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Mujeres y Rock al Parque: ¿por qué es una relación agridulce?

¿Qué le falta a Rock al Parque para ser un escenario más cómodo para mujeres en las bandas y como asistentes?

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ARCHIVO SHOCK

Más allá de la tarima, Rock Al Parque se sigue sintiendo como un evento principalmente pensado por hombres y para hombres. Aunque en los últimos años las cosas han cambiado y hay iniciativas de parte del festival para cambiar las cosas, el ecosistema roquero sigue sin cambiar dinámicas de fondo.

Por: Alejandra Gómez @bichemusical para Todopoderosa @todopoderosx*

En nuestro tiempo de roles heredados hay instaurada una inercia social que nos lleva a ignorar la falta de diversidad en la mayoría de los carteles de festivales de música a los que asistimos. Una suerte de lente que somete nuestra visión a un encasillamiento de género en que todo lo vemos de una u otra forma sin ningún matiz y que nos impide notar ciertos comportamientos que asumimos y aceptamos como convencionales y no problemáticos. Si hay un cartel de festival curado intencionalmente con proyectos liderados por mujeres, sabemos de entrada que ese es el propósito, pero si vemos un cartel que no está diseñado para tener exclusivamente proyectos liderados por hombres, no lo notamos y asumimos que es lo “normal”. Lo normal queda aquí confinado a esas convenciones sociales que damos por ciertas y que se han naturalizado en nuestra comunidad, pero que es necesario someter al escrutinio público.

Es muy probable que la cantidad de bandas masculinas de rock sea mucho mayor que las femeninas, pero eso no debería ser una excusa para mantener una industria musical de una participación mayormente masculina, sino que debería invitarnos a reflexionar por qué esas mujeres que estudian o se dedican a la música no lo extienden a una carrera profesional o no lo adoptan como una actividad económica principal en sus vidas. Se sabe que mantener una banda activa no es una tarea fácil ni en los escenarios ni detrás de ellos, pero sin duda hay retos mayores que enfrentamos las mujeres en la industria de la música. Eso sin entrar en los problemas mucho más profundos que enfrentan las demás personas que se identifican como mujeres o con las nuevas feminidades.

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A propósito de uno de los eventos musicales más emblemáticos de Bogotá, el Festival Rock Al Parque, que celebrará sus 25 años del 29 de junio al 1 de julio, me senté a repasar algunas de las estadísticas disponibles con la ayuda de su programador artístico Chucky García. De un total de 70 bandas que participarán en esta edición, 20 de ellas tienen integrantes mujeres o son lideradas por una mujer resultando en un 28.5% de participación femenina en las bandas invitadas o por convocatoria.

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Estarán también en el escenario dos artistas invitadas al show especial de cierre que juntará a la Orquesta Filarmónica de Bogotá –que cuenta con músicas mujeres entre sus integrantes–, con una banda base –que incluye a la bajista Juanita Carvajal–, e invitados especiales para que interpreten himnos icónicos del Festival. Este año participarán además cinco agrupaciones del proyecto CREA (Centros de Formación Artística, dirigidos a niños y jóvenes,  y presentes en 20 sedes en 17 localidades de la ciudad) de la Alcaldía de Bogotá, de las cuales cuatro son lideradas por mujeres. De todas las bandas que presentaron audición para CREA, se notó una mayoría en la confirmación de bandas femeninas lo cual es gran paso para las bandas locales.

Entre las invitadas internacionales está la compositora y escritora dominicana, Rita Indiana; la banda de garaje y surf japonesa The 5.6.7.8´s; la finlandesa Tarja; la argentina Eruca Sativa; los franceses Kap Bambino, la española Cristina Rosenvinge; y las hermanas mexicanas de The Warning (tres chicas que aprendieron a tocar con el videojuego Rock Band y de ahí pasaron a hacer un cover de Metallica que eventualmente las llevó al show de la norteamericana Ellen Degeneres y por medio del dinero recolectado en un crowdfunding terminaron estudiando música en Berklee).  Por parte de las nacionales tendrán integrantes femeninas Estados Alterados, Curupira, Aguas Ardientes, y la banda de metal de Pasto Lucifera, liderada por Alejandra Blasfemia. También estarán Delta Y The Feedbacks, y Caravanchela. En los seis shows especiales de bandas bogotanas de la convocatoria pública de los estímulos de IDARTES, están Odio a Botero, Pedrina y Los Klaxon.

Vea también: ¿Cómo están los festivales latinos en participación femenina?

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Se entiende que un festival realizado con fondos públicos deba tener entre sus intereses la mayor representatividad posible de la diversidad y que les sea más fácil tener unos lineamientos claros de las acciones que se deban emprender desde los gobiernos locales y nacionales. Sin embargo, muchas veces, favorablemente cada vez menos, nos vemos rodeadas de espacios de los cuales nos sentimos excluidas. Rock Al Parque, siendo un evento público, indudablemente logra mantener su línea curatorial clara y un balance de género en los escenarios muy positivo que no debería ser una sorpresa pues ser mujer no es un género musical como lo hacen creer algunos de los promotores del país.

En el 2018 el festival fue anfitrión de 55 bandas entre distritales, nacionales e internacionales. De esas 55 bandas, 13 contaban con integrantes mujeres representando el 24% de la totalidad del cartel, una cifra que sin duda podría mejorar. En el conteo realizado por nuestra colega Daniela Trujillo de Todopoderosa y pluma del blog Non Serviam, el primer día tocó una banda con integrante femenina, el segundo día tres y el último día nueve. Esta diferencia en la cantidad de bandas por día puede ser el resultado de lo que sucede en el escenario ECO los lunes cuando se convierte en la tarima dedicada a los proyectos liderados por personas que se identifican como mujeres. Este hecho puede levantar algunas críticas debido a la llamada discriminación positiva, pero el hecho de que no lo comuniquen explícitamente y que mantengan la fidelidad en la programación artística, hace que la acción de programar este tipo de proyectos resulte más orgánica que impuesta aún siendo una medida un poco forzada. Será cuestión de tiempo y de educación colectiva dejar de implementar este tipo de acciones que de momento parecen a su vez excluyentes para pasar a la promoción de escenarios realmente balanceados de manera natural. Del 2018 cabe remarcar además la presencia de Liniker E Os Caramelows, la primera mujer trans en el festival y la participación del colectivo drag House of Tupamaras en la presentación de la banda rusa Pussy Riot.

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En cuanto al público, de las estadísticas disponibles en el libro de los Festivales Al Parque recopilado y publicado por IDARTES, el año pasado asistieron al festival Rock Al Parque 119.579 hombres y 61.252 mujeres. En comparación con lo otros festivales Al Parque del distrito, Rock Al Parque es uno de los festivales con menor asistencia de mujeres junto a Hip Hop Al Parque. Colombia y Salsa Al Parque son los que más se destacan por su amplía asistencia de mujeres,  y esto se debe en gran medida a que estos dos eventos se entienden como espacios seguros, familiares y con unas instalaciones mucho más accesibles para la mayoría de ciudadanos, aunque la asistencia general sea mucho menor.

Este año, el festival junto a Bogotá Abierta creó un espacio de conversación en línea que abría con la pregunta “¿Qué le cambiarías a Rock Al Parque para que más mujeres asistieran?”, notando que, de los 184.000 asistentes del 2018, solo el 34% eran mujeres. Esta cifra se ha mantenido más o menos igual desde el inicio del festival hace 25 años. De las más de 50 respuestas de usuarios hombres y mujeres, la mayoría hacen referencia a la creación de espacios seguros, baños más accesibles y limpios, y más mujeres trabajando en todos los frentes del festival desde las requisas y la producción técnica hasta los escenarios. Esto da cuenta que más allá de la tarima, Rock Al Parque se sigue sintiendo como un evento principalmente pensado por hombres y para hombres. Sin embargo, este tipo de iniciativas, como la consulta abierta en línea y la creciente inclusión de artistas femeninas en su programación, evidencian un cambio e interés en la búsqueda de representatividad para los diferentes sectores de la población.

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La idea de creación de espacios seguros tanto para mujeres, como para menores y personas en condición de discapacidad, serán cambios que tomarán un tiempo en pasar pero que deben iniciar de forma contundente desde la concepción y producción misma de los eventos tanto públicos como privados. La música y la cultura son bienes y derechos que deberían poder ser disfrutados por todos y no solo por unos cuantos. Es nuestra responsabilidad como promotores y agentes de la industria nacional empezar a cuestionarnos por qué sucede que nuestros eventos sean tan excluyentes, y empezar a educarnos abierta y pacientemente como sociedad para el diálogo y el cambio de estos escenarios.

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*Alejandra Gómez es la fundadora de Biche @bichemusical, productora de proyectos musicales enfocados en la cultura alternativa latina, y mánager de Frente Cumbiero. A veces hace apariciones en las tornamesas como ChontaDJ y es cofundadora del colectivo Todopoderosa para la diversidad de género en la industria de la música nacional.

#LaMúsicaNosUne

 

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