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Simón Vélez, el colombiano consentido de Daptone Records

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En su país, dos universidades rechazaron su aplicación para estudiar música. Hoy, él trabaja para el renombrado estudio de Daptone Records en Riverside, California y a sus escasos 24 años ya tiene un premio Grammy en su historial como ingeniero de sonido.

Por Mariangela Rubbini Q. @bilirubbini

Simón Vélez es bogotano, estudió en el colegio Los Alcaparros y todavía no llega a los 25 años. En la pasada entrega de los Premios Grammy Latino, que se llevó a cabo en ciudad de Las Vegas, en noviembre del año pasado, aunque él no estaba presente, recibió un gramófono en la categoría Grabación del año. Simón, y Néstor Cifuentes, fueron los ingenieros de sonido del disco Bailar en la cueva, con el que Jorge Drexler y todo su equipo de trabajo recibieron en total 5 nominaciones de parte de la Academia Latina de la Grabación, y que este 8 de febrero competirá también por un Grammy Anglo junto a Calle 13, Molotov y Ana Tijoux, en la categoría Mejor Álbum Latino Alternativo, Urbano o de Rock. Otro colombiano, Mario Galeano, cerebro creativo de proyectos musicales como Frente Cumbiero y Ondatrópica, participó en la producción de un álbum en cuyos créditos la lista de colombianos es bien extensa. Pero lo que se hizo con Bailar en la cueva, da para contar luego otra historia.

Simón se presentó dos veces en la Universidad de los Andes y una en la Javeriana para estudiar música, pero en ambas instituciones su aplicación fue rechazada. Después de hacer su última entrevista, preocupado por saber dónde sí lo recibirían para estudiar lo que él quería y completamente ajeno a que terminaría radicado en California trabajando para el estudio del sello Daptone Records, que hoy comandan uno de sus fundadores, Gabriel Roth, y Wayne Gordon, Simón se subió a un bus para regresar a casa.

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El 2009 fue el año en el que Vélez tomó la decisión de empacar maletas y mudarse a vivir a Los Ángeles, en Estados Unidos, donde comenzó estudiando batería y luego Ingeniería de sonido. Hoy, ya lleva dos años trabajando con Gab Roth y Daptone Records, sello que tiene fichados entre sus artistas a Charles Bradley, Antibalas, The Sugarman 3 y Sharon Jones an The Dap-Kings, entre muchos otros. De comprar anti-bacteriales para personajes de la talla de Bob Rock y pedir almuerzos para grandes estrellas de la escena indie americana, pasó a asistir y trabajar con esa misma nómina de lujo. La historia de Simón había que contarla y por eso, aprovechando una breve estadía en su país, lo contactamos para Shock.

Lo rechazaron en dos universidades en Colombia y decidió entonces empacar maletas e intentarlo en Estados Unidos. ¿Qué se fue a estudiar?

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Decidí irme en el 2009 y sí, la verdad es que tomé esa decisión porque no pasé en ninguna universidad en Colombia. Fui a estudiar batería a Los Ángeles. Yo en los Andes me presenté dos veces y no pasé. En la javeriana tampoco me aceptaron. Después me inscribí en el L.A. Recording School, de dónde me gradué como Ingeniero de sonido y a las dos semanas de haber salido, terminé de pasante en Daptone Records. Luego, sin darme cuenta, terminé convertido en el asistente y aprendiz de Gabriel Roth, co-fundador de la disquera.

¿Cómo logró eso?

Antes de graduarme empecé a mandar hojas de vida a todos los estudios de Los Ángeles, y ellos fueron los únicos que me contestaron. Estuve como 3 meses en esas. Hasta a Joel Hamilton, que ha trabajado con artistas colombianos, lo intenté contactar pero nadie me respondió nunca. A Daptone mandé los papeles, luego un día me dio por llamar y me dijeron: “bueno, venga hoy a reunirse con Gab”. Yo había mandado un word con una hoja de vida y nada más. Acababa de graduarme. Qué otra cosa iba a mandar si no tenía ningún tipo de experiencia. Creo que tuve un poco de suerte porque justo ellos estaban necesitando a alguien que los ayudara.

¿Quién fue el primer gran artista con el que se cruzó estando en Daptone?

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La primera sesión para la que tuve que trabajar fue con Bob Rock. Me tocó pedir los almuerzos, recoger cables, pedir pitillos, limpiar aquí, limpiar allá. Yo ni sabía que esa sesión iba a ser con él. Imagínate eso, el productor de grandes del rock como Metallica y Mötley Crue. También de Michael Bublé. Yo llegué ese día y como que me puse a arreglar. Me di cuenta de que se trataba de una sesión importante, entré y de una pensé: “este man se me hace como conocido. Yo he visto en alguna parte”. Hasta que por fin supe de quién se trataba.

¿Tuvo algún tipo de interacción con él en ese primer encuentro?

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Sí. Me pidió el favor de que fuera a comprarle un jabón antibacterial. El man me dijo eso y yo, “listo, hágale”. No hubo ni foto ni nada porque yo sabía que si me ponía en esas me echaban sin pensarlo. Ni riesgos de contemplar esa posibilidad.

Y a medida que fueron pasando los días, ¿Con qué otros artistas empezó a cruzarse en el estudio?

Fueron apareciendo todos los de la disquera: Sharon Jones, Charles Bradley, Menahan. Charles, por ejemplo, es un amor de persona pero al mismo tiempo es muy reservado y muy metido en su cuento. Mi primer encuentro fue con su productor, que fue a mezclar un disco ahí, al estudio en Riverside. Y después sí tuve la oportunidad de trabajar con Bradley directamente. Hicimos una grabación en vivo. Yo fui el asistente del Live from the House of Soul que se hizo con él.

Charles es un artista todo el tiempo. Es muy amable y una gran persona, pero siempre anda en lo suyo. Hace poco volvimos a vernos en el Apollo Theatre en Nueva York, para el show de fin de año que hicimos con los artistas de Daptone: Sharon Jones & the Dap-Kings, Charles Bradley, Antibalas, Naomi Shelton & the Gospel Queens, The Sugarman 3, The Budos Band, Menahan Street Band, The Extraordinaires, The Como Mamas and Saun & Starr. Estaban todos.

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¿Cómo logró pasar de comprar los almuerzos y el jabón antibacterial, a que Roth le soltara cosas más importantes y relacionadas con lo que realmente estudió?

Yendo todos los días. Preguntando cómo se hacían las cosas, pidiéndole que me fuera soltando responsabilidades. Intensiando como decimos aquí. Así lo logré. En un comienzo a Gab le parecía que yo era el colombiano que ni siquiera tenía experiencia,  pero me veía quedándome hasta las 4 de la mañana sin que me pagaran un solo peso.

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¿Y qué se quedaba haciendo hasta esa hora?

Probando sonido, guardando cintas, limpiando, parchando. Así fue como me gané su confianza. Él vivió en Nueva York durante más de 20 años, pero luego decidió mudarse a Riverside en California, porque ahí tiene a su familia. El estudio y su casa quedan muy cerquita, así que después de una sesión siempre terminábamos en su casa cenando. Así empecé a interactuar mucho más con él y con sus hijos.

¿Qué fue lo primero que Roth le soltó que implicara cierta responsabilidad?

Me puso a hacer los transfer de las grabaciones. Me confió eso y hoy yo tengo acceso a archivos que ni siquiera han visto la luz. Una vez me pidió que llevara todo un disco en cinta a Nueva York. No existían más copias y me dijo: “hágale, váyase a llevar esto”.  Yo demostré que era responsable y ellos (Gab y Wayne) empezaron a confiar cada vez más en mí y me adoptaron como a un hijo.

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Poder trabajar para Daptone Records y vivir el día a día al interior de esa compañía es una oportunidad que muchos quisieran tener. Es como hacer una especialización en ingeniería con un par de capos.

Definitivamente. Estoy aprendiendo de todo. De producción, de ingeniería. Gab y Wayne me enseñan sin problema alguno y me tienen toda la paciencia del mundo. Obviamente, yo estoy aprovechando eso al máximo. Es una gran oportunidad para mí y la energía es perfecta porque les caigo bien, y yo a ellos los adoro.

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¿A quién más ha visto pasar por ese estudio?

A Mark Ronson. Los pitos de Uptown Funk, que hizo en colaboración con Bruno Mars, se grabaron en Daptone. Wayne ha sido productor e ingeniero de sonido de Bruno Mars. Pasan seguido también Sharon Jones, Charles. Ariana Grande estuvo hace poco. Y Gaby Moreno también. Ahí se grabó todo su nuevo álbum. Y bueno, Antibalas, The Sugarman 3. Hace poco hicimos un disco de Gospel con unas señoras de Misisipi (Naomi Shelton & The Gospel Queens).

¿Cómo se dio la oportunidad de trabajar con Jorge Drexler?

Fue un efecto Dominó. Gab Roth es muy amigo de Will Holland (Quantic). Yo iba a venir a Colombia a pasar una temporada larga, mientras hacía un cambio de visa, y cuando supe que Gab conocía a Will, de quien soy súper fan, le pedí que me contactara con él. Lo conocí estando en Bogotá y un día me dijo: “oiga, voy a estar en mi casa, si quiere pasar”. Me fui a parchar con él, y justo ahí estaba Mario Galeano del Frente Cumbiero. Empecé a hablar con Mario y me contó que Drexler lo había contactado para que participara en la producción de su disco y que estaban buscando estudio e ingeniero para entrar a grabar. Yo, por esos días, justo estaba trabajando en un estudio con un amigo (Nestor Cifuentes) y le propuse a Mario que llevaran a Drexler allá. Es un estudio vallenatero del que es dueño un ex mayor del Ejército. Ahí graban a artistas como Jorge Celedón. Drexler quería grabar con Mario y con El Frente, así que allá fueron llegando Pedro Ojeda, Eblis Álvarez, Urián Sarmiento, el Chongo, Julián y Li de Bomba Estéreo, Lamparita de Mitú. Mario se trajo a todo el mundo. Eso fue en noviembre del 2013 y estuvimos ahí dos semanas dándole. Sacamos 9 de las 11 canciones que trae el disco. 

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Y usted obviamente no lo podía creer, que estuviera grabando con semejantes monstruos.

Si me lo preguntas, todavía ni sé cómo pasó todo. Fue muy espontáneo.  Llegué a Mario porque conocía a Will, y a Will gracias a Daptone. No sé, tal vez todos dijeron: “pues si viene recomendado por Gab, eso es que el chino algo sabe”.

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¿Bailar en la cueva es el primer disco en el que aparecen sus créditos como ingeniero de grabación?

Sí. En las otras cosas que he hecho con Daptone hasta ahora solamente he asistido.

¿Cómo recibió el anuncio de las nominaciones, y luego ese premio Grammy a la Grabación del Año?

Nadie lo podía creer. Ni Drexler. Yo menos. A mí también me llega el premio, marcado con mi nombre y todo. Se lo voy a mandar a mi mamá porque es gracias a ella y a mi familia que yo pude hacer realidad mi sueño de irme a estudiar música a Estados Unidos.

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¿Cuándo salieron las nominaciones al Grammy Latino, alguien en Colombia habló de usted?

Muy poca gente. No muchos tenían claro que el disco se había grabado aquí. De hecho, cuando Jorge subió a recibir el premio y le dio ese afectuoso agradecimiento a Colombia, muchos se sorprendieron. Ahí estaba Néstor, el otro ingeniero que participó. Fue muy emocionante para él. Yo no alcancé a llegar porque estábamos en Daptone haciendo el disco de Gaby Moreno. Pero Bailar en la cueva se grabó acá, con talento colombiano, con ingenieros colombianos, con músicos colombianos.

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¿Tiene planes de regresar a Colombia en algún momento y trabajar con artistas nacionales?

Claro que sí, pero también creo que me hace falta mucha experiencia todavía. Yo llevo solamente dos años trabajando y apenas estoy en pleno proceso de aprendizaje.

¿Con qué artistas le gustaría trabajar?

Amaría trabajar algún día con alguien como Rick Rubin. Pero ahoritica estoy buscando hip hop. Contacté hace poco a Kali Uchis. Por ahí me contestó alguien de su equipo. Ojalá me digan: “hágale”. Me quiero meter en ese mundo. Me gustaría mucho poder trabajar con Action Bronson, por ejemplo, y sería chévere también con hip hop colombiano. He escuchado proyectos como Crew Peligrosos y Alcolirykoz.

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¿En qué anda ahora?

Recién empecé a trabajar como ingeniero de algunos discos. Con Will (Quantic) ya hice tres. Uno de esos es el proyecto Flowering Inferno, del que él ya ha sacado cosas anteriormente. También hicimos un disco de jazz. Y sigo con Daptone. En diciembre del año pasado hicimos esas tres noches en el Apollo en Nueva York. De eso parece que va a salir una edición especial que incluye un LP doble y un DVD en vivo. Bueno, y acabo de asistir la grabación de Gaby Moreno y la de Give The People What They Want, el más reciente disco de Sharon Jones & The Dap-Kings, que quedó nominado al Grammy Anglo.

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¿Qué tan enterado está de la movida musical nacional?

Intento estar enterado de lo que pasa con la música en Colombia siguiéndolos a ustedes en Twitter, leyendo en Internet. Pero me encantan proyectos como el de Meridian Brothers. Lo descubrí cuando empecé a trabajar con Mario y con Drexler. Mitú me gusta mucho también. Y pues conozco algo de LosPetitFellas y a Juan Pablo Vega.

¿En qué anda Néstor Cifuentes, su dupla en la ingeniería de sonido del disco de Drexler?

Está produciendo a una artista colombiana que se llama Nina Rodríguez, hizo algo para Plaza Sésamo Latinoamérica y anda metido en muchos otros proyectos. Néstor fue mi primer profesor de batería, cuando yo tenía 12 años, y debo decir que gracias a él es que yo me emocioné con el cuento de la música.

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Ya para terminar, ¿Por qué cree usted que lo rechazaron en las universidades a las que aplicó en Colombia para estudiar música?

Yo tiendo a ser muy nervioso y cuando llegaba a las audiciones me bloqueaba completamente, sudaba y me tensionaba.  No lograba afinar, no contestaba bien el examen. Para la Javeriana ni siquiera sabía que tocaba preparar una audición. Me tocó inventarme algo e improvisar. Salí de ahí, me subí a un bus y dije: “¿ahora qué voy a hacer?”.

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-Algunos artistas del catálogo de Daptone Records:

-Antibalas

-The Sugarman 3

-Sharon Jones & the Dap-Kings

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