un estilo que se llama ‘canto de hacha’ y tiene similitudes con el origen del blues. Se dice que empezó en la siembra de algodón, los cantos de hacha, como dice el nombre sucedían cuando los campesinos iban a cortar árboles, servía de métrica, entre ellos siempre había uno que iba cantando y los otros respondían parte de esa expresión. Esta canción habla de uno de los tamboreros más importantes o el más importante, muchos lo catalogan así, Catarey, fue el tamborero de Juan Luis.

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Detrás del horizonte

Es una canción muy personal, que de cierta forma yo siento que de todas las canciones del disco es la que más sirve de hilo conductor entre A la mar y Candela, porque usé mucho la afinación que usaba en A la mar, pero algo que me gustó hacer fue tomar los patrones de tambora y pasarlo a la guitarra y eso me voló la cabeza y me gustó y me gustó mucho poderlo fusionar con los coros de Sudáfrica con los coros zulú.

Murió con flores 

Es un interludio que conecta la canción Detrás del horizonte. ‘Murió con flores’ es un término dominicano que significa tusa, como cuando algo ya no tiene vuelta atrás, habla de un amor como que no puedo pensar que ya se jodió todo.

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Ahí Ahí

Es amor intermitente, bachata, trap, y experimentación porque responde mucho a lo que hice con Bachata en Kingston, que fue experimentar sin reglas.

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Merengue de enramada

Es un merengue en guitarra, con colores del soukous y del Congo. A mí me encanta el sonido que tiene y también la letra que surgió de una manera muy fácil en el ejercicio de post producción que hicimos en la provincia de Samaná.

Lo que más extrañas

Es una bachata con fusión de reggae y elementos de los coros sudafricanos, es una canción de amor.

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Un conuco y una flor

Responde a uno de los estilos de merengue más populares, llamado de calle, es un merengue más movido y los patrones de tambora cortados, directos, tienen recursos de la música electrónica, reemplaza saxofones por arpegiadores y también tiene un intro súper electrónico y marca al merengue.

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Loma de Cayenas

Es una canción muy importante, siento que fue como la introducción al merengue 1 o 1 de la mano de Juan Luis Guerra, fue un sueño cumplido poder hacer una canción con él y que yo compuse. Recuerdo ese momento en el que estaba grabado lo que yo había escrito y fue para mí una emoción muy fuerte, y también me gustó mucho el tipo de merengue influenciado en el merengue de Juan Luis que hizo en el 93 94, en discos como Areito y Fogaraté, donde fusionaba el merengue con música del Congo.

Palm Beach

Es la primera canción que hago en inglés, y la temática me gusta mucho. Es de esas canciones que nacen a partir de una lectura de la historia del pam biche, que es un estilo de merengue lento. Se dice que se originó cuando llegaron los norteamericanos a la primera intervención en 1916, el dominicano en su buena fe y buscando que el gringo pudiera bailar merengue que se le dificultaba lo pusieron un poquito más lento.

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Yo hice una historia de un gringo que vino como parte del ejército, conoció a una chica que lo invitó a bailar y ella le dijo a la banda que bajaran el tempo para que pudieran bailar y así nació supuestamente el pam biche.

San Bá

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Son los sacos que golpean los boxeadores para entrenar. Hay una expresión muy dominicana, cuando alguien te hiere de alguna manera se dice “me dieron más que un san bá”. La canción habla de alguien que sufre en una relación y hay una dualidad, piensa que lo superó, pero se da cuenta que no, porque sigue pensando en ella y escribe esa canción.

Magüá

Es parte de esa cuota taína que hay en el disco, era el nombre de una región noreste de la República Dominicana. La isla estaba clasificada por cacicazgos, donde cada cacique dirigía una región, esa zona se llamaba Magua. Hoy ahí hay una provincia que se llama Zamaná que para mí es una de las provincias más bonitas y es un lugar al que hago referencia mucho en el disco, una especie de tierra prometida, un lugar que creo en mi imaginario y habla de regresar a ese lugar como si ya hubiera habitado ahí y quiero regresar, como los rastafari que quieren volver a Etiopía, de cierta forma es así.

Contracanto

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Creo que para mí tiene mucho que ver con lo que estoy empezando a trabajar y con lo que quiero ser, y como muchas síntesis, con una estética muy distinta. Me gusta que sea una canción de un minuto y que no responda a los 3:30 del single, es una canción bonita, la típica canción romántica que se puede hacer con piano y voz, pero el hecho de que sea sintetizadores y que suene crudo la pone en otra perspectiva y eso me gusta mucho.

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Ahí Ahí

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Es amor intermitente, bachata, trap, y experimentación porque responde mucho a lo que hice con Bachata en Kingston, que fue experimentar sin reglas.

Candela

Es fuerza, intensidad, para el amor y el desamor, es merengue, pero es punk.

Contracanto

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Creo que para mí tiene mucho que ver con lo que estoy empezando a trabajar y con lo que quiero ser, y como muchas síntesis, con una estética muy distinta. Me gusta que sea una canción de un minuto y que no responda a los 3:30 del single, es una canción bonita, la típica canción romántica que se puede hacer con piano y voz, pero el hecho de que sea sintetizadores y que suene crudo la pone en otra perspectiva y eso me gusta mucho.

Detrás del horizonte

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Es una canción muy personal, que de cierta forma yo siento que de todas las canciones del disco es la que más sirve de hilo conductor entre A la mar y Candela, porque usé mucho la afinación que usaba en A la mar, pero algo que me gustó hacer fue tomar los patrones de tambora y pasarlo a la guitarra y eso me voló la cabeza y me gustó y me gustó mucho poderlo fusionar con los coros de Sudáfrica con los coros zulú.

Reperpero

Para mí es especial por muchas razones. La más importante es que tuve la oportunidad de grabar con el acordeonista haitiano Richard Duroseau, que fue parte esencial del sonido del kompa en los 60, 70. Acordeonista, de un saxofonista que tenía una orquesta que se llamaba Ensemble aux Calebasses De Nemours Jean-Baptiste, en esa época fue importantísima en la música haitiana, llevaba un tiempo investigando si estaba vivo, lo encontré en Nueva York pero después me dijeron que no estaba tocando, que tenía problemas mentales, pero al final apareció y tuve la oportunidad de grabar con él. También es importante porque esa canción sí tiene un contraste directo, una introducción bien electrónica, y en un segundo pasa al merengue, que es como el espíritu del disco en general.

Guatu

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En esta canción por un lado trabaja con la cultura taína y su vocabulario, que empecé a trabajarlo en mi anterior disco, con una canción que se llama Bohío y que lo desarrollé mucho más en este disco y es recurrente el uso de palabras taínas en el álbum.

Guatu significa candela y es el primer track del disco, con influencias de la música africana por la métrica seis octavos y el uso de la Mbira o la kalimba, pero también mucha influencia de Peter Gabriel. No había podido expresar esa influencia en otra canción y ahí lo pude hacer.

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La Tambora

Es un merengue con un estilo que se llama ‘canto de hacha’ y tiene similitudes con el origen del blues. Se dice que empezó en la siembra de algodón, los cantos de hacha, como dice el nombre sucedían cuando los campesinos iban a cortar árboles, servía de métrica, entre ellos siempre había uno que iba cantando y los otros respondían parte de esa expresión. Esta canción habla de uno de los tamboreros más importantes o el más importante, muchos lo catalogan así, Catarey, fue el tamborero de Juan Luis.

Lo que más extrañas

Es una bachata con fusión de reggae y elementos de los coros sudafricanos, es una canción de amor.

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Loma de Cayenas

Es una canción muy importante, siento que fue como la introducción al merengue 1 o 1 de la mano de Juan Luis Guerra, fue un sueño cumplido poder hacer una canción con él y que yo compuse. Recuerdo ese momento en el que estaba grabado lo que yo había escrito y fue para mí una emoción muy fuerte, y también me gustó mucho el tipo de merengue influenciado en el merengue de Juan Luis que hizo en el 93 94, en discos como Areito y Fogaraté, donde fusionaba el merengue con música del Congo.

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Magua

Es parte de esa cuota taína que hay en el disco, era el nombre de una región noreste de la República Dominicana. La isla estaba clasificada por cacicazgos, donde cada cacique dirigía una región, esa zona se llamaba Magua. Hoy ahí hay una provincia que se llama Zamaná que para mí es una de las provincias más bonitas y es un lugar al que hago referencia mucho en el disco, una especie de tierra prometida, un lugar que creo en mi imaginario y habla de regresar a ese lugar como si ya hubiera habitado ahí y quiero regresar, como los rastafari que quieren volver a Etiopía, de cierta forma es así.

Merengue enramada

Es un merengue en guitarra, con colores del soukous y del Congo. A mí me encanta el sonido que tiene y también la letra que surgió de una manera muy fácil en el ejercicio de post producción que hicimos en la provincia de Samaná.

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Murió con flores 

Es un interludio que conecta la canción Detrás del horizonte. ‘Murió con flores’ es un término dominicano que significa tusa, como cuando algo ya no tiene vuelta atrás, habla de un amor como que no puedo pensar que ya se jodió todo.

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Palm Beach

Es la primera canción que hago en inglés, y la temática me gusta mucho. Es de esas canciones que nacen a partir de una lectura de la historia del pam biche, que es un estilo de merengue lento. Se dice que se originó cuando llegaron los norteamericanos a la primera intervención en 1916, el dominicano en su buena fe y buscando que el gringo pudiera bailar merengue que se le dificultaba lo pusieron un poquito más lento.

Yo hice una historia de un gringo que vino como parte del ejército, conoció a una chica que lo invitó a bailar y ella le dijo a la banda que bajaran el tempo para que pudieran bailar y así nació supuestamente el pam biche.

San Bá

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Son los sacos que golpean los boxeadores para entrenar. Hay una expresión muy dominicana, cuando alguien te hiere de alguna manera se dice “me dieron más que un san bá”. La canción habla de alguien que sufre en una relación y hay una dualidad, piensa que lo superó, pero se da cuenta que no, porque sigue pensando en ella y escribe esa canción.

Un conuco y una flor

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Responde a uno de los estilos de merengue más populares, llamado de calle, es un merengue más movido y los patrones de tambora cortados, directos, tienen recursos de la música electrónica, reemplaza saxofones por arpegiadores y también tiene un intro súper electrónico y marca al merengue.

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