“A Alejandra Monocuco la mató la transfobia y la serofobia. Cuando necesitÓ asistencia médica, llamaron al 123 y se negaron a atenderla por ser VIH positivo. No siendo esto suficiente, tardaron 15 horas en realizar el levantamiento de su cuerpo. #JusticiaPorAlejandra”. -Red Comunitaria Trans
Fotos: Alegandro Gómez @lupas91
La quinta edición de La Marcha Trans de Bogotá ocurrió el viernes 3 de julio de manera presencial, a pesar de la pandemia. Cerca de 1000 personas se reunieron en el Parque Nacional y recorrieron más de dos kilómetros hasta el parque de los hippies. Su objetivo: protestar por la situación de inseguridad y abandono con el que vive la población Trans.
Este año a la marcha se unieron colectivos de otras ciudades que marcharon en simultánea. Desde Medellín, Popayán, Tunja y Arauca las trans levantaron su voz ante un escenario que se ha vuelto inaceptable.
Con la avanzada de la pandemia y la necesidad de confinamiento, la situación de las personas trans se vio más vulnerada, no solo por la negligencia estatal, sino por el número de homicidios y la situación de pobreza y abandono en el que quedaron las trabajadoras sexuales trans.
La marcha pedía garantías para preservar la vida, para que exista un plan de contingencia para continuar en confinamiento, y para que garanticen la seguridad y no continuar con los abusos policiales transfobicos a los que se han visto expuestas.
La Red Comunitaria Trans lidera, con iniciativas permanentes, esta batalla por reconocer el derecho a la vida y el acceso a los derechos humanos de la población trans.
