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'No me las toquen': una película que rompe prejuicios

No es la típica comedia adolescente.

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Son tantas las películas en el género de adolescentes que es fácil caer en lugares comunes. La trama de No me las toquen nos suena familiar: un grupo de padres sobreprotectores, después de descubrir que sus hijas se han comprometido a perder su virginidad en la noche de graduación, decide hacer todo lo que esté a su alcance para detenerlas.

Por Edgar Medrano 

Pero, aunque nos suene conocida, No me las toquen rompe varios prejuicios del género y la adolescencia, presentes en este tipo de películas. Por lo general, estas comedias son protagonizadas por un grupo de amigos que conspiran sobre cómo van a llevar a la mujer que quieren a la cama a toda costa, sin importar si ella quiere o no. Aquí vemos una mirada distinta a la masculinidad: hombres sensibles que escuchan a sus parejas y entienden sus límites.

También se rompe el prejuicio de que las mujeres deben ser pasivas frente a los encuentros sexuales y esperar a que el hombre dé el primer paso (como decían las abuelas: “el hombre propone y la mujer dispone”). No me las toquen tiene a 3 protagonistas que quieren expresarse con libertad sobre su sexualidad y tomar sus propias decisiones. 

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Aunque sus papás las vean como unas bebés, demuestran que no tenían mucha inocencia que perder, sin que esto signifique que sean cínicas o insensibles. Muy por el contrario, son un retrato genuino de las dudas y miedos que surgen al iniciar la vida sexual en la adolescencia.

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Otro prejuicio que rompe No me las toquen es el de las amistades femeninas negativas (Chicas pesadas, por ejemplo). Aquí vemos a un grupo de amigas que se aleja de los celos y malicia para hablar sin arrepentimientos de sí mismas. Atrás queda la idea de que las mujeres "se dan duro" entre ellas, para ver a 3 chicas que se apoyan con mucha lealtad y comprensión. 

No me las toquen también nos da una lección sobre cómo los adultos subestiman las decisiones de los más jóvenes. Son ellos (o ellas, en este caso) quienes ponen en evidencia la doble moral de sus papás, quienes sostienen conversaciones explícitas entre ellos, pero se escandalizan al ver que sus hijas también quieren vivir una sexualidad libre y responsable (incluso más responsablemente que ellos).

Esta no es solo una película de padres protectores versus hijos adolescentes. Es una oportunidad para hablar sobre la presión que enfrentamos hombres y mujeres en la sexualidad: el hombre siempre quiere tener sexo o si no es "marica", mientras que la mujer simplemente debe esperar a que él tome la iniciativa para no parecer "desesperada".  Nos muestra a tres mujeres dispuestas a vivir y experimentar, con decisiones firmes. Ojalá esta historia nos ponga a charlar con más libertad sobre el tema para aprender más de nosotros mismos y de paso entender un poco más a nuestros papás. 

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