El estreno de Los Billis el 3 de noviembre de 2023 en Amazon Prime generó expectativa y debate entre los espectadores.
La serie, inspirada en una historia poco documentada de una “pandilla” de "niños bien" de Bogotá a finales de los 80, se concentra en la historia de El Indio, un adolescente que lidera las actividades extracurriculares y las fiestas en un grupo de jóvenes adinerados de "Multi”, nombre que hace alusión al barrio Multicentro en la vida real.
El punto de encuentro principal del grupo es la entrada 5 del Centro Comercial, un territorio que se disputan con otras "pandillas" de barrios de Bogotá como Villa del Prado, Santa Bárbara, y otros.
A pesar de no pertenecer a la misma clase social que el resto de los personajes, El Indio logra ganarse su afecto, y estos están dispuestos a hacer lo que sea necesario para contar con su respaldo.
Aunque no es una representación fiel de los eventos reales, la serie ofrece una representación auténtica de la época, no solo en términos estéticos, sino también de las tensiones de la sociedad bogotana.
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Los Billis, por los lados, habla también del narcotráfico, la brutalidad policiaca y las fantasías de los adolescentes con el mundo de las pandillas.
La conversación en línea
La serie logró lo que muchas producciones se proponen, pero pocas logran: generar conversaciones en Facebook, X y TitTok.
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Los Billis tienen una comunidad primaria a la que le apuntan: los que vivieron en la época de los Billis y la consumen por la nostalgia que les permite revivir recuerdos.
Su modo de participar en la conversación tiene que ver también con la pertenencia: reclaman la veracidad de los hechos y cuestionan por qué la producción no cuenta la historia de sus protagonistas, como Esteban Araque, el Negro Tadeo y otros.
La historia ya tenía un trasfondo en Internet. Fue hace más de una década, en Facebook, que se revivió la historia de los Billis gracias a la reconstrucción que hizo Felipe Mercado, quien vivió muy cerca del grupo, y creó una página de Facebook para compartir sus memorias.
La página no solo despertó la curiosidad en aquellos que no conocían nada sobre los Billis, sino también le consiguió un contrato de edición con Editorial Planeta al autor, lo que resultó en la novela Se llamaban “los Billis” de Unicentro, publicada en 2020 y que ha agotado hasta ahora dos ediciones.
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Aquí empieza la confusión entre la historia real, el relato de Mercado y la serie: aunque la iniciativa del autor fue la que trajo al presente el pasado de los Billis, la serie no está basada en el libro debido a la falta de un acuerdo entre la producción y este.
Además, muchos de los personajes que pertenecieron al grupo ahora son personas reconocidas en el mundo de los negocios y tal vez no quieren verse involucrados en la historia.
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Por otro lado están los espectadores más jóvenes, los que no vivieron en esa década y han quedado impresionados por la forma en que la serie recrea la atmósfera de los años 80, echando mano por el furor ochentero que vienen explotando las producciones mainstream.
Eso sí, hay que decir que caen en inconsistencias temporales, como la elección de la música (Listen to your Heart de Roxette salió en 1988).
El narcotráfico a mediados de los 80
La historia de la serie se desarrolla en 1985. En ese contexto, Los Billis muestra cómo el auge de los cárteles del narcotráfico, en particular el cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar, sumió al país en una espiral de violencia.
La decisión de Estados Unidos de declarar la guerra a las drogas y el dominio de los cárteles en las ciudades principales de Colombia se refleja en esta ficción a través de eventos como la iniciativa que tiene El Indio por mejorar sus condiciones socioeconómicas a través del microtráfico y sus encuentros con personajes turbios como el Ruso.
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Además, la serie resalta la división económica y social existente de Colombia.
Hay una clara separación entre la gente con "dinero de antes" y los "nuevos ricos". Esto, sin duda, es un reflejo del desarrollo socioeconómico que caracterizaba a la sociedad colombiana en esa década.
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Mientras algunos sectores de la población disfrutaban de la riqueza y el poder generados por el narcotráfico, otros enfrentaban dificultades económicas y vivían en entornos marcados por la pobreza y la violencia.
El clasismo y la brutalidad policial
No hay que dejar de lado los debates morales alrededor de la plata fácil, pues a pesar de la boyante circulación de dinero que resultó en el consumismo de marcas extranjeras, familias como la del personaje de David Páez, se veía enfrentada a traicionar sus ideales o convertirse en una familia vergonzante.
La serie también retrata de manera efectiva la brutalidad policiaca, herencia del Estatuto de Seguridad del gobierno de Turbay.
La brutalidad policiaca se aplicaba principalmente a quienes no tenían dinero, mientras que los "niños bien" se salvaban.
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Lo vemos en el caso de Leo, a quien su papá saca de la estación sobornando a la policía con botellas de whisky.
Pero retomando el tema del dinero y el boom económico, la serie ofrece un recorrido histórico a través del desarrollo urbano de la ciudad, destacando cómo el movimiento de dinero en los años 80 dejó una huella significativa en algunos de los barrios más reconocidos de Bogotá en la actualidad.
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La vida urbana en estos sectores se centraba alrededor del centro comercial y el consumo, incluyendo la compra de dispositivos electrónicos icónicos como el Walkman, la asistencia a películas en el cine como Karate Kid y la adquisición de zapatos deportivos de marca.
La representación en Los Billis
En definitiva, Los Billis es una representación de un grupo de jóvenes que existió, pero cuyos nombres se perdieron por la violencia o consumo de drogas y la adultez.
Algunos sobrevivientes de esa historia son empresarios, y aquellos que los admiraban comparten en redes sociales lo que recuerdan de esa "gloriosa" época.
A pesar de que la serie no cuente la historia de personajes como Esteban Araque y el Negro Tadeo, es posible ver su influencia en el personaje de El Indio. Personajes como David, Leo, Andrea, Mafe, y Yor transmiten también el ambiente de la década de los ochenta, lo que ha resonado tanto entre quienes vivieron esa época como entre las generaciones más jóvenes.
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