Sofía Gómez, la reina colombiana del bajo mundo, el subacuático

Ya no tenemos que prenderle todas las velas a los Jameses, Falcaos y Cuadrados para tener alegrías deportivas. Sofía Gómez, una pereirana de 23 años es la cuarta mejor practicante de apnea, o free diving, en el mundo: ese deporte literalmente extremo, que ha llevado al cuerpo del hombre a las profundidades del mar donde los pulmones amenazan con explotar. Hablamos con ella.     

Álvaro Corzo V. // @corzo360
    
Los humanos no estamos diseñados para descender a grandes profundidades. Todo en nuestro cuerpo está hecho para flotar, desde nuestros pulmones hasta nuestro sistema digestivo, todo está lleno de aire. Por eso descender en el agua es una violenta lucha contra la gravedad que pelea con toda su fuerza por sacarnos a flote.  
    
Sin embargo una vez se pasa la frontera de los 25 metros bajo el agua el cuerpo desiste y se entrega a la profundidad convirtiéndose en un gran roca que solo busca fondo.  Con el agua mil veces más densa que el aire, todo en nuestro cuerpo se comprime a medida que descendemos. Pequeñas moléculas de gas se disuelven en nuestra corriente sanguínea induciendo a un estado de sueño, casi alucinatorio, una mezcla de borrachera y traba submarina conocida como la ruptura de la profundidad. En este estado los pulmones se contraen, el oxigeno se agota y el ritmo cardiaco disminuye. La adrenalina que nos aleja de la superficie nos acerca al acecho de la muerte, una sensación mágica que tiene a muchos deportistas élite entregados a las profundidades del free diving, buceo libre, o apnea.
    
Sofía Gómez es una pereirana de 23 años, quien tan solo cuatro años después de haber comenzado en el mundo de la apnea y de romper todos los records nacionales en su primera competición, hoy es cuarta en el ranking mundial. Esta churra habitante de las profundidades del mar buscará en menos de un mes llevarse el primer lugar en el Vertical Blue, una de las competencias más importantes de esta disciplina en Bahamas. Un paso más para alcanzar su meta de convertirse en la campeona mundial de apnea. Hablamos con la paisa sobre los mitos de este deporte, su carrera así como del record mundial que la tiene obsesionada.
    
¿Cuál es todo el terrorismo que hay detrás de que la apnea es el segundo deporte más peligroso del mundo?
Lo de las estadísticas que todo el mundo comparte, que se mueren más de 40 personas al año haciendo apnea, está errado. En 20 años de registro competitivo, sólo se ha muerto una persona en competencia. Es como decir que haciendo ciclismo se mueren 10.000 personas, que esas estadísticas las usaran para citar las cifras de ciclistas profesionales que pierden la vida.  
    
Pero el año pasado se murió en medio de una inmersión Natalia Molchanova, la leyenda más grande de la apnea.  No hay duda que el riesgo es muy alto.
Todas las acciones que realizamos, por más experimentados que seamos, tienen riesgos y consecuencias. La apnea no es la excepción. 
    
¿Qué tanto influye la corriente marina, la visibilidad, la fauna del lugar, a la hora de cada inmersión?
La fuerza de la corriente hace que los descensos sean más difíciles, porque si hay mucha corriente uno termina nadando en diagonal. Además la caída libre no es tan rápida como uno necesita. La visibilidad no tiene tanto problema. Uno se concentra y no deja que eso lo afecte; la mayor parte del tiempo voy con los ojos cerrados o abiertos sólo un poquito para ver la cuerda. Si no hay buena visibilidad, vamos con una lamparita en la cabeza para alumbrar la cuerda y saber que estamos cerca. 
    
Dicen que una fuerte corriente submarina fue la que se llevó a Molchanova. ¿Qué dicen dentro del circuito?
Nadie sabe a ciencia cierta qué fue lo que pasó. Lo más importante es su legado, no su muerte. La familia de la apnea la recordará por siempre.
     
El récord mundial de inmersión libre que ella dejó está en 91 metros, usted ha logrado descender hasta 78 metros. ¿Cuánto tiempo cree que le tarde llegar allá? 
Me faltan sólo 13 metros. Cada uno de esos metros significa más esfuerzo, dedicación, entrenamiento. Espero lograrlo muy pronto. 
    
¿Tiene alguna superstición a la hora de sumergirse?
Jajaja, tengo una sirenita de croché que cargo a todas partes donde compito. Antes tenía una alpaca que se llamaba Norberto, pero se quedó viviendo en Bogotá. Sin embargo no soy supersticiosa. La superstición para mí connota algo malo, entonces no. Lo que sí hago es escuchar el mismo playlist antes de entrar al agua. 

Muchos dicen que la apnea es como una droga o como el mismo sexo. Otros dicen que es como alcanzar del switch de la vida, un momento místico en medio de la profundidad del océano. ¿Cómo lo explicaría?
Natalia decía que la apnea no sólo era un deporte, sino una manera de entender quienes somos. Eso es para mí este deporte, una manera de conocerme, de lograr romper esos límites mentales que nos ponemos los humanos sin razón alguna. Es como alcanzar otro estado de conciencia, llegar donde muy pocas personas llegan.
    
¿Cuál es la situación más miedosa en la que ha estado?
La primera vez que tuve que descender junto a tiburones tenía mucho susto, pero una vez entré al agua y admiré la belleza de esas criaturas se me quitó.  

    
¿Le tiene miedo a la muerte?
No tengo miedo a perder la vida haciendo este deporte. Si tuviera miedo, no lo practicaría. Eso me impediría hacer lo que amo. Además nadie se muere en la víspera, como dicen las abuelas. Quiero ser la mejor y entreno para lograrlo sin arriesgar mi vida, soy consciente de los riesgos y hago todo lo posible por mitigarlos.  
    
¿Y la oscuridad?
Al principio le tenía miedo, hoy la uso como una herramienta más para concentrarme.  El miedo te hace respirar más rápido y eso te hace perder oxígeno. Sin embargo este nunca se supera, eso pasa y ya. Uno tiene que estar consciente que todo puede pasar y prepararse para controlar su cuerpo ante una emergencia.
    
¿Un sueño antes de morir?
Sin duda ser campeona mundial de apnea.  
    
¿Por qué no se le ha medido al No-Limit (estilo de inmersión en el que se puede pesas para bajar y bombas para subir, pero que lo hacen peligroso y riesgoso)?
Aquí entramos en aguas turbias del deporte, no me gusta, me parece perezoso, no te mueves para bajar, dependes de un trineo con lastres, no te mueves para subir, dependes de una bolsa de aire. Es extremadamente difícil, no voy a decir que no, pues soportar esas presiones tan grandes es complicado, pero se pierde la esencia y lo bonito del deporte en mi opinión. Además no solo dependes de ti, sino de elementos externos todo el tiempo. 
     
¿Qué es lo peor que puede pasar haciendo apnea?
Que uno se desmaye. A mí me pasó pero en una piscina. También la narcosis. 
    
¿Qué es eso?
Es cuando el nitrógeno se comienza a pasar a la sangre y afecta tus sentidos. Uno se siente eufórico y puede llegar a "alucinar". Es como estar borracho, jajaja.
     
¿Cuáles son las lesiones más comunes en este deporte?
Romperse los tímpanos y tener pequeñas lesiones en los pulmones a causa de la fuerte presión del agua. 
    
¿Se puede vivir de la apnea? 
Es muy difícil, el apoyo estatal es poco, uno sufre con cada cambio de administración y toca ir a contar el cuento y explicar por qué es bueno apoyar a los deportes no convencionales. Afortunadamente he conseguido apoyos por parte de la empresa privada, como el banco BBVA. 
    
¿Qué le falta para llegar a la Copa Mundial AIDA (algo así como la FIFA de la apnea)?
Estoy esperando que se confirmen fechas y conseguir el apoyo para poder viajar.  Es mucho dinero. Por ahora salgo el doce de marzo a entrenar para mi próxima competencia internacional que es en Bahamas, la más importante después de los campeonatos mundiales, se llama Vertical Blue y es en abril. Voy con toda.
    
¿Un lugar en el que se muere por hacer apnea? 
Babeo por nadar en el Gran Hoyo Azul de Belice. Espero poder hacerlo pronto.