Luego de muchos rumores se oficializó al colombiano James Rodríguez como nuevo jugador del equipo de futbol Everton de Inglaterra. A partir del 7 de septiembre, el futbolista de la Selección Colombia vestirá la camiseta azul del equipo de Liverpool con el número 19. Por medio de un comunicado de prensa el Real Madrid, antiguo grupo de James, agradeció al deportista por su tiempo y aporte al club español. Recomendado: James Rodríguez y la importancia de Ancelotti en su traspaso: “Ha trabajado mucho para conseguirlo" El Everton Football Club es un equipo con sede en Liverpool y más de 142 años de historia. Los colores del club tradicionalmente son azul y amarillo; colores que vestirá James en las próximas temporadas. Este fue el mensaje de James Rodríguez para los fans del equipo inglés: "Estoy muy feliz, con muchas ganas de empezar, lleno de ilusión y compromiso con los fans del Everton”. La historia del club ha hecho que tenga una hinchada leal y activa. De hecho, muchos famosos del mundo han mostrado su admiración por el equipo. Constantemente visitan el estadio Goodison Park y visten las camisetas del club. Estos son algunos de ellos. Matt Damon - Actor Durante una entrevista el actor de Hollywood dijo que, aunque es fan del trabajo en el campo del Chelsea, siempre ha considerado la idea de ser un fan del Everton. Después de la entrevista se ha relacionado con el equipo en repetidas oportunidades. Paul Mc Cartney – Cantante El Beatle es uno de los hinchas más conocidos del equipo. En este video de WIRED explica el origen de su amor por el Everton, pero dice que también le tiene mucho cariño al Everton. Sylvester Stallone – Actor El italo-estadounidense ha mostrado su apoyo por el equipo de fútbol inglés en diferentes ocasiones. En este video se muestra un mensaje que el actor envío a la hinchada del club. Judi Dench – Actriz La ganadora de Premios Óscar y Globo de oro nació en York, Inglaterra, pero su apoyo en temas de fútbol son dirigidos al Everton. La actriz ocasionalmente visita el Estadio. Liz McClarnon – Cantante, compositora Justin Bieber – Cantante Cuando el canadiense juega fútbol por lo general viste la casaca del Everton y cuando va de gira al Reino Unido se le ve constantemente enviándole amor al club inglés. Pete Best – ex Beatle, músico El veterano baterista fue educado en Liverpool Collegiate School y desde entonces apoya al club Everton. Para ver | Racismo en Colombia, industria musical y los ecos del Black Lives Matter www.shock.co
Año tras año se arman todo tipo de debates alrededor de quién es el mejor futbolista del año, de la década, del siglo o de la historia. Esta es una discusión de nunca acabar y, aunque a veces se puede tornar un poco problemática, todos son testigos de que el argentino Lionel Messi siempre hace parte de los personajes considerados leyenda en ese deporte. ‘La pulga’, como se le llama frecuentemente, nació en 1987, empezó a jugar fútbol a los cuatro años y para 1994 comenzó a entrenar en las ligas menores del club rosarino Newell's Old Boys. Su debut profesional fue en octubre de 2004 con el FC Barcelona, el club con el que ha ganado decenas de trofeos y anotados cientos de goles. Para leer: El oportunismo de los músicos a la hora de los campeonatos de fútbol Messi ha sido merecedor de muchos reconocimientos individuales por sus habilidades futbolísticas: Balón de oro, Bota de oro, Premio Laureus, entre otros. Además, es ganador de Champions League con el FC Barcelona, medalla de oro en los Olímpicos de 2008 y subcampeón del mundial de la FIFA Brasil 2014 como figura principal de la Asociación del fútbol argentino. La influencia de Messi trasciende las canchas y los estadios de fútbol. Es indiscutiblemente una figura de la cultura popular y su nombre o apellido son familiares para personas de todos los países del mundo. Sus contratos deportivos son millonarios, pero es una figura de mercadeo que genera montañas de dinero a las empresas que representa. El deportista también tiene estatuas en algunas ciudades de Argentina y es inspiración de artistas que usan su imagen como inspiración en obras. Su nivel de fama ha llegado al universo del entretenimiento: constantemente es nombrado en telenovelas argentinas, seriados europeos, películas de Hollywood y hasta obras cirqueras. En 2019 se estrenó la obra MESSI10 del Cirque Du Soleil producida por PopArtMusic, Rakuten y Sony Music. Una obra en la que se le rinde homenaje al deportista y en el que los artistas hacen su show con la música favorita del argentino. Su obra con el Crique Du Soleil es su primer gran encuentro con la industria de la música, pero constantemente es referenciado en canciones o participa en videos musicales de famosas estrellas de la música. Repasemos un poco las intervenciones que el nombre Messi ha tenido en la música. CANCIONES QUE REFERENCIAN A LIO MESSI El astro ha logrado impactar con su talento a miles de compositores de canciones. Constantemente es referenciado en muchos géneros musicales y a veces lo nombran en canciones que no necesariamente tienen que ver con fútbol, sino que lo usan para hablar de liderazgo y grandeza. Rap, trap y reggaetón son los géneros donde su nombre tiene más presencia. De hecho, Messi ha sido asistente especial a conciertos de Ozuna y No Te Va A Gustar en Barcelona, la ciudad donde vive con su esposa Antonella. Estos son algunos tracks donde lo mencionan Campaign – Ty Dolla $ign Future I stopped fuckin' ratchet hoes, they be too messy Kickin' bitches out like Barcelona, shoutout Messi Báilame – Nacho, Bad Bunny, Yandel Te compré unos Victoria, dime si los modelas Otro gol de Messi, tú eres mi Antonella Curse Curse – James I turn up the TV, Copa Del Rey Messi shoots and scores A hundred thousand came Vean acá las noticias deportivas del día en Gol Caracol: ciclismo, béisbol, tenis y mucho más. Kalash Criminel – Shottas Se lever le tin-ma pour aller taffer, c'est pas pour les flemmards J'veux le salaire à Messi, la soeur à Neymar El Messi As - Coti En un barrio del viejo rosario Nacía Lionel El Messi As del fútbol Lionel Tu no vive así – Arcangel, Bad Bunny, Dj Luian, Mambo Kingz No he metido un gol y tengo a Cristianos orándole a Messi Medussa – Jhay Cortez, Anuel AA, J Balvin Me siento como Messi (Como Messi) Pero él 'tá con Adida' y yo con Nike, ah (Nike) Neo Pistea – Messi Lionel Messi, de capitán con la cinta y una Stacy R.I.P Cristiano, el barrio sólo quiere a Messi, eh, uh 69 - Ozuna Tu puta me ama como todas las putas aman a Messi en Argentina Paulo Londra – Nena Maldición Se te seca la boca y con mi lengua te la remojo Quiero ser Messi y tú mi Antonella VIDEOS MUSICALES DONDE APARECE MESSI La participación de Messi en videos musicales puede ser contadas con los dedos de una mano. Seguramente un centenar de artistas ha solicitado su presencia en video clips, pero son pocos los privilegiados. Estos son unos ejemplos Waka Waka – Shakira, Freshlyground Fútbol y Rumba - Anuel AA, Enrique Iglesias Antes que el mundo se acabe – Residente La La La (Brasil 2014) – Shakira, Carlinhos Brown El argentino también logra que muchos freestylers lo usen en sus improvisaciones. Acá hay una recopilación de varias batallas donde Messi es protagonista. Recomendado | Andrés Parra: el caso de FIFA Gate y la raíz de la corrupción #LaMúsicaNosUne
El 29 de abril de 2020, en pleno parón de las ligas de fútbol en el mundo por culpa del coronavirus, la gigante del streaming Netflix estrenó en Latinoamérica la serie documental hecha por Barça Studios: Matchday. En ocho capítulos de 45 minutos narrados con finura por un John Malkovich que pareciese describir un entorno más salvaje de lo que realmente muestra, Matchday sigue a la plantilla del FC Barcelona durante la temporada 2018/2019. Naturalmente, no hay posibilidad de spoiler: fue una temporada sosa en la que, como por inercia y sin épica, el equipo ganó La Liga y cayó en semifinales de Champions contra un Liverpool que, como bien dijo su entrenador, Jürgen Klopp, era puro heavy metal. Y que contra el Barça, en el partido de vuelta, se encontró con un equipo que jugaba a ritmo de chill out o, si acaso, del reggae roots que contó Messi en el documental como uno de sus géneros favoritos. La vida fuera del campo de los futbolistas de élite, hoy, requiere de una disciplina potencialmente aburrida y difícil para buscarle efectos dramáticos. Pero hay que decir que, a pesar de ser un producto institucional hipercuidadoso con la imagen del club y los jugadores, Matchday, como narración, logra transmitir la pasión de cada encuentro clave de la temporada, incluso, tratándose de una tan atropellada. Para empezar, el llamado a protagonizar la serie como lo hace en la cancha, Messi, ni habla mucho ni participa en varios de los partidos claves. Su carisma parece inversamente proporcional a sus habilidades sobre el terreno de juego. Los que parecieran salir redimidos como protagonistas fueron Luis Suarez y Gerard Piqué. El primero, porque salvó al equipo con goles claves. El segundo, porque está metido también en un papel de showman; tanto, que hasta aparece en uno de los programas de humor más vistos de España. Las rutinas de los futbolistas, con ese filtro de comodidad otorgado por ser uno de los clubes top del mundo, hacen que valga la pena ver Matchday. Coutinho escuchando funk carioca antes de llegar al partido para animarse, Ter Stegen buscando casa, las conversaciones con el hijo YouTuber de Arturo Vidal, los asados de Luis Suárez, el manejo de la utilería, la diplomacia entre clubes y la forma en que el equipo de comunicaciones prepara a Rakitic antes de una rueda de prensa no solo son detalles inéditos del interior de un club, son también un recordatorio de lo lejos que estamos en Latinoamérica de la idea del club deportivo. Las mejores 30 series para ver en Netflix Sin duda, un documental hecho en un club de Colombia, incluiría dramas más salvajes. Jugadores agarrados con los dirigentes para que les paguen, entrenadores que se intercambian insultos con periodistas y los equipos femeninos o de otros deportes en las sombras, o en el aire, porque en la mayoría de casos ni existen. En los clubes gigantes como el Barcelona la pasión es más cómoda. El drama es no ganar todo una y otra vez. Tanto así, que el entrenador Ernesto Valverde, aunque ganó uno que otro título, por no ser un buen protagonista, ya no aparecerá en la siguiente temporada; tanto así que el capítulo de la tormenta, cuando perdieron en Champions y en Copa del Rey, se les notó la comodidad a los jugadores. El final de Matchday, al parecer, tendrá que prolongarse por más temporadas hasta que el último capítulo sea un final feliz en el que el club vuelva a ganar en Europa. No obstante, corre en el ambiente la mala experiencia de la Juventus, que invirtió en el equipo y estrenó serie (también disponible en Netlix), y tampoco ha podido ganar.
Por estos días están en todos lados las jugadoras de la Selección de Fútbol de Estados Unidos tras su cuarta victoria consecutiva en el Mundial Femenino. Una de ellas es Alex Morgan, quien recientemente recibió el galardón de Deportista del Año en los Premios ESPY. Recientemente le preguntaron cuál era su canción favorita para inspirarse antes de los partidos y respondió : "Una de mis favoritas para bajar del bus e ir al estadio es Mother's Daughter, de Miley Cyrus". "No necesito música loca, solo algo para cantar. Mientras algunos elegían cosas como Fight Night (Migos), yo solo estaba oyendo a Miley", agregó Morgan. En su cuenta de Twitter, Miley agradeció a la deportista. "Gracias por hacer que Mother Daughter sea tu canción para inspirarte. Espero que esta canción motive a miles de mujeres en el mundo a tomar de vuelta lo que les pertenece: libertad. Amor para ti. Felicitaciones". Eminem es uno de los artistas más populares en las playlists de hacer ejercicio, pero tal vez Miley no sea una mala opción. ¿Qué opinan?
Si han tenido la posibilidad de visitar Argentina seguro que una de las actividades que más les habrán recomendado es asistir a un partido de fútbol. Sean o no amantes de este deporte, no podemos negar que los estadios argentinos tienen su mística. El despliegue de las tribunas, los colores, el ambiente carnavalesco, la pasión con que se viven los partidos, los cantos de las masas son historia, fiesta, deporte, espectáculo. ¿Y si a eso le sumáramos buen rock? Por: Víctor Solano Urrutia Contrario a lo que puede ocurrir en muchos países, el rock en Argentina ha sido desde su inicio una religión que cuenta con millones de fieles, escuelas celosas y santos devotos. No quiero sonar polémico, pero podríamos decir que el rock se acerca al nivel de fanatismo con que se vive, come y respira fútbol en cada rincón de Buenos Aires y de las demás provincias. Así como en el fútbol existen fanaticadas, clubes y barras, los rockeros argentinos también han formado su identidad en torno a bandas emblemáticas y de culto a las cuales siguen de recital en recital. Así como Boca Juniors no sería lo que es sin la Bombonera, el rock y sus fanáticos han necesitado del estadio de fútbol para hacer valer su pasión. ¿Significa esto que no existe rock underground o de “boliche”, como lo llaman popularmente? Por supuesto que sí, y de hecho ese es el origen de muchas de las bandas argentinas como Soda Stereo. Pero cuando una banda “pega” y gana leales seguidores, es común que su fama se extienda como la fiebre bubónica. De ahí que el estadio (y no cualquier miniatura de escenario) termine siendo el punto máximo. Es común que asociemos el rock con el fútbol en Argentina. El estilo de “bardo”, de locura, fiesta y descontrol que se relaciona al ambiente rockero juvenil se suele pintar de los colores del fútbol tanto en las tarimas (con canticos, letras y sonidos murgueros) como entre los asistentes. Esa sensación de descontrol invade barrios enteros y en ocasiones puede desembocar en violencia. Hay algo más profundo en este ritual: allí se define la verdadera lealtad y el honor La cancha y la tarima, entre romance y lealtad Para entender este fenómeno, hay que prestar atención a las investigaciones de Silvia Citró, quien ha dedicado años de su vida a hacer entrevistas, ir a conciertos y escuchar los álbumes de la mítica banda Bersuit Vergarabat con el fin de entender cómo el rock crea cuerpos y estéticas particulares. Algunas de sus conclusiones señalan que parte del mensaje que bandas surgidas de la influencia de grandes maestros como Luis Alberto Spinetta, Charly García o Sumo, se materializa en la mezcla entre la lealtad a las comunidades (el barrio, la ciudad, etc.) y la denuncia política. A propósito de la Bersuit, como lo dijera el “Pelado” Cordera, su vocalista, de lo que se trataba en 1989 era de hacer “poesía, pero con encuadre social”; algo así como romance con lealtad, con compromiso combativo y anti-militarista. ¿De dónde venía todo ese espíritu? A la dictadura latinoamericana de los años 70 no hay nada que agradecerle. Después de todo, muchísimos crímenes se cometieron y decenas de miles de asesinatos y desaparecidos pueden dar fe de ello. No obstante, un resultado positivo, en alguna medida, fue el caudal masivo de bandas de rock y estrellas pop que hoy en día recordamos cuando nos sentimos rebeldes. ¿Quién no ha cantado con rabia Sr. Cobranza o Rasguña las piedras a la madrugada? Recordemos agrupaciones como Almendra, Sui Generis y Los Abuelos de la Nada, nacidas y surgidas en los tiempos de la dictadura y la represión. Sus letras tuvieron que sufrir la censura y la prohibición; algunos, como León Gieco, se las ingeniaron para jugar con la poesía y las metáforas para no ser molestados por los viejos milicos carentes de imaginación. Esto, paradójicamente, le dio buen nivel al “rock nacional”, como se conoce desde que se marcó una distancia con la música inglesa en tiempos de Guerra por las Malvinas. ¿Cada cuánto pensamos en el origen de esas letras? Tomemos Instituciones, de Sui Generis. En ella Charly y Nito Mestre aluden a la dictadura con una simple y poderosa crítica: “Oye hijo las cosas están de este modo, la radio en mi cuarto me lo dice todo. ¡No preguntés más! Tenés sábados, hembras y televisores, tenés días para amar aún sin los pantalones. ¡No preguntés más!”. Son muchas las letras devastadoras pero geniales, como las de Ayer nomás de Los Gatos, Los dinosaurios de Charly García o El fantasma de Canterville de León Gieco. Pero también el cine ha relatado este sentimiento de privación, extrañamiento y vacío. Tango feroz (1993), que habla de la leyenda rockera de Tanguito, es un homenaje a los desaparecidos y torturados. La noche de los lápices (1986), ni se diga; es la esperanza puesta en la música. De la dictadura a la popular Años de prohibición, clandestinidad y temor se tradujeron en un ansia por expresar todos los sentimientos reprimidos. El dolor de un país quebrado por la violencia y el fastidio por el silencio fueron cambiados de golpe por una generación de jóvenes artistas dispuestos a cantar sin tapujos lo que les viniera en gana. De la sangre del mítico flaco Spinetta brotaron las irreverentes y trasgresoras letras de Illya Kuryaki and The Valderramas. Y de A.N.I.M.A.L. recordamos el siempre enérgico álbum Poder latino (1998) en que se denunciaban las históricas matanzas indígenas. El estadio fue imprescindible: se necesitaba armar al país, tener algo en lo que creer, gritar y saltar hasta que los cimientos empezaran a estremecerse. Y el estadio canalizó esa ira, ese amor y esa sensación de libertad, una libertad que al menos podía ser transitoria en el lapso de lo que durara un recital. La primera banda en poner de moda el estadio fue Serú Girán, que en 1978 convocó a 50,000 personas al estadio Obras Sanitarias. De ahí en adelante ninguna agrupación se quiso quedar atrás. En 1995 Soda Stereo estremeció Plaza Moreno de La Plata y en el 97 muchas bandas (entre ellas Divididos, Attaque 77, Todos Tus Muertos, La Renga, Las Pelotas y León Gieco) se reunieron para homenajear a las Madres de Plaza de Mayo, luchadoras de la dictadura. Pero el momento más épico del rock de estadio, según muchos conocedores, se vivió en la Colmena de Olavarría, en marzo de 2017. El Indio Solari prometió orquestar “el pogo más grande del mundo”, en el que casi medio millón de personas abandonaron sus cuerpos al unísono de Jijiji. Juzguen ustedes: Entrado nuestro siglo ya era tradicional que el estadio se usara para fines extra-deportivos. Son muchos los recitales memorables, pero se recuerda el concierto de Charly García bajo la lluvia o el Pepsi Music ‘05 en el que, en plena presentación de Los Piojos, Diego Maradona empezó a hacer veintiunas y dejó sus guayos colgados en el micrófono de Ciro Martínez. Argentina: best crowd ever Los Rolling Stones no se olvidan de esa vez en que se preparaban para tocar en el estadio de River Plate en el año 2006. A pocos minutos de que iniciara el show, empezaron a sentir que el suelo temblaba. “Un terremoto”, sugirieron asustados los ingleses. Luego se enteraron de que los movimientos telúricos eran provocados por los teloneros (Los Piojos) cuando interpretaban su famoso tema El farolito. Si eso era antes del concierto, nadie se imaginaba cómo estaría el resto de la noche. Esta anécdota recalca por qué el fanático argentino, en boca de muchos de los ídolos más grandes del rock internacional, es el mejor público de conciertos del mundo. Dave Mustaine no se cansa de decir que le impresiona cómo los argentinos se cantan hasta las partes acústicas de Symphony of Destruction. Slash y Johnny Ramone, por citar un par de la amplia lista de estrellas, han dicho que no hay mejor lugar en el mundo para tocar que en Argentina. “Estamo’ relocos”, dicen en YouTube los argentinos que comentan un documental que se ha hecho muy famoso en los últimos tiempos, Argentina: Best Crowd Ever, en el que se recogen las impresiones de muchos artistas de talla mundial, además de que se expresa con imágenes, colores y sonidos todo lo que hemos tratado de reseñar en este artículo. ¿Qué queda por decir? Argentina es un universo musical por sí solo. De la tradición tanguera, pasando por la cumbia, hasta el rock nacional. Pero más allá de las variaciones estilísticas, de los ritmos y el tempo, lo interesante de este país es la manera en la que ha sabido triangular la música con la política y con el fútbol. Estos tres campos que parecerían hasta contradictorios son la evidencia de una historia cargada con violencia y con dolor, pero también con lealtad, amor y sentido de pertenencia. La bandera albiceleste siempre ha estado presente (y lo estará) tanto en la Plaza de Mayo como en el recital y en la tribuna futbolera.
Que se hayan encontrado en la final de la Copa Libertadores River y Boca es sin duda uno de los momentos más significativos para la historia del fútbol latinoamericano. Gane quien gane, en las estadísticas va a quedar que los juegos definitivos, la ida en la Bombonera y la vuelta en el Monumental, los disputaron varios colombianos: Villa, Barrios y Cardona por Boca; Santos Borré y Juan Fernando Quintero por River. Pero más allá del resultado y de las preferencias futbolísticas por uno u otro club, acá nos preocupa algo importante: ¿qué música va a sonar en la fiesta de celebración del partido más importante en la historia de los dos equipos? Una mirada rápida a la plantilla de cada equipo nos hace apuntar a dos nombres claves que pueden ser definitivos para responder. Así, fácil. Si gana Boca, Carlitos Tévez arma la lista de reproducción de la fiesta: gana la cumbia. Si gana River, triunfa el perreo: Juanfer le da play a sus propias canciones, las que grabó en el estudio de Kevin y Chan, Los Rudeboys, sus amigos productores en Envigado, los mismos que producen a otro de sus amigos, Maluma. Acá analizamos la relación con la música de cada uno de estos dos jugadores, que, aunque no son titulares indiscutidos, son referentes. Tévez, a la hora de marcar, de poner huevos y de poner a sonar la cumbia. Juanfer, para clarificar el juego, filtrar pases, abrir el juego, cantar reggaetón y convocar a Maluma a la fiesta. Juan Fernando Quintero La carrera de Juanfer en el reggaetón es bien conocida. Cuando estaba en las inferiores del Envigado, y cuando el reggaetón paisa todavía no había cogido vuelo, Quintero compartía con otro volante conocido, pero en la música, Maluma. Hoy los conecta su pasado y una amistad que también llevó a Juanfer a la música. Ese lado B de su carrera salió a la luz cuando colaboró en la canción Cibernauta, un remix con Landa Freak y Element Black; y No te enamores, grabada junto a un puertorriqueño que le dicen “el boquisucio” Luigi 21 Plus. Pero hay más. Hace un par de años, cuando volvió a Colombia para jugar en Medellín, nos reunimos con él en el estudio de Kevin y Chan y nos mostró otras de sus canciones, grabadas con sus amigos en sus ratos libres. Entre ellas aparecía, incluso, una colaboración con Jackson Martínez. (Lea acá la historia completa de nuestra visita a Medellín: Juan Fernando Quintero: la oscilación del 10 entre el reggaetón y las canchas) Carlos Tévez Carlitos Tévez es ídolo, crack y figura del xeneize porque, cuando estaba en la cima de su carrera, cambió la plata por el barrio y volvió el equipo de sus amores. Luego se fue a China, pero la Boca lo llamó de nuevo. Que Tévez sea el jugador que más quieren en las villas (que es la forma como llaman a las invasiones en Argentina) y en los barrios bonaerenses no es solo porque es el que más le mete huevas a los partidos. Originario de Fuerte Apache, Carlitos tuvo que pasar una vida complicada. Cuentan que uno de sus vecinos y compañeros de equipo cuando niño, el Guacho Cabañas, le ganó una prueba profesional en Vélez. Pero al poco tiempo el Guacho fue acusado de robar los bolsos de sus compañeros y fue expulsado del club. Se supo también que llevaba años siendo parte de una banda de asaltantes conocida como los Backstreet Boys, una organización de la cual 20 de sus 24 miembros están muertos y que tenía como sitio de reunión el bloque en el que vivía Tévez. Con su éxito en el fútbol Tévez se convirtió en un personaje icónico para los jóvenes villeros. De donde se baila y se canta la cumbia villera. Es por eso que el grupo Piola Vago (integrado por uno de sus hermanos) le dedicó a Carlitos una canción: El Apache pibe de oro. Acá aparece Tévez como invitado en el escenario cantando con Piola Vago
¿Qué pensarán los elitistas que practican golf? Sin lugar a duda, el fútbol es el deporte más popular del mundo que mueve millones de personas. Aunque este juego ha tenido grandes derivaciones y algunos muy osados lo han mezclado con otras disciplinas como el Bosaball (mezcla entre el volibol con el fútbol), el Fútbol Gaélico (una mezcla de baloncesto, rugby, y fútbol), el Kickingball (combinación entre fútbol y el béisbol) y así cada vez van apareciendo nuevos deportes. Uno que está llamando la atención es el el Footgolf (tal vez ya identificaron cuales son los deportes que están combinados aquí), y aunque suena obvio, les contaremos que es una mezcla entre el fútbol y el golf. Los clásicos deportes se mezclaron entre sí para dar como resultado el Footgolf, que se juega con las reglas del golf y en sus canchas pero no con palos sino con los pies. via GIPHY Aunque no es tan nuevo, ya que tiene sus inicios en Holanda hace ya casi 10 años, en Colombia aún no se conoce muy bien. Tuvo tanta acogida en países amantes del fútbol que tienen su propia federación llamada Asociación Argentina de Footgolf (AAF) y realizan mundiales. Tal parece que la gente siempre quiere innovar, no solo en el amor, con la música, con el trabajo sino también con los deportes y así queda demostrado con el footgolf. Salirse de los estereotipos establecidos, en este caso de deportes, también tiene su acogida. En la variedad está el placer dicen por ahí y sí, tal vez, tienen razón. Vean acá las noticias deportivas del día en Gol Caracol: ciclismo, béisbol, tenis y mucho más. ¿De qué se trata? Es sencillo, al parecer no tiene tanta ciencia. Los jugadores van con guayos y uniforme de fútbol. Ya no llevan palos sino fuerza en sus pies para lograr meter el balón, que debe ser de tamaño 5 el reglamentario de este deporte, a los nueve o diez ocho hoyos que hay en el campo de juego. El diámetro de cada hoyo es de 52 centímetros. Se puede jugar en equipo o en categoría individual, no hay árbitros ni penales para subir, solo jugadores que perfeccionen su puntería ya que gana quien tenga la menor cantidad de golpes a la hora de llevar el balón al hoyo. Aunque muchos expertos en el tema dicen que cualquier persona puede jugarlo, lo cierto es que en Colombia quienes quieran hacerlo deben tener acceso a una cancha de golf y sigue siendo un deporte para muy pocos. via GIPHY
Los futboleros aunque no todos somos bobos, honestamente lo parecemos. Más que ningún desmadre irracional, comportamiento infantil, reacción cuestionable o déficit atencional cuando nos ponen cualquier partiducho que medio nos interesa, hay una cuestión que ha puesto a prueba nuestro intelecto durante años. Y la verdad siempre hemos salido perdiendo. Por Martín Lleras Jacobsen // @martinlleja —¿Si vieron lo de Neymar al PSG? —222 millones de euros. ¡Una locura! —Pagar tana plata por un jugador, que güevonada. —Tal vez, igual eso lo pagan con camisetas. Palabras más, palabras menos, la cosa es así. Tal vez otro orden en las intervenciones, podrían variar nombres y precios, al final la conclusión siempre es la misma: alguno de los involucrados resuelve el problema afirmando categóricamente que los grandes fichajes los pagan los equipos vendiendo camisetas. Y listo. Fácil. Todos asentimos con la cabeza y la vida sigue como si nada. Podría uno adjudicárselo a la ignorancia supina, decir que no sabemos cómo funcionan los contratos en el oscuro mundo del fútbol y ya. Sin embargo, bastaría con pensar un minuto (y medio) al respecto para que el sentido común nos pusiera en nuestro lugar. Veamos… Lo primero que hay que saber, que no es tan evidente y a la vez sí, es que Real Madrid, PSG, United, Barça, etcétera, son clubes de fútbol gigantes que en comparación con corporaciones como Nike o Adidas apenas llegan a la categoría de empresitas. Las camisetas “son” de los equipos, pero realmente son de la marca que las produce. Lo correcto sería ir a la tienda y, en vez de pedir la camiseta del Real Madrid, pedir la camiseta Adidas del Real Madrid. El tema se maneja por contratos de licencia de marca, es decir que una marca X le paga Y cantidad de plata a un club Z por poder vender ropa brandeada con su escudo y su nombre. Estos contratos se firman a varios años, la marca hace un importe fijo por la licencia y el club (apenas) recibe entre un 10% y un 15% de la venta por camiseta. Y ojo, el negocio gordo es para Nike, Adidas, o como se llame. En 2015 Adidas licenció la marca Manchester United por diez años a un precio de 75 millones de libras anuales (750 millones de libras) y con ello proyectó ganancias de 1,5 BILLONES de libras en ese mismo periodo. (Fuente: The Independent) Para los clubes, obvio, el tema de las camisetas es importante. El fee de la licencia y el variable por camiseta suman un ingreso importante, un billetal sin el que sería imposible sostener toda la estructura de costos asociados y salarios. Pero ese mito que se formó hace un tiempo —por allá en la época de Beckham al Real Madrid— de que los equipos recuperan lo que les costó un jugador apunta de camisetas es pura carreta. Pensemos en CR7 y su paso a la Juventus, que fue una animalada. En todo el 2016 la Juventus vendió 850.000 camisetas y solo en las 24 horas siguientes al fichaje de Cristiano ya había vendido 520.000, un monto estimado en 60 millones de euros. “Uy, ya pagaron la mitad de lo que les costó”, dijimos. ¡Parecemos bobos! 60 millones es lo que se vendió, pero de eso apenas una porción menor fue a las arcas del club. Si estimáramos que fue el 20% (que es alto), la Juve recibió 12 millones. La cifra es brutal desde donde se le mire, pero fue un boom atípico. En el Real Madrid, un club mucho más popular, se estima que Cristiano vendía 600.000 camisetas al año. Si nos fuéramos de osados y dijéramos que este año se van a vender el doble de las camisetas que se vendieron en las primeras 24 horas, la Juve llegaría a los 24 millones. Con el triple, la cifra ascendería a los 36 millones y sumándole a eso las 850.000 camisetas que se estima venderían entre todos los otros jugadores, apenas se llegaría a 55 millones, algo cercano a la mitad de los 112 que se pagaron por el jugador. Imagínese ahora cómo son las cuentas en el caso del PSG y Neymar, en el que dizque iban a recuperar los 222 millones en camisetas. Y eso que las cuentas que hicimos son más que alegres. Pues estaríamos hablando de casi dos millones y medio de camisetas vendidas, una cifra muy por encima de la del Manchester United, que es el club que más camisetas vende y no supera los dos millones. Sobre todo, es un grandísimo error suponer un efecto brutal de los nuevos fichajes sobre el consolidado total de las ventas. Lo que pasa generalmente es que el comprador, que ya tenía pensado comprar la camiseta, se decanta por el nombre del nuevo. Es decir, si antes iba a comprar la de Dybala, ahora compra la de Cristiano; muy poco probable es que pueda (o quiera) comprar las dos. A todo eso, en el caso puntual de CR7, y para hilar mucho más fino, podemos sumarle el hecho de que el man se mete 30 millones de euros por temporada y que esto representa el 40% del presupuesto que paga el club en salarios. Ni cerca están las camisetas… La única manera en la que un club pudiera recuperar la inversión sería montando una marca de ropa. Ingenuamente, como yo, usted habrá pensado que por qué no. “Los hinchas compran la camiseta porque es la de su equipo del alma, independientemente de la marca”. Hasta ahí todo bien. Pero Adidas y Nike no solo venden ropa y guayos, tienen complejas cadenas de distribución y logística, imponentes redes de mercadeo y un posicionamiento global llevan décadas consolidando. Sin ellos, las ventas no serían tan alegres. Si ven, los futboleros parecemos bobos.
La imagen de Ramón Jesurún, Presidente de la Colfútbol, lo dice todo. Con voz entrecortada y un tonito que me pareció arjoniano, cohelístico, impostado, el directivo revela que José Pékerman no seguirá dirigiendo la Selección Colombia. Sin embargo, añade que el cariño y el agradecimiento hacia su gestión vivirá por siempre. Mientras tanto, Pékerman, sentado al lado suyo, con risa sarcástica, rabiosa y, una rasquiña en el cuello, da a entender lo contrario. Por Álvaro Castellanos // @alvaro_caste Si me preguntan, al DT le hicieron tan mal ambiente que terminaron forzando su salida. Mejor dicho, le hicieron el cajón y después salieron a llorarlo. Como si a un oficinista destacado comenzaran a ponerle tachuelas sobre la silla del escritorio, y el oficinista aguantara y aguantara, pero a final de mes llegara a rendir su informe y lo recibieran con todas sus cositas dentro de una caja. Así le pasó a Pékerman. Quiso seguir, pero lo aburrieron. Más allá de su desempeño actual con la Selección, que hace rato no era el mejor, el problema con el DT argentino no fue sacarlo de la Selección, sino cómo lo hicieron. Con una doble moral más colombiana que el ciudadano 'de bien' que va a misa y al volver a la casa agarra a golpes a la esposa por quemar el arroz. Pareciera que 25 años después del 5-0 contra Argentina en Colombia estamos en las mismas. El 5 de septiembre de 1993, minutos antes de que la Selección de Maturana mandara al repechaje a Batistuta, Simeone y compañía, un avión de Aerolíneas Argentinas pasó apenas rozando sobre una tribuna del estadio de River Plate. Unos metros de diferencia cambiaron la tragedia por la celebración y la respectiva borrachera de millones de colombianos que, de repente, se sintieron campeones del mundo, apenas para anticipar el bochorno de la Selección en Estados Unidos 94. En la edición del 5-0 de la revista El Gráfico que, con portada negra y en letras mayúsculas amarillas tituló «¡VERGÜENZA!», aparece una pequeña mención a la historia del avión acompañada de tremenda foto que comprueba lo cerca que pasó de la tribuna Monumental de Núñez minutos previos del que resultó ser, no el mejor resultado del fútbol colombiano en su historia, sino el peor por todo lo que desencadenó meses y años después. «¿No vi a los colombianos en toda la noche y vos querés que vea un avión?», recuerda el delantero Ramón Medina Bello sobre este hecho que, por la catástrofe futbolera que vivieron los argentinos, pasó totalmente de agache. Dicen que recordar es vivir, pero con el 5-0 recordar es morir un poco. Colombia jugó una eliminatoria casi perfecta. Jugó un cuadrangular de ida y vuelta contra Paraguay, Perú y Argentina y sumó diez puntos en seis partidos producto de cuatro victorias, dos empates y cero derrotas. En épocas en que el mullet mantecoso y el bigote estaban de moda, la banda de Asprilla, El Tren Valencia, Valenciano, Valderrama y un jovencito Óscar Córdoba metieron 13 goles y sólo encajaron dos en contra. El relato mortuorio de Marcelo Araújo en la transmisión argentina del 5-0 era una antítesis sensacional al de William Vinasco y sus alaridos que, con cámara opuesta en la transmisión colombiana, se desgarraban por los goles de Rincón, Asprilla, Rincón, Asprilla y El Tren Valencia. Colombia pasó directamente al Mundial con el ego engordado y a mandó a Argentina al desprestigio de la repesca contra Australia. En nuestro país, detrás del 5-0, de la locura por ser favoritos a ganar el Mundial y del virreinato en Miss Universo de Paula Andrea Betancourt, el Gobierno de César Gaviria venía de clavarnos un inolvidable «apagón», que obligó a decretar un cambio de hora y a cortar la luz en todo el país, todos los días, durante casi un año: un hecho apenas anecdótico si lo comparamos con la monstruosa guerra entre los narcotraficantes y el Estado que despedazaba por ese entonces a Colombia. Fue una época tan sangrienta como trivializada hoy por series y películas gringas y colombianas. Atentados, masacres, carros-bombas, cientos de civiles asesinados y la muerte de Pablo Escobar matizaron un 1993 de solapada felicidad, por la pinchada a la arrogancia argentina en esa tarde-noche en la que Maradona no pudo hacer más que aplaudir a Colombia desde la platea del estadio, tras el peor baile futbolístico sufrido por los argentinos en su historia. Pero con el patrioterismo alborotado pensando en el Mundial, llegó la sal que comenzaba a cocinar el fracaso. Empezó desde la misma celebración del 5-0, con el festejo en el Monumental de dos delfines nefastos de nuestra política. Andrés Pastrana y Samuel Moreno (a la izquierda en el video) saltaban toteados de la dicha, muchos años antes de que irse a meserear y a estudiar periodismo deportivo a Buenos Aires se convirtiera en hábito de las juventudes colombianas. Lo recuerda el querido Bestiario del Balón en un video recuperado de algún casete de VHS. Este par de impresentables, que tiempo después jodieron a Colombia cada uno a su manera, fueron apenas un entremés de una cadena de infortunios que condujeron al peor desenlace. Meses después de esa victoria imposible, llegó para Colombia una secuencia de amistosos vendehúmo contra arrejuntados de poca monta, que sobredimensionaron las expectativas de los nuestros de levantar la Copa del mundo. Sin embargo, la peor mufa pre-Mundial llegó por cuenta de los publicistas, que se inventaron una tira cómica sobre un lagarto extraterrestre llamado Max Caimán, quien vino al Planeta a jugar un picado con la Selección Colombia para salvarnos del exterminio. A los creativos que salieron con esta idea se les debió quemar el cerebro. Los rivales, unos monstruos musculosos, llegaron a ganarnos 15-0, pero los colombianos, verracos y echaos pa’ lante, terminamos ganando el partido 21-20. Elevados a celebridades universales por salvar a la especie humana, la historia de Max Caimán sugiere inquietantes amoríos entre jugadores de la Selección con famosas del momento. Como el Chonto Herrera, que habría intimado con Claudia Schifer; y John Jairo Tréllez, con Madonna. Suena increíble, pero pasó. De este malogrado esperpento de la publicidad chibcha, quedó un álbum de laminitas, muñecos, lápices, botones y copitas de guaro que, junto a la predicción de Pelé de postularnos como favoritos a ganar el Mundial, y a nuestro maldito triunfalismo, hicieron lo suyo para labrar lo que sería un torneo nefasto en el que Rumania y Estados Unidos aterrizaron de jeta al equipo de Pacho, que terminó siendo el primer eliminado del Mundial, mientras que, de vuelta en el país del pre-uribismo, Ernesto Samper era elegido Presidente de la República financiado con plata de narcos. A propósito, según el portal especializado elcincocero.com, días antes del inicio del Mundial de EE.UU. los jugadores de la Selección aceptaron una cordial invitación a cenar por parte de los hermanos Rodríguez Orejuela a las afueras de Cali. Porque, claro. En esos años, el narcotráfico y el fútbol comían del mismo plato. Cualquier parecido con la actualidad es pura coincidencia. Esa cultura traqueta aún está vigente en toda Colombia y se manifiesta en el anhelo del dinero fácil, del chancuco y de que la ley debe aplicarle a todos menos a mí. Pero en 1993 se sentía con más fuerza y preparó un menjurje tan tóxico que llegó a costarle la vida a Andrés Escobar: el episodio más oscuro jamás vivido por el fútbol colombiano. Como si hiciera falta recordarlo, el defensa paisa trató de despejar un centro rastrero en el partido contra Estados Unidos jugado el 26 de junio en el Rose Bowl de Los Ángeles, y empujó el balón hacia el arco de un Óscar Córdoba que se había jugado al palo opuesto para cortar el pelotazo. Su autogol terminó de impulsar la eliminación colombiana y diez días después, en el parqueadero de un restaurante a las afueras de Medellín, Humberto Muñoz, chofer de los hermanos Gallón Henao, populares narcoparamilitares antioqueños, baleó a Escobar hiriéndolo de muerte. De las lecciones de colombianidad que deja el 5-0 del 5 de septiembre de 1993 podrían escribirse ensayos enteros. Crucificar a nuestros ídolos luego de glorificarlos. Pasar del extremo de la idolatría al extremo del desprecio. Descargar nuestros complejos y derrotas en figuras públicas. Hacer quedar mal al país en el resto del mundo. Ratificar el prejuicio internacional que tenemos los colombianos de mafiosos y violentos. Y deportivamente, embriagarnos de triunfalismo para tropezarnos de cara sobre nuestra soberbia. Subir como palmas y caer como cocos. Y aunque Colombia clasificó a Francia 98 con una versión envejecida de la generación dorada de Italia 90 y EE.UU. 94, luego tuvimos que esperar 16 años para volver a citas mundialistas y conformar un equipo de élite que, en resultados, mentalidad y profesionalismo, superó por mucho a los que dirigieron Maturana y Bolillo Gómez. A un día de cumplirse 25 años del espectacular y luego lamentable 5-0 sobre Argentina, José Néstor Pékerman, capitán del barco que más lejos ha llevado a Colombia en Mundiales de fútbol, luce indispuesto e impotente por su salida de la Selección: una empresa privada, pero de interés público, y que gracias a él terminó quinta en Brasil 2014 y novena en Rusia 2018. Tuvo que llegar un extranjero para llevar a la Selección al éxito porque con la chabacanería de los de acá no se pudo. En sus seis años como DT, Pékerman se blindó de los periodistas prehistóricos y trabajó con reserva y a su manera para que Colombia cosechara sus mejores resultados mundialistas. Pero gracias a la colombianidad de la doble moral hacia quien tanto sirvió para convertirnos en una potencia futbolera, Pékerman termina yéndose con bronca, con rabia y con una mueca que su aspecto de viejito apacible no logró disimular. De la despedida de Pékerman, se destacan seis frases. «Lamento todo el tiempo que han perdido hablando de muchas cosas, porque le han hecho mucho daño a la Selección». «Si uno quiere que las cosas vayan bien hay que trabajar juntos». «No empiezo a hablar con otras Selecciones. Mi asistente no atiende a nadie, porque le corto la mano». «La cantidad de barbaridades que han dicho, pocos países hacen esas cosas, la verdad es una decepción muy grande». «En este proceso perdí a mi madre, perdí a mi hermano y no pude verlo, no pude estar en esos momentos críticos». Y «cómo puedo estar pensando qué hacer, si yo no duermo desde que terminó el Mundial». No se diga más. Veinticinco años después, con Internet, tecnología, redes sociales, avances científicos, transformaciones culturales y numerosas luchas globales que abogan por la igualdad, en Colombia, un país todavía traqueto, desagradecido y mal gobernado en casi todas sus instituciones, podemos decir que cambiamos tanto que volvimos a ser los mismos.
En los últimos años, gracias a la globalización de nuestro fútbol y al éxito que nuestros mejores futbolistas han tenido en los mejores clubes de Europa, nos hemos malacostumbrado. Ver a James con la 10 del Real Madrid, a Cuadrado con la 7 de la Juve, al Tigre con la 9 del Atlético y a David Ospina con la roja del Arsenal nos ha hecho exacerbar nuestra tendencia natural al autoengaño. Este país —en el que de verdad pensamos que Shakira es un paradigma artístico; J Balvin, un poeta; y James, mejor de lo que fue Zidane— parece creer que el fútbol de élite le pertenece y que —¡por fin!— el mundo se dio cuenta de que somos una potencia imparable. Por: Juan Francisco García (@jfgarcia2809) // Hablaelbalón Por eso nos estrellamos, una y otra vez nos estrellamos. Por eso acá Marlos Moreno es el nuevo Asprilla, Roger Martínez el nuevo Falcao, Mina el Beckenbauer negro, Rodallega fue mejor que Messi y Juan Pablo Pino el nuevo Ronaldo. Esa adicción a inflar la realidad hasta distorsionarla la suelen pagar nuestros buenos muchachos que, llenos de presión, terminan fallando. Para celebrar la salida de Yerry Mina del Barcelona, que nos hace mirar la realidad a la cara y aceptar que no somos tan chachos, pues al final siempre será mejor vivir en la realidad que en el autoengaño, les quisimos compartir los fracasos más sonoros de los nuestros en los grandes clubes. Disfruten. Freddy Rincón y Edwin Congo en el Real Madrid En el 95, después de romperla en el Napoli (y antes de hacerse amigo del narcotráfico), Freddy Rincón llegó al Real Madrid, que por pedido de Jorge Valdano lo compró por 4 millones de euros. Fue el primero de los nuestros en fichar por la casa blanca… El delantero centro que, fuerte como un puma, se iba a cansar de sacarla de adentro. La cosa no fue exactamente así. Con Freddy llegaron los malos resultados, echaron a Valdano y su récord fue de un gol en 21 partidos. Sin cumplir un año vestido de blanco, el club le hizo saber que la puerta de salida era la misma por la que había entrado… En el verano del 99 el turno fue para Edwin Congo, que llegó al Madrid gracias a que hizo 30 goles con el Once Caldas, le hizo un gol maradoniano a River y, sobre todo, porque un niño hincha del club le escribió una carta a los directivos pidiéndoles su fichaje. Ese Madrid, ni más ni menos, era el de los Galácticos. Edwin perdió el pulso contra Anelka, Eto’o, Morientes y un tal Raúl González. Lo cedieron por ahí hasta que volvió, en el 2001, a chupar banca y ser feliz con su buen amigo Roberto Carlos… cuando se toma unos tragos puede decir que, sin jugar un solo partido, hizo parte del Madrid que ganó la novena Champions. El Tren Valencia en el Bayern y en el Atlético de Madrid La historia del Tren Valencia en el Bayern se ha hecho mito. Fieles a nuestro gusto por jugar con la realidad, solemos contar que Valencia la rompió en Alemania, que fue la envidia de todos y que allá, por el 93, hizo goles de todos los sabores y todos los colores. La verdad es otra. Aunque a diferencia de Rincón y de Congo, el Tren sí hizo goles, salió del equipo resistido por su individualismo, su irregularidad, sus continuas lesiones y sus fallos fáciles. Los tres millones de euros que el Bayern pagó por él no dieron los dividendos esperados y, apenas se acabó la temporada, Franz Beckenbauer lo limpió bien limpiado. Y entonces llegó al Atlético de Madrid, junto a Pachito Maturana. El Tren aprendió muy bien eso de “perder es ganar un poco” y, peleado con el gol, salió huyendo por su vida. ¿Que qué? Sí, en verdad: el presidente del club, Jesús Gil y Gil, cansado de su falta de gol e irregularidad, lo amenazó de muerte. Falcao en Inglaterra Meterse con el Tigre duele, pero su caso en Inglaterra no admite matiz o maquillaje. Jugando en inglés, Rada fracasó. Fracasó dos veces. La primera, cuando “recuperado” de la maldita lesión de ligamento cruzado que le jodió el Mundial de Brasil, llegó al Manchester United. En el Teatro de los Sueños el Tigre tuvo pesadillas, y bajo el mando militar del odioso Louis Van Gaal no solo jugó poco, casi mendigó goles —cuatro en 26 partidos—, sino que tuvo que aceptar, después de haberlo ganado todo, la humillación de entrenar y jugar con las reservas. Después pasó al Chelsea, en donde Mourinho lo reviviría. ¡Mentiras! Jugó doce pinches partidos e hizo un gol. Unito. Armero en el Milan Antes de salir en las páginas judiciales por pegarle a su mujer, Armero jugaba bien al fútbol y bailaba como nadie en el mundo. Más por lo segundo que por lo primero, después del Mundial de Brasil, el Milan lo fichó para ponerle color a su amarga historia reciente. ‘Miñía’ entendía algo de italiano, así que el plato estaba servido. Engaño. La expectativa lo mató y después de ocho flacos partidos, lo invitaron a dejar Italia. Su ejemplo le sirvió a Bacca, goleador frustrado, y a Cristian Zapata, hoy más banqueado que el diablo…
El guitarrista de la banda de thrash metal Iced Earth, Jon Schaffer, fue arrestado el pasado 17 de enero por su participación en la toma del Capitolio en Estados Unidos del 6 de enero. Schaffer se entregó voluntariamente a las autoridades. El músico enfrenta 6 cargos entre los que se encuentra cometer un acto de violencia física en el capitolio. Schaffer al parecer es responsable de rociar a agentes de policía con “spray para osos”, según un comunicado del FBI.Los compañeros de banda de Schaffer emitieron un comunicado a través de la cuenta de Instagram del bajista Luke Appleton.“Queremos agradecer a todos los que nos han enviado palabras de apoyo en estos días. Algunos han estado preocupados por nuestro silencio, lo que entendemos Necesitábamos tiempo para procesar correctamente la información e investigar algunos hechos antes de dar un comunicado. Absolutamente no apoyamos la toma del capitolio ni los actos de violencia del pasado 6 de enero. Esperamos que todos los involucrados sean puestos a disposición de la justicia y responsan por sus acciones.Con los corazones rotos, enviamos nuestro amor y compasión a todos los que se han visto afectados por los eventos del 6 de enero. No hay palabras correctas para consolar: sepan que estamos con ustedes en sus sorpresa, duelo y dolor. Mucho amor para todos”.Iced Earth estuvo en Colombia en marzo de 2014. La banda se formó en 1984 y Schaffer es el único de sus miembros que estuvo en la alineación original. Desde su disco debut en 1990 el grupo ha lanzado 12 álbumes y se mantiene activo. Incorruptible (2017) es su más reciente producción. Además de tocar con Iced Earth, Schaffer también participa en los proyectos Sons of Liberty y Demons & Wizards.
Durante varios años se popularizó una historia sobre el origen de la palabra fuck, una de las groserías preferidas del inglés, que aunque con frecuencia se usa con un sentido sexual, tiene miles de connotaciones y significados.Según este mito, la palabra “fuck” viene de la Edad Media en Inglaterra, donde sólo se podía tener sexo si el rey daba su autorización para ello, por lo que era necesaria su aprobación. Si el rey accedía y otorgaba ese derecho, se debía colocar en la puerta una placa con una leyenda que rezaba “Fornication Under Consent of the King”.Esta explicación sobre el origen de la palabra "fuck" no es cierta, según la lexicógrafa Kory Stamper, entrevistada en la serie Historia de las palabrotas (disponible en Netflix). Presentada de forma muy divertida por Nicolas Cage, cada capítulo muestra la historia de las palabras consideradas groserías dentro del inglés (fuck, shit, bitch, dick, pussy y damn).Cada capítulo de Historia de las palabrotas aborda con humor el origen de cada una de las palabras, así como los momentos clave en la cultura pop que contribuyeron a su popularización e impacto.¿Y de dónde viene la palabra fuck? “Lo mejor que los etimólogos podemos decir es que “fuck” viene de un verbo medieval holandés que significaba “golpear” o “pegar””, explica Stamper en la serie."Fuck" no aparece con mucha concurrencia en el lenguaje, sino hasta 1500. Sin embargo, existen registros del uso de "fuck" como parte de algunos apellidos en el siglo XIII. La Corte Suprema de Estados Unidos ha determinado que el uso de la palabra “fuck” está protegido en la enmienda 1 y 14 de la Constitución política del país. Durante varias décadas, esta palabra contribuyó a validar luchas sociales y políticas: "usar la palabra "fuck" es una forma de ser escuchado", explica en la serie Elvis Mitchell, crítico de cine. A pesar de que decir "fuck" es una derecho constitucional, se mantiene como una de las palabras más censuradas del inglés. Para más datos sobre "fuck" y otras groserías, pueden ver Historia de las palabrotas, en Netflix.
El 11 de agosto de 2014 el mundo conoció la triste noticia de la muerte del actor y comediante Robin Williams. Williams apareció colgado de un armario en su casa de California. El documental El deseo de Robin, estrenado en la plataforma Fimin, concluye que el actor padecía demencia con cuerpos de Lewy, una enfermedad degenerativa difícil de diagnosticar que se caracteriza por un deterioro en las funciones mentales. Allegados a Williams afirman que meses antes de su muerte, notaron un deterioro considerable en su salud: "Cuando llevábamos un mes rodando, teníamos claro, tanto yo como todos en el plató, que a Robin le pasaba algo. Veíamos que le estaba costando como nunca recordar las frases y combinar las palabras correctas con la actuación. Me llamaba a las diez de la noche, a las dos de la mañana, a las cuatro... diciendo: '¿Se puede usar algo de lo que he hecho? ¿Doy mucha pena?'. Yo le tranquilizaba diciendo: 'Sigues siendo tú, sólo tienes que recordarlo'", dijo en el documental Shawn Levy, director de la película Una noche en el museo 3, una de las últimas en las que participó el actor."La demencia con cuerpos de Lewy aumenta la ansiedad, las inseguridades, provoca delirios, alucinaciones, insomnio, y en muchas ocasiones termina en suicidio", explica en el documental el doctor Bruce Miller, director del Centro de la Memoria y el Envejecimiento en la Universidad de California San Francisco. “Las personas con cerebros excepcionales, que son increíblemente brillantes, suelen resistir y tolerar mejor las enfermedades degenerativas que las que tienen un cerebro normal. Esto demuestra que Robin Williams era un genio”, añade el experto.Aunque Williams nunca fue diagnosticado, para Miller es "la forma más terrible de demencia con cuerpos de Lewy que había visto jamás”. “No había ningún área que no estuviese afectada. Me sorprendió mucho que Robin pudiera caminar o moverse", afirmó.Nacido en Chicago en 1951, Robin Williams hizo reír a varias generaciones con Mrs Doubtfire, soñar con La Sociedad de los poetas muertos, y fue "el genio más genial" en Aladino, pero Robin Williams siempre arrastró un aire de amargura que de Good Morning Vietnam a Good Will Hunting, con la que ganó el Óscar, dibujó al payaso más triste de Hollywood.El fallecido actor Christopher Reeve contó una vez que la primera persona que le había hecho reír tras quedar parapléjico al caerse de un caballo había sido Robin Williams. Habían sido compañeros de estudios de interpretación en la Julliard School y amigos durante toda la vida. Cuando estaba todavía ingresado en el hospital, Williams se hizo pasar por un doctor ruso que quería practicarle una colonoscopia.Tuvo éxito en series de TV como Happy Days y Mork & Mindy. El cine tardó más en darle la bienvenida, pero fue a lo grande con Good Morning Vietnam, de Barry Levinson, que sacó un partido único a su rapidez verbal, a su ingenio y su capacidad para combinar con una gran sonrisa una mirada triste.También le supuso su primera nominación al Óscar y abrió su mejor época profesional y vital, continuada con La Sociedad de los poetas muertos, de Peter Weir, la película que hará hoy que se levante toda una generación de adolescentes a despedirle al grito de "Oh, capitán, mi capitán", pues en ella encarnó a un heterodoxo profesor que se sale de los temarios y entra en la materia sensible de la vida.El trío de ases (y de nominaciones al Óscar) se redondeó con The Fisher King, de su ídolo cómico, Terry Gilliam (de los Monty Python), esta vez metido a mágico fabulador.Disney pensó en él como el único capaz de poner voz al genio de Aladino, su gigantesco éxito comercial, y su pericia fue tan bárbara que algunos incluso pidieron una cuarta nominación al Óscar por un trabajo de doblaje. Como rezaba la canción que él mismo cantaba en infinitos tonos y voces distintos, no había en el mundo "un genio tan genial".Y Steven Spielberg pensó en lo contrario: en darle el papel de un Peter Pan hastiado y amargado en su vida real y volviendo a Nunca Jamás para solucionar su insatisfacción. Era Hoo" y allí reafirmó su conexión con uno de sus públicos más fieles: el infantil.Mrs. Doubfire, en la que se convirtió en una adorable asistenta británica para estar más tiempo con sus hijos, le reportó un Globo de Oro y desplegó una paleta más amplia de talentos si cabía, hasta convertirla en un gran éxito comercial.Seguirían otros filmes como Jumanji, Patch Adams (no en vano, sobre la terapia de la risa) o la incomprendida Jack, rareza agridulce de Francis Ford Coppola.El Óscar, llegó finalmente a la cuarta nominación en 1997, la primera como secundario, en un papel tan agridulce como él mismo. El psiquiatra viudo de Good Will Hunting, de Gus Van Sant. y, por primera vez, Robin Williams se quedó casi sin palabras al subir al escenario ante la ovación de toda la profesión. Aunque enseguida se recuperó y empezó a bromear.Williams participó en decenas de películas y siempre será recordado como uno de los comediantes clave de su generación.
El productor musical Phil Spector falleció a los 81 años. Spector se encontraba en la cárcel cumpliendo una condena de 19 años por el asesinato de la actriz y modelo Laura Clarkson, en 2003. Spector falleció a causa de complicaciones relacionadas con el COVID-19, según reportó TMZ. Spector contrajo el virus hace 4 semanas y fue llevado al hospital pero se recuperó y volvió a la cárcel. El productor afirmó que tuvo una recaída y fue llevado de regreso al hospital. Falleció el pasado 16 de enero.Nacido en Nueva York, el 26 de diciembre de 1939, Spector es considerado uno de los productores más influyentes de la historia. Es conocido por el "muro de sonido", una técnica de orquestación que consiste en grabar y sobreponer varias pistas de acompañamiento. En 1961, Spector fue el fundador de Philles Records. En los próximos años, la disquera lanzaría varios sencillos que se convertirían en número uno, tales como He’s a Rebel (The Crystals) Be My Baby (The Ronettes) y You’ve Lost That Lovin’ Feelin y Unchained Melody de The Righteous Brothers. En 1970, Allen Klein, manager de The Beatles llevó a Spector a Inglaterra y fue invitado por John Lennon y George Harrison para producir un álbum con base en las sesiones de grabación del abandonado Get Back. Spector usó muchas de sus técnicas de producción e hizo varios cambios significativos en los arreglos y sonido de algunas canciones. El resultado fue Let It Be.Spector produjo canciones tan importantes como Imagine de John Lennon, Mountain High de Ike y Tina Turner, My Sweet Lord de George Harrison, todas consideradas como algunas de las mejores de la historia, según Rolling Stone. El 3 de febrero de 2003 se encontró el cadáver de Lana Clarkson en Alhambra, California. El conductor de Spector Adriano De Souza declaró en una llamada a emergencias: "creo que mi jefe mató a alguien". En abril de 2009 fue condenado a un mínimo de 19 años de cárcel, con posibilidad de pedir libertad condicional en 2028. Silence is Easy (2003), segundo álbum de la banda Starsailor fue el último proyecto musical en el que participó. Aunque se apartó del proyecto por diferencias creativas con el grupo, participó en las canciones Silence is Easy y White Dove.
Por estos días han circulado ciertos rumores en redes que indicarían que Brian Littrell, integrante de los Backstreet Boys, apoya a QAnon, una teoría de conspiración difundida por la extrema derecha estadounidense según la cual varios políticos y celebridades trabajan en conjunto con gobiernos de todo el mundo para cometer actos pedófilos. También afirman que hay un “estado profundo” que busca aniquilar al presidente Donald Trump. ¿Pero qué pruebas hay de que Brian apoye esto? Hasta el momento, el músico no se ha pronunciado al respecto, pero algunos comentarios en redes han generado el rumor.El primero fue cuando el propio Brian invitó a sus seguidores en Twitter a seguirlo en Parler, una red social de microblogging que existe desde el 2018. El sitio web y la aplicación han sido controversiales desde su creación pues, actuando bajo la bandera de la libertad de expresión, permite que sus miembros publiquen cualquier tipo de contenidos que en Facebook o Twitter serían prohibidos, como discursos de odio, "fake news" o piezas de desinformación. La red social, que no tiene filtros de moderación de contenido, se ha convertido rápidamente en la plataforma para que seguidores de Donald Trump puedan compartir sus ideas, después de que Facebook y Twitter hayan reforzado sus políticas de moderación.Muchas unieron el tuit de Brian con otro que hizo su compañero de banda, Kevin Richardson. Kevin compartió un artículo titulado Perdí un amigo por Qanon, con el texto “Lectura interesante”.Después compartió otro artículo con el texto: “Otra lectura interesante”. El artículo sugiere una conexión entre los influencers de bienestar y quienes apoyaron a Trump.Mientras algunos lo interpretaron como una simple coincidencia, otros recordaron que Brian ha manifestado su apoyo a Trump en otras ocasiones. “En mi opinión, va a hacer muchas grandes cosas por esta nación, incluso para las personas que no están de acuerdo con él. ¡Denle una oportunidad a la paz! Tengo fe en el sistema, tengo fe en su persona, sus creencias y “sus bolas”, pongámoslo así”, dijo Brian a TMZ en una entrevista de 2017. El músico declaró que la gente de Trump se acercó a los Backstreet Boys para que se presentaran en su posesión. Aunque no se concretó, Brian añadió que le hubiera gustado hacerlo.Por su parte A.J MacLean, otro miembro de la banda, mostró su apoyo al presidente electo Joe Biden y la vicepresidenta Kamala Harris.El portal Buzzfeed rescató un tuit de Leighanne Littrell, esposa de Brian, en el que le responde a Rochelle McLean, esposa de AJ (la cuenta de Leighanne aparece borrada) en el que afirma “Estoy avergonzada de Estados Unidos, lo odio”. “(…) Yo también con las protestas de Antifa, BLM y ahora están en la capital. La gente en la capital no es la que está protestando afuera que es pacífica. Gran censura de los medios… es muy triste”. Aunque varias fuentes han involucrado al movimiento antifacista, el FBI afirma que no hay evidencia de esto.Aunque no se sabe aún qué tanto ha afectado esto al grupo, lo cierto es que varias fans mostraron su decepción ante la posición política de Brian.