Si hubo un rey del rock and roll, ¿Hubo reina? En los 50, a la par con Elvis Presley, varias mujeres intentaron abrirse paso en la música. Janis Martin es considerada una de las mujeres pioneras del rockabilly. Sin embargo, no alcanzó el reconocimiento que merece, y hay pocos libros, películas e información en Internet sobre su historia. ¿Por qué?
Desde muy niña, Janis cantaba, tocaba guitarra y se presentaba en diferentes concursos estatales. Llegó a cantar junto a Eddy Arnold, Hank Snow o The Browns, actos importantes de country de la época. Fue su madre quien la impulsó al country, pero ella quería cantar otros estilos, y en su repertorio empezó a incorporar canciones de lo que ella llamaba “Black R&B”.
Con el cambio de género musical, Janis también incorporó una serie de movimientos de cadera, considerados abiertamente sexuales (otra de las razones por las que se llevó el calificativo de “Elvis femenina”). Su intención nunca fue copiar a Elvis ni hacer algo sexual: simplemente, para ella no tenía sentido no moverse al ritmo de la música mientras cantaba.
La gran oportunidad de Janis llegó cuando Carl Stutz, de la emisora WRVA, le pidió que cantara una canción que él había escrito, titulada Will You Willyum. La grabación de Janis cantando fue el demo que se envió a Nueva York y allí llamó la atención de la disquera RCA, sello con el que firmó en 1956.
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Will you Willyum se lanzó junto a otro sencillo en el lado b: Drugstore Rock 'n' Roll, escrita por Janis. El sencillo vendió cerca de 750.000 copias. Billboard la nombró la artista más prometedora de ese año y Janis cantó en algunos de los principales programas de TV de Estados Unidos.
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RCA la anunció como la “Elvis femenina” y la disquera consiguió autorización del propio Elvis para usar su nombre. Janis y Elvis solo llegaron a coincidir en algunas pocas oportunidades. Sin embargo, la disquera quiso aprovechar al máximo la conexión y por eso Janis grabó en 1956 una canción titulada My Boy Elvis. A ella no la convencía mucho, pero no tenía otra opción que trabajar con lo que le ofrecía su disquera.
Uno de los grandes retos de Janis fue encontrar a un público para su propuesta, pero en esa época, los actos blancos tocaban para blancos y los negros para negros. Mientras la disquera quería promocionarla como un acto de rock and roll, los promotores en sus shows que se dedicara solo al country.
Pero Janis enfrentó un problema mayor: meses antes de firmar su contrato con RCA, se había casado en secreto con un militar que estaba radicado en Alemania. En 1957, Janis hizo una gira por Europa y se reencontró con su esposo. Meses después, estaba embarazada. Para ese entonces, tenía 17 años.
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Si bien la disquera no tenía ningún problema con que estuviera casada (era algo muy frecuente en la época), no le pareció que fuera buen ejemplo que una de sus artistas jóvenes diera shows visiblemente embarazada. RCA le pidió que se practicara un aborto, pero ella no quiso hacerlo y por eso no continuó trabajando con el sello. Cracker Jack fue el último sencillo que grabó para ellos, en 1958.
En 1960 firmó con la pequeña disquera belga Palette, pero no tuvo mucho éxito y a sus 20 años, se separó de su esposo. Su segundo marido la acompañó en algunas giras, pero le pidió que abandonara la música y así lo hizo por varios años. Cuando su segundo matrimonio terminó Janis creó una banda llamada Janis Martin and the Variations, con la que hizo algunos shows ocasionales. En los 80, viajó a Europa (aunque no le gustaba mucho montar en avión) donde tenía una pequeña base de fans.
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En 2007, una fan llamada Rosie Flores, también cantante de rockabilly, la llevó al estudio para participar en la grabación de un disco llamado The Blanco Sessions. Janis estaba muy emocionada por el proyecto, según relató Flórez a NPR. Sin embargo, Janis no vivió para verlo, pues falleció de cáncer meses antes de finalizar la producción. El disco eventualmente fue lanzado en 2012.
Aunque Janis siempre estuvo controlada por los deseos de su disquera o su esposo, logró hacer historia y convertirse en pionera. Su historia nos pone a pensar sobre las mujeres en la música y cómo durante décadas, tuvieron que callar.