Karol Glanzó hace pocos días su disco Mañana Será Bonito (Bichota Season). Este es el primer trabajo de la antioqueña bajo su sello Bichota Records.
En junio pasado, se informó que la colombiana cerró recientemente un acuerdo con Interscope Records que le permitiría lanzar toda su música nueva bajo su sello, Bichota Records.
Si bien Interscope Records será quien distribuya la nueva música de Karol, se informa que ella será dueña de todas sus grabaciones originales.
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¿Qué significa esto para un artista? Les contamos.
¿Qué es una grabación original?
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También conocida como Master, en la era pre-digital, la "grabación original" se refería a la cinta física de alta calidad (o disco de vinilo) a partir de la cual se reproducían todas las versiones posteriores de una pista. Quien controlaba el “master” controlaba su reproducción posterior.
Hoy en día, ya no usamos copias maestras físicas. En cambio, el término "masters" se usa coloquialmente para referirse al derecho legal que le permite controlar la reproducción, distribución y ejecución pública de una obra, controlando los derechos de autor de la grabación.
En teoría, la ley de derechos de autor otorga a los artistas derechos sobre los “masters”, como “autores” de la grabación. En la práctica, sin embargo, cada contrato de sello discográfico suele incluir una cláusula en la que el artista le otorga al sello una licencia exclusiva y total sobre los “masters”.
¿Por qué es importante para un artista ser dueño de sus obras originales?
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Como artista, ser propietario de sus grabaciones maestras le otorga los derechos legales para apropiarse libremente y maximizar sus oportunidades de ganar dinero. Le da control total sobre su música.
Con una grabación original, un artista puede licenciar la grabación a terceros, como programas de televisión, películas, comerciales o incluso para el uso de muestras por parte de otros artistas.
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“Muchos artistas, especialmente en los primeros días de su carrera, no se dan cuenta de que ceder sus masters significa vender los derechos de su propio trabajo, a veces durante toda su carrera”, dice Hannah Dudley, directora de marketing y promoción, de Amuse.
“Eso no siempre se siente como una prioridad si aún no te has dado a conocer, pero incluso Taylor Swift y Kanye fueron principiantes en un momento de sus carreras. Para Taylor, no ser dueña de sus masters significó perder el poder sobre dónde y cómo se usaba esa música, además de impedirle interpretar sus propias canciones en vivo en algunas circunstancias”, agrega.
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