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Cerrero: electrónica enraizada para el mundo

La inquietud de Diego Gómez lo llevó a darle vida a Cerrero, un empalme litúrgico de la música tradicional hecha en Colombia y la electrónica.

La música colombiana avanza muy rápido y año tras año vemos cientos de talentos emerger. Desde lo folclórico hasta lo urbano, pasando por lo pop y lo experimental, artistas y agrupaciones revuelcan eso que conocemos como "música colombiana" hasta el punto de crear una masa diversa con propuestas para todos los gustos. Como suele pasar cada año, hemos escogido 26 artistas por los que apostamos, los que tienen todo para hacer del 2019 su año, y que estamos anunciando en orden alfabético. Párenle bolas porque serán los protagonistas del sonido que se viene. Con ustedes, Cerrero.

Por: Nadia Orozco Moncada // @LadyEmpanadia

Hace más de diez años Llorona Records arrancó como un sello que tenía la intención de grabar aquellos artistas que sus fundadores admiraban y que no tenían el reconocimiento merecido. En ese trayecto no solo ha logrado eso, sino ser una plataforma para la gestión cultural, para la conservación y la custodia de los sonidos tradicionales y la experimentación musical de esas raíces sonoras. Diego Gómez ha comandado ese movimiento protector. Eso, y su olfato agudo, han hecho que cada uno de sus trabajos como productor sean gemas invaluables que con los años cobrarán aún más valor.

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Diego es inquieto, por eso además de ser el líder del dub de gaitas, de poner su ingenio en los trabajos de Elkin Robinson, Tamborito Nuquí o Canalón de Timbiquí, el año pasado le dio vida a Cerrero, un nuevo proyecto que desde afuera se lee como una celebración a los años de historia de Llorona Records, como si fragmentos de todos esos sonidos que han pasado por el estudio se compactaran en esas canciones, y por otro lado parece obedecer a una genuina necesidad de Diego de seguir hurgando en las raíces de la música colombiana, de seguir preguntándose y respondiéndose cómo mejor saber hacer: con música, con experimento.

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A pesar de que en el 2018 lanzó pocas canciones (entre ellas dos místicas piezas acompañadas por la poderosa voz de Lucia Pulido y los remix de Nicola Cruz y de Mitú), no se necesita mucho más para entender cuál es el trofeo de Cerrero: le hace justicia a la tradición y a la electrónica en un mismo espacio, logra re imaginar con respeto canciones que se validan sin problema en ambos universos sonoros y nos entrega piezas litúrgicas, que se inspiran en los zafras, esos cantos que los campesinos entonan a capela mientras trabajan la tierra, para introducirnos a un baile catártico.

Cerrero se define como el que es difícil de domesticar y al final de cuentas, esas canciones nos están hablando e incitando a la libertad.

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