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Judy Henríquez habla de la representación de las mujeres mayores de 50 años en la televisión

Hace 30 años Judy Henríquez protagonizó una telenovela que le enseñó a las mujeres mayores de 50 otras formas de vivir y de ser. 'Señora Isabel' abrió nuevas líneas temáticas en la televisión nacional y escarbó en temas "prohibidos" para la época, como la violencia estética, el divorcio y el romance de una mujer con un hombre 15 años menor. Acá nos habla del significado de esa historia.

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Judy Henríquez y Teresa Gutiérrez en 'Señora Isabel' de 1993
// RTVCPlay

A principios de 1990 Colombia atravesaba el periodo presidencial de César Gaviria. Fue una época recordada por las políticas de apertura económica liberal y porque vivíamos la pesadilla de la violencia generada por el narcotráfico. Pero las productoras de televisión, a diferencia de lo que ha ocurrido en los últimos 10 años, no se atrevían a contar ese tipo de historias en sus novelas y series.

Las historias de la época estaban alineadas con el boom latino de los romances de la televisión mexicana: se enfocaron en mostrar en pantalla el amor imposible de un hombre y una mujer, la relación entre una persona rica y una pobre o en caricaturizar las diferencias culturales entre los centros urbanos y las zonas rurales del país. Esa prevalencia del ascenso social y la realización de una vida familiar eran, en últimas, el reflejo de un tono muy conservador a la hora de escribir historias.

Pero en 1993, antes de la explosión internacional de novelas como Café Con Aroma de Mujer o Yo Soy Betty La Fea, se transmitió en horario Triple A una historia que cambió ese paradigma. 'Señora Isabel' contaba la vida de una mujer que iba en contra del conservadurismo de la época y cuyo objetivo era, a los 50 años, cambiar radicalmente su vida. Ese personaje lo interpretó una de las actrices que inauguró la televisión en el país: Judy Henríquez.

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Judy Henríquez en 'Señora Isabel'
// Captura de RTVCPlay

En ese momento, fue sorpresivo para muchos que se eligiera como protagonista a una mujer mayor de 50 años; también fue "polémico" que el personaje tuviera un nuevo despertar sexual con un hombre 15 años menor después de un matrimonio fallido. La gente no estaba acostumbrada a hablar de cosas como el divorcio de una familia tradicional o de la transformación de la vida sexual de una mujer mayor de 50 años; y mucho menos de la violencia estética que se vive en las familias colombianas cuando el cuerpo de una mujer no se ajusta a los estereotipos.

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'Señora Isabel' ahora se puede ver en plataformas digitales. Y, aunque han pasado 30 años desde su estreno, se puede entender hoy como una revolución en la forma de hacer televisión. La historia, de hecho, se ha reversionado en otras 10 telenovelas de América Latina.

El siguiente es un monólogo basado en la larga conversación que tuvimos con la actriz de 80 años Judy Henríquez. Acá habla del significado de Señora Isabel y de los cambios de la televisión en las últimas décadas.

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JUDY HENRÍQUEZ Y SU EXPERIENCIA RETRATANDO MUJERES EN LA TELEVISIÓN

Hace 30 años contamos por primera vez una historia disruptiva para la época, un relato en el que una mujer de 50 años, con tres hijos y un matrimonio en crisis, se enamoró de un joven.

Desde el primer momento ver esa historia en la pantalla causó mucha impresión. Aunque para algunos era problemática la relación de una mujer de esa edad con alguien de 35 o menos, en la calle la gente me decía "hay que enamorarse"; otros me gritaban "por favor, déselo ya". Yo, en la piel de la 'Señora Isabel', lógicamente, no me atrevía sexualmente a tener una relación íntima con alguien menor, entonces me decían cosas de ese estilo.

Para mí no era muy difícil hacer ese personaje de 50 años, porque yo en ese momento tenía 50 y había hecho muchos papeles. 'Señora Isabel' la escribió mi esposo Bernardo Romero. Yo dije "Tengo que hacerlo y muy bien", porque la actuación es actuación. Cuando una es actriz muchas cosas no tienen problema, pero este personaje fue un poquito diferente de todo lo que yo había hecho.

A la gente en la Colombia de los noventa les parecía increíble que mi marido hubiera escrito una cosa como esta. Pero Bernardo era un escritor y punto. No pensaba "Es mi mujer, qué vaina". No, simplemente pensaba "Es una buena historia y quiero que la interprete mi esposa". Eso era Bernardo, un hombre muy serio, muy dedicado a su trabajo y que realmente sabía que no iba a pasar nada ni con este muchacho, ni con nadie porque simplemente era un papel más, así como hice otros personajes antes y después de esa novela.

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En la televisión de los noventa se mostraba a la mujer de cincuenta años muy diferente a como se hace ahora. Tanto en el estilo de la ropa, como en el maquillaje, los peinados y hasta la forma de comportarse socialmente. Era completamente diferente.

Mi versión de Señora Isabel era un personaje un poco más recatado, un poco más tímido dentro de una relación sexual, o dentro de una relación diferente a la del marido. Hoy en día es diferente. En personajes como el de Paola Turbay en la novela Ana de Nadie se muestra que esta mujer enfrenta a su marido, le duele, le molesta, sí, pero no se queda callada. Antes no mostraban en televisión que la mujer se enfrentara a su esposo.

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Siento que hace 30 años, cuando salió 'Señora Isabel' hubo cierta revolución y creo que sí hubo mujeres que dijeron "Caray, yo estoy pasando por la misma historia, así que ¿por qué no actuar?". Puede que no lo hicieran todas las mujeres como hoy en día porque actualmente no tienen problema alguno de tomar acción. Pero hace 30 años las señoras que veían la historia sí empezaron a sentir que había diferentes formas de vivir y de ser.

Ahora en la novela Ana de Nadie yo hago de la mamá de una mujer que se enamora de un joven de 35 años y yo me comparo con la actriz Teresa Gutiérrez, porque su personaje fue el de una mujer más seria, mucho más tranquila, pero Dolores, mi personaje, es una mujer más agresiva, más directa, más violenta.

Teresa, aunque era tranquila, decía las cosas en otro campo. Aquí ella es mucho más fuerte, más directa. En este momento yo interpreto a una mujer de 80 años muy agresiva, que es bastante violenta con los hijos, con los nietos. De cierta forma yo también estoy retratando a una parte de las mujeres muy adultas diferente a la abuela tierna y comprensiva que a veces abunda en televisión.

Hay cambios violentos en la realización de productos para televisión y en cómo se escriben los textos, pero hay historias que siempre pueden adaptarse a la actualidad de la sociedad.

Creo que en 2050 no habrá que recordar a una 'Señora Isabel', se recordará lo que se muestra ahora de las mujeres en la pantalla que son echadas para adelante. En este momento no hay mujeres de 50 años que se identifiquen con lo que nosotros mostramos en 1993 porque la sociedad ha evolucionado, o tal vez en pueblos y lugares lejos de la ciudad existan mujeres reprimidas en esa forma por su edad, pero no se da en el mismo nivel. Es gratificante que en ese momento pusimos en el ojo del país una mujer diferente para la época.

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Así como ahora las historias se cuentan diferente, también se graban de una forma completamente distinta. Las historias también se cuentan de una forma mucho más rápida: hacen que el espectador analice todo de diferentes maneras. Lo valioso para mí es que he tenido la fortuna de estar en los diferentes momentos de la televisión colombiana y latinoamericana. Ya llevo seis décadas personificando todo tipo de mujeres.

Entiendo que aún hay personas que no aprueben una relación con una diferencia de edad amplia, pero yo como Judy Henríquez apoyo las relaciones así porque hoy en día el amor se entiende de una manera diferente a como lo hacíamos en los noventa. La gente ya salió del clóset, hay personas en las calles con sus parejas hombre con mujer, hombre con hombre o mujer con mujer, no hay ese misterio que había hace 30 años.

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