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Fútbol y Merchandising. Así es que es la vuelta

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Por: Bestiario del Balón / @bestdelbalon
Foto: EFE

¿Quiere hacer merchandising? Pregúnteme cómo

Hay que adueñarse de uno mismo para cambiar el mundo. La frase, que bien podría hacer parte de “Desiderata”, es la definición de aquellos que logran poder explotar comercialmente su propio nombre para enriquecerse. Pelé, por ejemplo, que aunque garantice volquetadas de sal con su nombre, es de esos que se acerca al banco, a la caja rápida, para retirar al mes unos cuantos millones de centavos por cuenta de esas cuatro letras a las que se saca plata contante y sonante.
 
Hace poco el Once Caldas recibió en una ceremonia llena de honor antes de empezar su juego contra el Medellín, su marca para comercializarla, además de dos goles del Medellín en el partido. Entonces, era ver cómo en las tribunas el comportamiento del hincha se puede asemejar al de un comprador llevado por las emociones: con el primer gol del Medellín, los directivos empezaron a pensar si había sido buena idea tener la comercialización de la marca perdiendo 0-1 en casa. Percepción que cambió tras el empate, cuando la gente, enloquecida, estaba en disposición de comprar un gobelino de “La última cena” con escudos del Caldas en cada cara de los apóstoles. Duró poco la alegría y el 1-2 en contra hizo que en el cuerpo del fanático se sintiera el cargo de conciencia del comprador compulsivo que se da cuenta de que gastó dinero inocuamente -el de la boleta-, solo por un instante de dicha. El empate final mandó a los manizaleños a sus casas medio aburridos, sin saber si luego de la igualdad en el Palogrande serían capaces de comprar una copia enmarcada del correo electrónico -esto es verídico- con que un hincha alertó al Real Madrid sobre la existencia de un tal Edwin Congo que la rompía en la Copa Libertadores de 1999. 
 
Depende mucho de los resultados de un club su propio merchandising. O al menos esa es la teoría. Pero desde esta tribuna pensamos que la mejor manera de que un equipo de fútbol se enriquezca a partir de su propio mercadeo es con artículos y souvenirs que, si bien pueden ser coleccionables, también tendrían la posibilidad de destruirse ante el más mínimo atisbo de fracaso sin que nadie se sienta ofendido. Porque se diseñaron fue para eso: para la ocasión anímica.
 
La idea, gestada en nuestra redacción, se filtró y las consecuencias pronto se van a ver en Cali de acuerdo a lo que nos cuentan nuestros informantes: la directiva del Cali pretende imponer en la ciudad la “talla L”. Es decir, la “talla Leonel”. Cada camiseta del Cali tendrá entalle pegado a las axilas y manguita japonesa. Realzará los pectorales -el de las mujeres, pero, he aquí la novedad, el de los hombres también- y las pantalonetas serán ceñidas, casi para convertir las nalgas en duraznos. Si el Cali pierde, el hincha, con el menor movimiento que haga, romperá las costuras de las prendas para transformarse en un Hulk azucarero a la salida del Pascual Guerrero.
 
Las ideas de merchandising pululan: los hinchas de Fortaleza si compran abono, recibirían a cambio de correo sendas columnas jónicas -previa alianza con la empresa Granito & Calicanto- como la de su escudo para adornar el hogar; en Patriotas piensan alquilar guardias del Puente de Boyacá para que ayuden en los quehaceres de la casa a sus fanáticos. Los “Palillos” es el proyecto de Millonarios este 2014: con audiolibro de instrucciones en acento español, el hincha tendrá que regar la caja de palillos sobre una mesa, igual que el viejo y olvidado juego de los palitos chinos. Pero la idea en este caso no será mover cada uno de los palillos sin que se mueva la estructura, al contrario, tendrá que destruir lo construido en el menor tiempo posible. Así dicen que será el juego, extraoficialmente. 
 
En estas lides, equipo que no se la juegue por la innovación está muerto. La Federación, hemos conocido, prefiere apostarle a los servicios antes que a los productos. Así, ya tiene listo el de saltos de bungee desde el techo del Metropolitano al amparo del popular Cole. En esta misma línea, La Equidad, equipo tan del corazón del oficinista colombiano, quiere incursionar en la asesoría y montaje de juegos de amigo secreto, pollas y vacas, todas solidarias, por supuesto, en lugares de trabajo. El plus que ofrecen es la visita del profe Otero el día de la entrega de regalos como maestro de ceremonias.
 
Pero como todo esto finalmente se trata de ir siempre un paso más allá, hemos podido averiguar que un asesor español y un poco avispadillo les ha abierto los ojos a los directivos del FPC, sobre la mina de oro que sería para ellos ingresar al mundo de las patentes. Y es que en nuestro nunca bien ponderado balompié existe una serie de jugadas y actos cómico-deportivos que con el tiempo se han popularizado en otras latitudes y sobre los cuales nuestros "popes" tienen todo para reclamar la autoría intelectual y los derechos patrimoniales anexos.
 
Nos referimos al cambio de frente fallido que impacta porrista, al pase a su propio arquero del volante diez cuando tiene tres delanteros en posición de gol así como al tradicional intento de controlar el balón solo con la espinilla que tantos momentos inolvidables de hilaridad vividos en familia desde las tribunas ha propiciado. Son solo tres ejemplos de una larga lista que será desgranada en la próxima entrega.

 

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