Adolfo Zableh, Liss Pereira y Santiago Rivas se fueron de cacería para multar a los orinones callejeros en el segundo capítulo de Los Incorregibles. Y no fue difícil. Solo era pasarse por cualquier parque público para encontrarse con una escena clásica: un man escondido detrás de un árbol reafirmando a través de la orina su conexión con la naturaleza. De paso, dejando el hedor a orín en el ambiente, como a lo que huele el centro de Bogotá.
Para no sonar acusatorios, los incorregibles armaron una fiesta para premiar la que podría ser la última orinada en público de los infractores. Aunque bueno, los únicos culpables no son los orinones. También es que acá no hay baño para tanta gente.
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