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Estéreo Picnic 2023 alteró nuestra química y nos mostró mundos nuevos en su tercer día

Estéreo Picnic 2023 en su día 3 nos trajo a 2 leyendas inolvidables: Wu-Tang Clan y The Chemical Brothers. Cerca de 45.000 personas llevaron la energía a tope con electrónica, rap, cumbia, reggaetón y decenas de estilos más.

Wu-Tang Clan en el Festival Estéreo Picnic 2023.
// Foto por Alejandra Mar

Ya sospechábamos que la tercera fecha del Festival Estéreo Picnic 2023 tenía el potencial para ser una de las mayores fiestas de la historia del evento. ¿La razón? Buena parte de los shows prometidos compartían una característica: eran artistas definitivamente revolucionarios.

La idea de lograr verlos —a Chemical Brothers, a Wu-Tang Clan, a Moderat, a Bizarrap y a tantos más— traía la épica de un recuerdo indeleble implícita.

Pero nada es certeza para nosotros, el público del Picnic: después de todo, por el festival hemos visto hasta sueños de infancia desmoronarse ante decenas de cancelaciones esporádicas, pandemias e incluso la muerte súbita a horas de que lo anhelado se realice. Quizás esa incertidumbre fue potenciadora de la emoción eléctrica que se apoderó del día.

En todo caso, incrédulos o confiados, indudablemente nos equivocamos. Aunque se respiraba emoción por la fecha, solo un puñado de los asistentes puede decir que se esperaba algo del porte de lo ocurrido en Briceño el sábado 25 de marzo. Probablemente es aún más ínfimo el grupo de personas que se atrevería a decir que ha presenciado una seguidilla de shows tan impresionante en los 13 años que han transcurrido del festival pago más grande de Colombia.

El día inició nublado. A la amenaza de lluvia se sumó el anuncio de cancelación del show de Kali Uchis del domingo . Luego, su retractación, el inicio de las primeras bandas y la llegada de los amigos alejaron el susto de que algo pudiera salir mal en el día.

Miles se decidían a no dejar esa posibilidad al azar educándose y testeando sustancias en Échele Cabeza, o comprando trayectos de bus, agua, comida, zapatones o capas al ritmo de enormes artistas locales como Flor de Jamaica, Felipe Orjuela y la nueva estudiantina electrónica, Junior Zamora o Santiago Navas.

Mientras algunos ya cabeceaban con el latin club de la fiesta del TraTraTrax Sound Sistema, liderado por Verraco, Dawer x Damper corrían el telón de su presentación llena de dramatismo escénico y Alci Acosta caminaba lentamente, como en pasillo de honor, a tomarse el escenario Adidas entre vitoreos y aplausos.

Estéreo Picnic 2023 día 3.
Fotos: Valentina Alfonso, Nathalia Angarita, Alejandra Mar, Natalia Pedraza.

Los primeros rones se abrieron para pedir un trago en la copa rota con celular en mano para grabarle un video a mamá que está en casa. En el recuerdo quedará también la invitación a Catalina García de Monsieur Periné al escenario, o cuando “Checo” Acosta, hijo de Alci, tomó la vocería por un momento y le cantó a las canas de su mítico padre mientras este tocaba el piano.

Ese gesto de reconocimiento entre generaciones fue el punto máximo de una seguidilla de shows diurnos cargados de invitados que dan cuenta de que la música nacional es y ha sido siempre un bioma rico, diverso y en constante diálogo interno.

Y aunque renunciamos pronto al sol, eso significó entregarnos de lleno a la noche.

L’Imperatrice nos hizo bailar con su nu-disco y, ya en un punto avanzado de su set, la cantante Flore Benguigui advirtió que lo que estábamos próximos a escuchar era música que nos haría mover. En otro lugar, “NRS in Da Area” hacía recordar los hits de la No Rules Clan cabecear a un público sediento de boom bap que calentaba para otros shows de la noche.

Estéreo Picnic 2023 día 3.
Fotos: Valentina Alfonso, Nathalia Angarita, Alejandra Mar, Natalia Pedraza.

En adelante, no tengo idea de dónde estuvimos, pero no fue propiamente este mundo. Desde la irrupción enérgica de Trueno vivimos shows decididamente entregados a su público, con sonidos originales y una audiencia que en respuesta bailaba y gritaba con pasión, confiados en que estábamos en buenas manos. Cada hora que pasaba, cada movimiento entre escenarios, se sentía como la elección de una atracción de un parque de diversiones, y reunirnos en tierra firme con nuestros parches para tomar agua antes del ritual era como ponerse el cinturón antes de una montaña rusa.

Estéreo Picnic 2023 día 3.
Fotos: Valentina Alfonso, Nathalia Angarita, Alejandra Mar, Natalia Pedraza.

Justamente fue el argentino quien puso sobre la mesa la confianza que tuvo en que su público iba a tener esas ganas y compromiso de acompañarlo incluso cuando fuera más allá del freestyle que lo hizo famoso. La sinergia entre artista y público permite la apertura a una propuesta estética que rompa paradigmas, y los shows que vinieron son muestra de lo que un artista puede lograr si confía en su visión y en que el amor que pone de su parte, de ser honesto, será reconocido.

Bizarrap lo sabe, y se agrega un componente adicional a la comprensión sobre lo que se necesita para realizar una visión propia y exitosa si se tiene en cuenta que su llegada a puestos altos de festivales del mundo tiene todo que ver con su perseverancia e insistencia en el potencial de las sesiones de estudio que lo catapultaron al estrellato mundial.

Como público uno agradece su show por diferente a una recopilación de hits, pues está mucho más cercano al EDM que lo enamoró de la producción musical que al rap o al reggaeton.

En medio de la sorpresa y el baile suscitado por los drops agresivos y los samples chopeados, surge la pregunta por lo que podría ser para la música del portador de las ya icónicas gorra y gafas si se dedicara de lleno en su música de estudio, y no solo para las secciones enérgicas de sus sesiones, a explorar la producción electrónica, con rapeos encima y pensada para bailar al estilo baltimore club, superando las mallas de seguridad que le suponen el perreo y las apariciones de los artistas más grandes de la región en su música. Su voz trémula de lágrimas al cierre muestran, al fin y al cabo, que es ese sonido que tocó el que más lo inspira.

Es que la renuncia a la comodidad es lo que construye a las leyendas y las separa de los hits temporales. La música decidida a ser una expresión del alma es una sustancia radioactiva que genera reacciones en cadena y ha creado mundo enteros. Uno de ellos es Shaolin: el mismo lugar donde RZA sentó a sus secuaces secuaces hace décadas para pedirles un año de sus vidas dedicado no al hustlin’ de Staten Island, sino a su objetivo de crear a los Avengers del rap.

Sus miembros escribieron leyendas que, puestas en situación de concierto, son reforzadas por una bandota, samples de películas de kung-fu, rap chatarrero clásico y la siempre extraña contraposición de que las máximas autoridades de un lugar inviten a prender un bareto en vez de ser quienes persiguen su uso. Desde el día, los miles de camisetas alusivas a la Wu-Tang anunciaban el viaje, y finalmente estuvimos en esa Nueva York de los noventas, Ol’ Dirty Bastard vivió entre nosotros y la ausencia de Method Man fue suplida por un público que si bien no cantó todo, se entregó a la misa de hits como C.R.E.A.M., Bring Da Ruckus, Tearz y hasta covers de Nirvana.

Estéreo Picnic 2023 día 3.
Fotos: Valentina Alfonso, Nathalia Angarita, Alejandra Mar, Natalia Pedraza.

Aunque sin tanta calle y épica, pasamos luego al que para muchos ha sido el mejor show de sus vidas. Ed Simmons y Tom Rowlands asumieron sus puestos a la luz de una silueta facial azul que hablaba y se aceleraba, y desde que liberaron la furia de sus block rockinin’ beats abordamos un paseo por el inconsciente sin poder resistirnos a bailar.

Estéreo Picnic 2023 día 3.
Fotos: Valentina Alfonso, Nathalia Angarita, Alejandra Mar, Natalia Pedraza.

Durante Chemical Brothers, todas las líneas divisorias se difuminan: cuesta trabajo entender si los robots de 5 metros que cuelgan sobre el escenario realmente lo hacen, si la pantalla es 3D, si hay cientos de pelotas gigantes que brincan sobre el público o si los ogros y representaciones de Vishnú gritando van a salir de la pantalla, como sus rayos laser, a comernos.

Su carrera es eso, al fin y al cabo: difuminar. Fueron ellos quienes se decidieron a tomar el garage, drum n bass, jungle y demás armas del underground inglés de los noventas y ponerla sen manos de los grandes del sonido rock de Manchester y Londrés para crear la electrónica de arena. Su show nos permitió también recorrer esa historia a galope de caballos de madera e hipnotizantes manos de robot.

Un ensueño de los sintetizadores tranquilos de Wide Open y Escape Velocity es de golpe Eve of Destruction, un juego de luces es de golpe una pesadilla y después un bajo sin piedad alguna. Miles de personas gritando “Got A Keep on Getting Me High” no pueden estar equivocadas, y hay que hacer caso y bailar.

Los que salimos de allí a Ryan Castro, pasmados como estábamos y cuestionándonos si alguna vez viviríamos sensaciones tan intensas, nos encontramos con un cantante del ghetto que también está decidido a probar guaracha o merengue, de ser necesario, para cumplir su propósito de hacer perrear. Gritar con miles más Wasa Wasa y Jordan con el frontman que no hace tanto luchaba por la atención de los pasajeros de un bus tiene que ser de las pocas cosas capaces de elevar más la farra después de eso.

Y aunque algunos creímos que otra de ellas sería Fumaratto, muchos nos encontramos lastimosamente con la antítesis, con la anticipación decepcionada. Luego de una larga fila para entrar al Club Budweiser, empezaron las trompetas y una voz femenina seductora como las que transformaron la guaracha por siempre anunció “esto es Fumaratto Ferroso”, pero nos encontramos ante un set principalmente techno, con descansos para una salsa, un vallenato, David Guetta y hasta Seven Nation Army, que antecedieron los escasos minutos de zapateo anticipado.

Quisiera preguntarle a Daniel por qué esa decisión. ¿Venía en la línea del anuncio del Club Budweiser de inspirar cada día de su sonido en lo que está sonando en algunas de las discotecas clave de Bogotá y Medellín? ¿Fue quizás, como con Bizarrap, la decisión consciente de volver a sus raíces en el techno, pero solo por una noche? ¿No confió en que aguantáramos que se fuera hasta las últimas consecuencias con el trasfondo de su nombre, con su sonido? ¿O la guaracha funciona como arma secreta y el set como espacio para borrar fronteras de géneros musicales que regionalismo y clasismo insisten en sostener fuera del FEP?

Del otro lado, Moderat, el super grupo que unió a Apparat y Modeselektor, rugía. Nos recordaba, como la Wu, lo que puede surgir de apostar por lo propio y por la admiración a la obra de nuestros iguales y nos elevaba por última vez en la noche.

Mientras se apagaban las luces y logística empujaba al cuello de botella de la tortuosa y embarrada salida, dimos los últimos pasos de baile. Algunos, bajo el efecto de ver a la Wu Tang y Chemical Brothers la misma noche, seguían esperando a sus amigos en los arcos de “Un Mundo Distinto”, haciendo el chiste de que se sentían como Drake y Josh al bajar del demonizador. Y por unos instantes, afuera del enigmático Club Budweiser escucharon y bailaron ya cansados con el retumbar de “Me provocas” mientras la noche se disipaba.

Es una lástima que los pocos que consumen irresponsablemente, la colapsada logística para la salida y las malas condiciones de seguridad, generaran un aterrizaje forzoso para muchos. Pero la tercera fecha del Estéreo Picnic alteró mi química, así como sus artistas se decidieron a alterar el mundo por completo y a crear nuevos de ser necesario.

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