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7 videojuegos para crear conciencia ecológica para hippies y no-hippies

Sí Donald Trump: llegó la hora del calentamiento global y hasta los videojuegos hablan de eso.

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Foto: Getty Images

Dados los últimos informes sobre la cantidad de residuos plásticos en el planeta y el aceleramiento del cambio climático, es hora de prestarle más atención a este serio problema. Así que si usted es de los que está preocupado por lo que está pasando (¿y quién no lo está, fuera de algunos grandes empresarios estadounidenses?), la pregunta es: ¿pueden complementarse sus inquietudes con su vocación como jugador de videojuegos? ¿Los videojuegos tienen algún peso cuando se trata de salvar el planeta?

Por: Steve Boxer de Green Man Gaming

La respuesta, superficialmente al menos, parecería ser “no”. En principio los juegos son una forma de entretenimiento masivo y la mayoría de la gente los ve como una forma de escape de las preocupaciones del mundo real. Sin embargo, hay una serie de juegos que se las arreglan para llamar la atención sobre el estado del medio ambiente en formas muy variadas y con un amplio espectro de sutilezas.

Uno podría, por ejemplo, argumentar que cualquier juego ubicado en un escenario post-apocalíptico está exhibiendo una preocupación por el actual estado del mundo, pero en la mayoría de los casos esas preocupaciones tienden a estar más enfocadas en lo geopolítico que en lo ambiental. Más allá de eso, algunos juegos sí tienen una inclinación específicamente ecológica y por eso es hora de darles un vistazo –antes de que acabe el mundo–.

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Fate of the World: Tipping Point

 

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Este videojuego de 2011 creado por Red Redemption para PC y Mac es uno de esos pocos esfuerzos por vincular su estructura con preocupaciones ambientales. Tanto así que su apuesta consiste en ofrecer un panorama bastante decente de las “cuestiones verdes” actualmente en discusión en el mundo. Esencialmente se trata de un juego de simulación basado en turnos al estilo de Civilization, que lo pone a cargo de una organización global ficticia con responsabilidad en políticas sociales, tecnológicas y ambientales (¡sería ideal si un órgano así existiera en la vida real!).

Esto hace que el jugador pueda tomar decisiones ambientales y ver cómo funcionan, tanto en términos de reducir el calentamiento global como tratando de reducir el malestar social. Hace un buen trabajo al examinar los problemas que enfrentan los gobiernos del mundo cuando intentan enfrentarse al problema del cambio climático.

Flower

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Este magnífico esfuerzo de 2009 para PlayStation 3 y PlayStation 4, desarrollado por Thatgamecompany, trata de dar a los jugadores una conexión visceral con el medio ambiente. Es bastante experimental, sin ningún tipo de narrativa y con un accionar mínimo que desafía todas las convenciones. Pero también es increíblemente parecido al zen, y hace un buen trabajo al despertar una sorprendente cantidad de emociones y generar una profunda reflexión sobre cómo tratamos el medioambiente.

En Flower, el jugador controla el viento usando la detección de movimiento del controlador Dual-Shock, soplando un pétalo y provocando varios efectos en el ambiente, como hacer florecer campos previamente estériles y activar molinos de viento. Flower puede ser bastante abstracta, pero no deja ninguna duda sobre su deseo de hacer que todos reflexionemos sobre el mundo natural.

Flow

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Flow es en realidad el sucesor espiritual de Flower. También creado por Thatgamecompany y lanzado en 2007 con el título que tenía en PlayStation Network, es menos radical que Flower en cuanto a su llamado a las armas, pero comparte con este una textura calmante que imita los procesos del mundo natural. Flow le permite al jugador controlar a un organismo similar al plancton, nadando en una especie de caldo primordial. Pero cuando empieza a comerse a otros seres más grandes, su criatura evoluciona hacia formas más complejas y, finalmente tiene que lidiar con verdaderos depredadores.

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Monster Hunter World

 

Usted podrá suponer que es poco probable que un juego que involucre la matanza de monstruos gigantes con armas enormes tenga muchas credenciales ecológicas. Sin embargo, Monster Hunter World está lleno de un ambiente innegablemente ambiental. Eso es porque no se trata sólo de cazar monstruos. Una de sus mecánicas clave consiste en recolectar flora, fauna y recursos naturales en cada área de su mundo, por lo que recibe una recompensa real, y prácticamente todo lo que recolecta tiene algún uso, como municiones, componentes de fabricación o alimentos. En este juego nada se derrocha.

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Con toda clase de recompensas disponibles para quien investiga distintos tipos de flora, fauna y demás recursos naturales, Monster Hunter World alienta a crear una afinidad con la naturaleza en forma gentil pero insistente. Y qué increíbles ambientes crea, desde bosques a desiertos, todos mostrando magníficos ecosistemas que operan en forma altamente visible.  La naturaleza en Monster Hunter World puede derivarse de los reinos imaginativos de la fantasía, pero cualquiera que juegue se sentirá completamente inmerso en la realidad.

Far Cry Primal

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Lanzado en 2016, esta rama de la muy querida franquicia de acción y aventura en primera persona fue una especie de aberración, pero resultó ser sorprendentemente convincente. Tomó la marca registrada de Far Cry, y llevó la acción de gratuito vagabundeo mucho más allá de su zona de confort, a un mundo prehistórico.

Si bien no es un juego que tenga un mensaje abierta y explícitamente amistoso, es imposible no pensar profundamente al jugarlo en el mundo moderno, con sus ciudades y urbanizaciones en perpetuo crecimiento. Esto ocurre porque el juego retrata una época en la que ni siquiera se habían consolidado los más rudimentarios edificios. El jugador es ubicado justo en medio de la naturaleza, en el tiempo en que la humanidad todavía luchaba por conquistarla. Y en efecto es de esto de lo que la gran mayoría del juego se trata, aunque también hay una saludable fracción sobre la naturaleza tribal de nuestra especie, cosa que también incita al pensamiento. 

No hay nada sentimental o rosa en Far Cry Primal. No es uno de esos festines de nostalgia que cantan al pasado remoto en que los humanos eran uno con la naturaleza. Su muy convincente retrato de un posible mundo pre-urbano ofrece una gran cantidad de alimento para la imaginación para aquellos a quienes nos preocupa lo que acurre actualmente con el medio ambiente.  

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Beyond Good & Evil

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Creado en 2003, esta adorable entrega de acción y aventura del genio de Ubisoft, Michel Ancel, alude a varios temas, y la preocupación por el medio ambiente es definitivamente uno de ellos. Incluso puede ser considerado el responsable de haber inspirado el elemento de investigación ambiental en Monster Hunter World. Esto es porque la protagonista, Jade, dolorosamente pobre al comienzo del juego, pronto consigue un trabajo documentando la vida silvestre con su cámara, y es recompensada por hacerlo con dinero, algo que se necesitará en buena medida para completar el juego.

Una vez más, esa mecánica lo pone en contacto con los entornos del juego: hay emociones genuinas que se sienten cada vez que se encuentra con una especie que no ha encontrado antes. Ancel ahora está trabajando duro en Beyond Good & Evil 2, y será interesante ver si elige desarrollar el elemento de conciencia ambiental del juego original en esta esperada secuela.

Horizon: Zero Dawn

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Lanzado el año pasado, este celebrado juego de PlayStation 4 también forma parte de esos que no hacen vibrar un mensaje abiertamente verde en su garganta, pero provoca una reflexión interesante sobre el medio ambiente, de manera similar a Far Cry Primal. Al igual que con Far Cry Primal, eso se debe principalmente a su premisa: el protagonista Aloy ocupa un mundo post-apocalíptico que ha vuelto a un estado natural, descontando la presencia de robots depredadores, a menudo dinosaurios.

La yuxtaposición del juego entre entornos vírgenes y tecnología peligrosa pero útil (que proporciona una fuente de armas y munición para Aloy) funciona como un gran escenario hipotético, proporcionando una instantánea de lo que podría suceder si el calentamiento global causara el colapso de nuestra civilización. Y como tal, proporciona un cuento con moraleja que pulsará un acorde entre los que se preocupan por detener la destrucción del medio ambiente.

 

 

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