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"Pelotudos", a propósito de los calzoncillos de James Rodríguez

Tener que seguir leyendo que James brilla más por las microfibras que por sus golazos tarde que temprano va a resultar decepcionante

Por: @chuckygarcia / Columnista invitado.

Hubo una época en que los futbolistas colombianos eran noticia porque inflaban la red. No porque vendían ropa interior. De hecho no recuerdo que en los años 80 o incluso 90 un jugador en calzoncillos saliera en la portada de un periódico; y mucho menos que un periódico le diera una página completa para mostrar que el nuevo uniforme de su equipo lleva un dragón estampado y el jugador, bajo el uniforme, un bóxer de microfibra (ver el boom del fútbol en calzoncillos).

¿Acaso antes éramos menos “pelotudos”, como dirían los argentinos, o es que ahora nos importa tanto un futbolista como para anunciar con un megáfono cualquiera de sus “pelotudeces”? Claro es que el paso de James Rodríguez al Real Madrid y con el número 10 en su espalda es digno de admirar y aplaudir; pero hacer de cada uno de sus entrenamientos, partidos, declaraciones, acciones y calzoncillos un titular está convirtiendo la “Jamesmanía” en una “Jamestupidez”.

Si los goles son amores, como dicen en el argot futbolero, ¿qué viene siendo entonces que un jugador tenga su propia marca de ropa interior? (ver nueve futbolistas en calzoncillos)¿La respuesta mercadotécnica del fútbol moderno a ese viejo fútbol sin redes sociales en el cual no importaba el jugador en calzón sino el jugador que la metía? ¿O acaso la forma más informal de sacarle provecho al publicitado fichaje de James, como cuando el 31 de diciembre la Feria del Brasier y Solo Kuko's hace su agosto vendiendo cacheteros amarillos?

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Cualquiera que sea la razón, tener que seguir leyendo que la nueva estrella del equipo merengue (ahora el equipo dragón) brilla más por las microfibras que por sus golazos tarde que temprano va a resultar decepcionante; sobre todo en un país como Colombia y en donde la gente cambia de opinión como cambiándose de cuco suerte.

Si a James “Goku” Rodríguez le da por seguir exhibiendo sus esferas a cualquier precio y antes que sus goles; quienes hoy lo idolatran y publican su foto en bóxer le van a pasar cuenta de cobro, sin fotocopia de la cédula  y no precisamente a 90 días.

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