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Colombia se volvió a radicalizar entre taurinos y antitaurinos

Luego de cinco años las corridas de toros volvieron a Bogotá y con ellos un debate eterno y la violencia verbal de siempre.

Si algo nos comprobó la votación del plebiscito por la paz del pasado 2 de octubre o las divisiones entre Petristas y Peñalosistas en Bogotá, es que Colombia es un país fragmentado y radicalizado. Cualquier debate a cualquier escala, está evidenciando que hay varios países dentro de un gran país.

Fotos de la velada: Alejandra Mar // Fotos de las protestas antes de la corrida: Daniel Álvarez

Luego de cinco años sin corridas en la Plaza de Toros La Santamaría, un fallo de la Corte Constitucional levantó la medida tomada por el gobierno de Gustavo Petro. Aun cuando la administración actual estaba en contra de esa decisión, tuvieron que obedecer. Como lo explica El Espectador, el fallo de la Corte “determinó que así la Plaza sea propiedad del Distrito, había sido construida para celebrar corridas de toros, y en ella se había forjado una tradición que la administración de la ciudad debe respetar. Por eso ordenó que la Alcaldía dispusiera lo necesario para que la lidia pudiera regresar a ese espacio, y de paso le pidió abstenerse de interponer acciones que entorpecieran ese propósito.”

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Desde las 6 de la tarde del sábado 21 de enero comenzaron las protestas pacíficas de animalistas y antitaurinos cuando la organización civil Colombia Sin Toreo convocó una velada frente a la Plaza de Toros. Cerca de un centenar de personas se reunieron durante dos horas en este acto simbólico donde también pronunciaron arengas contra el comienzo de la temporada taurina el domingo 22 de enero.

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El panorama cambió y se agudizó el día de las corridas. Mientras en las redes sociales los hashtags #BogotáTaurina, #BogotáAntiTaurina, #BogotáSinToreo o #bogotáesantitaurina se volvían tendencia, el centro de la ciudad de nuevo volvió a recibir centenares de protestantes. Los manifestantes se concentraron en las entradas de la Plaza y a la salida de los parqueaderos aledaños para gritarles y expresarles su indignación a los asistentes a la primera corrida del año.

Shock.co

Aunque la manifestación tenía un completo carácter pacífico y no hubo disturbios, el ESMAD estuvo presente y soltó en algunos momentos de la tarde bombas aturdidoras para dispersar la gente y evitar concentraciones. Cada vez que sonaban estos estruendos, los presentes en la Plaza gritaban “ole” en una especie de celebración desafiante que evidencia que el debate es agudo y está lejos de encontrar puntos de entendimiento. De hecho, el presidente de la Corporación Taurina de Bogotá confesó en una entrevista a El Espectador que “este es un diálogo de imposible reconciliación. Quienes se oponen parten del desconocimiento y yo creo que lo que requiere este país es tolerancia y respeto. Mientras ellos se llenan de calificativos, epítetos y adjetivos, nuestro llamado para ellos es ‘oiga, respeto’.”

Doctor Krapula Mario on Twitter

A medida que fue avanzando la tarde más defensores animalistas se unieron a la manifestación. El ESMAD, en su infinita falta de tacto para resolver este tipo de situaciones, soltó algunos gases lacrimógenos que aumentaron la tensión. Pero a la usual y predecible brutalidad policial hay que agregarle la actitud de algunos asistentes a la Plaza que desde las filas les hacían pistola a los manifestantes.

Colombia Sin Toreo

El punto es que detrás de este eterno debate, que solo se resolverá como se ha resuelto hasta ahora –un ente del gobierno decide unilateralmente prohibir o permitir las corridas, sin necesidad de consensos–, se demostró una vez más que a los colombianos nos está quedando grande el diálogo y que las opiniones opuestas cada vez son más lejanas.

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