Si han tenido la posibilidad de visitar Argentina seguro que una de las actividades que más les habrán recomendado es asistir a un partido de fútbol. Sean o no amantes de este deporte, no podemos negar que los estadios argentinos tienen su mística. El despliegue de las tribunas, los colores, el ambiente carnavalesco, la pasión con que se viven los partidos, los cantos de las masas son historia, fiesta, deporte, espectáculo. ¿Y si a eso le sumáramos buen rock? Por: Víctor Solano Urrutia Contrario a lo que puede ocurrir en muchos países, el rock en Argentina ha sido desde su inicio una religión que cuenta con millones de fieles, escuelas celosas y santos devotos. No quiero sonar polémico, pero podríamos decir que el rock se acerca al nivel de fanatismo con que se vive, come y respira fútbol en cada rincón de Buenos Aires y de las demás provincias. Así como en el fútbol existen fanaticadas, clubes y barras, los rockeros argentinos también han formado su identidad en torno a bandas emblemáticas y de culto a las cuales siguen de recital en recital. Así como Boca Juniors no sería lo que es sin la Bombonera, el rock y sus fanáticos han necesitado del estadio de fútbol para hacer valer su pasión. ¿Significa esto que no existe rock underground o de “boliche”, como lo llaman popularmente? Por supuesto que sí, y de hecho ese es el origen de muchas de las bandas argentinas como Soda Stereo. Pero cuando una banda “pega” y gana leales seguidores, es común que su fama se extienda como la fiebre bubónica. De ahí que el estadio (y no cualquier miniatura de escenario) termine siendo el punto máximo. Es común que asociemos el rock con el fútbol en Argentina. El estilo de “bardo”, de locura, fiesta y descontrol que se relaciona al ambiente rockero juvenil se suele pintar de los colores del fútbol tanto en las tarimas (con canticos, letras y sonidos murgueros) como entre los asistentes. Esa sensación de descontrol invade barrios enteros y en ocasiones puede desembocar en violencia. Hay algo más profundo en este ritual: allí se define la verdadera lealtad y el honor La cancha y la tarima, entre romance y lealtad Para entender este fenómeno, hay que prestar atención a las investigaciones de Silvia Citró, quien ha dedicado años de su vida a hacer entrevistas, ir a conciertos y escuchar los álbumes de la mítica banda Bersuit Vergarabat con el fin de entender cómo el rock crea cuerpos y estéticas particulares. Algunas de sus conclusiones señalan que parte del mensaje que bandas surgidas de la influencia de grandes maestros como Luis Alberto Spinetta, Charly García o Sumo, se materializa en la mezcla entre la lealtad a las comunidades (el barrio, la ciudad, etc.) y la denuncia política. A propósito de la Bersuit, como lo dijera el “Pelado” Cordera, su vocalista, de lo que se trataba en 1989 era de hacer “poesía, pero con encuadre social”; algo así como romance con lealtad, con compromiso combativo y anti-militarista. ¿De dónde venía todo ese espíritu? A la dictadura latinoamericana de los años 70 no hay nada que agradecerle. Después de todo, muchísimos crímenes se cometieron y decenas de miles de asesinatos y desaparecidos pueden dar fe de ello. No obstante, un resultado positivo, en alguna medida, fue el caudal masivo de bandas de rock y estrellas pop que hoy en día recordamos cuando nos sentimos rebeldes. ¿Quién no ha cantado con rabia Sr. Cobranza o Rasguña las piedras a la madrugada? Recordemos agrupaciones como Almendra, Sui Generis y Los Abuelos de la Nada, nacidas y surgidas en los tiempos de la dictadura y la represión. Sus letras tuvieron que sufrir la censura y la prohibición; algunos, como León Gieco, se las ingeniaron para jugar con la poesía y las metáforas para no ser molestados por los viejos milicos carentes de imaginación. Esto, paradójicamente, le dio buen nivel al “rock nacional”, como se conoce desde que se marcó una distancia con la música inglesa en tiempos de Guerra por las Malvinas. ¿Cada cuánto pensamos en el origen de esas letras? Tomemos Instituciones, de Sui Generis. En ella Charly y Nito Mestre aluden a la dictadura con una simple y poderosa crítica: “Oye hijo las cosas están de este modo, la radio en mi cuarto me lo dice todo. ¡No preguntés más! Tenés sábados, hembras y televisores, tenés días para amar aún sin los pantalones. ¡No preguntés más!”. Son muchas las letras devastadoras pero geniales, como las de Ayer nomás de Los Gatos, Los dinosaurios de Charly García o El fantasma de Canterville de León Gieco. Pero también el cine ha relatado este sentimiento de privación, extrañamiento y vacío. Tango feroz (1993), que habla de la leyenda rockera de Tanguito, es un homenaje a los desaparecidos y torturados. La noche de los lápices (1986), ni se diga; es la esperanza puesta en la música. De la dictadura a la popular Años de prohibición, clandestinidad y temor se tradujeron en un ansia por expresar todos los sentimientos reprimidos. El dolor de un país quebrado por la violencia y el fastidio por el silencio fueron cambiados de golpe por una generación de jóvenes artistas dispuestos a cantar sin tapujos lo que les viniera en gana. De la sangre del mítico flaco Spinetta brotaron las irreverentes y trasgresoras letras de Illya Kuryaki and The Valderramas. Y de A.N.I.M.A.L. recordamos el siempre enérgico álbum Poder latino (1998) en que se denunciaban las históricas matanzas indígenas. El estadio fue imprescindible: se necesitaba armar al país, tener algo en lo que creer, gritar y saltar hasta que los cimientos empezaran a estremecerse. Y el estadio canalizó esa ira, ese amor y esa sensación de libertad, una libertad que al menos podía ser transitoria en el lapso de lo que durara un recital. La primera banda en poner de moda el estadio fue Serú Girán, que en 1978 convocó a 50,000 personas al estadio Obras Sanitarias. De ahí en adelante ninguna agrupación se quiso quedar atrás. En 1995 Soda Stereo estremeció Plaza Moreno de La Plata y en el 97 muchas bandas (entre ellas Divididos, Attaque 77, Todos Tus Muertos, La Renga, Las Pelotas y León Gieco) se reunieron para homenajear a las Madres de Plaza de Mayo, luchadoras de la dictadura. Pero el momento más épico del rock de estadio, según muchos conocedores, se vivió en la Colmena de Olavarría, en marzo de 2017. El Indio Solari prometió orquestar “el pogo más grande del mundo”, en el que casi medio millón de personas abandonaron sus cuerpos al unísono de Jijiji. Juzguen ustedes: Entrado nuestro siglo ya era tradicional que el estadio se usara para fines extra-deportivos. Son muchos los recitales memorables, pero se recuerda el concierto de Charly García bajo la lluvia o el Pepsi Music ‘05 en el que, en plena presentación de Los Piojos, Diego Maradona empezó a hacer veintiunas y dejó sus guayos colgados en el micrófono de Ciro Martínez. Argentina: best crowd ever Los Rolling Stones no se olvidan de esa vez en que se preparaban para tocar en el estadio de River Plate en el año 2006. A pocos minutos de que iniciara el show, empezaron a sentir que el suelo temblaba. “Un terremoto”, sugirieron asustados los ingleses. Luego se enteraron de que los movimientos telúricos eran provocados por los teloneros (Los Piojos) cuando interpretaban su famoso tema El farolito. Si eso era antes del concierto, nadie se imaginaba cómo estaría el resto de la noche. Esta anécdota recalca por qué el fanático argentino, en boca de muchos de los ídolos más grandes del rock internacional, es el mejor público de conciertos del mundo. Dave Mustaine no se cansa de decir que le impresiona cómo los argentinos se cantan hasta las partes acústicas de Symphony of Destruction. Slash y Johnny Ramone, por citar un par de la amplia lista de estrellas, han dicho que no hay mejor lugar en el mundo para tocar que en Argentina. “Estamo’ relocos”, dicen en YouTube los argentinos que comentan un documental que se ha hecho muy famoso en los últimos tiempos, Argentina: Best Crowd Ever, en el que se recogen las impresiones de muchos artistas de talla mundial, además de que se expresa con imágenes, colores y sonidos todo lo que hemos tratado de reseñar en este artículo. ¿Qué queda por decir? Argentina es un universo musical por sí solo. De la tradición tanguera, pasando por la cumbia, hasta el rock nacional. Pero más allá de las variaciones estilísticas, de los ritmos y el tempo, lo interesante de este país es la manera en la que ha sabido triangular la música con la política y con el fútbol. Estos tres campos que parecerían hasta contradictorios son la evidencia de una historia cargada con violencia y con dolor, pero también con lealtad, amor y sentido de pertenencia. La bandera albiceleste siempre ha estado presente (y lo estará) tanto en la Plaza de Mayo como en el recital y en la tribuna futbolera.
Que se hayan encontrado en la final de la Copa Libertadores River y Boca es sin duda uno de los momentos más significativos para la historia del fútbol latinoamericano. Gane quien gane, en las estadísticas va a quedar que los juegos definitivos, la ida en la Bombonera y la vuelta en el Monumental, los disputaron varios colombianos: Villa, Barrios y Cardona por Boca; Santos Borré y Juan Fernando Quintero por River. Pero más allá del resultado y de las preferencias futbolísticas por uno u otro club, acá nos preocupa algo importante: ¿qué música va a sonar en la fiesta de celebración del partido más importante en la historia de los dos equipos? Una mirada rápida a la plantilla de cada equipo nos hace apuntar a dos nombres claves que pueden ser definitivos para responder. Así, fácil. Si gana Boca, Carlitos Tévez arma la lista de reproducción de la fiesta: gana la cumbia. Si gana River, triunfa el perreo: Juanfer le da play a sus propias canciones, las que grabó en el estudio de Kevin y Chan, Los Rudeboys, sus amigos productores en Envigado, los mismos que producen a otro de sus amigos, Maluma. Acá analizamos la relación con la música de cada uno de estos dos jugadores, que, aunque no son titulares indiscutidos, son referentes. Tévez, a la hora de marcar, de poner huevos y de poner a sonar la cumbia. Juanfer, para clarificar el juego, filtrar pases, abrir el juego, cantar reggaetón y convocar a Maluma a la fiesta. Juan Fernando Quintero La carrera de Juanfer en el reggaetón es bien conocida. Cuando estaba en las inferiores del Envigado, y cuando el reggaetón paisa todavía no había cogido vuelo, Quintero compartía con otro volante conocido, pero en la música, Maluma. Hoy los conecta su pasado y una amistad que también llevó a Juanfer a la música. Ese lado B de su carrera salió a la luz cuando colaboró en la canción Cibernauta, un remix con Landa Freak y Element Black; y No te enamores, grabada junto a un puertorriqueño que le dicen “el boquisucio” Luigi 21 Plus. Pero hay más. Hace un par de años, cuando volvió a Colombia para jugar en Medellín, nos reunimos con él en el estudio de Kevin y Chan y nos mostró otras de sus canciones, grabadas con sus amigos en sus ratos libres. Entre ellas aparecía, incluso, una colaboración con Jackson Martínez. (Lea acá la historia completa de nuestra visita a Medellín: Juan Fernando Quintero: la oscilación del 10 entre el reggaetón y las canchas) Carlos Tévez Carlitos Tévez es ídolo, crack y figura del xeneize porque, cuando estaba en la cima de su carrera, cambió la plata por el barrio y volvió el equipo de sus amores. Luego se fue a China, pero la Boca lo llamó de nuevo. Que Tévez sea el jugador que más quieren en las villas (que es la forma como llaman a las invasiones en Argentina) y en los barrios bonaerenses no es solo porque es el que más le mete huevas a los partidos. Originario de Fuerte Apache, Carlitos tuvo que pasar una vida complicada. Cuentan que uno de sus vecinos y compañeros de equipo cuando niño, el Guacho Cabañas, le ganó una prueba profesional en Vélez. Pero al poco tiempo el Guacho fue acusado de robar los bolsos de sus compañeros y fue expulsado del club. Se supo también que llevaba años siendo parte de una banda de asaltantes conocida como los Backstreet Boys, una organización de la cual 20 de sus 24 miembros están muertos y que tenía como sitio de reunión el bloque en el que vivía Tévez. Con su éxito en el fútbol Tévez se convirtió en un personaje icónico para los jóvenes villeros. De donde se baila y se canta la cumbia villera. Es por eso que el grupo Piola Vago (integrado por uno de sus hermanos) le dedicó a Carlitos una canción: El Apache pibe de oro. Acá aparece Tévez como invitado en el escenario cantando con Piola Vago
¿Qué pensarán los elitistas que practican golf? Sin lugar a duda, el fútbol es el deporte más popular del mundo que mueve millones de personas. Aunque este juego ha tenido grandes derivaciones y algunos muy osados lo han mezclado con otras disciplinas como el Bosaball (mezcla entre el volibol con el fútbol), el Fútbol Gaélico (una mezcla de baloncesto, rugby, y fútbol), el Kickingball (combinación entre fútbol y el béisbol) y así cada vez van apareciendo nuevos deportes. Uno que está llamando la atención es el el Footgolf (tal vez ya identificaron cuales son los deportes que están combinados aquí), y aunque suena obvio, les contaremos que es una mezcla entre el fútbol y el golf. Los clásicos deportes se mezclaron entre sí para dar como resultado el Footgolf, que se juega con las reglas del golf y en sus canchas pero no con palos sino con los pies. via GIPHY Aunque no es tan nuevo, ya que tiene sus inicios en Holanda hace ya casi 10 años, en Colombia aún no se conoce muy bien. Tuvo tanta acogida en países amantes del fútbol que tienen su propia federación llamada Asociación Argentina de Footgolf (AAF) y realizan mundiales. Tal parece que la gente siempre quiere innovar, no solo en el amor, con la música, con el trabajo sino también con los deportes y así queda demostrado con el footgolf. Salirse de los estereotipos establecidos, en este caso de deportes, también tiene su acogida. En la variedad está el placer dicen por ahí y sí, tal vez, tienen razón. Vean acá las noticias deportivas del día en Gol Caracol: ciclismo, béisbol, tenis y mucho más. ¿De qué se trata? Es sencillo, al parecer no tiene tanta ciencia. Los jugadores van con guayos y uniforme de fútbol. Ya no llevan palos sino fuerza en sus pies para lograr meter el balón, que debe ser de tamaño 5 el reglamentario de este deporte, a los nueve o diez ocho hoyos que hay en el campo de juego. El diámetro de cada hoyo es de 52 centímetros. Se puede jugar en equipo o en categoría individual, no hay árbitros ni penales para subir, solo jugadores que perfeccionen su puntería ya que gana quien tenga la menor cantidad de golpes a la hora de llevar el balón al hoyo. Aunque muchos expertos en el tema dicen que cualquier persona puede jugarlo, lo cierto es que en Colombia quienes quieran hacerlo deben tener acceso a una cancha de golf y sigue siendo un deporte para muy pocos. via GIPHY
Los futboleros aunque no todos somos bobos, honestamente lo parecemos. Más que ningún desmadre irracional, comportamiento infantil, reacción cuestionable o déficit atencional cuando nos ponen cualquier partiducho que medio nos interesa, hay una cuestión que ha puesto a prueba nuestro intelecto durante años. Y la verdad siempre hemos salido perdiendo. Por Martín Lleras Jacobsen // @martinlleja —¿Si vieron lo de Neymar al PSG? —222 millones de euros. ¡Una locura! —Pagar tana plata por un jugador, que güevonada. —Tal vez, igual eso lo pagan con camisetas. Palabras más, palabras menos, la cosa es así. Tal vez otro orden en las intervenciones, podrían variar nombres y precios, al final la conclusión siempre es la misma: alguno de los involucrados resuelve el problema afirmando categóricamente que los grandes fichajes los pagan los equipos vendiendo camisetas. Y listo. Fácil. Todos asentimos con la cabeza y la vida sigue como si nada. Podría uno adjudicárselo a la ignorancia supina, decir que no sabemos cómo funcionan los contratos en el oscuro mundo del fútbol y ya. Sin embargo, bastaría con pensar un minuto (y medio) al respecto para que el sentido común nos pusiera en nuestro lugar. Veamos… Lo primero que hay que saber, que no es tan evidente y a la vez sí, es que Real Madrid, PSG, United, Barça, etcétera, son clubes de fútbol gigantes que en comparación con corporaciones como Nike o Adidas apenas llegan a la categoría de empresitas. Las camisetas “son” de los equipos, pero realmente son de la marca que las produce. Lo correcto sería ir a la tienda y, en vez de pedir la camiseta del Real Madrid, pedir la camiseta Adidas del Real Madrid. El tema se maneja por contratos de licencia de marca, es decir que una marca X le paga Y cantidad de plata a un club Z por poder vender ropa brandeada con su escudo y su nombre. Estos contratos se firman a varios años, la marca hace un importe fijo por la licencia y el club (apenas) recibe entre un 10% y un 15% de la venta por camiseta. Y ojo, el negocio gordo es para Nike, Adidas, o como se llame. En 2015 Adidas licenció la marca Manchester United por diez años a un precio de 75 millones de libras anuales (750 millones de libras) y con ello proyectó ganancias de 1,5 BILLONES de libras en ese mismo periodo. (Fuente: The Independent) Para los clubes, obvio, el tema de las camisetas es importante. El fee de la licencia y el variable por camiseta suman un ingreso importante, un billetal sin el que sería imposible sostener toda la estructura de costos asociados y salarios. Pero ese mito que se formó hace un tiempo —por allá en la época de Beckham al Real Madrid— de que los equipos recuperan lo que les costó un jugador apunta de camisetas es pura carreta. Pensemos en CR7 y su paso a la Juventus, que fue una animalada. En todo el 2016 la Juventus vendió 850.000 camisetas y solo en las 24 horas siguientes al fichaje de Cristiano ya había vendido 520.000, un monto estimado en 60 millones de euros. “Uy, ya pagaron la mitad de lo que les costó”, dijimos. ¡Parecemos bobos! 60 millones es lo que se vendió, pero de eso apenas una porción menor fue a las arcas del club. Si estimáramos que fue el 20% (que es alto), la Juve recibió 12 millones. La cifra es brutal desde donde se le mire, pero fue un boom atípico. En el Real Madrid, un club mucho más popular, se estima que Cristiano vendía 600.000 camisetas al año. Si nos fuéramos de osados y dijéramos que este año se van a vender el doble de las camisetas que se vendieron en las primeras 24 horas, la Juve llegaría a los 24 millones. Con el triple, la cifra ascendería a los 36 millones y sumándole a eso las 850.000 camisetas que se estima venderían entre todos los otros jugadores, apenas se llegaría a 55 millones, algo cercano a la mitad de los 112 que se pagaron por el jugador. Imagínese ahora cómo son las cuentas en el caso del PSG y Neymar, en el que dizque iban a recuperar los 222 millones en camisetas. Y eso que las cuentas que hicimos son más que alegres. Pues estaríamos hablando de casi dos millones y medio de camisetas vendidas, una cifra muy por encima de la del Manchester United, que es el club que más camisetas vende y no supera los dos millones. Sobre todo, es un grandísimo error suponer un efecto brutal de los nuevos fichajes sobre el consolidado total de las ventas. Lo que pasa generalmente es que el comprador, que ya tenía pensado comprar la camiseta, se decanta por el nombre del nuevo. Es decir, si antes iba a comprar la de Dybala, ahora compra la de Cristiano; muy poco probable es que pueda (o quiera) comprar las dos. A todo eso, en el caso puntual de CR7, y para hilar mucho más fino, podemos sumarle el hecho de que el man se mete 30 millones de euros por temporada y que esto representa el 40% del presupuesto que paga el club en salarios. Ni cerca están las camisetas… La única manera en la que un club pudiera recuperar la inversión sería montando una marca de ropa. Ingenuamente, como yo, usted habrá pensado que por qué no. “Los hinchas compran la camiseta porque es la de su equipo del alma, independientemente de la marca”. Hasta ahí todo bien. Pero Adidas y Nike no solo venden ropa y guayos, tienen complejas cadenas de distribución y logística, imponentes redes de mercadeo y un posicionamiento global llevan décadas consolidando. Sin ellos, las ventas no serían tan alegres. Si ven, los futboleros parecemos bobos.
La imagen de Ramón Jesurún, Presidente de la Colfútbol, lo dice todo. Con voz entrecortada y un tonito que me pareció arjoniano, cohelístico, impostado, el directivo revela que José Pékerman no seguirá dirigiendo la Selección Colombia. Sin embargo, añade que el cariño y el agradecimiento hacia su gestión vivirá por siempre. Mientras tanto, Pékerman, sentado al lado suyo, con risa sarcástica, rabiosa y, una rasquiña en el cuello, da a entender lo contrario. Por Álvaro Castellanos // @alvaro_caste Si me preguntan, al DT le hicieron tan mal ambiente que terminaron forzando su salida. Mejor dicho, le hicieron el cajón y después salieron a llorarlo. Como si a un oficinista destacado comenzaran a ponerle tachuelas sobre la silla del escritorio, y el oficinista aguantara y aguantara, pero a final de mes llegara a rendir su informe y lo recibieran con todas sus cositas dentro de una caja. Así le pasó a Pékerman. Quiso seguir, pero lo aburrieron. Más allá de su desempeño actual con la Selección, que hace rato no era el mejor, el problema con el DT argentino no fue sacarlo de la Selección, sino cómo lo hicieron. Con una doble moral más colombiana que el ciudadano 'de bien' que va a misa y al volver a la casa agarra a golpes a la esposa por quemar el arroz. Pareciera que 25 años después del 5-0 contra Argentina en Colombia estamos en las mismas. El 5 de septiembre de 1993, minutos antes de que la Selección de Maturana mandara al repechaje a Batistuta, Simeone y compañía, un avión de Aerolíneas Argentinas pasó apenas rozando sobre una tribuna del estadio de River Plate. Unos metros de diferencia cambiaron la tragedia por la celebración y la respectiva borrachera de millones de colombianos que, de repente, se sintieron campeones del mundo, apenas para anticipar el bochorno de la Selección en Estados Unidos 94. En la edición del 5-0 de la revista El Gráfico que, con portada negra y en letras mayúsculas amarillas tituló «¡VERGÜENZA!», aparece una pequeña mención a la historia del avión acompañada de tremenda foto que comprueba lo cerca que pasó de la tribuna Monumental de Núñez minutos previos del que resultó ser, no el mejor resultado del fútbol colombiano en su historia, sino el peor por todo lo que desencadenó meses y años después. «¿No vi a los colombianos en toda la noche y vos querés que vea un avión?», recuerda el delantero Ramón Medina Bello sobre este hecho que, por la catástrofe futbolera que vivieron los argentinos, pasó totalmente de agache. Dicen que recordar es vivir, pero con el 5-0 recordar es morir un poco. Colombia jugó una eliminatoria casi perfecta. Jugó un cuadrangular de ida y vuelta contra Paraguay, Perú y Argentina y sumó diez puntos en seis partidos producto de cuatro victorias, dos empates y cero derrotas. En épocas en que el mullet mantecoso y el bigote estaban de moda, la banda de Asprilla, El Tren Valencia, Valenciano, Valderrama y un jovencito Óscar Córdoba metieron 13 goles y sólo encajaron dos en contra. El relato mortuorio de Marcelo Araújo en la transmisión argentina del 5-0 era una antítesis sensacional al de William Vinasco y sus alaridos que, con cámara opuesta en la transmisión colombiana, se desgarraban por los goles de Rincón, Asprilla, Rincón, Asprilla y El Tren Valencia. Colombia pasó directamente al Mundial con el ego engordado y a mandó a Argentina al desprestigio de la repesca contra Australia. En nuestro país, detrás del 5-0, de la locura por ser favoritos a ganar el Mundial y del virreinato en Miss Universo de Paula Andrea Betancourt, el Gobierno de César Gaviria venía de clavarnos un inolvidable «apagón», que obligó a decretar un cambio de hora y a cortar la luz en todo el país, todos los días, durante casi un año: un hecho apenas anecdótico si lo comparamos con la monstruosa guerra entre los narcotraficantes y el Estado que despedazaba por ese entonces a Colombia. Fue una época tan sangrienta como trivializada hoy por series y películas gringas y colombianas. Atentados, masacres, carros-bombas, cientos de civiles asesinados y la muerte de Pablo Escobar matizaron un 1993 de solapada felicidad, por la pinchada a la arrogancia argentina en esa tarde-noche en la que Maradona no pudo hacer más que aplaudir a Colombia desde la platea del estadio, tras el peor baile futbolístico sufrido por los argentinos en su historia. Pero con el patrioterismo alborotado pensando en el Mundial, llegó la sal que comenzaba a cocinar el fracaso. Empezó desde la misma celebración del 5-0, con el festejo en el Monumental de dos delfines nefastos de nuestra política. Andrés Pastrana y Samuel Moreno (a la izquierda en el video) saltaban toteados de la dicha, muchos años antes de que irse a meserear y a estudiar periodismo deportivo a Buenos Aires se convirtiera en hábito de las juventudes colombianas. Lo recuerda el querido Bestiario del Balón en un video recuperado de algún casete de VHS. Este par de impresentables, que tiempo después jodieron a Colombia cada uno a su manera, fueron apenas un entremés de una cadena de infortunios que condujeron al peor desenlace. Meses después de esa victoria imposible, llegó para Colombia una secuencia de amistosos vendehúmo contra arrejuntados de poca monta, que sobredimensionaron las expectativas de los nuestros de levantar la Copa del mundo. Sin embargo, la peor mufa pre-Mundial llegó por cuenta de los publicistas, que se inventaron una tira cómica sobre un lagarto extraterrestre llamado Max Caimán, quien vino al Planeta a jugar un picado con la Selección Colombia para salvarnos del exterminio. A los creativos que salieron con esta idea se les debió quemar el cerebro. Los rivales, unos monstruos musculosos, llegaron a ganarnos 15-0, pero los colombianos, verracos y echaos pa’ lante, terminamos ganando el partido 21-20. Elevados a celebridades universales por salvar a la especie humana, la historia de Max Caimán sugiere inquietantes amoríos entre jugadores de la Selección con famosas del momento. Como el Chonto Herrera, que habría intimado con Claudia Schifer; y John Jairo Tréllez, con Madonna. Suena increíble, pero pasó. De este malogrado esperpento de la publicidad chibcha, quedó un álbum de laminitas, muñecos, lápices, botones y copitas de guaro que, junto a la predicción de Pelé de postularnos como favoritos a ganar el Mundial, y a nuestro maldito triunfalismo, hicieron lo suyo para labrar lo que sería un torneo nefasto en el que Rumania y Estados Unidos aterrizaron de jeta al equipo de Pacho, que terminó siendo el primer eliminado del Mundial, mientras que, de vuelta en el país del pre-uribismo, Ernesto Samper era elegido Presidente de la República financiado con plata de narcos. A propósito, según el portal especializado elcincocero.com, días antes del inicio del Mundial de EE.UU. los jugadores de la Selección aceptaron una cordial invitación a cenar por parte de los hermanos Rodríguez Orejuela a las afueras de Cali. Porque, claro. En esos años, el narcotráfico y el fútbol comían del mismo plato. Cualquier parecido con la actualidad es pura coincidencia. Esa cultura traqueta aún está vigente en toda Colombia y se manifiesta en el anhelo del dinero fácil, del chancuco y de que la ley debe aplicarle a todos menos a mí. Pero en 1993 se sentía con más fuerza y preparó un menjurje tan tóxico que llegó a costarle la vida a Andrés Escobar: el episodio más oscuro jamás vivido por el fútbol colombiano. Como si hiciera falta recordarlo, el defensa paisa trató de despejar un centro rastrero en el partido contra Estados Unidos jugado el 26 de junio en el Rose Bowl de Los Ángeles, y empujó el balón hacia el arco de un Óscar Córdoba que se había jugado al palo opuesto para cortar el pelotazo. Su autogol terminó de impulsar la eliminación colombiana y diez días después, en el parqueadero de un restaurante a las afueras de Medellín, Humberto Muñoz, chofer de los hermanos Gallón Henao, populares narcoparamilitares antioqueños, baleó a Escobar hiriéndolo de muerte. De las lecciones de colombianidad que deja el 5-0 del 5 de septiembre de 1993 podrían escribirse ensayos enteros. Crucificar a nuestros ídolos luego de glorificarlos. Pasar del extremo de la idolatría al extremo del desprecio. Descargar nuestros complejos y derrotas en figuras públicas. Hacer quedar mal al país en el resto del mundo. Ratificar el prejuicio internacional que tenemos los colombianos de mafiosos y violentos. Y deportivamente, embriagarnos de triunfalismo para tropezarnos de cara sobre nuestra soberbia. Subir como palmas y caer como cocos. Y aunque Colombia clasificó a Francia 98 con una versión envejecida de la generación dorada de Italia 90 y EE.UU. 94, luego tuvimos que esperar 16 años para volver a citas mundialistas y conformar un equipo de élite que, en resultados, mentalidad y profesionalismo, superó por mucho a los que dirigieron Maturana y Bolillo Gómez. A un día de cumplirse 25 años del espectacular y luego lamentable 5-0 sobre Argentina, José Néstor Pékerman, capitán del barco que más lejos ha llevado a Colombia en Mundiales de fútbol, luce indispuesto e impotente por su salida de la Selección: una empresa privada, pero de interés público, y que gracias a él terminó quinta en Brasil 2014 y novena en Rusia 2018. Tuvo que llegar un extranjero para llevar a la Selección al éxito porque con la chabacanería de los de acá no se pudo. En sus seis años como DT, Pékerman se blindó de los periodistas prehistóricos y trabajó con reserva y a su manera para que Colombia cosechara sus mejores resultados mundialistas. Pero gracias a la colombianidad de la doble moral hacia quien tanto sirvió para convertirnos en una potencia futbolera, Pékerman termina yéndose con bronca, con rabia y con una mueca que su aspecto de viejito apacible no logró disimular. De la despedida de Pékerman, se destacan seis frases. «Lamento todo el tiempo que han perdido hablando de muchas cosas, porque le han hecho mucho daño a la Selección». «Si uno quiere que las cosas vayan bien hay que trabajar juntos». «No empiezo a hablar con otras Selecciones. Mi asistente no atiende a nadie, porque le corto la mano». «La cantidad de barbaridades que han dicho, pocos países hacen esas cosas, la verdad es una decepción muy grande». «En este proceso perdí a mi madre, perdí a mi hermano y no pude verlo, no pude estar en esos momentos críticos». Y «cómo puedo estar pensando qué hacer, si yo no duermo desde que terminó el Mundial». No se diga más. Veinticinco años después, con Internet, tecnología, redes sociales, avances científicos, transformaciones culturales y numerosas luchas globales que abogan por la igualdad, en Colombia, un país todavía traqueto, desagradecido y mal gobernado en casi todas sus instituciones, podemos decir que cambiamos tanto que volvimos a ser los mismos.
En los últimos años, gracias a la globalización de nuestro fútbol y al éxito que nuestros mejores futbolistas han tenido en los mejores clubes de Europa, nos hemos malacostumbrado. Ver a James con la 10 del Real Madrid, a Cuadrado con la 7 de la Juve, al Tigre con la 9 del Atlético y a David Ospina con la roja del Arsenal nos ha hecho exacerbar nuestra tendencia natural al autoengaño. Este país —en el que de verdad pensamos que Shakira es un paradigma artístico; J Balvin, un poeta; y James, mejor de lo que fue Zidane— parece creer que el fútbol de élite le pertenece y que —¡por fin!— el mundo se dio cuenta de que somos una potencia imparable. Por: Juan Francisco García (@jfgarcia2809) // Hablaelbalón Por eso nos estrellamos, una y otra vez nos estrellamos. Por eso acá Marlos Moreno es el nuevo Asprilla, Roger Martínez el nuevo Falcao, Mina el Beckenbauer negro, Rodallega fue mejor que Messi y Juan Pablo Pino el nuevo Ronaldo. Esa adicción a inflar la realidad hasta distorsionarla la suelen pagar nuestros buenos muchachos que, llenos de presión, terminan fallando. Para celebrar la salida de Yerry Mina del Barcelona, que nos hace mirar la realidad a la cara y aceptar que no somos tan chachos, pues al final siempre será mejor vivir en la realidad que en el autoengaño, les quisimos compartir los fracasos más sonoros de los nuestros en los grandes clubes. Disfruten. Freddy Rincón y Edwin Congo en el Real Madrid En el 95, después de romperla en el Napoli (y antes de hacerse amigo del narcotráfico), Freddy Rincón llegó al Real Madrid, que por pedido de Jorge Valdano lo compró por 4 millones de euros. Fue el primero de los nuestros en fichar por la casa blanca… El delantero centro que, fuerte como un puma, se iba a cansar de sacarla de adentro. La cosa no fue exactamente así. Con Freddy llegaron los malos resultados, echaron a Valdano y su récord fue de un gol en 21 partidos. Sin cumplir un año vestido de blanco, el club le hizo saber que la puerta de salida era la misma por la que había entrado… En el verano del 99 el turno fue para Edwin Congo, que llegó al Madrid gracias a que hizo 30 goles con el Once Caldas, le hizo un gol maradoniano a River y, sobre todo, porque un niño hincha del club le escribió una carta a los directivos pidiéndoles su fichaje. Ese Madrid, ni más ni menos, era el de los Galácticos. Edwin perdió el pulso contra Anelka, Eto’o, Morientes y un tal Raúl González. Lo cedieron por ahí hasta que volvió, en el 2001, a chupar banca y ser feliz con su buen amigo Roberto Carlos… cuando se toma unos tragos puede decir que, sin jugar un solo partido, hizo parte del Madrid que ganó la novena Champions. El Tren Valencia en el Bayern y en el Atlético de Madrid La historia del Tren Valencia en el Bayern se ha hecho mito. Fieles a nuestro gusto por jugar con la realidad, solemos contar que Valencia la rompió en Alemania, que fue la envidia de todos y que allá, por el 93, hizo goles de todos los sabores y todos los colores. La verdad es otra. Aunque a diferencia de Rincón y de Congo, el Tren sí hizo goles, salió del equipo resistido por su individualismo, su irregularidad, sus continuas lesiones y sus fallos fáciles. Los tres millones de euros que el Bayern pagó por él no dieron los dividendos esperados y, apenas se acabó la temporada, Franz Beckenbauer lo limpió bien limpiado. Y entonces llegó al Atlético de Madrid, junto a Pachito Maturana. El Tren aprendió muy bien eso de “perder es ganar un poco” y, peleado con el gol, salió huyendo por su vida. ¿Que qué? Sí, en verdad: el presidente del club, Jesús Gil y Gil, cansado de su falta de gol e irregularidad, lo amenazó de muerte. Falcao en Inglaterra Meterse con el Tigre duele, pero su caso en Inglaterra no admite matiz o maquillaje. Jugando en inglés, Rada fracasó. Fracasó dos veces. La primera, cuando “recuperado” de la maldita lesión de ligamento cruzado que le jodió el Mundial de Brasil, llegó al Manchester United. En el Teatro de los Sueños el Tigre tuvo pesadillas, y bajo el mando militar del odioso Louis Van Gaal no solo jugó poco, casi mendigó goles —cuatro en 26 partidos—, sino que tuvo que aceptar, después de haberlo ganado todo, la humillación de entrenar y jugar con las reservas. Después pasó al Chelsea, en donde Mourinho lo reviviría. ¡Mentiras! Jugó doce pinches partidos e hizo un gol. Unito. Armero en el Milan Antes de salir en las páginas judiciales por pegarle a su mujer, Armero jugaba bien al fútbol y bailaba como nadie en el mundo. Más por lo segundo que por lo primero, después del Mundial de Brasil, el Milan lo fichó para ponerle color a su amarga historia reciente. ‘Miñía’ entendía algo de italiano, así que el plato estaba servido. Engaño. La expectativa lo mató y después de ocho flacos partidos, lo invitaron a dejar Italia. Su ejemplo le sirvió a Bacca, goleador frustrado, y a Cristian Zapata, hoy más banqueado que el diablo…
No cabe duda de que Andrés Iniesta es un crack. Tiene 34 títulos, incluyendo ligas, supercopas de España y Europa, Copa del Rey, Champions League, Mundial de Clubes y selección española. En abril pasado, Iniesta anunció su retiro del F.C. Barcelona para empezar una nueva etapa con el Vissel Kobe, de Japón. El Barcelona publicó un video en el que excompañeros de Iniesta: técnicos, antiguos rivales y estrellas de otros deportes lo describen. "Si quieres enseñar a los niños cómo se juega a fútbol, simplemente enséñales un vídeo de Andres Iniesta", dice el exfutbolista checo Pavel Nevdev. A propósito del golazo con el que debutó en el fútbol japonés, recordamos por qué es uno de nuestros jugadores favoritos. Es inspirador Iniesta ha sido abierto sobre la depresión que sufrió en 2009 y ha contribuido a visibilizar esta enfermedad que sufren millones de personas en el mundo. El libro Andrés Iniesta, la jugada de mi vida narra cómo logró sobrellevarla. La depresión no es chiste ni ganas de joder. Hay que hablar de ella. Es generoso En 2015 Iniesta donó una de sus camisetas para una subasta, cuyos fondos fueron destinados para los refugiados de Siria. Es sencillo A diferencia de otros jugadores que siempre quieren llamar la atención, Iniesta es tranquilo y no ha tenido mayores escándalos. Está casado desde 2012 y tiene 3 hijos. No es de los que permite que su ego afecte el juego. Es honesto Iniesta siempre ha sido un ejemplo de juego limpio. Desde su debut en 2003 no ha visto una tarjeta roja. En 2017 recibió el Premio Nacional del Deporte, de manos de la Reina Sofía, en reconocimiento a la práctica del juego limpio en toda su carrera. Es humilde En varias ocasiones ha declarado que no le interesa ser el mejor del mundo, simplemente ama lo que hace y ser feliz es su principal objetivo a la hora de jugar. Como él mismo dijo alguna vez, “el secreto es ser humilde”.
Ser popular en la era de Internet es un negocio con muchas aristas. Los ídolos del deporte ya no dependen únicamente de lo que ganan en sus clubes, o de la exposición que les dan en los medios para ganar contratos millonarios. Hacer lo que hace casi todo el mundo hoy por hoy, compartir su vida en las redes sociales, es para ellos una carrera paralela que les significa más billetes en sus cuentas. Instagram, una de las hijas de la compañía Facebook, es tal vez la red social que más exposición tiene entre los jóvenes. El mercado publicitario alrededor de medios sociales como este les tiene nombre a los personajes que postean imágenes promocionando productos: son influencers. Algunos, tienen una popularidad inexplicable y han construido su vida alrededor de postear, nada más. Otros hacen gracias y acumulan seguidores. A los deportistas, en cambio, les llegan solitos los followers. Eso, en cuentas alegres, por ejemplo, para los jugadores de fútbol es dinero contante y sonante. Según la cadena deportiva Fox Sports, estos son los diez deportistas que más plata cobran por ponerle un post a una marca. El primero en la lista no podría ser otro que el flamante nuevo fichaje de la Juventus, el arquetipo del sujeto que construyó su talento a punta de esfuerzo y ahora se puede desbordar en ego: Cristiano Ronaldo. Lo siguen un par de cracks como Neymar Jr. y Messi y el retirado David Beckham. Vea acá la lista completa:
Entre más miedo, más fallos; y entre más fallos, más miedo. ¿Es este el final de la carrera del arquero con el que bautizaron los traspiés bajo los tres palos? Por: Martín Lleras Jacobsen (@martinlleja) //Hablaelbalón Antes de ese 26 de mayo de 2018, Loris era un completo NN, un jugador del montón que habría pasado desapercibido en cualquier Transmilenio. Para entonces, nadie celebraba sus triunfos y, mucho menos, se burlaba de sus fracasos. Había tenido una buena temporada y el fútbol lo “premió” con una final de Champions. Real Madrid-Liverpool en Kiev, el partido de la vida, una noche especial para darse a conocer entre todos esos futboleros oportunistas que no saben cómo se llama el arquero del Liverpool, pero que ebrios apuñalarían a cualquiera por su amado Real Madrid, equipo al que apoyan “desde los tres años, güevón”. ¿En qué mierdas estaría pensando? ¿Qué diablos intentó a hacer? Ni idea. El hecho es que se mandó una macana histórica, y luego otra, que le costaron la final al Liverpool y su reputación, antes inexistente, al señor Karius. Todo fue caricaturesco y se intensificó aún más cuando 10 días después de la final, unos médicos gringos salieron a decir que sus errores habían sido resultado de una contusión cerebral producto de un “codazo” de Sergio Ramos, tres minutos antes de que el arquero le regalara el primer gol al Madrid. Una payasada. Pues así se hizo famoso, mucho más famoso de lo que se hubiera hecho descolgando cinco balones del ángulo, tapando tres penales, metiendo un gol de tiro libre y dándole el título a su equipo. Un momazo. En Wikipedia, incluso, se editó su biografía y se dijo que “había nacido sin manos”. Ni las lágrimas del arquero —ni su gesto de “perdón, perdón” a los hinchas, ni los casi dos minutos que estuvo botado en el piso sin que ningún compañero fuera a levantarlo— conmovieron a la horda de Niños Rata que se encarnizaron con él en redes sociales. El Mundial, pensó él, era la cortina de humo perfecta que taparía sus desgracias y enterraría su vergüenza. ¡Ja! Al segundo día, contra Portugal, De Gea emuló a Karius y otra vez se levantó la humareda. El @LorisKarius volvió a ser tendencia en Twitter y a partir de entonces cualquier error infantil de un arquero se conoce como un ‘Karius’. (“Juanito, ¿cómo te fue en el partido?”, “Mal, mamá, David se mandó un ‘Karius’ y perdimos”). En Wikipedia, esta vez, dijeron que David y Loris eran hermanos. Y bueno, todo eso nos trae hasta acá. El fin de semana pasado cometió dos errores, que hubiera podido cometer cualquier otro, en un partido amistoso intrascendente que, en otras circunstancias, no habría visto ni su mamá. Lo que pasa es que como ahora es el arquero más famoso del mundo, todos los morbosos y malintencionados están pendientes de sus movimientos. Y él lo sabe, y se pone nervioso, y entra en ese círculo vicioso que dispara el miedo a fallar. Se dice en psicología del deporte que la obsesión por no cometer errores afecta la concentración y la fluidez de las ejecuciones y que esto, claro, tiene un efecto contrario: entre más miedo, más fallos; y entre más fallos, más miedo; y así arranca un vórtex de ansiedad tan fuerte que es capaz de acabar carreras, y vidas. Algunos pocos lo han defendido. Iker Casillas pidió que lo dejaran en paz, posteó un vídeo con los peores ‘Karius’ de su carrera y recordó que los arqueros también son humanos. ‘Mo’ Salah le dijo que estuviera fuerte y que ignorara a los que odian. De resto, son más, muchos medios de comunicación y periodistas, los que se han valido de su desgracia para vender clics y sumar seguidores en las redes, esos estancos de pirañas carroñeras y extremadamente agresivas siempre a la espera de que algún moribundo caiga al agua. Entonces, tristemente, la cosa no pinta bien para Karius. El Liverpool acaba de pagar 72 millones de euros por Alisson Becker, la cifra más alta que se ha pagado en toda la historia por un arquero. Jürgen Klopp, a pesar de su cara de bonachón y su enfoque humanista (siempre apoyó al arquero), sabe que si quiere pensar en grande debe tener un portero grande y no uno que sea un manojo de nervios. Así de cruel es el fútbol… …Y más con los arqueros. “Cuando no sirves se olvidan de ti”, cuenta Víctor Valdés, el porterazo del Barça de Guadiola al que una inesperada lesión de rodilla lo mandó derecho al retiro. Al olvido. Y piensa uno también en Robert Enke, aquel arquero alemán, el favorito para tapar en Suráfrica 2010, que, víctima del miedo al fracaso, la presión y una depresión brutal, terminó lanzándose a las vías del tren. Y en Moacir Barbosa, el miserable, que por ser el mejor tapó contra Uruguay en 1950 y a partir de entonces, luego de la desgracia del Maracanzo, se convirtió en un paria en Brasil: “La pena máxima en Brasil por un delito es de treinta años, yo he cumplido condena durante toda mi vida”, dijo unos días antes de morir solo. Ánimo, Karius. Ser arquero nunca ha sido fácil. Nunca lo será.
Se acabó el Mundial y la tusa está jodida. Por eso, cual despechados, nos pusimos en la tarea de rescatar lo bonito y aceptar lo feo. Estas son las conclusiones que nos dejó Rusia 2018. Por: Martín Lleras Jacobsen (@martinlleja) // Hablaelbalón Que las máquinas nos van a conquistar Se lloró mucho por el tema del VAR y nos dejó calladitos. La tecnología hizo que el arbitraje fuera más justo y, aunque dejó claro que necesita mejoras y abrió nuevas discusiones, toca reconocer que fue un acierto grande. Lastimosamente, el peor arbitraje de toda la Copa fue el de Geiger en el Inglaterra-Colombia, pero, por favor, deje de ser tan colombiche y pare con el cuento chimbo de que nos robaron. Que las maldiciones sí existen Desde 2010 el campeón defensor ha caído eliminado en grupos. Esta vez fue Alemania. México ha caído eliminado siete veces seguidas en octavos y su verdugo nunca ha logrado ser campeón: Brasil. El Balón de Oro del Mundial no lo gana un jugador campeón del mundo desde 1998. Esta vez fue Modric, que perdió en la final. Lo de Suramérica es una gran falacia Nos creemos los muy chachos. Dizque tenemos la eliminatoria más jodida. Que Messi, que James, que bla bla bla. Pero miremos: el último campeón suramericano fue Brasil y toca volver hasta 1986 — o sea 32 años— para encontrar a un equipo suramericano diferente a Brasil que haya salido campeón. El mito vive de los brazukas y eso, porque hace rato no pasa nada con ellos. Que Guardiola ya pasó de moda Una manía esa de darle mérito a Guardiola por todo. España 2010: “Guardiola tuvo mucho que ver”. Alemania 2014: “Sin Guardiola esto no hubiera sido posible”. Y entonces todo el mundo dijo que, como Pep está entrenando en Inglaterra, los ingleses se lo iban a ganar. Y no. Chupen. Salió campeón un equipo anti-estético, físico, tacaño y contragolpeador. Allez les Bleus. Que Neymar es un meme Aunque no lo crea, el jugador que más se desvalorizó en Rusia 2018 no fue la ‘Roca’ Sánchez. A ‘Ney’ le fue peor. Llegó al Mundial como el llamado a devolverle la gloria a Brasil y se fue con más memes que goles. Sus exageraciones caricaturescas lo dejaron en ridículo y hoy se habla más de eso que del jugadorazo que es. Que los colombianos somos indomables en redes El Mundial no llevaba ni una semana y Colombia ya comenzaba a batir récords: el escándalo tonto del trago en los binóculos, un troglodita machista dándoselas del chistosito con unas japonesas y la ‘Epa Colombia’ bañándose en la fuente del Louvre… ¿Dónde nos escondemos? Que Messi es más frío que el hielo El talento de Lionel habla por sí solo. Con un balón en los pies es el mejor de todos. Pero… cuando no le llega redonda y toca poner un poco más, cuando toca poner “huevo y corazón”, Messi mira al piso y se desentiende. Los que lo defendían a muerte se tienen que tragar ese sapo. Que Modric es el prohombre Este es cliché, pero no por cliché podemos dejarlo por fuera. Luka fue la sensación del Mundial. Por su infancia trágica contaminada por las desventuras de la guerra, por su humildad, por su talento descomunal y por meter más que Kanté en esteroides, Modric fue el héroe de Rusia. Que Pékerman es amarrete Esta nos la habían dicho los argentinos, pero nos negábamos a creer; y duele porque al cucho lo amamos. Pero lo del partido con Inglaterra fue francamente tacaño. Nadie se acuerda de esto porque la prórroga y los penales lo taparon, pero con el 1-0 abajo, quedándonos por fuera, ‘Pek’ demoró el cambio de Mateus hasta el minuto 80 y metió a Muriel al 87. Que Inglaterra la tiene adentro Muy elegantes, muy “llegó la hora del té” y su acento refinado. Bah. Inglaterra, y en especial la prensa sensacionalista, se rajó. De principio a fin fue una nación arrogante, con una selección tacaña que subestimó a todos sus rivales y que terminó pagando el precio. De nosotros se burlaron por nuestra ya trillada y aburrida relación con la cocaína (de verdad, hace como 10 años dejó de ser chistoso o relevante) y a los croatas los ilustraron como si fueran unos zorrillos. Que Mina vuela alto Lo de Colombia en el Mundial fue todo menos satisfactorio. Colectivamente fuimos un desastre y estuvimos muy por debajo de lo mostrado en 2014. Si no fuera por el metro noventa y seis que mide este señor, habríamos muerto en grupos. Senegal nos superó e Inglaterra, con muy poco, también. Gracias, Yerry y agárrate, Real Madrid. Que Juanfer Quintero es el puto amo El “Gordito” se salió de la caja y demostró que, además de regguetonero, puede ser un pedazo de futbolista. Después de Mina, fue el mejor de Colombia y ahora dizque suena para el Real Madrid (Jua jua jua). Dolió ver lo solo que lo dejó Pékerman en el partido de la muerte. Él tenía el talento para reemplazar a James, el problema fue que no le dieron la confianza.
Popular al parque y Vallenato al parque son los nuevos festivales al parque que anunció Idartes para 2024, además del regreso de Joropo al parque y Gospel al parque. Desde junio y hasta noviembre, en Bogotá habrá al menos un festival al Parque distinto cada mes. “Para esta celebración de la música, la diversidad y la identidad de Colombia en Bogotá tenemos cuatro propósitos fundamentales: promover confianza ciudadana a través del encuentro en el espacio público, fomentar la cultura ciudadana en la capital y la convivencia pacífica, crear espectáculos gratuitos y masivos y convertirse en plataformas de circulación artística”, dice María Claudia Parias, directora de Idartes. Este año, el lema será "Festivales por el agua", pero de acuerdo con Edison Moreno, gerente de Música de Idartes, durante cada evento se busca crear conciencia sobre la importancia de conservar y proteger los recursos hídricos naturales de la ciudad. Por eso, se implementarán iniciativas específicas para eliminar plásticos de un solo uso y fomentar el reciclaje y promover prácticas de consumo responsable de agua.Durante los últimos tres años, los Festivales al Parque han logrado congregar cerca de 670 mil asistentes, de los cuales un 8% proviene de otras ciudades de Colombia y el mundo. Idartes en 2024 esta cifra llegue a los 813 mil participantes. Según informó Idartes, por cada peso invertido en los festivales, se mueve el doble en la economía de la ciudad. ¿Cuándo y dónde serán los festivales al parque en Bogotá 2024?Joropo al parque 14 al 16 de junio. Plaza de Bolívar. El festival tendrá el concepto Cantos de trabajo del Llano, patrimonio Cultural de la Humanidad. Es la tercera edición del festival. Hip hop al parque 13 y 14 de julio. Parque Metropolitano Simón Bolívar. Una cultura, una sola familia es el lema del festival que ya acumula 26 ediciones y se ratifica como uno de los más grandes de Latinoamérica. Vallenato al parque 3 de agosto, Media torta. 4 de agosto, Parque Simón Bolívar. Este evento nace en marzo de este año mediante el Proyecto de Acuerdo No. 029 del Concejo de Bogotá, que crea este evento con el fin de promocionar y preservar el vallenato como género musical representativo del folclor colombiano. Gospel al parque 10 de agosto. Parque Simón Bolívar. El evento será en el marco del Festival de Veranod e Bogotá con artistas destacados en música de adoración. Popular al parque 14 y 15 de septiembre. Parque El Tunal. Según Idartes, el evento surge para aprovechar el auge de la música popular en Bogotá. Colombia al parque 24 y 25 de agosto. Parque de los novios. En sus 22 ediciones ha congregado a varios exponentes folclor nacional y ha sido plataforma de circulación para los artistas emergentes de todas las regiones del país. Jazz al parque 28 y 29 de septiembre. Parque el Country. Un género que trasciende fronteras: fusión entre culturas es el concepto del festival este año que ya completa 22 ediciones. Salsa al parque 5 y 6 de octubre. Parque Simón Bolívar.El otro barrio de la salsa: relación de la música con la ciudad es el concepto para este año. Se mantiene como uno de los festivales al aprque más concurridos. Rock al parque 9 al 11 de noviembre. Parque Simón Bolívar. Subculturas en armonía: una lectura desde la ciudad es el tema del festival gratuito más grande de América Latina
El presidente Gustavo Petro fue criticado hace unos días por usar imágenes generadas con Inteligencia Artificial (IA) en su cuenta de X (Twitter) sobre la marcha del 1 de mayo. Para algunos resultó paradójico que, justamente en el Día del Trabajo, el presidente use un herramienta que está dejando a varios artistas sin trabajo en el mundo. Es innegable el impacto que está teniendo la IA en los empleos para artistas, diseñadores e ilustradores. IBM ha detenido la contratación en roles que podrían ser reemplazados por IA. Algo similar está sucediendo en el mundo del arte. Ben Zhao, profesor de informática en la Universidad de Chicago, dijo a Business Insider que la explosión de la IA generativa ha provocado una "carrera hacia el fondo" a medida que las empresas recortan gastos y despiden puestos artísticos de bajo nivel."Se están produciendo muchos reemplazos, pero muchas empresas simplemente están utilizando la IA generativa como una forma de defender la reducción de personal, para tratar de reducir los costos y maximizar las ganancias", dijo.Fueron tantos los comentarios negativos que intervino el Ministro de Cultura, Juan David Correa. “Tiene toda la razón, ya envié el mensaje a los canales de comunicación interministeriales. Nosotros estamos dando instrucciones diarias sobre el tema en el Ministerio de Cultura. Los artistas y diseñadores merecen respeto”, declaró Correa en respuesta a una publicación del artista Santiago Rivas. Al debate se une un grupo de creativos, diseñadores e ilustradores que escribieron una carta abierta al gobierno de Colombia para "avanzar en una conversación pública sobre el impacto de las tecnologías generadoras de imágenes con IAG en el campo artístico y cultural colombiano". ¿Qué busca la carta? El grupo busca que "se avance oportunamente en la organización de una conversación pública donde se aborden los riesgos asociados con el uso de la IA y se integre la posición de la comunidad artística dentro de la hoja de ruta de las políticas de Inteligencia Artificial y los planes de legislación cultural, laboral, científica y de tecnologías en Colombia". Según declaró el Ministro Correa a El País, pidió a la entidad que dirige no utilice IA para producir imágenes o piezas escritas. Explica que fue “un acto de vergüenza y reflexión propia” por haber compartido en sus redes sociales un texto que otro Ministerio produjo con IA. Sin embargo, Correa reconoce las limitaciones que tiene su mensaje a los otros ministros. “No tengo ni poder ni autoridad para influir en todos los demás. Es solamente una recomendación porque los artistas se estaban quejando”. De momento no sé sabe qué pasará con la IA en Colombia o si tendrá alguna regulación. De momento, eld ebate está abierto.
“Cuando tu respuesta a una batalla de rap es una disculpa confusa en la app de notas que dice algo como ‘En realidad no soy un pedófilo porque me habrían arrestado si lo fuera’, has sido tan humillado que tu única esperanza es unirte a un monasterio canadiense y dedicar tu vida a Dios y a salvar el búho moteado”, tuiteó Jeff Weiss sobre 'The Heart Part 6'. Es un resumen preciso de la última canción —hasta ahora, espero que no salgan dos más mientras escribo— del enfrentamiento entre Drake y Kendrick Lamar, en la que el canadiense ondea tristemente una bandera blanca. A pesar de todo lo que dice en 'The Heart Part 6', su tono de voz, lánguido, derrotado, es una toalla volando hacia el centro del ring: la victoria es para el padre de familia de Compton, así como para todos los manes bajitos.Si, como dijo alguien en Twitter, el verso de Kendrick en 'Like That' de Future y Metro Boomin fue como el asesinato de Francisco Fernando de Austria que detonó la Primera Guerra Mundial —y si menciono tanto a Twitter es porque las redes sociales fueron el escenario principal de este combate, en un momento volvemos a eso.Para comprender la historia entera habría que volver al 2013 y pasar por el verso de Kendrick en 'Control'. Pero no estamos reunidos para detallar el toma y dame que se extiende por más de una década, sino para analizar un partido agotador y denso, un beef que el líder de música urbana de Spotify Carl Chery calificó como la batalla más grande de la historia del rap. Así que acá van cinco tesis sobre el beef en el que Kendrick Lamar derrotó a Drake. Y J Cole que siga relajado, montando bici y doblando ropa: se salió de esto a buena hora.1. Jaque mate: 'meet the grahams', Family matters' y 'Not like us'Drake pensó que 'Family matters' iba a ser un gran movimiento que, además de darles lo suyo a Rick Ross y A$AP Rocky, iba a quitarle el momentum a Kendrick: lo sabemos porque hasta le hizo un video que incluyó la destrucción de una van como la de la portada de good kid, m.A.A.d city. Y es un muy buen dis track, pero Kendrick contraatacó casi de inmediato con 'meet the grahams' y ahogó cualquier impulso posible para el de Toronto. 'meet the grahams' claramente estaba grabada con antelación, una trampa lista para cerrarse sobre Drake cuando mordiera el anzuelo. Esta fue la primera gran jugada maestra de Kendrick, digna de un emperador francés también famoso por su estatura baja, porque además de apagarle la luz a Drake reforzó la idea de que el único Premio Pulitzer del hip-hop tenía espías infiltrados en OVO que le anticipaban las acciones de su oponente. Y en los beefs no solo hay que ganar sino que parezca que estás ganando, que tienes el control.'meet the grahams' fue el jaque y 'Not like us' fue el mate: una canción que representa a la Costa Oeste —ya varios han señalado que Kendrick empieza con el flow nervioso de Drakeo The Ruler, innovador angelino asesinado en 2021— y que mete este beef a las discotecas, y no solo las de California: por ahí hay un video de un club neoyorquino en el que la gente está farréandose 'Not like us' apenas salió. Sabes que ganaste si tienes a la gente sacudiendo el culo a ritmo de acusaciones de pederastia. Pero es la segunda jugada maestra de Kendrick porque le ganó a Drake en su propio juego, se le metió al rancho, y a los conjuntos de al lado: es Drake el que debería ambientar antros y clubes, no Kendrick. De hecho, en 'Push Ups' y 'Taylor Made Freestyle' Drake se burlaba de lo supuestamente profunda e intelectual que era la música de Kendrick, y el autor de To Pimp A Butterfly lo noqueó asistido por DJ Mustard con un banger que seguro va a ser la banda sonora de este verano. La táctica de Kendrick, que nunca se había visto envuelto en un enfrentamiento así y logró salir revigorizado, fue digna del tablero de Erick Spoelstra. Y la de Drake me recordó a un entrenador que tuve en la universidad que quería decidir quién entraba a la selección con una prueba de uno contra uno.2. Crítica culturalMigos era una agrupación en ascenso cuando, en 2013, Drake se interesó por su canción 'Versace', producida por Zaytoven, y se montó al remix con el mismo flow atresillado patentado por Quavo, Takeoff y Offset. “Versace (Remix)” impulsó a Migos y le dio a Drake una entrada a un fenómeno, y un estilo, del que quería ser parte. Esta es solo una de varias interacciones complejas que Drake ha tenido con la escena de Atlanta, capital del rap durante la última década, y una de las que Kendrick menciona en 'Not Like Us' (el título lo dice todo) para llamarlo colonizador. Drake, como un Kirby que chupa los poderes del que tiene en frente, usó a Future, Lil Baby, 21 Savage, Young Thug y 2 Chainz para extraer impacto en las discotecas, respeto en las calles, jerga y, en general, aprobación, propone Kendrick. También nos la sabemos con Jamaica, con Londres, etcétera. Ya hizo reggaetón con Bad Bunny y pronto viene la colabo con Peso Pluma. Como dice Paul Thompson, Kendrick apunta a que todo el estilo de Drake se sostiene sobre fagocitar el estilo que esté de moda. “Es una buena crítica de rap”, concluye Thompson.Me gusta este ángulo porque se articula con una crítica más amplia que hace Kendrick: a pesar de Drake haya dominado comercialmente el rap por quince años, algo inaudito, sigue siendo un actor muy exitoso, un otro que nunca hará parte del “nosotros” desde el que Kendrick habla. Y esto no es porque no sea lo suficientemente negro, sino por usar la experiencia negra como máscara y a conveniencia, como ya había señalado Pusha T y también lo hizo ahora Rick Ross. Drake sale de este beef retratado como un culture vulture. Kendrick es persuasivo, pero no me interesa tanto eso, sino notar que la pregunta por el adentro y el afuera del hip-hop sigue siendo un punto de conversación, incluso en 2024. Por más que las barreras entre el rap y el pop parezcan totalmente diluidas por momentos, que Kendrick y los demás esgriman estas posturas muestra que ciertos valores todavía guardan un peso significativo. Se puede leer este enfrentamiento como la guerra entre dos paradigmas del rap, uno mainstream y otro underground, uno que apunta a las cifras y otro a la aprobación de la crítica, uno famoso por sus sencillos y otro por sus álbumes, pero Kendrick propone, simplemente, que una es hip-hop y la otra no. No es un punto menor teniendo en cuenta todas las reflexiones que hubo el año pasado por las cincuenta velitas que sopló la cultura, y las recientes declaraciones de Yasiin Bey aka Mos Def sobre Drake como música agresiva para ir de shopping a Target. Espero no ser prisionero del presente, pero no recuerdo otro beef de este tamaño que hubiera activado a este nivel discusiones sobre raza, identidad y cultura: victoria para los antropólogos del rap.3. ¿Y las mujeres?Hablar de ética en la mitad de un beef es complicado, porque es un territorio en el que todas las consideraciones morales vuelan por la ventana: acá todo vale. Pero mientras que Kendrick acusa a Drake de pederasta y hacer parte de una red de trata y explotación sexual y Drake acusa a Kendrick de pegarle a su esposa, al final son las mujeres las que salen perdiendo en todo el beef. Una vez más. Primero, todas las acusaciones que se hicieron en este flanco son escalofriantes, y superan el terreno de lo que puedo soportar en un beef. Y, segundo, me queda la sensación incómoda de que a ambos protagonistas solo les importa el bienestar de las mujeres en cuanto pueden convertirlo en un arma que empuñar hacia su rival, no en sí mismo. Es decir, que no les importaba tanto el bienestar de las mujeres como el malestar del otro. Y aunque el rap es el campo en el que el dolor se vuelve entretenimiento, no se trata de que esos versos sean parte de un coro pegadizo. Quizás soy muy suave, pero en este aspecto ambos son rotundos perdedores.Desde acá, shout out especialmente a Megan Thee Stallion. Tory Lanez le disparó en el pie y Drake fue uno de los que se burlaron de ella cuando relató lo que había pasado. Pero digo shout out porque con 'BBL' inició antes que 'Like that' la cruzada contra Drizzy, y con mucha mayor gracia que varias de las canciones que nos dio este beef. No puedo creer, por cierto, que la veracidad de los abdominales de Drake hayan sido un punto de contención durante toda la pelea. Me imagino a Drake eligiendo abdominales con el cirujano plástico, a ver cuál six pack le quedaba mejor. El punto es que la deuda del hip-hop con las mujeres, enorme por casos de abuso como el de Russell Simmons, como el de Diddy, como el Dr. Dre, solo se agiganta. Y es 2024. Si hablamos de la evolución del rap, este tema es esencial.4. IA y compañíaAsí como Drake apostó que 'Family matters' le iba a salir bien, también dijo “Uy, qué chimba utilizar una inteligencia artificial para personificar a 2Pac y Snoop Dogg para burlarme de Kendrick” y sacó 'Taylor Made Freestyle'. Fue ridículo. Y no por irrespetuoso, sino por forzado, como que lo pensó demasiado, se le ven las costuras. De nuevo, parte de su derrota es que él, experto jugador de internet, jugó mal casi todas sus cartas. Este fue el beef en el que la IA entró definitivamente al rap. No solo por 'Taylor Made Freestyle', sino porque en la etapa temprana del beef —podemos proponer tres: la temprana, que empezó con 'Like That'; la intermedia, con 'euphoria'; y la tardía, con 'Not like us'— tuvimos que preguntarnos si lo que se filtraba en internet era IA o no. Qué mierda de juego. Y la excusa de la IA le dio la oportunidad a Drake de softlaunchear 'Push Ups' por Twitter a ver si funcionaba, y ahí sí firmarlo. Resultó que una respuesta de Kendrick que se filtró no era de Kendrick, esa sí era IA. No me entusiasma para nada lo que viene en este aspecto.Acá explicamos en video lo que pasó con la IA, Drake y los dueños de los derechos de TupacTwitter, twitter, twitter: no he dejado de repetirlo. Fue el escenario de memes buenísimos (¿cómo habría sido Twitter cuando salió 'Hit ‘Em Up'?) y una plataforma de aceleración. No había que esperar días sino horas, o minutos, para el siguiente capítulo. Quedé mareado. Y hablando de cambios, qué triste la preponderancia de gente como DJ Akademiks en todo este lío: tomo como una derrota personal que sea una figura relevante para el rap, pero estas últimas semanas solo elevaron su perfil. Y si nos preguntamos por su stream desde Mar-A-Lago, una de las casas de Donald Trump, volvemos al segundo punto: este beef detona discusiones vitales sobre la cultura y sus límites.5. Bonus track: Los mejores temas de la pelea entre Kendrick Lamar y DrakePara terminar, evaluemos cada canción del beef, en orden ascendente, o sea desde la peor hasta la mejor.Kendrick Lamar - 'Not like us' (04/05): Then step this way, step that way / Then step this way, step that way. Creo que una de las claves de la victoria de Kendrick es que supo que tomárselo en serio también era meterle fiesta y risa. Y otra es que cuando las papas quemaron tuvo toda una tradición que lo respaldaba (la Costa Oeste, que incluso se liga con su mención de la Bahía y la defensa de 2Pac) y Drake quedó re isla. Lo de que OVO quiere decir “Other Vaginal Option” es estúpido, pero supongo que le da al beef ese matiz de pelea de colegio que a veces necesita. Drake - 'Family matters (03/05)': Trae el balance adecuado entre rap y melodía, entre la actitud despreocupada que pretende demostrar que no estás molesto, en la primera parte, y la concentración y el temple para diseccionar a tu oponente, en la segunda y tercera. Y qué risa cuando dice lo de “Kendrick just opened his mouth, someone go hand him a Grammy right now”. Me tramó, respect: rapeó duro, mero tema. Pero paila, perdió. Kendrick - 'euphoria' (30/04): Hay tantas partes de esta canción que no he dejado de cantar en voz baja, mientras monto bici, mientras lavo platos, mientras trabajo. “What is it, the BRAIDS?”. La forma en que dice Pusha T. Como canta “We don’t wanna hear you say ni**a no more”. Mi único pero es que los beats estuvieron flojos, pero me hizo saber que Kendrick de verdad odiaba a Drake. Triunfo para los haters. Kendrick - “meet the grahams” (03/05): Me dio mucha risa leer que, como Tony Soprano, este tema muestra que hay gente a la que ir a terapia le enseña cómo hacer más y mejor daño. Este fue el punto de inflexión en el que el beef se puso re oscuro e incómodo. Aún así no pude alejarme de la pantalla. A lo bien que dedicarle una sesión de terapia a cada miembro de la familia de tu opp es lo más psycho que he pillado, reforzado por ese beat de Alchemist. Y cuando le desea la muerte a Drake suena demasiado sincero como para no ser aterrador. Entonces como dis track es devastador y perfecto, pero a la vez no quiero escucharlo más. Espero que eso tenga sentido. Rick Ross - 'Champagne moments' (13/04): El outro hablado es glorioso. Pero, sobre todo, la incluí para celebrar sus historias de Instagram. Fueron mis momentos favoritos del beef, sobre todo cuando se burló de Drake porque su avión era muy viejo. Qué riqueza tan asquerosa. Drake - 'Push Ups' (13/04): En este punto consideré que Drake le podía ganar a Kendrick y su seriedad llevando esto al territorio de la burla y lo viral. Me dieron risa todos los versos que se burlaban de la altura de Kendrick. Buen tema. Al final lo de los malos contratos fue lo menos importante, y tampoco era un ángulo prometedor. Future & Metro Boomin, ft. Kendrick Lamar - “Like that” (22/03): No sabía dónde meter esta, porque no fue un dis, tiene una lógica distinta. Pero es increíble que Kendrick pueda reiniciar el juego con un verso con una década de distancia como hizo hace años con 'Control'. Me encanta el desprecio con el que dice “Bum!”. Y chimba que Metro también diseó a Drake con el beat. Kendrick Lamar - “6:16 in LA” (03/05): Bello sample. Lo demás dejó de importar a medida que el día avanzó y salieron dos temas más. ¿Tres dis tracks en un día? Historia del rap. Qué jodido cómo ahora la portada del guante es como un aviso enorme que le grita a Drake: no lo hagas, huye mientras puedas. Drake - 'The Heart Part 6' (05/05): La peor línea de todo este beef fue “I’m way too famous for the shit you just suggested”. No puede ser. Y me dio hasta pesar de Drake escucharlo tan alicaído en este comunicado de prensa hecho tema. No sé si tendrá una hija oculta o no, pero no compro para nada el argumento de que fue todo una trampa que le pusieron a Kendrick. No, Drake, tú fuiste el que pisó todas las trampas esta vez.Drake - 'Taylor Made Freestyle' (19/04): Entre las camisetas de Inditex, el holograma de Coachella y ahora esta mierda, van a hacer que 2Pac vuelva de Cuba a exigir que lo dejen sano.Más contexto: ¿Qué pasó con Kendrick Lamar, R. Kelly y Spotify? La frase de Drake que recordó un momento clave
Rotten Tomatoes, el conocido portal de calificación de cine, reveló su lista de las películas mejor calificadas de todos los tiempos, según las reseñas de los críticos.El agregador de reseñas ha publicado una lista de 300 películas, todas las cuales están "Certificadas como frescas" por los críticos.Las películas se clasifican utilizando una combinación de la calificación del Tomatómetro de una película (es decir, su desempeño según los críticos) y su puntuación de audiencia.Entre la lista de las 10 primeras, que abarca ocho décadas de realización cinematográfica, se encuentran cinco premios de la Academia a la Mejor Película, incluidas La lista de Schindler y Parasite. Sin embargo, el primer puesto de la lista lo ocupa L.A. Confidential (1997), que se quedó sin el Óscar al perder ante Titanic, de James Cameron. Las 10 mejores películas según Rotten TomatoesLA Confidential El PadrinoCasablancaSiete samuráisParasiteLa lista de SchindlerTop Gun: MaverickToy Story 2Barrio chinoNido de ratasVarias películas animadas, incluida la franquicia Toy Story, Buscando a Nemo y Cómo entrenar a tu dragón, se ubicaron entre las 20 primeras, y El viaje de Chihiro de Studio Ghibli ocupó el puesto 17.Marvel Studios también se ubicó en la lista de los 30 primeros, con la película animada de 2018 Spider-Man: Into The Spider-Verse en el puesto 21.La película más reciente en la lista de las 100 principales es la nominada a Mejor Película The Holdovers, que se estrenó a finales del año pasado. Protagonizada por Paul Giamatti y la ganadora del Oscar Da'Vine Joy Randolph, la película ocupa actualmente el puesto 36.Sobre Rotten Tomatoes Rotten Tomatoes fue fundada en agosto de 1998 por tres estudiantes universitarios: Senh Duong, Patrick Y. Lee y Stephen Wang. Desde enero de 2010, Rotten Tomatoes es propiedad de Flixster, que a su vez fue adquirida por Warner Bros. En febrero de 2016, Rotten Tomatoes y su sitio matriz Flixster fueron vendidos a la empresa de venta de entradas Fandango de Comcast. Warner Bros. retuvo una participación minoritaria en las entidades fusionadas, incluida Fandango.Un tercio de los adultos en Estados Unidos dice consultar Rotten Tomatoes antes de ver una película. El portal ha sido criticado por simplificar demasiado las reseñas al aplanarlas en una dicotomía nueva versus podrida. En 2023, el sitio enfrentó controversia por acusaciones de críticas sesgadas y censura. Los críticos acusaron a la plataforma de favorecer ciertas películas y estudios mientras suprimen otros, lo que generó dudas sobre la integridad y transparencia del proceso de revisión.
El "beef" entre Drake y Kendrick Lamar sigue. El último episodio fue The Heart Part 6, en el que Drake responde a Kendrick Lamar. "Si todavía escuchas a R. Kelly, puedes agradecerle al Salvador. Dijiste que si borraban su música entonces tu música también se irá, un hipócrita", rapea Drake. ¿A qué se refería? ¿Qué pasó con Kendrick Lamar y la música de R. Kelly?La línea de Drake se refiere a un momento de 2018 en el que Kendrick Lamar habría amenazado con retirar su música de Spotify después de que la plataforma implementara una nueva política de conducta que eliminó la música de R. Kelly y XXXTentacion de sus listas de reproducción debido a acusaciones de conducta sexual inapropiada. La política tenía como objetivo abordar la "conducta de odio" y se aplicó a los artistas que habían sido acusados de tal comportamiento, incluso si no habían sido condenados. Se dijo que Lamar, que había colaborado tanto con Kelly como con XXXTentacion, no estaba contento con la decisión y consideró eliminar su música en solidaridad con ellos. En 2022, R. Kelly fue encarcelado por 30 años tras ser hallado culpable de ocho cargos de tráfico sexual y uno de crimen organizado en un tribunal de Nueva York. Meses después, fue condenado por abuso sexual infantil en un segundo juicio federal en Chicago.Por su parte, XXXTentación, asesinado en 2018, fue acusado de agresión agravada de una mujer embarazada en 2016. El músico fue arrestado por el ataque y la privación ilegítima de libertad de su exnovia, Geneva Ayala.“No creo que sea correcto que se censure a los artistas, especialmente en nuestra cultura. ¿Cómo escogieron a esos (artistas)? ¿Cómo es que no eligieron a otros de otros géneros o de otras culturas diferentes?", dijo en su momento Anthony Tiffith, CEO de Top Dawg Entertainment, en representación de Kendrick Lamar. Se cree que la decisión de Lamar de amenazar con retirar su música de Spotify tuvo que ver con la reversión d ela política de Spotify. ¿Kendrick Lamar ha mencionado a R. Kelly?En la canción We Cry Together, de su aclamado álbum de 2022 Mr. Morale & The Big Steppers, Kendrick se encuentra en una intensa disputa doméstica con Taylour Paige. Los dos intercambian farses acaloradas, y Paige en un momento grita: "Tú eres la razón por la que Harvey Weinstein tuvo que ver su conclusión / Tú eres la razón por la que R. Kelly no puede reconocer que es abusivo". Sin pausa, Kendrick responde: "Cállate, todos sabemos que todavía tocas su música".Kendrick también menciona a Kelly en "Mr. Morale", rapeando: "Pienso en Robert Kelly / Si no hubiera sido abusado sexualmente, me pregunto si la vida le fallará". Aquí, Lamar hace referencia al hecho de que el propio R. Kelly sufrió abusos cuando era niño.