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La fuerza de la militancia en Rock al Parque

El rock es vocero de pensamientos transformadores y revolucionarios. De ideologías que, en contravía a la furia de sus sonidos, le apuestan a la paz.

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Rock Al Parque (foto: Diego Vega)

Militancia. Vivir y morir por un estilo de vida. La fuerza de las ideas. Esa, por encima de las discusiones sobre nombres y organizaciones, es una de las fortalezas invaluables de Rock Al Parque. Algo que hoy, en el segundo día de programación, se celebró por lo alto. El rock como vocero de pensamientos transformadores y revolucionarios. De ideologías que, en contravía a la furia de sus sonidos, le apuestan a la paz, a la convivencia, a la unión, a la construcción de un mejor país. O por lo menos a uno sin tanta corrupción y entrega absoluta a intereses privados.

Por: Juan Pablo Castiblanco Ricaurte @KidCasti / Foto por: Diego Vega

Arrancaron Polikarpa y sus Viciosas temprano ante un Escenario Plaza a un quinto de capacidad. Aceptable asistencia para un show de apertura, pero poco para lo que esta institución del punk colombiano que cumple 20 años se merece. La idea de obligar a la gente a que llegue desde temprano va bien, pero aún faltan un par de ediciones de acostumbrar al público. Las Polikarpas aprovecharon su momento en el escenario para convocar en el espacio entre canciones a una docena de mujeres activistas en diferentes frentes sociales a que denunciaran con sus propias voces lo que las punkeras proclaman en sus canciones: la fuerza del feminismo, los excesos del Estado, las ejecuciones extrajudiciales, la minería ilegal. Militancia. El rock no se queda callado. 

La programación y el diseño de las tres tarimas ofrecieron tres festivales dentro de un mismo festival. El duro, el pesado, el que responde a la noción más purista de rock, en el Escenario Plaza. El más cercano a la fuerza del dub, del reggae, del ska, en el Escenario Lago. Y el más “alternativo”, el que más ha buscado reubicar las fronteras del rock, en el Escenario Eco. Eso provocó enfrentamientos interesantes entre tarimas. A la misma hora, I.R.A. y Meridian Brothers. A su manera, igual de contestatarias. A su manera, igual de revolucionarias. La primera de manera más directa, frontal, estruendosa. Llevan treinta años en el frente de batalla, afirmando que el punk es para construir, no para destruir. La gente respondió con un pogo histórico y erizante, que ocupó casi tres cuartos de la Plaza de Eventos. La segunda, Meridian, revoluciona de manera más indirecta, sutil, casi que través de la burla, pero sin dejar de romper con el establecimiento. 

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