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¿Ella, Él o Elle? ¿Cómo reconocerme en el lenguaje si soy de género fluido?

La artista trans de Buenaventura, LoMaasBello, cuenta lo que significa el lenguaje inclusivo para las personas de género fluido.

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Cortesía LoMaasBello

A propósito del mes del Orgullo LGBTIQ+, LoMaasBello, artista trans de género fluido de Buenaventura, escribió para Shock una columna, en clave de pregunta y respuesta, sobre uno de los asuntos más polémicos en las cuestiones de género: el uso del lenguaje inclusivo.

Por LoMaasBello* // @LoMaasBello

Desde hace un tiempo hemos visto una ola de “e” y “elles” en nuestro lenguaje hablado y/o escrito que muchas veces nos cuesta trabajo interpretar: el tan temido lenguaje inclusivo. Debo confesar que esto es algo que aun a mí misme, como persona negra trans de género fluido me cuesta adoptar, pero pongo todo el empeño a diario para desaprender esas concepciones hegemónicas que nos han oprimido desde siempre y que se ven reflejadas hasta en nuestras formas de comunicarnos.

—Mmmmm… ¿Cómo así que hegemónicas?

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Por hegemónico podemos definir, en palabras coloquiales, lo que es dominante o se impone como regla. Por ejemplo, los países que se denominan de primer mundo  ejercen hegemonía sobre otras poblaciones imponiéndose sobre estas en temas económicos, culturales, militares y/o políticos. Así mismo pasa en nuestra cultura ya que ciertos valores, creencias e ideologías son impuestos sobre grupos poblacionales que representan una minoría. Como cuando las personas diversas tenemos que “Salir del closet”, has pensado ¿por qué nunca un “hombre” hace una reunión con toda su familia para contarles que se siente atraído hacia las “mujeres”?

 —Pero ven, ¿cómo es eso de persona trans de género fluido?

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Las concepciones sobre el género y la diversidad han abierto el espectro de lo que conocemos en occidente como válido y/o natural respecto a la identidad de género. Hombre y Mujer no constituyen la regla, sino que son más bien un matiz en la amplia paleta de colores del género. Y es aquí donde nos situamos las personas de género fluido, no binarias, maricas, al no identificarnos con ninguno de los dos géneros binarios (hombre/mujer) o identificándonos con ambos.

—Ah, ok no sabía. Pero ven ¿eso que tiene que ver con que usar Elle o E al final de cada palabra. O sea, cada quien que haga de su cuerpo lo que quiera, pero pues ya eso de cambiar el idioma se me hace exagerado.

“El lenguaje es una herramienta de comunicación y, como tal, las palabras significan lo que las personas y la cultura en la cual están inmersa acuerden que signifiquen”. Cuando no incluimos en nuestro lenguaje a las personas de género fluido estamos negándoles su existencia. Por esto que resulta tan importante implementar nuevas terminologías que nos permitan no invisibilizar a quienes nos salimos de la regla binaria del género.

Antes de comenzar a leer sobre géneros fluidos o no binarios me daba ansiedad que me preguntaran sobre mi identidad de género. No sabía qué responder. Era, literalmente, como si mi sentir respecto a mi cuerpo y mi forma de mostrarme al mundo fuese algo de otro planeta. Hoy gracias a estas lecturas e información puedo hablar libremente al respecto y me siento más segure de mi misme.

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Algo similar pasaba con la medida de “Pico y Género” adoptada en Bogotá durante la cuarentena por Covid-19. A pesar de que se supone que las identidades trans podían circular libremente el día asignado al género con el que se sienten identificades, las personas de género fluido quedamos en un limbo porque no existió nunca un pronunciamiento claro sobre el día específico que podíamos ir a la calle. Al ser el “Pico y Género” una medida basada en el estereotipo de lo que es  Hombre/Mujer, cualquier ser no identificable se convierte en sospechoso. Esto  generó una ola de ataques verbales y en algunos casos hasta físicos, porque sencillamente la población en general no considera las experiencias de género fluidas como válidas.

Ahora, volviendo al lenguaje, es muy importante aclarar que el lenguaje inclusivo no busca ser aplicado a objetos inanimados. Recientemente, también vimos una ola de memes en Internet afirmando que el lenguaje inclusivo nos llevaría a tener que cambiar todo el español porque tendríamos que decir “libre” en vez de “libro”, “came” en vez de “cama”, y un sin número de ejemplos ridículos que no vienen al caso.

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EL LENGUAJE INCLUSIVO APLICA SOLO PARA DESIGNAR PERSONAS.

—Pero mira que la RAE (Real Academia de la Lengua Española) dijo que no al lenguaje inclusivo y pues esa es la máxima autoridad en el Español.

En el año 2019 la RAE se pronunció en contra de la adopción del lenguaje inclusivo, asumiendo una postura arcaica que niega el hecho de que los idiomas son cambiantes y evoluciona en la lengua de sus hablantes. Además, como dijo Mamen Horno, profesora de Lingüística General en la Universidad de Zaragoza, “la lengua se puede utilizar como arma política”. En ocasiones ha estado al servicio del poder, pero esta vez, con un elle o una e podemos dar un paso más allá en la reivindicación de los derechos de quienes hemos sido invisibilizades durante siglos de historia occidental.

LoMaasBello le canta a las identidades diversas en ‘Shutup’ —Pero si a veces uno ni sabe si es hombre o mujer. Ya con todo esto de los géneros fluidos, como dices, pues uno no sabe cómo referirse a las personas.

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¡Bingo! Por eso, cuando no conoces la identidad de género de alguien y no quieres asumirla y equivocarte puedes usar pronombres neutros y así ¡todes felices!

—Empiezo a comprender, pero ¿no se supone que en español es género masculino es neutral y que se incluye a ambos géneros cuando por ejemplo se dice los niños o los profesores?

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Es muy cierto que nosotres como hispanohablantes hemos establecido el masculino como genérico, y también es cierto que es una forma más de afirmar que lo masculino es superior o genérico lo mismo que sucede con lo blanco respecto a las llamadas personas de color, donde estas últimas representamos lo no normativo y por ende lo no deseable. Es necesario desmantelar estas formas hegemónicas de nuestras mentes y qué mejor que comenzar con nuestro lenguaje y así contribuir a la construcción de una sociedad donde todes seamos igual de valides.

Lo que no se nombra no existe y esta es la afirmación que, precisamente, motiva este artículo. Poco a poco nos acostumbraremos al elle, nosotres y palabras terminadas en e. Aunque, por ahora, esto es un cambio político-identitario creo firmemente también que la RAE lo aceptará en algún momento.

No se imaginan lo maravilloso que es ver a mis familiares, amigues y seres cercanes usar el pronombre indicado para referirse a mí. Es como si volviese a nacer cada vez que les escucho y me confirman que vale la pena todo el proceso de educación que he emprendido en las comunidades a las que pertenezco.

Deseo que a nadie más se le niegue su existencia a través de pronombres o palabras con las que no se identifica. Hagamos de esta una mejor sociedad y comencemos a implementar el lenguaje inclusivo, aunque suene algo raro al inicio pronunciar o escribir algunas palabras, de seguro que tu amigue, hermane, compañere de clases o alguien de tu círculo cercano te lo agradecerá.

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*Columnista invitada. Para ver más contenido relacionado con la comunidad LGBTIQ+, pueden visitar nuestro especial: Orgullo LGBTIQ+

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