Aún hay más.
Como plato fuerte un McCombo, acompañado por una gaseosa mediana y compuesto por hamburguesa de carne con cebolla fresca, pepinillos, queso y una mezcla entre salsa de tomate y mostaza. Todo a puro sazón americano, que deja la sensación de estar comiendo en la gran manzana junto al mismísimo payaso Ronald McDonald.
Cuando la mejor opción es economía tipo “Grandes placeres, pequeños precios”, un combo de hamburguesa, papas y gaseosa en tamaño miniatura por una módica suma de dinero (disponible en cualquier McDonalds de la ciudad); también puede funcionar.
Para cerrar con broche de oro esta cita gastronómica comercial, el “Capricho de maracuyá” de Crepes and Wafles es el recomendado, una exquisita mezcla de helado de yogurt de maracuyá con fresas y melocotón, que evoca años mozos de la niñez cuando la abuela alistaba la lonchera y llenaba de saliva la cara antes de salir para el colegio.