La premisa de Barry, serie de Warner Bros estrenada por HBO en 2018, es tan seria y profunda como pertinente para su contexto. Pero de a pocos da pequeños giros surreales que hacen todo se vuelva cada vez más absurdo. O más real, pues después descubrimos que nos hablaba de otra cosa.
Barry Berkman, el protagonista (interpretado por Bill Hader), es un exmilitar con depresión y con un vacío de una figura paterna que intenta llenar en contra de su propio bienestar, así que se convierte en un experimentado sicario: no muestra remordimiento, ni rencor, ni emociones cuando cumple una misión.
Es, básicamente, una máquina que cumple órdenes, un robot capaz de asesin4r con una precisión envidiable hasta para John Wick.
En Estados Unidos unos 300.000 soldados que han participado en las guerras de Irak y Afganistán sufren de síntomas de estrés postraumático o depresión, y cerca de la mitad no recibe atención a su mal, según un informe compartido por el diario El País.
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Hasta aquí, todo parece encajar en la historia clásica de un drama social: un personaje que sufre las consecuencias de ver amigos morir en la guerra y de matar gente inocente; la culpa reprimida y el consecuente sufrimiento que implica reintegrarse a la vida social.
Pero recordemos: Barry es como un robot sin emociones. Así que viaja a Los Ángeles, la tierra de los sueños y la fábrica de las emociones (Hollywood) para cumplir una misión más. Y allí empieza a mostrar síntomas de humanidad cuando se encuentra con una clase de actuación. Pero la actuación aquí es una humanidad fingida.
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El drama de Barry se desdibuja imperceptiblemente y se convierte en una de las comedias negras más divertidas de la historia de las series de televisión.
La serie nos mete en un triángulo en el que se cruzan el crimen organizado, la fantochería emocional del mundo de la actuación y una vida de pareja trastornada por los traumas de un asesino y el ego de un profesor de actuación y una aspirante a actriz. Hay tanta acción como sátira y comedia.
Los asesinos más despiadados son sensibles, buscan el amor y la estabilidad. El maestro de actuación de Barry, Gene Cousineau (Henry Winkler), compite en narcisismo con los líderes de la mafia. Y la pareja de Barry, Sally Reed (interpretada por Sarah Goldberg), que sueña con ser una actriz famosa, como muchos en Los Angeles, también se enfrenta al narcisismo subyacente a la idea romántica de “la realización de los sueños”.
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Barry parecía estar encaminado a la redención gracias a la actuación.
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Pero en la temporada final, después de un salto temporal tan desconcertante como fascinante, todo se hace más intenso.
Barry busca un padre, que primero es su agente en el mundo del hampa, Monroe Fuches (interpretado por Stephen Root), quien lo castiga por desviarse de su camino. Pero después es Cousineau, su maestro de actuación. Todas sus relaciones son conflictivas, porque él lo único que sabe hacer es matar. Y, a su alrededor, todos piensan en sí mismos.
La forma y los diálogos de Barry, desde la segunda temporada, nos llevan a la comedia de lo absurdo, al humor más oscuro posible. Los personajes tocaron fondo y cada acto parecía irónico y desesperado.
El desenlace, aunque inesperado, no podía ser otro: una redención cinematográfica.
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Barry: todo lo que deben saber de la serie de Max
- ¿Dónde ver Barry?: Max
- Duración: 4 temporadas / 32 episodios
- Fecha de estreno: 17 de abril
- Fecha final: 28 de mayo de 2023
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