Es tradicional que para estas fechas el ex presidente de los Estados Unidos de América publique el listado de sus canciones favoritas del año que termina. Desde que llegó a la política norteamericana se sabe que Barack Obama, egresado de la Escuela de Derecho de Harvard, es apasionado por la música que pegó fuerte en las emisoras y plataformas digitales. El 2019 no podía ser la excepción y en el año en que el rap fue el rey en Estados Unidos, el exmandatario nos da una lista diversa en la que sorprenden un par de canciones en español. El listado es integrado por varios actos mainstream como Beyonce, Frank Ocean, Travis Scott, Ozuna, Lizzo y The Black Keys. En cuanto a cine y televisión hay un listado de más de 15 títulos. Lo maravilloso y sorprendente es encontrar una película colombiana: Pájaros de verano. El listado de libros es el más amplio de todos dejando ver el amor de Obama por la literatura universal. Recomendado: J Balvin hace historia en Coachella 2019 #LaMúsicaNosUne
Juanes es parte fundamental de la historia de la música colombiana y fue uno de los artistas solistas en abrirles la puerta a sus colegas en el universo musical internacional. Nació en 1972 y desde 1987 está activo en la industria; primero como líder de la banda de metal Ekhymosis y después como estrella del pop solista. Son de 32 años de carrera artística, más de 8 giras mundiales, 7 álbumes de estudio y más de 500 premios, entre los que se destacan 23 Latin Grammy y dos Grammy Anglo. Juanes no solo es intérprete, también ha participado en causas sociales y liderado campañas benéficas que seguro usted recuerda. Por eso, la Academia latina de la grabación decidió nombrarlo Persona del Año por su aporte a la industria latina e impacto social. El galardón que representa este homenaje le fue entregado en Las Vegas en una velada musical y especial que se realizó un día antes de los premios Latin Grammy. Allí se reunieron varios integrantes de la industria musical para ser parte de este histórico homenaje. De igual forma, la Academia invitó a varios colegas de Juanes a realizar covers y versiones nuevas de las canciones más famosas del paisa. Miren esto. Yerbatero, interpretado por Sofia Carson Rosalía cantó el clásico Es por ti A Dios le pido en la versión del maestro Juan Luis Guerra Alessia Cara cantó la nominada a Grabación del año Querer mejor La paga en la voz de la chilena Mon Laferte En este video vea Draco Rosa, Morat, Fito Paéz y Jesse & Joy y Fonseca cantando otras canciones de Juanes La jornada finalizó con Juanes cantando No creo en el jamás, Gotas de agua dulce y Seek & Destroy, original de Metallica. Recordemos el show especial de Juanes para los 25 años de Rock Al Parque #LaMúsicaNosUne
A propósito del lanzamiento de su libro El trap, filosofía millennial para la crisis en España, tuvimos una extensa charla con el filósofo español Ernesto Castro sobre los debates que más dolores de cabeza han generado al periodismo musical: apropiación cultural, crisis económica, Rosalía, precarización laboral, la latinización de España y el origen racista del término "urbano" en la música. Por Fabián Páez López @Davidchaka España es uno de los países de habla hispana en los que se instaló con más fuerza el trap, sea como palabra de moda, como fenómeno social o como estilo musical derivado del rap. Fue tal su incidencia que, en cierto punto, cuenta Ernesto Castro en su libro, El trap, filosofía millennial para la crisis en España, terminó por convertirse en una denominación aplicable casi “a todo aquello que no sea música clásica”. Su uso se volvió tan confuso y problemático como la mala costumbre de hablar de un "género urbano". Término hoy extendido, pero cuyo origen es claramente clasista y racista. Desde luego, en su uso común, los significados de las palabras mutan. El dembow, por ejemplo, un ritmo nacido en Jamaica que hoy es la base del reggaetón y que han embutido EN-CASI-TODAS las recientes canciones mainstream en Latinoamérica, nació como una categoría evidentemente homófoba. Dem viene de ‘them’, ellos, y bow significa ‘arqueado’, que se refiere a gay. Hoy se puede decir que con la existencia hasta de reggaetón lesbofeminista, el terminó se resignificó por completo. Pero, a diferencia del dembow, en el mundo de habla hispana la pregunta ‘¿qué es el trap?’ sigue sin arrojar tantas luces. ¿Tiene que ver solo con un modo particular de producir música? ¿Se puede exportar el término patentado por el rapero norteamericano T.I.? ¿Qué nos dice la estética de los artistas de trap, los tatuajes, las uñas largas o el deliberado descuido de la ortografía? Pocas veces se han analizado con tanta lucidez esas preguntas como lo hizo Ernesto Castro, doctor en filosofía madrileño quien se metió de cabeza en la tarea de estudiar el fenómeno trap en España y su conexión con la crisis económica. A propósito del lanzamiento de su libro El trap, filosofía millennial para la crisis en España, tuvimos una extensa charla sobre apropiación cultural, crisis social, Rosalía, precarización laboral, la latinización de España y el origen del término urbano en la música. Los debates más calientes por estos días en el mundillo de la música. (El libro salió el 9 de septiembre y desde noviembre empezará a distribuirse en Latinoamérica. Pueden esperar a que llegue, lo pueden adquirir a través de Amazon o encargarlo aquí, a través de la editorial) En Colombia hay una crítica elitista hacia el reggaetón y el origen de sus intérpretes, y creo que en el trap el debate pasa por lo mismo. En el primer apartado de su libro habla de la "trapofobia"; ¿pasa lo mismo en España con el trap, incluso siendo uno de los géneros más populares? En España estamos en un contexto post elitista, en el sentido de que todas las teorías snob o hipsters que consideraban que la música popular latinoamericana era inferior al pop estadounidense o europeo han sido desbancadas desde 2013, cuando se publicaron los libros fundamentales como el de Víctor Lenore que reivindicaban el reggaetón, el electrolatino e incluso la rumba. En España ha habido una revisión de las versiones más pop del flamenco. De tal forma que mi libro, más que combatir el hipsterismo de los que consideran que el trap no es importante, ya parte de ese estado de la cuestión. No entro a elogiar la música popular porque sea popular, sino que intento comprenderla. Mi enfoque no es ni apologético ni vituperador. ¿El consumo de trap se ha tomado como un gusto culposo por una cuestión de clase? En España se ha abusado de Pierre Bourdieu [sociólogo francés que estudió la relación entre gusto y clase social] hasta tal punto que muchos críticos terminan reduciendo la estética a política o a sociología. Creo que hay una autonomía de la estética y en mi libro analizo ciertos fenómenos desde el punto de vista puramente estético. Eso sí, entendiendo que hay una conexión de fondo, que es filosófica, entre el campo de la política, la sociología, la economía y la música. Pero reconociendo la autonomía de cada uno de estos campos. Por otro lado, se ha producido una transformación tal de la sociedad española que, lejos de haber una pretensión de distinción de las clases medias, lo que hay es un intento de mimesis, de identificación y hasta cierto punto apropiación de la cultura de la clase baja por parte de la clase media y alta. De ahí que la mayor parte de los debates culturales en España, igual que en Estados Unidos, hayan pasado del elitismo o el esnobismo al de la apropiación cultural. Es normal que cuando las clases medias quieren parecerse, en lugar de distinguirse, de las clases bajas, el debate ya no sea tanto de lo snob o lo elitistas que quieren ser, sino de la apropiación que están realizando sobre fenómenos culturales que no les pertenecen. Insisto, ese enfoque bourdiano es más propio de una generación previa que sí que veía a la cultura popular, especialmente a la latina, con malos ojos. No es el caso de la gente de mi edad, ni mucho menos mi caso. ¿Cuáles son los límites o las características de ese concepto de apropiación cultural? En España el debate se produjo con motivo de la irrupción de Rosalía con su disco El mal querer. Cuando salió Malamente, con su videoclip producido por Canada (productora de Barcelona), se habló mucho de apropiación cultural. Sobre todo, de la instrumentalización kitsch y folk de determinados rasgos de la cultura española. Porque en España, aunque sea un país europeo, en el año 2013, cuando se produjo la crisis económica, que todavía seguimos viviendo, llegamos a un 55% de desempleo, que es mi punto de partida sociológico. Por ese motivo hablo del trap como la metamúsica de la crisis. El concepto lo acuño para referirme a aquello que trasciende la música, a pesar de partir de ella. Igual que la metapolítica involucra elementos culturales, hegemónicos, imperiales, a pesar de partir de elementos políticos e ideológicos. Del mismo modo, se podría decir que la apropiación cultural es un fenómeno metamusical o metapolítico, en el que una clase social agencia fenómenos culturales que no le pertenecen. Esto ha sido objeto de muchos debates, en el caso español, en relación con la cultura gitana. Los gitanos han sido objetivamente perseguidos. Algo similar a lo que, supongo, habrán sido los indígenas en América Latina. Hay mucho debate sobre hasta qué punto es apropiación cultural, hasta qué punto es expropiación cultural, cuál es la diferencia entre apreciar culturalmente algo y apropiarse culturalmente de ello. En general, el enfoque que yo asumo distingue entre dos planos. Una cosa es lo que hace el artista. Todo artista parte de elementos culturales previos: ‘ex nihilo nihil fit’ (de la nada, nada sale), decían los escolásticos. Entonces, desde un punto de vista individualista, del artista creador, pues sin apropiación no hay arte y es verdad ese dicho según el cual el mediocre plagia y el genio roba. Por otro lado, desde un punto de vista colectivista, o económico-social, descubrimos que no todas las clases se apropian igualmente o con los mismos réditos económicos que las otras. Una cosa es la apropiación cultural o la apropiación artística ejercida por los individuos y otra cosa es la apropiación cultural entendida desde un punto de vista colectivo, donde no es responsable tanto el artista, cuanto su público, o la industria, que es la que sistemáticamente privilegia a artistas con una determinada etnia, ideología, etc. El problema de la apropiación cultural no es tanto que Rosalía utilice la cultura gitana, sino que el público español prefiera sistemáticamente a los españoles frente a los gitanos. Al trap se le menciona hoy como un género en muchos países, pero los contextos de su surgimiento, creo, han sido diferentes. En Colombia, por ejemplo, ha entrado por dos vías aparentemente distantes en cuanto a sus condiciones de producción (sociológicas) dentro de la industria: los que hacían reggaetón y los que hacían rap. En España parece que emergió, de entrada, una movida de trap. ¿Cuáles eran entonces las condiciones de producción de los traperos en España y cómo han cambiado desde su masificación? El trap empieza en España a despuntar en 2013, aproximadamente. En Granada se fundó el colectivo Kefta Boys y en Barcelona el colectivo P.A.W.N. Gang. De la fusión de esos dos grupos, junto con un tercero de Madrid, que se llama Corredores del bloque, surge Pxxr Gvng, la clica de los pobres, donde están Steve Lean, Kaydy Cain, Khaled y Yung Beef. Ellos son los que dan el pelotazo y publican un primer disco con Sony, que ellos consideran un troleo, Los pobres. Disco que se publica en otoño de 2015 generando un revuelo cultural y provocando una transformación del panorama urbano. En España el rap se había quedado anclado en el tipo de rap político comprometido de los 90. Yo aplico la expresión 'rap virtuoso' para referirme a un tipo de rap que se convierte en normativo y mainstream en España. Tiene tres características: un virtuosismo lírico donde los raperos prefieren mostrarse como escritores y mostrar sus referencias literarias u políticas; un virtuosismo ético político en el que todos los raperos deben ser de izquierda, o por lo menos no parecer de derecha; y, por último, un virtuosismo etimológico: virtud proviene del latín ‘vir’, que significa varón. Entonces, el trap, con unas condiciones de producción, principalmente en Internet, rompe con esas tres formas de virtud. Ya no se pretende abogar por una ideología explícitamente de izquierdas, no se pretende que los cantantes o vocalistas sean poetas y tampoco es necesario que sean hombres. El trap, a diferencia del rap en España, hizo que una gran hornada de cantantes o artistas urbanas lleguen a la primera plana, como La Zowi, Bad Gyal, o Rosalía, que, no siendo trapera, sí que forma parte de este contexto de música urbana. Evidentemente, desde 2015 hasta ahora, han cambiado mucho las condiciones de producción que tú señalabas. Aunque yo diría que hay dos generaciones de traperos. La primera comienza en YouTube y tiene oportunidad de firmar con un sello, como Pxxr Gvng, C. Tangana, Rosalía, Don Patricio o Bad Gyal. Luego están los de más adelante, a partir de 2016, que, si bien tienen una presencia en las redes sociales, lo pasan bastante crudo para profesionalizarse y vivir del asunto. En España hay una docena, como mucho, de traperos o artistas urbanos que ahora pueden comer y vivir de su música, y digamos unos 50 artistas urbanos más, que están en condiciones de semiprofesionalidad. Si sacan un buen disco o un buen tema pueden vivir un mes o más del asunto, pero luego tienen que buscar otra cosa para no morir de hambre. El horizonte político en géneros como el rap era mucho más literal en sus letras, estética, símbolos, etc. Pero, ¿a través de qué signos identifica ese componente político que no se hace explícito en el trap? Para mí uno de los temas centrales son aquellos rasgos que yo denomino impolíticos. Esta es una categoría acuñada por el filósofo italiano Roberto Esposito, quien afirma que más allá de lo apolítico, que sería la negación de la política, estaría lo impolítico, que es su negativo. Es decir, aquellos elementos de la sociedad que, no siendo políticos en el presente, pueden ser politizables. Un elemento estético que puede ser politizado en el futuro son los tatuajes en la cara, o las uñas largas en el caso de las mujeres. Los tatuajes en la cara y las uñas largas, a mi juicio, son un signo de que los artistas han quemado las naves y han atravesado el punto de no retorno a partir del cual ya no pueden o no quieren volver al precariado de trabajar en supermercados, para grandes compañías digitales, call centers o este tipo de trabajos precarios del presente. Cuando las trap queens se ponen las uñas postizas largas están, de alguna forma, explicitando que ellas ya no tienen que dedicarse a un trabajo manual. Siendo la división entre el trabajo manual y el trabajo intelectual la base o el fundamento de la división de clases según algunos teóricos marxistas. Y en el caso de los traperos pasa algo muy parecido con los tatuajes en la cara. Un tatuaje en la cara te inhabilita para trabajar en puestos de asistencia al público. Prácticamente ninguna empresa contrata a alguien que tenga un tatuaje en la cara de lo que sea. En ese sentido, es una especie de apuesta por el deseo aspiracional de escapar a la clase baja precaria del presente. Es un rasgo que, no siendo estrictamente musical, está muy vinculado con la música, porque se hace mucho hincapié en ello, pero rebasa el campo de lo estrictamente artístico-cultural para entrar en una dimensión impolítica. ¿Cuál es el contexto de crisis en el cual emerge como fenómeno masivo el trap en España? En España hemos tenido una década perdida. Íñigo Errejón, que era el segundo a bordo de Podemos [partido político de izquierda en España], solía decir que en España teníamos dos alternativas: o bien nos latinoamericanizabamos, en el sentido que aprendíamos de las enseñanzas y los errores de cierta izquierda bolivariana en Latinoamérica; o bien nos latinoamericanizaban, en el sentido de que nos aplicarían ajustes neoliberales estructurales similares a los que aplicaron a ustedes en los 80, 90, prácticamente hasta el presente. Yo creo que en España se produjo una latinoamericanización muy bestia, tanto de la música y la cultura como de la sociedad, que empieza hacia 2009 o 2010, años en los que llega la crisis. Una crisis que primero tiene un componente económico, pero que alcanza rápidamente una dimensión política con la aparición del 15 M, Podemos y, en los últimos años, con el conflicto en relación a Cataluña, que es un conflicto que ha propiciado la aparición de una extrema derecha como no había en España desde la época de Franco, con el partido Vox. El asunto es el siguiente. En 2013, cuando emerge el trap con un grupo que se llama “Los pobres” y que tiene alguna canción en la que dice que están “cantando y haciendo música porque no hay trabajo”, pues, esa conexión era evidente para cualquiera que estuviera en España. Yo empiezo a escuchar trap porque en ese año yo estoy en paro. Y he podido hacer este libro porque me encuentro en paro, di clases en la universidad durante los últimos cuatro años, entre 2015 y 2019, pero se me acabó mi contrato y he ido a la calle. Resulta muy difícil explicar para alguien que no ha vivido esta crisis, que es una crisis europea. Es decir, en España hay un porcentaje de paro muy alto. Hay una pobreza infantil rampante, pero sigue estando en unas condiciones del estado de bienestar europeo en el que, más que haber una pobreza objetiva, hay una pobreza subjetiva en relación a las expectativas que teníamos nosotros en relación a ser la clase más formada en España de toda su historia, los que finalmente nos íbamos a incorporar a Europa en igualdad de condiciones. Eso es lo que yo diría, que en España lo que hay es una crisis objetiva, desde el punto de vista económico y social, pero también subjetiva, y que resulta muy difícil de transmitir. Lo que intento en el libro de alguna forma es concretar esos elementos objetivos que permiten asociar el trap con la crisis. Va saliendo cada poco, lo quiera o no. Surge por ejemplo que Pedro Ladroga, un trapero sevillano, tiene un disco que se llama While u Work I Make Music (Mientras tu trabajas, yo hago música). Y así vas encontrando canciones sobre los desahucios, o sobre eventos políticos. Casi es una tesis indiscutible, es algo obvio y de cajón, perfectamente analizable que, igual que el rap o la música negra en Estados Unidos, parte de una exclusión social que resulta muy difícil de verbalizar si uno no ha vivido esas condiciones. De hecho, yo establezco ese paralelismo: si según Public Enemy el rap fue la CNN de los negros en los 80, el trap en España fue laSexta [canal de TV español] para la generación de los millenials precarizados en nuestro país. En Colombia, creo, ocurre una especie de blanqueamiento del trap y, desde antes, del reggaetón. Los artistas pop o baladistas con capitales acumulados, al ver el ascenso del reggaetón o el trap, recurren al uso del dembow o a las formas de producción del trap, pero limpiándole las letras, limpiándole el pasado. ¿Ocurre lo mismo en España? Hay artistas que han aparecido en los últimos años de lo que yo denomino post trap, que sí que es cierto que ya no tienen esa suciedad, ese realismo sucio que se veía, por ejemplo, en Pxxr Gvng. Yo analizo en un momento del libro la estética de la pobreza audiovisual de Pxxr Gvng. Es una producción rápida, sucia, muy callejera. Esos videoclips tienen muchas reproducciones en YouTube que son espontaneas, a pesar de ser realismo sucio. Lo que nos encontramos a partir de 2016 es una serie de artistas mucho más aburguesados, de clase media; videoclips más currados en el sentido de que todo está perfecto. Y ahí ha cumplido un papel importantísimo la productora que he mencionado previamente, Canada, la que se encargó de hacer los últimos videoclips de Bad Gyal, los más sonados de Rosalía y también los de Agorazein, el grupo de C. Tangana. Ha habido una ostentación audiovisual que no se corresponde al registro original del trap. Y esto se ha visto muy bien en un artista que para mí es la representación de la decadencia de la clase media en España, Don Patricio, del grupo Locoplaya. Es un cantante muy blanco en el sentido de que sus letras no tienen ningún tipo de exabrupto, de palabras malsonantes que le impidan estar en las principales radios del país. De tal forma que, en muy poco tiempo, desde la publicación de su disco La dura vida del rapero, hemos visto cómo este hombre se convirtió en la gran esperanza de la música urbana en España, siendo un personaje de la clase media alta canaria, cuya producción musical es bastante mainstream y no tiene la frescura o la riqueza de Pxxr Gvng y su envolvimiento callejero. Efectivamente, lo que tú has dicho va a misa. Es completamente cierto que en los últimos años se ha producido un blanqueamiento de la escena urbana en España. Detrás de eso también está el uso de la categoría 'urbano', que, en últimas, agrupa en un mismo saco a muchos tipos de música por su supuesto lugar de origen. En realidad, no se sabe bien qué es. Se usa la categoría de “pop urbano”, por ejemplo, para que los artistas pop puedan subirse a la ola sin untarse de la carga histórica del reggaetón. ¿Cómo solucionas en el libro esa ambigüedad del término “urbano”? En España sí que es cierto que la búsqueda del mainstream fue de la mano de fingir que los españoles somos latinos. Y pues, hombre, en un sentido etimológico del término, sí. El castellano proviene del latín. Y aunque el latín refiere a Lazio, en Italia, pues las lenguas romances, en principio, son latinas. Pero más allá de esa broma se podía decir que, efectivamente, en España, el intento de convertir el trap en el género supremo se dio de la mano de intentar convertir a C. Tangana o a Rosalía en figuras latinas. C. Tangana, a partir de 2017, una vez que publica su disco Ídolo, empieza a aparecer en los videoclips con un bigotito medio chicano y con unas gafas de sol como si fuera mafioso de un cartel. De tal forma que en sus colaboraciones con Becky G y recientemente con Paloma Mami, pues ha hecho una especie de exhibición de latinismo que no se corresponde a su condición de madrileño nacido en Madrid. Y algo parecido sucedió con Rosalía, que cuando dio el discurso de recepción del premio MTV se reivindicaba como parte de la cultura latina a pesar de que el flamenco no tendría que estar dentro de ese registro. Entonces, el trap en España ha buscado mimetizarse con la música latina sabiendo de la importancia que estaba teniendo a nivel internacional, y en buena medida la pretensión de artistas como C. Tangana y Rosalía es convertirse en el equivalente europeo a una Becky G o a un J Balvin. Yo creo que están bastante por detrás de esas figuras internacionales que tienen mucha más importancia y es merecido que la tengan porque, al fin y al cabo, estamos hablando de sonidos como el reggaetón o el dancehall, que provienen todos del caribe o del área de influencia caribeña. España realmente está bastante lejos. Ahí sí podría hablarse de apropiación cultural, cuando C. Tangana fue a Santo Domingo a hacer un dembow, o cuando ha ido recientemente a Cuba a hacer son. En buena medida, ha habido un blanqueamiento en el sentido de que son gente de clase media los que han empezado a hacer ese tipo de música, pero también ha habido un intento de apropiación de la cultura latinoamericana o caribeña con artistas como Bad Gyal, C. Tangana o Rosalía. La categoría de música urbana es problemática por varios motivos. En primer lugar, porque fue acuñada por Frankie Crocker, un locutor de radio de los años 70, justamente, para blanquear una serie de géneros que provienen de la música negra. Si trap es un término inapropiado porque termina metiendo bajo esa categoría un montón de música que no habla de drogas, siendo el trap en principio la música de las trap houses, de la casa de la droga o de la trampa, en el caso de la música urbana nos encontramos con ese mismo problema de encubrimiento, o de apropiación, o de blanqueamiento. Porque, insisto, música urbana es una categoría acuñada principalmente para no llamar al soul, al jazz o al R&B música negra. Por otro lado, no todo el trap que se hace en España o fuera de España proviene de las urbes. No es música urbana en ese sentido, sino que puede haber perfectamente agrotrap, o trap proveniente de lo rural, como es el caso en España de Boyanka Kostova y Damed Squad, un grupo gallego y otro catalán. Suelen utilizarse en el periodismo muchas frases cliché y sin profundidad sobre el lugar de Internet en todo esto. Cosas como que nos “interconectó” o “hizo todo más democrático”. ¿Cómo aborda el libro esa relación entre el trap y lo digital? Es esencial Internet. Sin eso no habría la rapidez para construir una escena. Pero algo que yo revelo al final del libro es que he procurado, como una especie de método a la hora de analizar esta movida, no ir a ningún concierto de trap. Porque entendía que lo gracioso e interesante del trap en España es que, frente a otras escenas, se puede analizar perfectamente desde el punto de vista digital. Era una suerte de privilegio elitista snob ir al Primavera Sound y gastarte los 100 o 200 euros que cuesta la entrada al festival. Frente a los críticos musicales que se las dan de entradillos porque pasan al backstage y están esnifando cocaína con los artistas en la trastienda del concierto, yo sostenía que, desde mi casa, manteniendo una vida abstemia, podía perfectamente analizar y comprender la realidad mejor que ellos. El trap, lo dice el crítico español Victor Lenore, suena mejor en casa que en directo, porque al final los directos son, en muchas ocasiones, puro karaoke, o un autotune salvaje. Es una música intimista, tiene una dimensión depresiva; sobre todo las más nostálgicas y melancólicas. A mi juicio es una música de interiores, más que de exteriores, más de lo privado que de lo público. Y efectivamente esto no hubiera alcanzado esa dimensión sin Internet. Tampoco hubiera alcanzado esta dimensión sin la viralización de los medios de comunicación. Ahora mismo se habla mucho de las fake news y de cómo el periodismo de información se ha corrompido en todo el mundo. Pero también hay que analizar cómo se ha corrompido igualmente el periodismo de opinión y el periodismo cultural, que ha quedado reducido a la condición de puro clickbait. Como lo has dicho, los periodistas lo que hacen es acudir a topicazos; a reducir las entrevistas a frases ingeniosas (a veces inventadas) para que la gente le dé clic y pueda calzarle la publicidad de turno. Si no existieran en España medios de comunicación ávidos de clics como eran Playground, Vice y otros similares, pues no hubiera existido esa viralización del trap. Estos medios de comunicación, que dejaron de ser medios musicales para convertirse en medios generalistas hacia el 2012, siguiendo el modelo del Huffington Post, se agarraron al trap como una tabla de salvación, entendiendo que, a través de ese clickbait, podían recibir un puñado de clics por parte de los millenials ¿Qué tanto está asociado el trap en España con las condiciones sociopolíticas en otros contextos, por ejemplo, cómo explicar la emergencia global de un tipo como Bad Bunny? Conozco lo que más llega acá, que es la escena de Puerto Rico, donde hubo una transformación. Muchos productores de reggaetón se pasaron al trap, mientras en España pasó a la inversa. Muchos de los traperos originarios abandonaron el trap hacia 2016 para entregarse a la salsa o el reggaetón: músicas más bailables, menos agresivas y vinculadas con el tráfico de drogas. Evidentemente, Bad Bunny ha pegado. Además, fue reivindicado por cierta izquierda por su compromiso en las movilizaciones puertorriqueñas. En España, al fin y al cabo, la legitimación ideológica es muy importante. Tenemos una clase cultural hegemónica que sí que valora los posicionamientos discursivos y, en relación a un rap tan virtuoso como el que teníamos en la década previa, resultaba crucial que alguien como Bad Bunny, además de hacer esas canciones, tuviera compromiso político. A mi juicio, más que ser Puerto Rico el país punta de lanza del trap, yo lo situaría en el cono sur, seguramente en Argentina. Cuando uno mira los números de reproducciones de Duki o Paloma Mami ve que están a años luz de los demás latinos. Y creo que tiene que ver con esto que hemos dicho. Al fin y al cabo, Argentina está metida en una crisis muy salvaje. Es precisamente en esa rabia donde surge la música urbana más pura, la que tiene ese componente no político, sino impolítico.
El video de Yo x Ti, Tu x Mi de Rosalía en colaboración con Ozuna se estrenó el 15 de agosto en YouTube, pero hay un detalle del video que hasta ahora ha llamado la atención de Internet: uno de los atuendos que luce la cantante española, específicamente un pantalón, tiene una serpiente dibujada con la frase "Don't Thread on Me" (no me pistoees). Pero, como revelaron varios usuarios en redes, no se trata de una serpiente cualquiera. La serpiente corresponde la Bandera de Gadsen, creada en 1775 por Christopher Gadsen en la independencia de Estados Unidos. Este símbolo se lo ha apropiado el movimiento libertario para representar la opresión burocrática del Estado. El símbolo fue idea de Benjamin Franklin, quien consideraba la serpiente de cascabel "una buena imagen del humor y la conducta de América". Se ha convertido en uno de los favoritos del partido ultraconservador estadounidense Tea Party. También ha sido considerado un símbolo racista: en junio de 2014, los responsables de asesinato de 2 policías cubrieron sus cuerpos con la bandera de Gadsden. Ellos estaban vinculados a grupos supremacistas blancos. En ese mismo año, un hombre denunció que había sido víctima de ataques racistas por parte de un compañero de trabajo que usaba la bandera de Gadsden. Hasta el momento, la española no se ha pronunciado sobre el motivo de este símbolo o sus inclinaciones políticas. ¿Será que quería decir algo con su ropa o simplemente la pareció un diseño atractivo? No es la primera vez que la ropa de Rosalía causa polémica. Varias veces ha sido criticada por apropiarse de la cultura gitana, sin pertenecer a ella. Pop, flamenco y urbano: el controvertido remix de estilos de Rosalía
Rosalía, una de las artistas más importantes del momento en la escena musical, estará en Bogotá. La cita será el próximo 30 de noviembre en el Parque Simón Bolívar junto a Daddy Yankee, Sech, Mau y Ricky, Greeicy, Mike Bahia, Sebastian Yatra, Choquibtown, Trapical Minds, The Rude Boys, El Freaky, Jiggy Drama y Manuel Medrano, como parte del Festival Megaland. Las entradas VIP ya están disponibles en TuBoleta. La española se llevó 2 VMAS en la categorías de Mejor Video Latino y Mejor coreografía en agosto pasado. Recientemente lanzó el sencillo Yo x Ti, Tu x Mi, en colaboración con Ozuna. Pop, flamenco y urbano: el controvertido remix de estilos de Rosalía Por su parte, Daddy Yankee también estará en Bogotá el próximo 3 de octubre, en la Movistar Arena de Bogotá.
Con su disco El mal querer, Rosalía se posicionó en la escena musical mundial. La mezcla de pop y sonidos urbanos con el flamenco tradicional es su sello, tanto en su música con en su estilo. Mientras para algunos esa unión es problemática, al apropiarse de una cultura que traicionalmente ha sido excluída y oprimida como la gitana, otros aplauden que haya llevado el flamenco a personas que difícilmente se habrían acercado a él. ¿Todo vale para mantener la tradición? Por: Adela Cardona // @adelacp Dicen que para mantener la tradición hay que traicionarla, re-inventarla para perpetuarla . Esto hace en su trabajo la cantante y performer Rosalía: viste el flamenco de calle para solaparlo, para colarlo en nuestros oídos acostumbrados a los sonidos indistintos de centenas de estrellas pop. Ella usa el flamenco para diferenciarse y, al hacerlo, lo re-presenta ante generaciones que lo habían despreciado o, peor aún, ignorado su existencia. Rosalía agarra retazos del flamenco andaluz de raíces gitanas; del pop, como en el caso de Cry Me a River de Justin Timberlake; y la música electrónica para crear un sonido único. Su voz tiene un quejido desgarrador que recuerda a la cantante Concha Buika y su sonido mezcla elementos clásicos del flamenco (palmas, guitarras y palos) con autotune, sonidos sintéticos, y el sampleo de su propia voz. Una mezcla digna de una joven hija su tiempo globalizado: fan de Beyonce, amante del flamenco y consciente de su raíces catalanas. No podía ser de otra manera, Rosalía se crió en Sant Esteve Sesrovires: un pueblo en el que creció rodeada de parques industriales que inspiraron su estética de motociclista. Pero también maduró escuchando a Justin Timberlake y respirando la cultura gitana en Cataluña. Una colcha de retazos, esta heterogeneidad que la hace única y se aprovecha de lo local para diferenciarse en lo global, se revela también en el vestuario y la dirección de arte de sus videos. En el video de Pienso en tu mirá, por ejemplo, aparece parada sobre una camioneta roja que lleva su nombre, portando unos pantalones anchos de gingham con tres boleros en el ruedo y candongas doradas. El gingham es una tela de algodón a cuadros, originaria de la India que entró a Inglaterra con las colonias, y se asocia con la domesticidad de los manteles de casa o la ingenuidad de Dorothy en el Mago de Oz. Los tres boleros al final de este pantalón y las candongas doradas son guiños flamencos. Y para entender la sutileza de este gesto con el que ella y sus estilistas tejen la moda urbana con la aflamencada es importante reconocer que el flamenco se ha asociado históricamente con el pueblo gitano, perseguido y estigmatizado; y que mucho de lo que se sabe de su vestuario histórico, según la escritora Susannah Worth, viene de narraciones y dibujos de extranjeros, cuya mirada los exotizaba. En estos, las gitanas, y algunas veces las majas, son descritas y vistas usando faldas que –si bien se acoplaban a las siluetas de cada tiempo–conservaban varios boleros. Pero Rosalía no es gitana, Rosalía se viste a la gitana, Rosalía canta y mueve las palmas, baila y compone con elementos gitanos. Se lo permite porque, como dijo en una entrevista, “en Cataluña, la cultura andaluza se respira en cada esquina”. Creció con ella y, al haber estudiado con Vizcaya, cantaor y profesor de cante flamenco, conoce su historia, su tradición como expresión de desplazamiento y opresión. La apasiona y usa sus palos, sus elementos de vestuario, sus pasos, los usa como un factor para crear música que transmita emociones auténticas a través de ella como medio. Es una mujer que ha sido enfática en que “la música no tiene dueño”. Una frase polémica en un mundo en el que abundan las acusaciones sobre apropiación cultural, como la hecha recientemente a Carolina Herrera por usar bordados mexicanos. En este contexto, Rosalía se adueña de la estética flamenca sin ningún reparo, la combina, la transforma. No hace un uso literal del vestido gitano, lo cual lo hace aflamencado. En ella hay detalles flamencos presentes, por ejemplo, siempre en sus accesorios. Ella usa libremente aquellos con los que fueron descritas gitanas como aretes o candongas grandes de metal, oro y plata; collares de coral, ámbar y cuentas de vidrio, brazaletes y medallones. Es obvio que los anillos grandes posados en dedos con uñas largas y las candongas son infaltables en su estilismo, así los use –como en su video Malamente– con un conjunto rosado de crop top y minifalda muy pop, diseñado por la española María Escoté. Pero así como no usa los palos de 12 tiempos, tampoco se viste con una falda de bolero gitana, esta falda se raja,se parte en dos para volverse el pantalón sirena con boleros de Pienso en tu mirá. Pantalón que se combina con una sudadera roja con cremallera, a lo Juicy Couture, marca popular en los 2000 entre las estrellas pop por sus sudaderas que también usa en el video de Malamente. Juicy Couture remite a la actriz, cantante e influenciadora Paris Hilton; a la diseñadora y estrella de reality TV Kimora Lee Simons; a Britney Spears y, recientemente, a las Kardashian. Y es que Rosalía creció con ellas como referentes, escuchando el pop de los 2000. No es sorprendente, entonces, que use prendas de la estética athleisure, que se caracteriza por elevar los elementos deportivos y llevarlos tanto a la pasarela como al uso diario: sudaderas con crop tops, leggins y brassiers de gimnasio con una chaqueta de denim para salir a la calle. Prendas que son el core de su segunda colección con la marca de pronta moda Pull & Bear. Este lanzamiento se aprovecha de un estilo que hizo obvio en su video junto al reggeatonero J Balvin, Con altura. En él, la primera escena es una referencia a Britney en Hit Me Baby One More Time con los pompones que se posan sobre dos colas de infantiles. El traje de dos piezas rojas con llamas en el escote recuerda también a Britney en Ooops..I Did It Again. Y su look final de leggings con el logo enorme de la marca Louis Vuitton, es un guiño a la logomania de los años 2000. Rosalía se inspiró en Britney Spears en estos momentos de 'Con altura' Pull & Bear, un retailer cuyo target son los jóvenes ávidos de cambio, entendió que Rosalía es una marca y que su look es vendible. Pero omitió en esta segunda colección lo que la hace distinta de todas las demás estrellas pop, precisamente su uso de lo flamenco. En la página de la marca se pueden ver mini faldas de gingham, monos, sudaderas, tops, plataformas dosmileras. Todo muy pop, todo muy deportivo. Nada muy aflamencado. Prefirieron resaltar la fuerte influencia que tiene de la ropa de la calle, de los polígonos de su pueblo. Así como también de los chicanos y estadounidenses, cuyo estilo fue popularizado entre otros por basquetbolistas como Allen Iverson y Michael Jordan, y luego por exponentes del hip hop, para terminar en los recientementes usos en el reggaetón y el trap como los que le dan J Balvin y Bad Bunny. Pero Rosalía no es solo eso. De hecho, su éxito ha estado en que ha logrado remezclar lo local, lo que para el mundo es exótico, con lo mainstream. Y no hay lugar donde se note más su herencia española y europea que en el video de De aquí no sales: empezando por el paisaje de molinos quijotescos y su versión de la pintura de la Ofelia de Millais que es, al tiempo, un lago de flores y un cementerio de motores. En estas escenas, aparece con trajes de cremallera con boleros flamencos que van desde sus hombros hasta el suelo y un corte de capucha que recuerda al Balenciaga del diseñador Gvasalia; así mismo, usa blusas con hombros descubiertos y mangas anchas. Vestuario aflamencado que contrasta con el de calle que manifiesta con un crop top y unos pantalones de motociclista con los que baila en pasos fuertes y salvajes con una pandilla femenina que se ha vuelto insignia de sus vídeos y presentaciones. Entre algunos de los diseñadores españoles autores de los estilos este video se cuentan Palomo Spain, María Escoté y María Ke Fisherman. Palomo además la ha vestido para varias presentaciones con vestidos con flecos blancos o tutús de encaje rojo con flores y Escoté la ha vestido en alfombras rojas. No es un secreto que la joven creadora apoya el talento local. Y quizás esto es lo que cree hacer al usar la música y vestuario aflamencado al lado de otras expresiones culturales. Pero cabe preguntarse al entender que esta es una gran parte de de su explosiva receta: ¿es su manera de usar el flamenco irrespetuosa?, ¿dónde está la línea entre la apropiación y el homenaje?, ¿habló Rosalía con representantes del pueblo gitano actual para la realización de su disco El mal querer?, ¿debería esto haber sido una co-creación gitana? Estas son preguntas que quedan rondando al ver el collage que es Rosalía en el que predomina lo flamenco pero no la define. Ella lo desbarata por las costuras y re-armar. Lo hace con el flamenco, pero también los géneros urbanos que la han influenciado. Algo innegable, en medio de este debate, es que la música aflamencada de Rosalía ha llevado el flamenco a los oídos de generaciones y lugares que de otra manera jamás lo hubiesen conocido. ¿Vale la pena traicionar la tradición para perpetuarla y masificarla? Entre las motos que reemplazan palmas y los pantalones de boleros que sustituyen faldas, Rosalía parece querer decirnos que sí.
Muchos cantantes dicen que sus padres estuvieron a punto de un paro cardíaco cuando ellos les confesaron que su proyecto de vida era dedicarse a escribir canciones y ofrecer conciertos. Por fortuna, ese no fue el caso de Rosalía, la cantante española que está gozando de una popularidad arrolladora gracias al éxito de su álbum debut Malamente por el que recibió dos premios Latin Grammy. Desde los siete años Rosalia empezó a cantar empíricamente, a los 10 empezó a tomar clases particulares y después se inscribió en la Escuela Superior de Música de Cataluña, allí recibió clases personalizadas del Chiqui de la línea, todo un experto en el género y la cultura flamenca. Este fue el primer video de Karol G en Youtube En su cuenta de Youtube se puede ver cómo antes de alcanzar la fama practicaba frente a la cámara web de su computadora, mientras interpreta canciones para sus amigos. En este video de 2015 podemos apreciar a la artista interpretando el tema Thinkin bout you del estadounidense Frank Ocean. Este video en unos años será una joya de internet, seguramente La Rosalía no ha visto que aún existe en su canal oficial de Youtube. A los 15 años se presentó a un programa de talentos español llamado Tú sí que vales, donde no fue aceptada por su poca presencia escénica. De ese año también se conoce este video en el que su habilidad interpretativa es maravillosa y cautivante. Para 2019 Rosalía tiene la canción en español con más views y streams titulada Con Altura, una canción en la que mezcla su cultura flamenca, con el reggaetón y el dembow. En el tema participa el colombiano J Balvin. #LaMúsicaNosUne
No cabe duda de que Rosalía es una de nuestras artistas favoritas hoy. Tras presentarnos su video Aute Cuture, hoy nos muestra una lista de reproducción creada por ella para el "mal de amores". Esta lista de reproducción cuenta con 16 canciones de artistas como Frank Ocean, Bad Bunny, Caetano Veloso, Jowell y Randy, entre otros. Así reaccionaron sus fans:
Aunque no está incluido en su disco El mal querer, varios fans ya conocían la canción Aute Cuture, pues Rosalía la ha cantado en varios de sus shows en vivo. Hoy la española presentó el videoclip de este sencillo en el que las uñas exageradas y escandalosas son protagonistas. En el primer 'teaser' del video, lanzado el 28 de mayo, veíamos a una persona con unas uñas muy largas contando su historia, en inglés con subtítulos: "En el negocio de la belleza, las cosas no siempre son lo que parecen. La prueba de ello eran las chicas de Aute Cuture, una banda de manicuristas ambulantes. Pasaron por este pueblo y se dice que las uñas que esculpían tenían poderes". "La Rosalía" nos presenta un video dinámico, vistoso con muchas coreografías y estilos muy arriesgados. Esto sumado a una buena dosis de poder femenino, con la frase "Todas las niñas tenemos tumbao" El lanzamiento se da en la misma semana que Con altura, de Rosalía junto a El Guincho y J Balvin, es anunciada como uan de las mejroes canciones de lo que va de 2019 según TIME.
Rosalía presentó Con altura, su más reciente video junto a J Balvin y El Guincho. El video fue uno de los más comentados en redes y hubo un aspecto que notaron varios usuarios: algunos guiños de Rosalía a Britney Spears y Toxic. Aquí algunos de ellos: Ambos arrancan con un avión Y hay un teléfono blanco involucrado El peinado nos evocó a Baby One More Time. Y el traje rojo a Ooops I Did it Again Pero volvamos a Toxic. Aquí y en Con altura vemos azafatas con traje retro - futurista. Y también copas de champaña. Pero no es la primera vez. En Bagdad, también la vimos con un atuendo rojo muy a lo Britney. ¿Qué opinan? ¿Será coincidencia?
Nick y Aaron Carter: ídolos caídos es una docuserie en dos partes de Investigation Discovery que explora las vidas de los hermanos Nick y Aaron Carter, el primero conocido por su participación en lso Backstreet Boys. La serie se estrenará en Max con su primera parte el 27 de mayo y la segunda el 28 de mayo. Además, estará disponible en Discovery a partir del 7 de junio a las 22:00 hs (Colombia) en un formato de cuatro episodios de una hora, con el estreno de un capítulo cada semana.¿De qué trata Nick y Aaron Carter: ídolos caídos?Desde su meteórica fama a finales de los años 90 y principios de los 2000 hasta los conflictos que los llevaron a los titulares en años recientes, la docuserie revela la tensa dinámica familiar de los Carter y un lado no tan conocido de su ascenso a la fama. Nick y Aaron Carter: ídolos caídos examina las acusaciones de abuso sexual contra Nick Carter, realizadas por tres mujeres, mientras aborda las luchas de Aaron Carter con la salud mental, el abuso de sustancias y la ruptura entre los hermanos tras el apoyo de Aaron a las denunciantes de Nick.En 2017, Nick Carter fue acusado de abuso sexual por Melissa Schuman, ex miembro del grupo musical femenino DREAM, mientras él y los Backstreet Boys estaban en la cúspide de su fama. En los años siguientes, otras mujeres, Ashley Repp y Shay Ruth, presentaron acusaciones similares. Durante este tiempo, Aaron Carter apoyó a quienes denunicaron a Nick, mientras lidiaba con sus propios problemas de adicción y salud mental, lo que llevó a una disputa pública entre los hermanos antes de la trágica muerte de Aaron en 2022. La serie profundiza en las acusaciones contra Nick y cómo se entrelazaron con la volátil relación entre los hermanos.La serie cuenta con entrevistas exclusivas a Melissa Schuman, Ashley Repp y Shay Ruth, quienes ofrecen perspectivas emotivas e impactantes sobre sus acusaciones contra Nick. Nick y Aaron Carter: ídolos caídos busca ofrecer una comprensión más profunda de las denuncias, y narrar la intensa reacción que las denunciantes han enfrentado desde que decidieron hablar públicamente, y el impacto duradero en sus vidas. La docuserie también incluye testimonios de un miembro de la familia Carter y amigos cercanos, como la ex novia de Nick, Kaya Jones, y la ex prometida de Aaron, Melanie Martin, brindando una mirada íntima a cómo la intensa fama y los conflictos provocaron una ruptura entre los hermanos.
Desde hace años en algunos conciertos en Colombia se vienen implementando los palcos, es decir, espacios delimitados frente al escenario destinados a grupos más grandes, normalmente de 10 personas . Es una modalidad usada principalmente en conciertos de reggaetón o música popular. Recientemente, Nicky Jam se pronunció al respecto. Nicky Jam dio una entrevista al canal de video 'Mario VI TV' y habló sobre la organización de conciertos en el país. Según el puertorriqueño, la forma en que se organiza al público en los escenarios en Colombia. a menudo dificulta la conexión con los artistas. Por eso dijo que "los conciertos de Colombia son los más difíciles", en un fragmento de la entrevista que se viralizó en X (Twitter). "El promotor pone palcos donde están los ricos, mientras que la masa que realmente canta las canciones está en las zonas generales. No sientes al público, porque los que están al frente no gritan ni hacen nada", comentó el cantante.Los palcos suelen tener costos más elevados que la taquilla general: recientemente para el concierto de Karol G, los costos del palco superaban los 24 millones de pesos. Además, Nicky Jam señaló que en algunos conciertos combinan artistas urbanos con intérpretes de vallenato y música popular, lo cual provoca que los fans del reguetón terminen en las zonas generales, mientras que aquellos que prefieren otros géneros ocupan los palcos. El cantante no está de acuerdo con esta forma de organización, ya que considera que el espectáculo debería ser para todos."Yo soy de energía. Si estoy en el escenario y no siento a la gente gritando, me desanimo inmediatamente", complementó el artista. Nicky Jam destacó al estadio Atanasio Girardot en Medellín como un buen escenario: "Me gusta cómo prepararon el Atanasio. Es sin palcos, por eso se siente como un verdadero concierto con el pueblo. Me encanta cantar y estar cerca de la gente, sentir que puedo chocar los cinco con alguien. Pero eso es lo que hacen los promotores de allá, y mis respetos para ellos por seguir contratándome", concluyó.Nicki Jam forma parte del cartel de La Eterna, evento que se celebrará el próximo 3 de agosto, precisamente en el Estadio Atanasio Girardot.
Pimpinela, el dúo argentino compuesto por los hermanos Lucía y Joaquín Galán, fue un éxito a finales de los 80 y principios de los 90, gracias a asus cancioens dramáticas con diálogos cantados. Canciones como A esa, Olvídame y pega la vuelta, Ahora decide y Ese estúpido que llama. En uno de los videos de Pimpinela hay un cameo que aún hoy, más de 30 años después de su estreno, sigue llamado la atención: eld el actor Christopher Reeve, conocido por interpretar a Superman. El video musical de Heroína Solitaria"debutó en 1993 como parte del álbum Pimpinela 92. El vídeo retrataba una fantasía romántica que involucraba a una joven secretaria que trabajaba para un poderoso hombre de negocios. A lo largo del vídeo, la trama se desarrolla con deseos reprimidos entre la "heroína solitaria" y su misterioso jefe, que inteligentemente nunca aparece del cuello para arriba, manteniendo un aire de misterio como el objeto secreto de su afecto.La interacción entre Lucía y Joaquín en la canción refleja una lucha constante entre mantener la profesionalidad y ceder ante los sentimientos. El título se refiere a su gran esfuerzo para mantenerse profesional en una situación que claramente la afecta emocionalmente. Mientras el dúo argentino interpreta su sentida canción ante un público cautivado, la trama se complica cuando el jefe olvida sus billetes de avión para un viaje crucial. En una carrera desesperada por entregarlos, la secretaria lo alcanza y le revela que no es otro que el propio Superman, interpretado por el querido actor Christopher Reeve. Reeve reconoce gentilmente su esfuerzo y queda cautivado por la joven.El video fue filmado justo antes del trágico accidente de Christopher Reeve en 1995, que resultó en una lesión en la médula espinal que lo dejó paralizado. A pesar de sus desafíos posteriores, Reeve, quien inmortalizó al superhéroe Superman, continuó inspirando a muchos hasta su fallecimiento, el 10 de octubre de 2004.
El lunes 6 de mayo del 2024, cuatro mujeres lesbianas sufrieron de un grave ataque homófobo en el hostal donde se estaban quedando. Todo indica que el responsable fue el propietario del lugar, Justo Fernando Barrientos de 67 años. El hombre lanzó una botella llena de líquido inflamable dentro de la habitación en donde se hospedaban las cuatro mujeres. Solo una de ellas logró sobrevivir. Pamela Cobbas, de 52 años, murió unas horas después del ataque y su pareja, Mercedes Roxana (52), murió después de agonizar más de 48 horas debido a que su cuerpo estaba en un 90% lleno de quemaduras. Otra de las mujeres, Andrea Amarante (42) logró sobrevivir un poco más. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del equipo médico, murió a la semana del asesinato. La pareja de Andrea, Sofía Castro Riglos, de 49 años, es la única que logró sobrevivir. Sigue bajo cuidado médico en el hospital. El presunto responsable fue encontrado por la policía tiempo después de los hechos intentando quitarse la vida con una motosierra. Lo que sucedió según los testigosSegún otros inquilinos que se quedaban en el mismo hostal de las mujeres, los gritos los levantaron después de la medianoche. Al verlas envueltas en llamas intentaron apagarlas con un extintor pero no fue posible. Por esto, las llevaron a la ducha más cercana. El incendio causado por la botella con líquido inflamable fue de tal magnitud que tuvieron que evacuar a unas treinta personas más ya que se extendió por una parte del edificio. Las manifestacionesPara exigirle al gobierno de Javier Milei y a las autoridades de que se haga justicia, el 13 de mayo del 2024 un grupo de 200 personas se reunió en la Plaza Colombia, donde tuvo lugar el asesinato, con pancartas donde se leí que era necesario abordar la violencia homofóbica. Sin embargo, el presidente Milei afirmó que este no era un crimen de odio y pidió mayor investigación.
Ya se estrenó en salas de cine If: amigos imaginarios, escrita y dirigida por John Krasinski y protagonizada por Ryan Reynolds. En un mundo donde la vida adulta y la realidad a menudo desvanecen la imaginación, Amigos Imaginarios explora esta premisa: “¿y si nunca es demasiado tarde para volver a conectarte con ella? Volver a ser niño, aunque sea por un momento". If: amigos imaginarios: ¿De qué se trata?La película lleva a los espectadores a un viaje lleno de asombro y maravilla, donde la fantasía se convierte en realidad y los amigos imaginarios son más que simples recuerdos.Amigos Imaginarios sigue el viaje de Bea, una niña de 12 años que descubre un extraordinario superpoder: la capacidad de ver a los amigos imaginarios de todos. En la cúspide de su adolescencia, lista para dejar atrás lo que significa ser una niña, una noche de verano mientras visita a su abuela en Brooklyn, su vida cambia."Contamos esta historia a través de los ojos de una niña que, al igual que mis hijos, está tratando de lidiar con lo cambiado que está su mundo", dice Krasinski en un comunicado de prensa. "Al hacer eso, podemos capturar la idea de que la imaginación no solo es una herramienta poderosa para divertirse, sino también un enorme mecanismo de afrontamiento que nos ayuda a dar sentido a las cosas que de otro modo podrían ser demasiado difíciles".Amigos Imaginarios es más que una película; es un recordatorio de que nunca es demasiado tarde para volver a conectar con nuestra imaginación interior. Una película que celebra la imaginación y la capacidad de creer en lo imposible. Mientras se embarca en la misión de conectar los corazones de todos, jóvenes y adultos por igual, recordándonos el valor de mantener vivos nuestros sueños más preciados. If: amigos imaginarios: ¿Cuál fue la inspiración? La inspiración para este viaje fueron los propios hijos de Krasinski, "Durante los primeros días de la pandemia, pude pasar mucho tiempo con mis hijas de 8 y 6 años y ver el poder de su imaginación. Pero a medida que avanzaba la pandemia, comencé a ver que sus luces disminuían. Habían estado tan llenos de energía y emoción, pero se estaban volviendo más cautelosos con todo" afirmó el director.