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¿Sexo con menstruación? Sólo se vive una vez

Y.O.L.O

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Californication.

Es bastante difícil vivir conmigo misma cada que me llega el periodo. En medio de la montaña rusa de emociones y sentimientos que se apoderan de mi cada 28 días, tengo que lidiar con la incertidumbre de no saber si las decisiones que tomo se las debo a las hormonas o al hemisferio cerebral sensato, procuro no desesperar demasiado cuando no me sube un pantalón porque estoy hinchada  y, como si todo esto fuera poco,  debo solucionar el temita de estar más arrecha que de costumbre pero con condiciones logísticas aparentemente adversas.

Por: Carmenza Zá @zacarmenza // Foto: Serie Californication.

Es cierto, la regla no llega sólo con un escandaloso flujo de sangre y el deseo incontrolable de hacer un ciempiés humano con todo el que pregunta despectivamente “¿estás en tus días?” sino, también,  con una horda de pensamientos pervertidos y las ganas de meterse más que un tampón.
Lo que no es cierto es que las condiciones sean adversas. Al menos, luego de un exhaustivo trabajo de investigación en google, no encontré ninguna razón médica para dejar de tirar los días en que me baja. El riesgo de contraer una enfermedad o quedar en embarazo existe con menstruación o sin ella, por lo que no está de más tener las mismas precauciones de siempre y aprovechar las ventajas que nuestro útero, en venganza por no entregarle un embarazo,  nos regala en estos días. 

En primer lugar, hay que agradecer que ya todo esté húmedo. Sí, no hay necesidad de usar las manos o la boca (si no se quiere) porque la vagina ya está lubricada y ya lo que uno le meta entra hasta patinando ¡Yeiiiiii! Además,  nos ahorramos un ratico del previo, cosa que es importante si tenemos en cuenta el tiempo que necesitaremos para limpiar el desorden en el pos. (Ya sabemos que la habitación puede quedar como set de grabación de cualquier película de Viernes 13). 

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Por otro lado, hay que agradecer ser animales de sangre caliente y celebrar que la humedad llega con mayor temperatura. No sé si eso tenga algún respaldo científico y por alguna ley de la física sea cierto, pero el punto es que todo se pone más calientito y es una sensación que, sobre todo el hombre, disfrutará. Así que, mis queridos amigos que rechazan metérselo a una mujer mientras menstrúa: los más valientes piratas, son los que navegan en el Mar Rojo ¡A babor! (a estribor no, porque la señalización de ese lado del barco es verde y no roja como a babor y pues, entonces, el chiste no queda *da bumm tsssss*)

También dicen que llegar al orgasmo en esos días hace que los cólicos desaparezcan o por lo menos disminuyan. Y así este dato no fuera cierto, si el polvo no lo mantiene a uno lo suficientemente concentrado como para olvidar el dolor bajito, pues no vale la pena y es mejor seguir usando la cama para comer helado y odiar a la humanidad por recordarte cada mes que eres una mujer y no un, qué se yo, conejo que folla indiscriminadamente.

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Por último, pero no por ello menos importante, debemos tener claro que  las alternativas en caso de que la penetración vaginal resulte dolorosa, son infinitas; no hay mejor excusa para usar todos los demás orificios que mi diosito nos dio y que tenemos tan abandonaditos el resto del mes. You Only Live Once, bebé.

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