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La venganza del porno

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Humillado hasta los mocos por unos cachos bien bravos que le rebosaron la cordura,  'obligaron' a Mat35 a publicar en línea tres videos porno que le había prometido borrar a su ex novia antes de que le vieran la cara de X@!, me asegura en un foro del Dark Web al detallarme su venganza. ¡Alto!. Sí usted no ha sido víctima de nada por el estilo, no deje de leer a continuación.

Por: Álvaro Corzo V. @corzo360 // Foto: Latin Stock.

Antes bastaba con mandar un mail al servidor de Facebook, Twitter, Instagram o cualquier otra red social para que se eliminara cualquier video porno (ver Lecciones de porno con Esperanza Gómez) o fotos en las que usted sale sin ropa y con mucho sudor en la frente, las cuales hayan sido posteadas sin su autorización. Hoy no hay nada que hacer, siguen creciendo en el Dark Web el número de portales que rompen todas las reglas de esta retorcida clase de revancha, la venganza del porno.

Sin piedad, ni mucho menos decoro este devastador servicio de portales como PinkMeth, Nefarious Jobs, Masters of Revenge entre muchos otros ofrecen a sus clientes hackear el computador de la victima por algo cercano a los 0.69 BitCoins, aproximadamente unos 400 mil pesos.  Luego de decodificar su acceso y revisar hasta el último rincón del disco duro tomarán y extraerán todas las fotos y videos, protegidos o no, en las que encuentren a la victima en cueros.

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Una vez extraídos los archivos de forma completamente anónima, parte del servicio incluye la difusión de este material en las todas las redes sociales de la victima. Facebook, Picassa, Instagram o cualquier otro rincón del ciberespacio donde existan boronas de identidad de la víctima. Hackeando los controles sobre material de contenido explícito logran su cometido posteando todo el material online sin importar cuan gráfico sea.  Una vez en línea, el daño está hecho.
 
De ser necesario y por más billete digital, es decir BitCoins, estos mercenarios del Dark Web ofrecen ir incluso un paso más allá, al punto de recrear fotomontajes profesionales de su ex teniendo sexo, oliendo perico o la marranada que usted se imagine.
 
Recientemente Shelby Conklin, estudiante de derecho de la Universidad de Texas, demandó al portal Pinkmeth por hackear, robar y publicar material sexualmente explicito suyo sin su consentimiento  en las distintas redes sociales.  Aunque este tipo de acciones no son ilegales en la mayoría de lugares del planeta, miles de casos como este piden a gritos legislación para cerrarle el paso a este fenómeno.

Conklin busca una compensación de más de un millón de dólares por los daños morales y económicos que ha sufrido, demandando también a TOR, plataforma madre del Dark Web, la cual permite que tanto usuarios de estos servicios como dichas empresas se comuniquen y hagan negocios de forma completamente anónima.

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