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Ricardo Arjona: claves para identificar un "arjonismo"

El problema no es Arjona, el problema son sus canciones.

646944_Ricardo Arjona. Foto: Samuel de Roman/Getty Images
Ricardo Arjona. Foto: Samuel de Roman/Getty Images

A sus 56 años, Ricardo Arjona es uno de los músicos más reconocidos de Latinoamérica. Tiene más de 30 años de carrera y sigue llenando conciertos en todo el continente. Ha vendido cerca de 30 millones de discos, tiene más de 5 millones de oyentes al mes en Spotify, más de 4 millones de suscriptores en YouTube, y recientemente lanzó una nueva producción denominada Blanco y negro. Tiene un Grammy anglo, un Grammy Latino y muchos premios más. Todos, así sea sin quererlo, conocemos la existencia de al menos una de sus canciones.

Cada uno de sus triunfos ha llegado acompañado de fervientes críticas. Fito Páez declaró en 2010 que el éxito de la música de Arjona es un símbolo de la aniquilación cultural en Argentina. Una búsqueda rápida en Internet nos conduce de inmediato a los miles de tuits, videos y columnas destrozando su música. ¿Por qué Arjona despierta tantos odios?

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Esta pregunta se la hizo al cantante el periodista de CNN Camilo Egaña en 2017, ante lo cual el músico se molestó y abandonó la entrevista. “¿Vos te vas a ocupar en odiar a alguien? ¿Eres un idiota? Tú no deberías seguir idiotas”, dijo Arjona.   

Durante varias décadas, el músico ha sido sinónimo de composiciones fáciles: con metáforas obvias, eufemismos poco sutiles y frases que buscan sonar trascendentales pero resultan tan vacios como un anillo para un hombre sin manos (no es broma, este es un fragmento de su canción Solo). Repasamos algunos de los elementos que conforman una "Arjonada" o "Arjonismo". 

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La belleza de lo simple

Llamado muchas veces "el poeta de lo cotidiano" Arjona busca lo bello en aspectos mundanos. Esto se refleja en De vez en mes, una canción sobre la menstruación. Sí, la menstruación, un proceso natural que Arjona pretendía embellecer. Aunque, con tantas referencias a las manchas en las sábanas, es probable que estuviera buscando una recomendación para cambiar de detergente. 

“Si es natural cuando eres dama, que pintes rosas en la cama, una vez de vez en mes. De vez en mes la cigüeña se suicida y ahí estas tú tan deprimida buscándole una explicación”. 

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Otro ejemplo es Historia del portero

"Yo era el portero del edificio 32. Tú eras la burguesa, la princesa del penthouse. Así lo quiso Dios. Te saludaba con mi cara de asustado, mientras le pedía a Dios que se tapara el excusado".

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En la canción, Arjona se queja de que la princesa del penthouse no le presta atención. Difícil interesarse en alguien que use la frase “mojaba el negligee” (está en esa misma canción). 

No hay que olvidar la mención a "la grasa abdominal que los aeróbicos no saben quitar", de Señora de las cuatro décadas. Un verdadero poeta. 

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Muchas figuras retóricas no son tantas

Pingüinos en la cama es otro ejemplo de su estilo de composición. Una fórmula clave de un arjonismo es usar muchas figuras literarias, como metáforas, símiles y exageraciones. Algunos ejemplos son: “Que hay pingüinos en la cama, por el hielo que provocas”, o “el amor sin libertad dura lo que un estornudo”. Aquí también entra esta hipérbole de Sin ti...sin mí: "Más fácil dispara rosas un misil que tú un quizás",o ésta de Tu reputación: "tu colchón tiene más huellas que una playa en pleno verano". 

 

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Le salió en verso y sin mucho esfuerzo 

Aquí también se evidencia otra de las máximas de Arjona a la hora de componer: lo importante es que rime, no que tenga sentido. No hay otra explicación para frases como “Ya no sueñas viajes al Caribe, por tu rol de detective” o “Yo no estoy pa crucigramas, ni tú para masoquista”. 

Otro ejemplo es esta frase de Realmente no estoy tan solo: "Y charlo de política con tu cepillo de dientes. Con visión tan analítica, como cuando te arrepientes". "Diente" rima con "arrepiente", así que todo perfecto, solo que no entendimos nada más. 

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Contradice y reinarás 

El problema, una de sus canciones más famosas, retoma otra de sus fórmulas para crear un efecto poético a la hora de componer: juntar ideas opuestas. “Cómo encontrarle plataforma a lo que siempre fue un barranco”, es un ejemplo.  Otra canción en la que lo hizo fue Acompáñame a estar solo cuando dijo “Acompáñame al silencio de charlar sin las palabras”.  Como él lo diría, el problema no son los antónimos, el problema es que no tienen nada que ver.  

Pero bueno, todos estos ejemplos ya tienen varios años. ¿Será que no ha cambiado en algo su manera de componer? Parece que no. En Hongos, su más reciente sencillo, canta: “¿Quién le dio los hongos al Dios que nos hizo?, ¿Quién me da respuestas para este misterio?, ¿Quién puso elefantes en mi cobertizo?, ¿Qué hacen tantos vivos en el cementerio?”. Todos los arjonismos juntos en una sola canción: la contradicción con “vivos en el cementerio” y la rima sin sentido de “hizo” con “cobertizo”.

Aunque Arjona sea el campeón en ese tipo de fórmulas, no es el único en usarlas. Recordemos, entre muchos más ejemplos, el “te busco en el ginkgobiloba de mis vitaminas” de Juan Luis Guerra, el “por ti puedo brincar la cuerda con una sola pierna, y ver en la oscuridad sin usar una linterna” de Calle 13, el “una mujer necesita a un hombre como un pez necesita una bicicleta” de U2, el "por ti empecé a estudiar francés…como voy a yoga ya no tengo estrés" de Carlos Vives, o "el parque sin niños eres tú sin mi cariño”, de Niche. 

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Como él lo dice en Mujeres, “lo que no existe lo inventamos por ustedes”, así que el mundo tuvo que crear un término para definir su forma de componer: “arjonismos” o “arjonadas” ya son palabras para referirse a las recetas ya conocidas que usa para escribir canciones. Arjona ya está en el "top of mind" cuando pensamos en exceso de figuras retóricas o ínfulas de poesía. "No sé quién nos hizo ese favor, tuvo que ser Dios", como él mismo lo dice. 

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Hay que reconocer que Arjona ganó: después de todo, su poesía fácil sí logró una contribución al lenguaje. Pocos artistas pueden darse el lujo de de decir que tienen una palabra en su honor para describir su estilo en la música. Podrá haber muchos arjonismos, pero solo un Arjona para representarlas a todos. 

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