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Que comience la fiesta

Álex, el mesero de otro de los bares de la cuadra, me contaría más tarde que los “jaladores” son los encargados de promocionar las discotecas. Atraer clientes en medio de tanta competencia no es fácil, por eso a veces recurren a estrategias un poco “drásticas” como tomar a los hombres de la camisa o casi cargar a las mujeres hasta los locales. La situación llegó a tal punto que en algún momento les prohibieron bajar de las aceras, pero esa prohibición, al parecer, ya no se respeta. “Niñas solas, buena música”, gritan desde todas las esquinas. “Tómese un trago sin compromiso”, dice Álex. Explica que tienen destinado un porcentaje de licor para promoción. Porcentaje que no debe ser muy grande, porque el ron parece haber sido mezclado con agua, cosa que finalmente agradezco. Son las cuatro de la tarde y debo seguir en mis cabales unas 18 horas más, lo cual seguramente se dificultará si comienzo a tomar ron puro a esta hora. Los locales de Cuadrapicha, según cálculos de Asorumba, la entidad que aglutina los negocios del sector, generan más de 500 empleos directos entre “jaladores”, meseros, administradores, disc jockeys y animadores. Álex trabaja de una de la tarde a tres de la mañana y se gana $10.000 de básico y un porcentaje sobre el consumo, si está de mesero, y un dinero extra por cada cliente que logre “jalar”. En un buen día, asegura, recibe $80.000. El personal de seguridad se cuenta aparte. Según Daniel Buitrago, supervisor de Open Logística, entre las tres empresas que operan en el sector emplean a unas 200 personas, que trabajan de cinco de la tarde a tres de la mañana. Se encargan de las pequeñas peleas y de requisar en la entrada de los bares. La seguridad, sostiene, ha mejorado, ya no se ven atracos, sólo “cosquilleo” (que le roben el celular o la billetera sin que se dé cuenta), y una que otra pelea de vez en cuando, algo realmente asombroso en un sector, que, calcula, puede aglutinar a más de cinco mil personas en un sábado, la gran mayoría de ellas con altos niveles de alcohol en la sangre.

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Álex, el mesero de otro de los bares de la cuadra, me contaría más tarde que los “jaladores” son los encargados de promocionar las discotecas. Atraer clientes en medio de tanta competencia no es fácil, por eso a veces recurren a estrategias un poco “drásticas” como tomar a los hombres de la camisa o casi cargar a las mujeres hasta los locales. La situación llegó a tal punto que en algún momento les prohibieron bajar de las aceras, pero esa prohibición, al parecer, ya no se respeta. “Niñas solas, buena música”, gritan desde todas las esquinas. “Tómese un trago sin compromiso”, dice Álex. Explica que tienen destinado un porcentaje de licor para promoción. Porcentaje que no debe ser muy grande, porque el ron parece haber sido mezclado con agua, cosa que finalmente agradezco. Son las cuatro de la tarde y debo seguir en mis cabales unas 18 horas más, lo cual seguramente se dificultará si comienzo a tomar ron puro a esta hora.

Los locales de Cuadrapicha, según cálculos de Asorumba, la entidad que aglutina los negocios del sector, generan más de 500 empleos directos entre “jaladores”, meseros, administradores, disc jockeys y animadores. Álex trabaja de una de la tarde a tres de la mañana y se gana $10.000 de básico y un porcentaje sobre el consumo, si está de mesero, y un dinero extra por cada cliente que logre “jalar”. En un buen día, asegura, recibe $80.000.

El personal de seguridad se cuenta aparte. Según Daniel Buitrago, supervisor de Open Logística, entre las tres empresas que operan en el sector emplean a unas 200 personas, que trabajan de cinco de la tarde a tres de la mañana. Se encargan de las pequeñas peleas y de requisar en la entrada de los bares. La seguridad, sostiene, ha mejorado, ya no se ven atracos, sólo “cosquilleo” (que le roben el celular o la billetera sin que se dé cuenta), y una que otra pelea de vez en cuando, algo realmente asombroso en un sector, que, calcula, puede aglutinar a más de cinco mil personas en un sábado, la gran mayoría de ellas con altos niveles de alcohol en la sangre.

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