Antes de que los Rolling Stones se convirtieran en sus majestades satánicas, en la leyenda que son hoy, les tocó cantarle a lo que fuera. Incluso, hasta musicalizaron las mañanas de las familias británicas. Un viejo clip que estaba desaparecido de la web, volvió al universo virtual para recordarnos la época en la que Mick Jagger cantaba una canción para promocionar los Rice Krispies de Kellogs, en 1964. La canción fue coescrita por Brian Jones, fallecido guitarrista de la banda, y la agencia de publicidad J. Walter Thompson sonaba junto con un comercial en la televisión británica en aquella época.
Además de comer obleas, Jagger también es un maestro en las artes amatoriasNo contento con destruir tarimas, bailar sin pena y con mucha gloria y ser el rockstar más rockstar que habite este planeta tierra, Mick Jagger nos restriega en la cara que a sus 72 años tiene mucha más energía que nosotros enguayabados. Después de haberlo tenido en nuestra tierrita, de verlo comer oblea como un jóven universitario, nos llega la noticia de que el mismísimo Jagger es padre nuevamente - de su octavo hijo para ser más exactos-. Melanie Hamrick, su pareja de 29 años, ya tiene 3 meses de embarazo.
Si no vio a los Rolling Stones en Colombia, Cuba o cualquiera de las ciudades que hicieron parte de su tour por latinoamérica o quiere repetir tendrá una nueva oportunidad en octubre en Indio, California y con un cartel por el que morirían millones de fanáticos clásicos del rock.Desert Trip se llama el festival que el próximo 7,8 y 9 de octubre reunirá en el mismo recinto de Coachella al grupo de Mick Jagger con Paul McCartney, Roger Waters, Bob Dylan, The Who y Neil Young.Aunque parece una broma esta dosis letal de dioses del rock es real y los boletos saldrán a la venta el el próximo 9 de mayo.Los precios serán:Abono de tres días:Admisión general – $399Lugar asignado – $699, $999, $1,599Grandstand reservado – $999, $1599Pit de pie – $1,599Pase de un día:Admisión general – $199
Foto: David Schwarz (Instagram:@davidmschwarz)En septiembre pasado Keith Richards reveló que los Rolling Stones tenían "planes definitivos para grabar" material nuevo a principios de 2016. Y de acuerdo con una nueva entrevista con el guitarrista Ronnie Wood, parece que la legendaria banda está a punto de cumplir su promesa. Han estado trabajando en estudio recientemente y tenemos la esperanza de tener un nuevo disco antes de fin de año."Fuimos a cortar algunas canciones nuevas que hicimos. Pero terminamos con una racha de blues, cortamos 11 canciones en dos días ", dijo Wood a The Associated Press. Y añadió: “Son versiones extremadamente grandes de temas de Howlin 'Wolf y Little Walter, entre otras figuras del blues. Pero en realidad suenan muy auténticas.(Vea también: Simpatía por el diablo: El origen del mito de Lehder y los Stones)En la misma entrevista, Richards confirmó que "hay un álbum que viene", pero dijo que no podía ofrecer ningún otro detalle, señalando que sus "labios están sellados."El próximo álbum marcaría el regreso de Mick Jagger y compañía desde el A Bigger Bang del 2005.El mes pasado, los Stones firmaron con música un nuevo episodio histórico con el concierto que ofrecieron en cuba. (Vea: Las bandas que abrieron el camino a los Stones en Cuba)
Fotos: Getty "Sabemos que años atrás era muy difícil escuchar nuestra música aquí en Cuba, pero aquí estamos tocando para ustedes. Definitivamente los tiempos están cambiando", dijo Mick Jagger, vocalista líder de la mítica banda de rock The Rolling Stones, frente a cientos de cubanos que se reunieron para bailar, cantar y sacar la lengua al son de las canciones más lengendarias de la banda.La agrupación abrió su show con “Jumping jack flash”, continuó con "It's only rock and roll", "Angie", "Paint it black", "All down the line", entre otras. Este fue el setlist con el que enrumbaron a los cubanos.
Foto: Luis Guillermo Forero (fanático stoniano)Mick Jagger pasó por Bogotá y sus consecuencias no solamente fueron haber graduado a Bogotá como escenario musical de primer nivel certificando que acá hay un público que quiere y puede ver gigantes espectáculos de la industria musical. La visita de Rolling Stones a Colombia, tal vez el concierto más importante del año, abrió un nuevo capítulo en la cultura pop del país. De los mismos creadores de “Justin Bieber grafiteando muros y puentes”, “Die Antwoord comiendo comida vegana en Usaquen” o “Joss Stone de paseo por La Candelaria”, la semana pasada nació el “Mick Jagger comiendo oblea en el centro de Bogotá”. El legendario paseo pre-concierto del mítico cantante se convirtió en el recuerdo pintoresco más importante de la visita.Para todo el mundo la cosa paró ahí y la vida siguió como si nada, pero para la vendedora de obleas que de un momento a otro pasó de atender oficinistas insatisfechos que encontraban en la amalgama de arequipe y mora un escape a la realidad, al cantante de rock más famoso y representativo para el rock mundial. Como si hubiera estado asesorada por una de esas rimbombantes agencias de comunicaciones o publicidad, la vendedora no dejó escapar el papayazo y rebautizó su puesto como Obleas Mick Jagger, tal como lo había prometido apenas la superestrella había hecho su compra.
Por: @chuckygarcia Cinco miradas breves a lo que dejó su show en Colombia. No se trata de poner en tela de juicio los alcances de un concierto que le cumplió al público y saldó una deuda que el país tenía con la historia de la música, pero sí de repasar algunas cosas que aún no terminan de cuadrar.Uno. Seguimos siendo un país donde el valor musical de los grandes artistas que nos visitan a veces es menos que una anécdota. Siempre se hablará más de la oblea de Mick Jagger, el chicharrón de Madonna, el collar de arepas de Beyoncé, etc. Tanto así como si el artista ya probó el ajiaco; o si durante su show se puso un sombrero vueltiao y usó expresiones como “Parce”, “Qué chimba” o “Del putas”.Dos. Como alguien dijo en Twitter, los noticieros tuvieron medio año para preparar algo más significativo sobre esta visita, pero no. Se limitaron a lo de la oblea ó, peor aún, a mostrar los dobles de Jagger. Para un meme, eso está muy bien, pero ¿es todo lo que hay que contarle al colombiano del común, en prime time, sobre una banda que más allá del rock es un capítulo de la historia global de la música y de la cultura y el entretenimiento en el siglo XX?Tres. Hablando de mecato y en plata blanca, aún no es tan claro qué tan grande es el pedazo de la torta que le toca a una ciudad como Bogotá cuando es la sede de un evento de esta magnitud; y qué parte de ese pedazo alimenta realmente a la escena de la música local. Un concierto privado (o incluso un festival privado) no tiene ni puede echarse encima el piano de sacar adelante a la escena local de la ciudad que lo acoge; pero eso no impide que uno se pregunte en qué beneficia directa o indirectamente a la promoción de la música local.Cuatro. Es más que claro que los empresarios cumplieron con poner a una banda nacional para que abriera el show de los Rolling y para que pudiera mostrar su música ante un público numeroso y medianamente receptivo, pero según parece esto último no sucedió. Del show de Diamante Eléctrico en medios grandes no se publicó casi nada (solo un medio, al mejor estilo de una canción de Luis Miguel mencionó únicamente que habían tocado bajo la lluvia); y en redes los comentarios eran idénticos a los que desde hace 25 años se vienen escuchando cuando hay teloneros nacionales: que son malos, que lo importante es el artista grande y que da igual quién toque antes; que para qué los ponen si nadie les para bolas y cuando lo hacen los chiflan. ¿Será que eso solo pasa en este chiflado país, o acaso a todas las demás bandas latinoamericanas que durante este tour abrieron para los Rolling también las chiflaron, independientemente de si eran buenas, malas o regulares?Cinco. Siempre será especial ver el ambiente de concierto alrededor del estadio. Las filas desde temprano, los que se rebuscan la vida vendiendo merchandise de toda clase (no todo original, obvio); incluso los anillos de seguridad de la policía le dan un toque único y provocan la idea de lo que se viene en materia de música es gigante. Cuando hay conciertos en el estadio, lo que sucede de puertas para adentro es lo que paga la boleta, pero lo que acontece afuera también hace parte de lo que uno recordará por muchos años.
Fotos: Marcela Garcia y Santiago AcostaComo fieles creyentes asistimos a ver, por primera vez ante nuestros ojos, a la banda vigente más longeva de la historia del rock: los Rolling Stones. El estadio Nemesio Camacho el Campín fue el escenario que recibió a la banda encabezada por Mick Jagger. Las lenguas tatuadas en la gente marcaron la parada del show que significó el grado de nuestro país como un escenario privilegiado en materia de eventos musicales. Los Stones despiertan tanta admiración en su publico que ni la lluvia hizo que la gente faltara a este evento. La banda tronó más duro que cualquier rayo que cayó en la capital.
¿Qué hace una chica luciendo una blusa de los Rolling Stones en el Estéreo Picnic? ¿Acaso está en el lugar equivocado o sufre algún trastorno musical? La sabiduría popular concluye que nada de eso, simplemente son situaciones que se derivan de la dualiadad de tomar decisiones difíciles, cuando extrañamente coinciden dos eventos de primer nivel en la capital dirigidos a un público muy similar, capaz de devorarlos con la misma euforia, si la billetera y el tiempo no se interposieran.
Mick Jagger, Daniel “Harry Potter” Radcliffe, los Die Antwoord y una buena tanda de bandas internacionales andan deambulando por Bogotá hoy, subiéndole la temperatura a los megaconciertos del fin de semana. ¿A dónde fueron? ¿Qué comieron?Fui a recorrerle los pasos a Mick Jagger, a ver si de pronto, en una de esas, tenía la suerte de compartir con él (o con Keith Richards, o con Ron Wood o con Charlie Watts) una oblea, un tinto y que me contara al menos su opinión sobre este clima bipolar del que no se salva ni siquiera él. Un rolling bogotano, muy a su altura y que terminó como cualquier cristiano, bajo la tarde fría, observando cómo las palomas de la Plaza de Bolívar piden maíz. Por: Johana Arroyave // @JohanaArroyave Foto: Secretaría de Cultura Empezamos por el hotel donde se hospeda. Nada por aquí, nada por allá. En la puerta, esperando unas seis personas, de cara larga, con las esperanzas más bien bajitas y con sus artículos de los Rolling Stones ya en el piso luego de sostenerlos por horas. Y en la esquina don Armando, un vendedor ambulante, quien me hacía señas, a escondidas, que a la derecha había alguien que me podía interesar: “esos son los tombos que estaban ayer con él, pregúnteles que esos saben dónde está el famoso”. Pero, con la irreverencia que caracteriza a algunos colombianos, cuando creen que están tapando el sol con un dedo, los policías respondieron: “ese mansito está más solicitado que el presidente y aquí no está, busque en otro lado”.Caminé al restaurante donde se sentó a probar unas tortillas españolas, mero a la brasa, hamburguesa de pato y gambas al ajillo, pero me contaron que se fue abrazando a todos, agradeciendo la hospitalidad, pero nunca más volvió. ¿Habrá pagado la cuenta?Corrí hasta el museo Botero, a donde la Secretaria de Cultura lo llevó especialmente, para que se deleitara viendo mujeres con más carnita. Ante la pregunta, me aclararon que no era cierto que habían cerrado el museo solo para él. Jagger no nos haría la de J-Lo en 2005, que quiso cerrar Bulevar solo para hacer compras. El Stone es más humilde, solo pidió el favor de que se lo abrieran, si era posible, para poder ver las famosas obras de ese señor tan talentoso. “Yo estaba en la puerta, le abrí y ¡qué emoción! Uno no ve las estrellas de Hollywood nunca en este país. Más de buenas que me tocó el turno”, nos contó el celador quien prefirió no darnos su nombre porque el jefe lo regañaba. “Pero, a la salida se nos escondió, se fue por la otra puerta y nos dejó con el cuaderno listo para el autógrafo”. Sin embargo, los que sí aprovecharon, fueron los del Banco de La República, quienes no dejaron pasar la oportunidad para tomarse la foto. Así lo publicaron en su Facebook:Como Jagger, me fui por la puerta de atrás, pero como era de esperarse, no me dejaron pasar, así que caminé bajo la lluvia y a lo lejos escuché una voz gritando a la colombiana “obleas, obleeeeas, siga que sí hay”. Y, como el propio Jagger, busqué el anuncio. Así fue cómo, según me confesó la vendedora, llamó la atención del artista. Tal vez esa era la técnica, empezar a gritar en la calle del hotel, a ver si se asomaba y sacaba la lengua. (La verdad detrás de la oblea de $10.000 que se comió Mick Jagger)Caminé y caminé hasta que terminé con oblea en mano, comiendo al lado de las palomas, esperando un milagro que me hiciera señas de los pasos del Stone, pero solo me cayó la lluvia. Me quedaron muchas dudas. ¿Qué le habrían ofrecido de cena? ¿Un ajiaquito? ¿Lo llevaron a desayunar arepa? ¿Será que ya comió bandeja paisa? yo seguiré buscándolo, pero ustedes, tengan el celular prendido y con carga porque no se les haga raro que en cualquier momento se le antoje salir del estadio a comer mazorca. Y ojo que por ahí anda rondando también Harry Potter y no en escoba, ya se le ha visto varias veces tomando cocteles en el W hotel y esta tarde estuvo DIE ANTWOORD almorzando muy saludable por Usaquen.
Juancho López: no soy rockero, soy rocanrolero es el documental que narra la vida de esta figura emblemática del rock colombiano, conocido por ser “el rockero más viejo de Colombia”. (Documental compelto más abajo)El equipo de Radiónica Medellín hizo una investigación de las rutinas, conciertos y sueños de Juancho, así como en la historia de la emblemática banda Los Yetis, clave en los inicios del rock colombiano. Después de años de trabajo, han logrado concretar una visión clara para plasmar esta crónica visual.El documental ofrece una mirada íntima a la vida cotidiana, la soledad y la nostalgia que rodea la vida de Juancho López, reconocido como el "Abuelo del rock colombiano" por su contribución fundamental al inicio del género en el país.“Ningún rockero colombiano debería perderse este documental, básicamente porque es la semilla, nuestra raíz, el inicio de nuestro rock, la forma en la que nosotros nos concebimos como rockeros colombianos", opina Diego Londoño, director del documental. "Pero no solo los rockeros, ninguna persona debería perderse las experiencias, la visión y la vida de este hombre que por supuesto ha transversalizado la cultura musical rockera de Colombia”, agrega. Los Yetis: banda pionera del rock colombiano Los Yetis nacen como trío vocal en 1965, fundadores son: el cantante y guitarrista Juan Nicolas Estela y los hermanos Juancho e Iván Darío López. En febrero del 66, invitados por la compañía discográfica Discos Fuentes, Los Yetis participan en la grabación de un long play: 14 impactos juveniles!, que tuvo gran éxito. Por eso el sello les pide grabar su primer LP, simplemente llamado Los Yetis. Tras su disco debut, llegaron Los Yetis Vol. 2, en 1967 y Olvídate, de 1968. El grupo se disolvió a finales de los 60, y en 2003se reúne de nuevo hasta 2005 con la participación de Darío Marín, Pedro Pablo Arias,Victor Hugo Acevedo, Jhon Cano, Juan Nicolás Estela y Juancho López, estos últimos, miembros fundadores del grupo.
La pelea Kendrick Lamar vs. Drake empezó hace casi una década. Se dijeron muchas cosas el uno al otro, pero en esa correspondencia de canciones entre los dos raperos salieron dos “argumentos” acusatorios que me generaron más ruido que los demás. Drake dijo que Kendrick era un abusador físico con su esposa, Whitney, en la canción ‘Family Matters’:"When you put your hands on your girlIs it self-defense 'cause she bigger than you?"Kendrick acusó a Drake (una noticia ya vieja) por buscar, cortejar y “amigarse” con menores de edad."Say, Drake, I hear you like 'em youngYou better not ever go to cell block one"No vamos a discutir cuál acusación puede ser más cierta que la otra o cuál aproximación fue peor. Ambas fueron desastrosas.No he visto a la industria, ni a los manes de mis redes sociales, tan preocupados por la violencia de género tanto como cuando dos hombres decidieron usarla para punzarse el uno al otro.Tampoco conocía ese afán por castigar la paternidad ausente. En Colombia se estima que el 40% de hogares se sostienen solo por una mujer, según cifras del DANE del 2022. Y ese número no causa tanto revuelo en línea.Traigo a Colombia y a los hombres a mi alrededor a colación, porque fue ese cinismo el que inspiró y le dio forma a este texto.Santiago Cembrano lo dice muy bien en su artículo: “aunque el rap es el campo en el que el dolor se vuelve entretenimiento, no se trata de que esos versos sean parte de un coro pegadizo.”Y si bien fue el beef de Kendrick y Drake el que agitó esto lo suficiente para empezar a cuestionarnos las formas de algo tan “tradicional” del hip hop como las tiraderas, el cuento va mucho más allá.La deuda la tiene toda la industria. Me parece interesante, por mantenerlo en términos amables, que las personas que estamos en la industria, o los que consumimos música sistemáticamente, le asignemos una cualidad transformadora a la música. Algunos, dicen, que la música les cambia la vida o la forma de ver el mundo.Pero esa responsabilidad que ponemos en la música, y en quienes la hacen, es una camiseta que se puede quitar o poner a nuestro antojo.¿Cuáles son los límites de la corrección política en el arte? Quién sabe, quizá no existen o deberían existir. Entendemos a la música como algo que puede transformarnos y, por eso, a veces, se le pide corrección política.Pero esto va más allá de lo que se le puede pedir o lo que no.No hay que confundir este reclamo con una “necesidad” de corrección política en el arte. Eso es otra conversación mucho más grande.Pero a mí, como mujer y como víctima, me hace ruido la atención fervorosa que recibieron las palabras de Kendrick y Drake: más que mostrar indignación por la(s) posible(s) mujer(es) violentada(s), la audiencia sintió emoción por los egos masculinos que fueron lastimados en el proceso.A los hombres les parece más urgente prestar atención a la violencia cuando se entrega en una cajita de entretenimiento entre estrellas del pop, no cuando le pasa a las mujeres que tienen al lado. O cuando las víctimas son las mujeres cuya música consumen.Hay streamers que reaccionan a gritos porque le “sacaron los trapitos” al otro, no porque detrás de esas barras, que los hacen alucinar de la emoción, puedan haber mujeres abusadas o violentadas; hay medios investigando a fondo lo que puede ser uno de los mejores diss de la historia del hip hop, pero no las acusaciones que, de ser ciertas, deberían tener consecuencias legales.Y ahí está la deuda: acusaciones de pedofilia y violencia intrafamiliar que se quedan en versos de canciones de rap, artistas con denuncias que siguen llenando estadios y mientras tanto mujeres artistas, como Megan Thee Stallion, que tienen que convencer al mundo que lo que pasó fue verdad.La violencia contra las mujeres indigna, o llama la atención, siempre y cuando entretenga. La espectacularización, más que gestionar esa violencia de cara a la reparación, la instrumentaliza para la monetización.Entonces, mientras la mayoría de casos quedan archivados porque se vencen los términos, mientras a las mujeres se les pide ser “la víctima perfecta” y tener todo tipo de pruebas, Twitter se enciende por un par de barras y nos condiciona, nuevamente, a ser únicamente cifras en aumento.
Alicia en el País de las Pesadillas se estrena en los cines del país este 16 de mayo. Esta es una versión tenebrosa y retorcida de las aventuras de Alicia en el País de las Maravillas que lleva al público por un viaje inolvidable hacia lo más profundo de la oscuridad.Después de la trágica pérdida de sus padres, Alicia se ve obligada a mudarse con su tía Beth Crimisy a Wonderland, la imponente mansión familiar. Sin embargo, lo que comienza como una aparente escapatoria se convierte rápidamente en una pesadilla surrealista, cuando Alicia comienza a presenciar eventos cada vez más perturbadores y a encontrarse con figuras misteriosas que la arrastran hacia un mundo habitado por criaturas terroríficas y pesadillas insondables.Alicia en el País de las Pesadillas es una apuesta del director británico Richard John Taylor, conocido por trabajos previos que exploran los rincones más oscuros de la psique humana. En esta ocasión, Taylor se sumerge en el clásico de Lewis Carroll para ofrecer una experiencia que desafía los límites de la imaginación y sumerge al espectador en un mundo paralelo lleno de pesadillas y criaturas terroríficas.Esta adaptación cinematográfica no solo rinde homenaje al legado literario de Carroll, sino que también se une a una creciente tendencia de reinterpretaciones oscuras de cuentos clásicos.En un mundo donde las fronteras entre la realidad y la fantasía se desdibujan, Alicia en el País de las Pesadillas ofrece una visión perturbadora y visceral de un clásico atemporal.Alicia en el país de las maravillas: inspiración para terror Esta no es la primera adaptación de Alicia en tono de terror. En 2010 se estrenó Alice in Murderland. En esta historia, Alice Lewis, de veinte años, cumple 21 y está molesta por ello. Sus hermanas quieren animarla y deciden celebrar una fiesta de cumpleaños con temática de Alicia en el país de las maravillas en casa de Charlene Glass. Alice sabe que en el sótano de esa casa, su madre, Ann Lewis, fue brutalmente asesinada a machetazos por un asesino enmascarado 20 años antes. Las niñas establecieron la regla de que no se permitirán teléfonos celulares ni niños.Alice or the Last Escapade se estrenó en 1977 y está vagamente inspirada en la novela.
La 'Bichota' terminó su gira por Sudamérica con un último show en Brasil, sin embargo, la cantante paisa no llenó en São Paulo. Karol G estuvo en el país carioca el pasado diez de mayo y tras lo ocurrido compartió un mensaje en sus redes sociales.Aunque Karol G se ha convertido en una de las artistas más importantes a nivel mundial, y un referente en su género, no logró cerrar esta fase del tour con la asistencia que esperaba. Luego de su concierto en Brasil la artista detrás de canciones como 'Amargura' y 'TQG' hizo una reflexión en su cuenta de Instagram.“Es increíble como un día podemos tener un show de 60 mil personas y al otro uno de 13 mil y sentirse igual de lindo, igual de grande, igual de especial. La vida me sigue enseñando que nunca estamos en la cima de nada … por eso es mejor recordar de dónde vienes que creerte mucho en donde estas y así poder empezar de cero en cada lugar que sea necesario. Siempre hay un nuevo reto, nuevos desafíos, nuevos sueños por cumplir", se puede leer en su post.Así mismo habló del recorrido que ha hecho desde hace varios años para lograr que su música suene en otros países: "Hace 5 años estuve haciendo promoción de mi música en este pais y entendí que tenía que ir por partes , paso a paso, enfocarme primero en unos países, después en otros y así poder llevar mi mensaje a mi ritmo, sin afán, con mi música, en mi esencia y en los tiempos de Dios.", agregó.Finalmente, agradeció a las personas que fueron a verla en Sao Pablo y al país que, en sus palabras, la recibió y la hizo sentir especial. Este show fue el primer concierto oficial de Karol G en Brasil y el último de la gira por Latinoamérica de 'Mañana Será Bonito Tour'.La cantante regresará a tierras cariocas en septiembre para presentarse en Rock in Rio, un de los festivales más importantes del país.**Si son fanáticos de la bichoca les recomendamos leer: Karol G y las referencias en 'MAÑANA SERÁ BONITO' (Bichota Season), su último álbum.
Laüra Bonsai y Felinna Vallejo conforman Las Ninyas del Corro, una de las formaciones más interesantes de la nueva escuela del rap español. Nuestro colaborador Santiago Cembrano las visitó en su barrio para hablar con ellas y contarnos la historia de su álbum, Bitches in Business. ***—Es como ver follar a tus padres.El sol se derrama con placidez sobre la Plaça de la Vila, en Sant Adrià de Besòs: la periferia de Barcelona. Son las 7 de la tarde de un viernes de abril. En las terrazas no cabe nadie y el saltarín infantil está lleno: las risas y los gritos de júbilo llenan el aire. Una mujer antigua esquiva el partido de fútbol improvisado que atraviesa la plaza y se sienta con su esposo, que la espera en un banco, bajo la sombra de un árbol robusto. Él pone su mano sobre la rodilla de ella y observan a los vecinos que pasan.Laüra Bonsai es de aquí, de Sant Adrià. La rapera de 28 años está en casa, pero, entre sorbos de Cola-Cola, narra una experiencia extraña:—Es como ver follar a tus padres. Así es conocer la industria musical por dentro: "¡Buah! ¿Qué estoy viendo? ¿Cómo funciona esto?" Por eso queríamos explicarles a los demás que estar donde estamos no es lo que parece.Felinna Vallejo tiene 25 años y es de Bon Pastor, un barrio aledaño que se conecta con Sant Adrià a través de un puente, uno como el que está en el logo de Las Ninyas del Corro, el grupo que ambas conforman. Se presentaron como guerreras de ceño fruncido con Onna Bugeisha en 2021 y así construyeron una habitación propia con los códigos noventeros. Giraron por conciertos y festivales de toda España y así conocieron de contratos y adelantos, horarios y rutinas, el negocio que se escondía tras el sueño de la música. Bitches in Business de Las Ninyas del CorroDe esa experiencia, Las Ninyas del Corro hicieron su segundo álbum, Bitches in Business, publicado en marzo de 2024. Tres años después de su debut, agrietan la solemnidad con la que entraron a la cancha. Ahora se ríen más, y cuando escucha a su compañera, Felinna ríe de nuevo:—Cuando empezamos éramos dos chavalillas, había que imponer respeto. Ahora lo tomamos de otra forma, nos hemos dado cuenta de que podemos vacilar. Nos hemos atrevido, sin miedo de explorar. Me he sentido mucho más libre para decir lo que me de la gana sin censurar nada.Y tan libre. A las baterías violentas que Esse Delgado, productor del grupo y del disco, dispone en 'Las Meninas' Felinna les añade un guiño burlón que rompe el corset estricto. Luego de celebrar que ya no la agobian los kilos de más ni algunos rastros de acné, hace lo que en el debut habría sido inimaginable: "Me suda todo el coño, ni la acabo", rapea de salida, con la misma seguridad que la de Sabrina Ionescu cuando asiste sin mirar. Es un gesto de chulería que sintetiza el cambio de atmósfera entre ambos discos.—Antes estábamos más enfadadas. Pero no estábamos enfadadas, sino que entrabas así o no había manera de entrar —me explica Laüra—. Ahora hemos soltado, le hemos quitado importancia a muchas cosas. Nos hemos relajado.Los primeros temas que hicieron con la intención de crear un nuevo álbum rondaron el drumless, pero pensaron que podía aburrir al público de sus conciertos.—Nosotros hacemos todo el tiempo lo que queremos, pero también hay que pensar en lo que funciona. Vivimos esa dualidad todo el rato —explica Felinna, y yo pienso que esas consideraciones son las que hacen parte de un negocio.Un camp para hacer música en Vallirana, en el bajo Llobregat, las desconectó de las distracciones de la ciudad y puso los cimientos de lo que venía. Les gustó tanto el formato que lo repitieron en Tarragona y, luego, en Castellón, en el verano de 2023. Esse Delgado también ama el drumless; Sunday Truce, su colaboración con el madrileño Franco Carter, se sintoniza con texturas góspel y soul que se repiten sin prisa. Sin embargo, Bitches in Business, además del boom bap con el que empezaron, es hogar del repiqueteo de hi-hats y la energía ágil del trap, trap&B y sonidos que conversan con referentes contemporáneos como Kendrick Lamar, Tyler, The Creator, Pusha T, Travis Scott y Beyoncé. También caben el canto y los coros pegadizos, como en “Nasty Girl”, una canción que les enseñó que podían expresar su mensaje sin dejar de divertirse, sin quitarle naturalidad al proceso y el resultado.—Que tu madre te diga que le mola un tema tuyo, como 'Punto de partida', muestra que con los temas más melódicos Bitches in Busines ha podido llegar a más gente. Nuestros amigos lo están escuchando porque les gusta, y no porque somos sus amigas, como en Onna Bugeisha: eso mola —sentencia Laüra—. Incluso a nosotras un disco entero de boom bap nos aburre.***Bitches in Business de giraLas bocas se abren hacia lo alto en la primera fila de la Sala Apolo, y Felinna las bendice con un chorro de ron para que la fiesta siga. Es el 11 de mayo: inicio de la gira de Bitches in Business. Cientos de personas saltan y saltan y saltan y saltan con 'The Wave', un corte electrónico, impetuoso, y las sílabas se deslizan con habilidad de la boca de Laüra al micrófono. Quizás como resultado de conocer la industria por dentro, Laüra juega a la defensiva en varios momentos de Bitches in Business, como si se anticipara al rechazo de una escena que les recriminaría el nuevo estilo, que eran mejores antes.—Pensábamos que la gente del rap nos iba a odiar. Con el primero nadie te conoce, eres nueva. Toda la gente siempre nos ha dicho que el segundo disco es el más difícil. Era como Buah, este disco puede pasar desapercibido. Eso lo primero. Y lo segundo es que siempre te van a decir que molabas más antes: me pasó con Natos y Waor, los escuchaba antes. Pero es verdad que predijimos eso y no ha sido así. A la gente le ha gustado más de lo que pensábamos —me explica Laüra en Sant Adrià.Las Ninyas del Corro avanzan por caminos que C. Tangana, Recycled J y demás artistas que oxigenaron el rap español ayudaron a pavimentar. Del primero Laüra dice que es como un héroe, al infiltrar el pop para luego diversificarlo más allá de Alejandro Sanz y compañía. Desde Rosalía hasta Dellafuente, insiste, en el espectro de lo urbano están las claves de lo más interesante de la música en España. Por otro lado, Recycled era tildado de “maricón”, recuerda ella, por sus melodías y sus sentimientos: era un blandito, y por eso fue decisivo para que el paradigma cambiara y se abriera.De reivindicar lo más puro que salió de una Nueva York gélida a finales del siglo XX, Las Ninyas del Corro pasaron a celebrar a los que retaron, expandieron y reinterpretaron esa herencia en España. Bitches in Business es un álbum que dialoga con todas las posibilidades que han surgido en la última década, así como con sus artífices. Pero. Hay un gran pero.—Por suerte, tú preguntas por raperas de España y nuestro nombre se va a decir. Eso para nosotras es mucho, pero sigue faltando mucho, también. El caso de las mujeres siempre es más exigente y difícil —me dice Laüra, con voz cansada—. Todavía no es suficiente.—Solo hay pibes, yo estoy hasta el coño —la secunda Felinna, y lo repite, esta vez con mayor énfasis en cada palabra, masticando cada una, para que quede claro—. Solo. Hay. Pibes. Madre mía.Las Ninyas del Corro en la sala ApoloLa sala Apolo está llena, agitada. Laüra propone que, como no las invitan a nada, que las lleven a dirigir una sesión de cardio. Sigue cayendo ron como agua bendita, y ya no sé si es sudor esa humedad en la cara de una mujer que canta cada tema como si la hubiera escrito ella. Casi la mitad somos hombres, casi todos con la mano arriba con cada barra. Las Ninyas se refieren al público como “vosotras” y celebran lo guapas que están todas hoy. El punto de vista cambia y las mujeres, que suelen corear versos de manes para manes, quedan en el centro. La diferencia se nota. En el escenario, Laüra y Felinna no solo rapean con precisión y temple, sino que despliegan coreografías, codo a codo con dos bailarinas, que elevan cada tema. El punto de vista cambia, insisto, y yo lo agradezco tanto. Una bebé se eleva en los hombros de su padre y toda la sala le canta el feliz cumpleaños a la mamá de Felinna. Barbas salpimentadas conviven con la juventud. No cabe nadie más acá. Y cuando llega el momento de “Bagaje”, un break amenazante, Laüra cambia de óptica. Pasa a las barreras generacionales: "La vieja escuela desconsidera a la nueva, la nueva desprestigia a la nueva, qué pena".—Aprendimos mucho trabajando con LaBlackie. Ella vino, escribió y se tiró la letra de golpe. Envidio esa frescura —me había dicho Laüra esa vez en su barrio.Hay que ser exigente, pero también tener el coño de decir "Me gusta como queda y así lo tiro, porque me da igual". Eso es muy difícil que nos pase. Entonces sí, es una pena que los de antes no valoren a los nuevos, porque tienen mucho qué aprender de ellos.La canción se llama 'Deena, Snooki & Jwoww', un corrientazo que me estremece entero. Laüra y Felinna rapean juntas la estrofa de LaBlackie. El final, lo saben todas las presentes, va a estallar, y abren un círculo que se funde en una masa de carne y huesos: frenesí.—Rosalía no cantaría lo que canta si no hubiera estudiado el flamenco. Para transformarlo lo ha respetado. Se trata de respetar no solo a los que había antes que tú, sino a la música que estás haciendo —continúa el ensayo de Laüra—. Por eso también me apena que los nuevos no valoren a los que estaban. Estar informado es básico. No digo que el que está empezando tenga que saber todo, pero yo sí valoro que alguien investigue. Por eso me he sentido muy orgullosa y privilegiada cuando Elio Toffana nos invitó a su disco. La Laüra de hace diez años habría matado por una colabo con él, con Kase.O, con el Tote, con la Mala. Y ahora, cuando todo parece más fácil, sin importancia, agradezco que pase. Por respeto a mi historia y a mi trayectoria, ¿cómo no lo voy a hacer?—¡Y qué colabo! —tercia Felinna—. Yo lloré cuando el Elio nos la pasó, ya terminada. También es un tema de identidad, de sentirte dentro de la movida. Los que nos sentimos como parte del rap sentimos que es necesario entender de dónde viene.Otra forma de ver Bitches in Business: hay pesos muertos que no hay que cargar más en la mochila, y compromisos que estructuran lo que se ha hecho y lo que viene. El álbum se trata de identificar cuál es cuál.***Las Nunyas del Corro desde el barrio obreroLa pizzería, en una esquina de la Plaça de la Vila, se llama La Font. La mesera saluda a Laüra con confianza y la rapera le responde que quizás este verano deba pedir trabajo ahí, para ajustar las cuentas, llegar a fin de mes. La mesera, sonriente, le responde que qué va, que ella va a ser muy grande y me pregunta si estoy de acuerdo. Yo le digo que sí, que por eso estoy ahí. Laüra no está tan segura.—Joder, es que parece que es un momento guay para mí, pero a veces no me siento así —confiesa."Lo bueno de vivir en San Roque es que nadie roba en San Roque", rapea Laüra en 'Tridente dorado' sobre el barrio de Badalona en el que vive desde hace unos años, a un par de kilómetros de Sant Adría: uno de los más calientes de Cataluña, según titulares alarmistas de medios apocalípticos. Las Ninyas del Corro rapean desde el margen y muestran el revés de una Barcelona que opera como un parque temático de sí misma para los miles de turistas que llegan cada día. La conciencia de clase, una de las banderas que ondearon en Onna Bugeisha, sigue intacta. Se manifiesta, por ejemplo, cuando Laüra rapea, en 'Las Meninas', que en Barcelona o heredas o te las apañas. Ok, el turismo trae riqueza: ¿pero para quién?—No hemos crecido en Barcelona, sino en los barrios obreros que rodean a Barcelona —afirma Felinna.Este margen es tan geográfico como simbólico. En 'Las Meninas' Felinna se aleja tanto del lujo del barrio de Pedralbes como del centro de Barcelona donde solo hay guiris (turistas blancos) con axilas malolientes y pijos vestidos de Nude Project. Y una de las bombas llega cuando dice esto: La catalanidad de Las Ninyas del Corro es otro de los puntos de tensión: si a ella no la reconocen como catalana, me explica Felinna, pues que se jodan: ella tampoco lo llamará pan tumaca, sino pan con tomate. Laüra, por otra parte, reconoce reflejos de su caso en la historia reciente: cuando le dieron el premio Sant Jordi a Estopa, algunos catalanes protestaron porque cantaban en castellano.—Me da rabia ese elitismo, esa línea entre la burguesía y los catalanes de a pie —continúa Felinna—. Hacemos música en castellano, y por eso parece que no somos referentes en Cataluña. Pero somos raperas catalanas.—Se nota mucho el clasismo de la burguesía catalana —insiste Laüra—. Acá nosotras somos purria, escoria, como lo fueron hace tiempo los andaluces que venían aquí y supuestamente les quitaban el trabajo a los catalanes. Nuestras familias vienen de allí. Acá solo importa lo moderno, lo guay, lo fashion. Pero en este conflicto con la cultura, con la lengua, pueden existir distintas identidades además de la que se espera.El título de Bitches in Business salió en la recta final del proceso. Empezaron con una espíritu más tremendista, color azul oscuro, que plasmara su angustia. Al final eligieron un camino para sublimarla, hacerla divertida. El título es un guiño sarcástico a todo lo que han conseguido, a lo que aspiran, a todo lo que les falta y a cómo estas tres dimensiones se confunden. Un guiño que nos dice, ya lo decía Laüra, que las cosas no son lo que parecen.Felinna llegó a la entrevista luego de su primer día en un nuevo trabajo. Es temporal, me explica, para ajustar algunos números. Y Laüra, que rapea sobre cómo devuelve los trajes de diseñador que compra para un solo uso, me muestra sus manos. Sus dedos tienen marcas de pegante: esa mañana tuvo que pegar la etiqueta de un vestido para poder devolverlo.—Gitaneo, es lo que hay —admite.En ese banco de la otra esquina de la plaza todavía están él y ella, recostados en el amor silencioso y seguro que se sedimenta como la arena que cae al fondo del reloj de cristal. Antes de que nos levantemos y caminemos, yo hacia el metro —hacia el centro— y ellas hacia sus casas, acá cerca, Felinna reseña su propio álbum.—Eso es ser bitches in business —dice, entre risas—. Se trata de buscarse la vida.***¿Quieren leer más sobre rap en Español? En el camerino con Ill Pekeño y Ergo Pro