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¿Qué le falta a los músicos independientes para lograr su revolución?

Dinero sí hay, es hora de redistribuirlo mejor y darles a los músicos su parte.

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Foto: Alejandra Mar

Son tiempos interesantes para estar haciendo música. Y por “interesantes” no queremos decir que todo es color rosa. Por ejemplo, están los análisis del grupo financiero Goldman Sachs que estiman que para el 2030 los grandes sellos disqueros generaran ingresos por más de 41 mil millones de dólares, superando los números de la época dorada de la venta de discos físicos. Según informa Pitchfork, las ganancias por ventas y licenciamiento de música grabada siguen en aumento en todo el mundo, por cuarto año consecutivo, gracias a que muchas personas ya pagan por la música a través de plataformas de streaming.

A este panorama hay que sumarle el reconocimiento que está teniendo la música colombiana en el exterior, con la consagración de artistas nacionales como iconos globales, los Grammy anglo y latino que se están llevando los nuestros, más el ascenso de otras figuras intermedias en el mainstream. Además, Colombia es uno de los países de Latinoamérica que más exporta talentos y contribuye al crecimiento de la industria musical. Según el IFPI Global Music Report 2019, el país ocupo el tercer lugar en crecimiento por ingresos con un 10,5% en el 2018, superando a grande de la región como lo es México. Y estaríamos hablando de un panorama muy bonito, casi una utopía, si no fuera porque, como en el resto de la sociedad, las ganancias y beneficios no se están distribuyendo de manera justa y equitativa para todos.

Como ya lo hemos dicho mucho en estas páginas digitales, ese orgullo por el “gran momento de la música colombiana” tiene mucho de oportunista y de vacío. Los premios y participaciones de nuestros artistas en festivales como Lollapalooza, Glastonbury, South by Southwest o Womex, entre otros, no pueden tapar lo difícil que es lograr que el público pague una boleta por ver a su artista “favorito” y, por ende, lo difícil para los artistas que es vivir enteramente de la música.

Pero bueno, no todo el panorama es negro oscuro apocalíptico. Para revolcar el tablero y prender la luz al final del túnel están los artistas independientes levantando su bandera, buscando más apoyo, y creando sus propios circuitos de distribución y modelos de negocio para hacer de su oficio algo rentable y para mantener libertad creativa. Según un informe de MIDiA Research en asociación con el sello discográfico Amuse, los artistas independientes generaron más de $ 643 millones de dólares en 2018, un 35% más que el año anterior, cifra que se suma a la de la Music Industry Research Association que determinó que entre el 32% y el 40% del mercado global se queda en manos de dicho sector.

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Radiohead se ha consagrado como uno de los actos más revolucionarios y subversivos de la industria, demostrando que sí se pueden abrir caminos alternativos. Brian Message, socio de Courtyard Management, la compañía de management de Radiohead, dijo a Pitchfork alguna vez que “las superestrellas seguirán dominando los titulares, pero emergerá el continuo crecimiento de artistas semiprofesionales y de nicho capaces de asegurar su subsistencia”. Message también recomendó a las nuevas bandas trazarse metas cortas y alcanzables durante un par de años y mantener el control sobre sus decisiones mientras su base de seguidores crece.

La independencia no solo se trata de control creativo sino de buscar nuevas alternativas a los tradicionales modelos de negocio. Según un estudio del Deutsche Bank el promedio de la industria establece que en un acuerdo artista-sello disquero, los músicos solo se quedan con el 35% de las ganancias, pero también hay casos en los que el artista recibe el 15% o 20%. Sin embargo, con la erupción y consolidación del streaming y la distribución digital las condiciones se han diversificado; ahora los creadores de las canciones en el circuito independiente pueden quedarse con mayores porcentajes por sus reproducciones en Spotify, Deezer, Apple Music, YouTube, entre otros. Según el MIDiA Research 2019, los ingresos de streaming, junto con las ganancias de las presentaciones en vivo, constituyen la mayoría de las entradas de los artistas independientes de hoy.

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Usualmente este tipo de avances sociales que suenan muy bonito suelen estar disponibles para Europa y Estados Unidos, pero en Colombia ya están operando sellos como Amuse para ofrecerle a los artistas nuevos caminos y posibilidades de repartición de ingresos. Desde una aplicación 100% gratuita, que no cobra los costos de distribución, Amuse mide el rendimiento de los artistas y dependiendo del crecimiento, ofrece la oportunidad de trabajar con el sello, manteniendo sus derechos e independencia.  “La promesa de Amuse es siempre pensar en que los artistas deben ser dueños de su propio trabajo. Los contratos por el lado del sello discográfico, solo se abordan con acuerdos de licencia, fáciles de leer, donde mantienen sus derechos”, asegura Juan Carlos Montes, director del sello para LATAM.

El camino no es fácil pero tampoco imposible. Los momentos más difíciles son los que extraen las mejores soluciones. Súbanse al camino de la independencia.

#LaMúsicaNosUne

 

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