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“El karateka”, una patada voladora a los huevos de las tendencias

En un momento de la música en que el cómo promocionar un disco en redes importa más que su contenido, Edson Velandia lanza una grabación cabalgada a pelo.

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El karateka - Edson Velandia

En un momento de la música en que el cómo promocionar un disco en redes importa más que su contenido, el músico colombiano Edson Velandia lanza una grabación cabalgada a pelo: solo guitarra y voz. Su primer video promocional, “El caníbal”, también le apunta a la celebración de la creatividad y no de lo que es “tendencia”.

Por: @chuckygarcia

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“La vaina es simple”, me escribe Edson Velandia en un email y a propósito del video lyric de El caníbal. “Es que me causa pena ver video clips y campañas de lanzamiento de los colegas con una inversión de billete alta en comparación con la calidad creativa. He visto ya varias vainas con ese interés evidente de ser pop y de tener una onda Grammy. Es evidente el interés de los amigos músicos por pegar a punta de estrategia, de apostarle primero a lo que creen les va a abrir la puerta al insípido ‘meinstrin’”.

El caníbal, que como pieza audiovisual y sin pretensión “juega al cine en una época donde el ambiente de producción apunta más al mercado que a la lúdica”, según Edson, es como una camándula de imágenes de Semana Santa que a su vez se presta como carta de presentación de El Karateka, el nuevo disco que firma el cantante, guitarrista y compositor santandereano. Un álbum que parece ir en contravía de lo que la música es, en este momento, como fuente de información y contenidos, como negocio, como creación artística o como tendencia, ya que en la comunidad virtual según parece hay más inclinación hacia quienes se supone “rompen esquemas” porque de un día para otro le piden a su CM que borre su fanpage en Facebook.

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Presentar una grabación sustentada solo en canciones que al mismo tiempo dependen solamente de una guitarra y una voz no suena como algo que va a generar “likes” o comentarios de “influenciadores”; en otra época hubiera sido considerado como algo muy normal pero en esta es casi un desacato, una insubordinación o una patada voladora a los huevos y los numerales de lo que llaman “tendencia”.

Así es El karateka, un grupo de 15 temas que Edson Velandia por fin se decidió a grabar tras años de estar tocándolos en una serie de shows por todo el país, y algunos por fuera, en los que lo que uno iba a ver y a escuchar era simple pero al grano: a él narrando historias escuetas y sin encriptaciones y en donde a las cosas se le llaman por su nombre, incluido el crimen del humorista Jaime Garzón. Cuando comenzó a hacer estos shows hacía poco que Edson había decidido parar con Velandia y La Tigra, su banda, con la que tanta lora ha dado y tan buenos discos le ha dejado a la música colombiana; su idea era no grabarlos en un estudio pero como su instinto siempre lo lleva a desmarcarse (incluso de sus logros más grandes) terminó metido en Audiovisión, un lugar en Bogotá en el que se han grabado buena parte de los elepés inolvidables que este país tiene entre su inventario.

Para promocionarlo, primero salió El caníbal, que estuvo a cargo de la productora independiente Señal Sur y que afirma Edson Velandia “no es para protestar contra lo establecido ni es un video pensado para promocionar artistas ni canciones sino para ser una obra en sí misma, simple, si se quiere, grabada en el pueblo de Piedecuesta con una sola cámara, sin luces ni maquillaje”; y luego surgió la idea de hacer un concierto de lanzamiento junto a Marc Ribot, que es otro de esos músicos que agarra una guitarra y no la suelta hasta que le saca chispas. Un genio, a decir de la prensa especializada, que siempre que habla de él no se ahorra calificativos ni proezas ni referencias a sus más destacados álbumes, imposibles de memorizar hasta para el más fanático de su obra, pues son muchos y tan diversos que ni el propio intérprete neoyorquino los debe recordar todos.

El jueves 12 de mayo en el Teatro Colsubsidio Roberto Arias Pérez (ver evento)está citado el combate entre Velandia y Ribot, y esta noche será el momento ideal para escuchar las canciones de El karateka, una tras otra, y entre las que cabe mencionar cuatro que pagan no solo la boleta sino la adquisición de este disco en formato físico (que por cierto, lo van a vender el día del show): Jaime Garzón, de la que ya se hizo mención, el Chulo, Los bobitos y el Infiel, este último el jadeante, atropellado e impúdico tema que abre el disco y que lo conecta a uno con la picaresca de un autor que brinca entre palabras como él solo sabe y que celebra la creatividad sin jueguitos inocuos.

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