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Técnicos de fútbol con cara de señora vieja

Una nueva tendencia se apodera de los seleccionadores, sólo que pocos lo han notado

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Foto: Gettyimages

¿Entrenador o señora? ¿Profesionales del deporte o señoras que confunden monedas y billetes y ponen carpeticas acumuladoras de polvo debajo de las porcelanas para alborotarles la rinitis a los nietos? Aprendan a identificarlos.

Por Álvaro Castellanos | @alvaro_caste - Fotos: Gettyimages

Se llama "Síndrome de Pertegaz" y lo están desarrollando cada vez más hombres cuando se vuelven viejos. En un punto indefinido entre los 45 y los 50 años, sus caras comienzan a dibujar increíbles facciones de anciana, generando alguna risa discreta entre quienes lo notan. En el mundo del rock, esta tendencia se repite más de la cuenta. Paul McCartney, Steven Tyler, Marky Ramone, Paul Stanley, etc.: los rockstars avejentados son grandes contribuyentes a esta corriente genética, pero el fútbol no se queda atrás y la Copa América Centenario así lo comprueba.

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Para la muestra, Ricardo Gareca (Perú), Gerardo Martino (ex técnico de Argentina) y hasta el querido José Néstor Pékerman. No es 100% notorio, pero los más observadores habrán notado que los años les han hecho adoptar un inquietante aspecto de señora vieja. En común, los tres tienen la nacionalidad argentina, por lo que la tendencia parece concentrarse en la tierra del Papa, las servilletas que parecen papel calcante y Maradona, que recientemente se hizo un estiramiento de jeta y además los labios se le notan más carnosos. Si a esta nueva facha le sumamos los pendientes colgantes que suele usar, podríamos decir que “El Diego” quedó igualito a una señora entrada en sus sesenta y pico con problemas de retención de líquidos.

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Efectivamente, el pelo largo, los aretes, el secador, las tinturas y otros productos capilares ayudan a reforzar esta corriente. En general, son muchos los técnicos gauchos susceptibles de ser confundidos con cualquier Carmenza, Gladys o Alcira. César Luis Menotti o “Mostaza” Merlo son otros dos grandes casos conocidos.

Pero ojo. Valga aclarar que el "perteganismo" no es exclusivo de argentinos. Uno de los entrenadores menos populares de la Copa América, el seleccionador de Jamaica Winfried Schäfer, también representa esta causa por todo lo alto. De pelos rubios, abundantes, ondulados y un importante parecido con Mrs. Doubtfire (personaje del cine encarnado por Robin Williams con mucho pañete encima), la presencia del entrenador alemán en el torneo veraniego ayuda a reforzar esta nueva tendencia entre los “profes” de las selecciones del continente. 

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Mucho más sutil es el “perteganismo” de Hernán Darío Gómez. El colombiano que actualmente dirige a Panamá se suma a esta revolución genética con otro sorpresivo aspecto como de tía-abuela, acentuado por sus pómulos prominentes y un corte tipo-capul. De esta forma, el gran “Bolillo” se suma a los entrenadores con aspecto de abuela malgeniada, bonachona, ricachona o despistada, en contraste al clásico arquetipo de viejo neurótico y con insomnio, tipo “Pecoso” Castro, que ha reinado históricamente en el fútbol. 

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De la corriente de técnicos de aspecto clásico, en América todavía hay sólidos referentes. Como Dunga (extécnico de Brasil), que parece un mercenario de guerra, a lo Guile (del videojuego Street Fighter), u Óscar Washington Tabárez (Uruguay), que uno lo ve y pareciera que no ha dormido en 25 años. Simpático, pero todavía masculino es el aspecto del francés Patrice Neveu, seleccionador de Haití, quien comparte una especie de “template” con congéneres como Carlos Bianchi, Sergio Markarian, o el comediante Larry David, con prominente nariz, calvos en la coronilla, pero abundante pelo ensortijado atrás y a los lados. Todos ellos representan una especie de oficialismo sobre los mencionados “perteganistas”.

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El síndrome de Pertegaz, por si las dudas, no es una invención de un guionista cómico. Es una condición real y su precursor fue un famoso diseñador de modas español llamado Manuel Pertegaz (fallecido en 2014) y quien terminó aportándole su nombre a esta tendencia. Es también conocido como “síndrome de la señora mayor”, en el que la huida de testosterona, y el apego a un look nostálgico de juventud, hacen que los hombres, una vez llegan a una edad de jubilación, terminen viéndose como Mickey Rourke o Maradona (por las cirugías plásticas) o como un Mick Jagger, líder de Rolling Stones, que bien pudo ser el doble de acción perfecto de Teresa Gutiérrez.

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En la Eurocopa de 2016 el “perteganismo” de los seleccionadores es muchísimo más moderado. El mejor torneo de fútbol del mundo tiene pocos afiliados al síndrome de la señora mayor. Apenas Roy Hodgson (Inglaterra) y Jan Kozak (Eslovaquia) hacen fila para afiliarse a este creciente orden genético. Como clases predominantes, hay varios tipos de técnicos. Está la cuota del “viejo bacán”, con Vicente del Bosque (España) como abanderado. También, una facción tipo “gentleman” culto-europeo, donde Antonio Conte (Italia) y Joachim Löw (Alemania) son referentes. Y luego hay varios estereotipos físicos, como el de Leonid Slutski (Rusia), que parece salido de una máquina para hacer rusos.

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Siendo el fútbol una de las manifestaciones masculinas por excelencia, la oposición del síndrome de Pertegaz no demora en inquietar al “hetero-patriarcado” del hombre sobre el deporte rey. Sin saber si los DT mencionados van a comenzar a confundir los ceros a la derecha en monedas y billetes, o a poner carpeticas acumuladoras de polvo debajo de las porcelanas para alborotarles la rinitis a los nietos, fuera de chiste, lo que importa siempre será que dirijan bien.

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