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El regreso de Guns N’ Roses: ¿Es para tanto?

Son cabeza de cartel del Coachella 2016 y posiblemente la contratación más cara de dicho festival.

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Por: @chuckygarcia // Foto: Twitter del artista.

Son cabeza de cartel del Coachella 2016 (abril 16 y 23) y posiblemente la contratación más cara de dicho festival (aunque no provenía de una fuente oficial, en redes circuló la noticia de que Guns N’ Roses cobrarían 3 millones de dólares por cada show de su regreso con la alineación original y 8 millones de dólares por encabezar festivales). De entrada, algo tan mediático como arriesgado: las casas de apuestas dirían que hay el 50% de posibilidades de que sea un gran desastre. 

Incluso, si nos remitimos a los hechos, exactamente a la última gira de presentaciones que Axl Rose realizó bajo la marca “Guns N’ Roses”; las opciones de que termine siendo un reencauche sin gracia son del 99%.

Cómo olvidar tan lamentable directo, con un Axl Rose vestido como para escena de “Secreto de la montaña” y que había cambiado sus emblemáticos gritos sostenidos por dos tanques de oxígeno ubicados a un costado del escenario y a los que acudía entre tema y tema. Fue a las afueras de Bogotá, en el Parque Jaime Duque, en marzo de 2010 y en el marco de la gira del álbum “Chinese Democracy”, un título que quedará para la historia como el único elemento realmente consecuente y lógico para una producción que casi toma 20 años en hacerse y que al igual que las cosas baratas que vienen de China se dañan con solo sacarlas de la caja. 

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Las canciones nuevas que Axl Rose interpretó esa noche en Colombia no tuvieron mayor eco entre la audiencia reunida; y las canciones viejas estuvieron más cerca del nivel de una banda tributo que de esa gran agrupación que entre 1987 y 1993 estaba en la cima de la cima del mundo con una actitud que literalmente arrasaba con los escenarios y dos discos que, le gusten a quien le gusten, bien pueden estar entre los 100 mejores, más representativos y vendidos de todos los tiempos: “Appetite for Destruction” y el doble “Use Your Illusion”.

Claro, han pasado cinco años desde el tour del “Chinese” y ahora el regreso es junto a Slash, que a diferencia de Axl Rose se ha mantenido en forma en estos años con varios discos, proyectos y bandas; y no junto a los “Guns” de nómina que Rose trajo esa última vez a Colombia, por ejemplo, como sacados de un reality de imitadores y no tanto como una banda soporte capaz de brillar por sí misma. Pero, ¿y la música? Si lo más reciente es “Democracy”, ¿alguien quiere escuchar a Slash o a Duff McKagan tocando un álbum frankensteiniano que además les es ajeno? 

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La otra opción, obviamente es volver a los grandes clásicos que Guns N’ Roses le dejó a la música, no solo en “Use” o en “Appetite for Destruction” sino en su disco de 1988, “G N' R Lies”. ¿Pero está la gente lista para escuchar un “Welcome to the Jungle” con un Axl Rose que como figura y a estas alturas está más próximo a “Welcome to McDonald’s, ¿en qué puedo ayudarle”?

Lo de la gordura del cantante obviamente es un chiste, incluso un mal chiste sabiendo que el sobrepeso es un problema de salud pública. Y así como es un chiste, pues tampoco puede ser una razón para decir que las cosas serán un desastre y que lo de Guns N’ Roses en Coachella 2016 terminará defraudando a los ya defraudados fanáticos. Lo que sí resulta razonable, es preguntarse cuál es el valor de la música de la famosa banda en una época en donde atravesamos por una zona de confort musical, y en la cual el público de este tipo de festivales son justamente quienes parecen más sintonizados con el EDM que con el rock. Más con tipos como Calvin Harris, quien justamente es cabeza de cartel en Coachella 2016 (y quien de seguro debe tener afeitadas las axilas tanto como su música); que con una banda que rompa sus instrumentos contra el suelo y que mientras toque transpire alcohol y exhiba su barriga con orgullo y de una forma desafiante.

Dicen que los buenos caballos de carreras siempre vienen de atrás hacia delante, pero en este caso deberían dejar primero que la yegua pierda un poco de peso y vuelva a tomar esos bríos que hicieron de Guns N’ Roses una patada de burro el pecho. Quizás lo de su regreso no es para tanto ni como lo pintan, y lo del Coachella lo único que va a lograr es precipitar un nuevo acabose para algo que es mejor recordar tan solo a través de sus discos.

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