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De cómo en los juegos de bala nacen amistades inesperadas

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Hace poco, por cosas de la vida, tuve la oportunidad de conocer a un compañero de equipo con el que venía jugando hacía más de un año, pero que nunca había visto en persona. Dentro de mis grandes fanatismos siempre han estado los juegos FPS (First Person Shooter) y en uno de esos grandes títulos conformamos un equipo de gringos, criollos, ecuatorianos, colombianos y gente de este lado del planeta.

Por: Daniel Arias - @LeloArias18

Así como en el mundo de las redes sociales es fácil conocer a personas de todas partes del mundo, en el mundo de los juegos se puede dar la misma situación. En el proceso de ir conformando un equipo consistente, agradable y eficiente, no solamente se habla del juego, poco a poco por medio del micrófono se van escuchando esas cosas de la cotidianidad. Y es en serio, porque mientras se va jugando, va sucediendo una cosa en paralelo que nos gusta llamar: Realidad. Entonces mientras se juega, llega la hermana a joder, llega el tipo del domicilio, lo llaman los papás a saludar, incluso llegan los hijos a tomar el mando de un gran general por algunos segundos para que dejen seguir al resto del bando en su matazón.

Pero bueno, no vamos a hablar acerca de las relaciones sociales en la virtualidad. Lo importante de la historia es cómo se llega a tal punto en el que un compañero de juego tiene la capacidad de decir un día “Lelo, voy este fin de semana a Bogotá” (En el acento más ecuatoriano que uno se pueda imaginar). Y esto solo se puede dar porque un gamer, cuando en serio se aficiona por un juego y este lo fuerza a crear equipo, se le abre el panorama hacia los protocolos y conductas que se dan alrededor del juego.

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Esto que me sucedió a mí, le puede suceder a usted y seguramente le ha pasado a muchos dentro de este mundo de casi 2.000 millones de jugadores. En la nueva era de FPS que tienen un poco de RPG (Role Playing Game) existen unos chistecitos que se llaman Raid y se tienen que hacer en equipos de seis personas y usualmente es el desafío más difícil que puede ofrecer el juego. Esto lleva a que uno tenga que estar disponible de dos a seis horas dependiendo de la habilidad y suerte del equipo con el que uno lo haga. Pero entonces llegamos a la pregunta, ¿Cómo se hace para encontrar un buen equipo? ¿Cómo se llega a tal punto en el que algún integrante del equipo se tome el riesgo de ir a visitarlo a uno por el fin de semana?

Partiendo del hecho que se necesita interactuar con las demás personas que se va encontrando por medio del juego y que no solo se habla acerca de ellos, en estas partidas hay un concepto general que aplica en multijugador sobre todo en los que son en línea e implican a un participante por consola. Es mucho más rentable para la industria tener a muchas personas conectadas desde una sola consola; permite mayor cantidad de ventas al darle en el punto G al más sensible de los gamer. Como es el caso de uno de los grandes como Halo 5, el cual sacrificó su multijugador local, para poder explotar la potencia de la máquina en cuestiones de gráficas y abrir el juego a multijugador en línea.

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Volviendo a la teoría, dicho concepto se llama Matchmaking y es el elemento que reúne a las personas dentro de un mismo juego en la cantidad de tareas que tenga este para ofrecer. Es decir que si un juego de estos tiene 100 tareas para realizar, cuando uno quiera culminar con éxito alguna de estas que requieran equipo, el mismo juego lo va a uno mezclando con otras personas que están en el mismo rollo, al mismo tiempo. En este caso puntual el juego lo reúne en grupos de tres y entonces a medida que uno va jugando se va midiendo con quien funciona la cosa y es así como va conociendo gente.

PlayStation es como Facebook, solo hay que enviar una solicitud de amistad y esta ser aceptada. Xbox es como Instagram, donde uno puede seguir a una persona, pero la otra persona decide si lo hace o no. Es así como a medida que uno va jugando, va agregando gente y evidentemente con algunos empieza a generar mayor empatía, ya sea por el idioma, la región, estilo de juego, sentido del humor, en fin, por todas y las infinitas variables por las que uno se pueda seguir hablando con alguien en la vida real.

Juegos de este estilo obligan a la comunidad a que creen sus propios equipos y cuando se llega al punto de enfrentarse con los dichosos Raids, el juego ya no hace Matchmaking automático, es necesario entrar con el grupo de seis ya establecido. Dicho esto, el tema de conseguir un equipo, se vuelve una tarea adicional dentro del juego, la misma dinámica le exige a uno tener que interactuar con demás personas para poder avanzar y lograr los mejores desafíos que ofrece el mismo.

Una técnica que usamos en nuestro equipo recién empezamos, fue la de ayudar a los primíparos, pensando en este gesto como si se tratara de cualquier campaña política. Si hoy ayudábamos a alguien, después podría hacer lo mismo con nosotros cuando fuera más grande. Entonces el hecho de tener un equipo o como lo suenen llamar que suena horrible: “Clan”, nos permite tener un distintivo propio en Gamer Tag. Ya no solo está el nombre ridículo que uno se pone para impresionar en el gremio, adicionalmente uno se puede poner las siglas o cualquier combinación de hasta cuatro letras para que de ese momento en adelante las personas puedan identificar que uno hacer parte de ese grupo y así empezar a forjar una reputación.

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Enjuague y repita este proceso durante un año y lo que va a tener es un grupo de amigos que es peor con el que se sale de fiesta. Estamos hablando de un grupo de gamers que se ponen una cita cada jueves y que cada uno tiene su función clara dentro del equipo. Denominación de delanteros, medios y defensas para el desarrollo de las distintas y difíciles actividades que se dan en el juego hacen que después de un año, todos conociéramos el estado civil de cada uno y hasta las mañas.

Así es como ser gamer llega a trascender más allá de un simple juego y por más que sea el reflejo de una historia particular, este es el vivo ejemplo de cosas que pasan todos los días en todo tipo de juego. Por eso cuando se den el lujo de describir un juego como: el de pistolitas, ese de pasar mundos, en el que uno es un mago y mata cosas o en el que simplemente se juega futbol y ya, créanme que detrás de eso existe toda una comunidad que vive y respira para llegar a casa y sentirse en familia con miles de personas que en su vida ha visto y puede que ni vea, pero que pueden conocer más que usted mismo.

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