El olfato es el sentido de los recuerdos. El olor que produce tajar el lápiz y el del colbón me remite inmediatamente a Séptimo C, cuando por primera vez en mi vida escolar mi salón quedaba en el segundo piso del colegio. Cuando huele a colbón el recuerdo es contundente y se dirige directamente al pupitre de alias “Peta” –también conocido como Christian o “crispeta”–, quien tenía una capa de pegante sobre la madera de su escritorio, alimentada a diario por los aún vírgenes bellos púbicos de incipiente pubertad de una dominante mayoría de engendros masculinos esculpidos en un colegio de curas agustinos.Pero el recuerdo va más allá. Nunca pude participar en el ritual de aportar un pelo a la mancha del colbón de aquel pupitre, primera prueba para el ingreso a los “Lomos plateados”, pues esa parte púbica permanecía en mí completamente púdica, limpia y suavecita como piel de bebé. Las únicas muestras incipientes que empezaban a presentarse en mí eran un bozo’e’lulo que carecía de toda legitimidad viril y que no servía para el ingreso al exclusivo séquito de huevas peludas; nada se comparaba con el pelo grueso, negro intenso y enroscado que diariamente se compartía en el pupitre de Peta. Era una marca que emulaba semen, y que entre risas cómplices y aprobatorias confirmaban que, “¡hombre querido, tus huevas ya son peludas. ¡Bienvenido!”. Alrededor del ritual diario y del emblemático pupitre de Peta, quien tenía el pelo de su cabeza crespo quieto y negro intenso como las huevas peludas de una mayoría puberta, se fue construyendo un círculo de poder. Allí se compartían las primeras confesiones masculinas, los vagabundeos por el deseo y en donde muchos demostraban su enorme capacidad para contar historias, adueñándose de escenas eróticas de programas de televisión de la época, sobre todo las experiencias de Emanuelle. Y por supuesto, la masturbación estaba a la orden del día; una práctica que en mí brillaba por su ausencia como los pelos en las huevas. Mi falta de paja, socializada por el Negro, generó risa, vergüenza en mí y una sensación de falta y vacío en mi vida. ¡Cómo me podían faltar pelos en las huevas y una paja al hombro! Hoy todavía agradezco las detalladas explicaciones pedagógicas del Negro alrededor del peregrinaje masturbatorio tras el bochornoso episodio que dejó al descubierto mi inexperiencia auto-erótica, y su enorme paciencia para inculcar en mí, a través de su aparente experiencia, la disciplina necesaria en el nuevo proceso. Una disciplina diaria que al principio no rendía los frutos esperados porque le faltaba algo fundamental. Mi mentor fue enfático: “huevón, necesita una ayuda visual”. De esa forma me recomendaron algunas ediciones especiales de Penthouse. Romero tenía un lucrativo negocio y una colección envidiable, pero por el pánico de que me descubrieran una revista porno en casa o que me echaran del colegio por un acto tan bochornoso, preferí echar mano de las ayudas en la biblioteca familiar, hasta ese momento solo utilizadas para algunas tareas del colegio. El Atlas de Sexualidad, de la colección de atlas que incluía todas las áreas del conocimiento, fue el elegido. De portada color piel, correspondía al libro número 7 de la colección cuya página 34 fue cómplice de mis nuevas andanzas. Era paradójico que en dicha página se hablara de acoso sexual. No sé si esto generó traumas posteriores, pero escogí una foto de una mujer en minifalda y medias tetas por fuera. En la fantasía le atribuí el oficio de ser docente y como aparecía abrazada por alguien, también lo imaginé como profesor. Unas piernas largas, unas tetas medianas sobresaliendo en la imagen y unos tacones puntudos lograron mi primera eyaculación en la vida: una sensación eléctrica, que me hizo temblar con descontrol como en un delicioso electroshock, en medio de un sudor genuino e inocente y una sonrisa complaciente, picara y cómplice. Algo que nunca olvidé por ser de lo más sublime experimentado hasta el momento en mi vida. Desde allí el Atlas color piel se convirtió en mi mejor amigo de estudio. A la llegada del colegio ya no quería almorzar sino tomar con precaución la enigmática enciclopedia para practicar las enseñanzas de mi compañero afrodescendiente, con la página 34, que ya se abría automáticamente, y ese inolvidable olor a páginas nuevas de papel fotográfico brillante. Un nuevo gusto alimentado de seis o siete repeticiones hasta que las gotas salientes se hacían incipientes. Un año más tarde esas primeras muestras de hipersexualidad se convertirían en una compulsividad incontrolable y dolorosa que, con el paso del tiempo, ya con pelos en las huevas, debió ser alimentada con riesgo, iniciando con el robo de condones de la mesa de noche de la tía separada, pasando por sexo en la casa de la abuela, hasta llegar a lugares públicos e impúdicos como el chut de basura de un edificio, para agregarle así, a la sensación de robo del Atlas de Sexualidad, peligro a la paja, peligro al sexo, culpa al sexo, miedo por el sacrilegio y una larga incertidumbre ante la posibilidad de haber sido descubierto y posiblemente condenado. Un tridente de culpa, riesgo y peligro en crecimiento exponencial fueron los acompañantes fieles del vagabundeo por un deseo que cada vez fue necesitando de más adrenalina, y desembocó en olidas, mariachis, y en las tetas de la crespa de risos rojos intensos y mirada fulminante que rompía testículos, y a quien me habían presentado con su respectiva señal de peligro porque se rumoraba tenía sida. Más allá de la hipersexualidad, se reproducía sin control un conjunto de prácticas autodestructivas y una búsqueda insaciable de situaciones de alto riesgo para quedar mal parado constantemente. Una búsqueda frenética de peligro y culpa, seguida de días enteros con angustia al orinar, dolor ante cada eyaculación(condición psicosomática por la rabia y el desespero), culpa, asco y desprecio propio dirigido hacia la acompañante incomprendida. No es pues una adicción deseada; no es una virilidad hipersexualizada y expansiva capaz de meterlo y sacarlo sin control como si fuera vivir el sueño de ser actor porno, sino un vagabundear por el mundo del deseo en donde la palabra “deseo” indica “adicción”.Esta compulsión erótica no funciona con las mujeres que realmente deseas sino en formas sin rostro dirigidas al rompimiento de límites, al descontrol, a morales desacomodadas de la propia expectativa. Un sobrepaso a los límites de lo realmente deseado para hacer constantemente lo que no quiero hacer. El sexo en adicción no huele igual, no hay deseo por olerse los dedos y guardar en la memoria lo que se ha compartido. Hay un desespero frenético por bañarse y desaparecer cualquier recuerdo con agua y jabón, una respuesta a la impureza. Una frenética necesidad de asepsia con los baños más poderosos de la tienda de Hilda Strauss o en casos extremos con alcohol industrial para eliminar cualquier indicio de infección y contagio. Quemar la ropa como invocación a lo numinoso, en un ritual misterioso y desbordante similar al de la muerte, tendiente a restablecer la unidad perdida en los espacios contaminantes y para, como en aquel sueño revelador repetitivo, poder disfrutar de los impecables cubrelechos blancos de la casa de mamá. Cuando se surfea el deseo con compulsión es imperativo asumir la responsabilidad y esforzarse por penetrar en las profundidades de esas lagunas quietas, tensas y oscuras. Asumir el verguero día a día porque el objeto de deseo no se puede meter entre el closet o un botiquín con llave. Toca cambiar y no solo mover un hábito. No hay forma de escapar para sentirse más cómodo. Hay que aceptar finalmente que la vida es como montarse en una barca que va a salir a navegar el mar y se va a hundir. Aceptar la muerte constante en la vida cotidiana y relajarse en la inseguridad, el pánico, la vergüenza sin llamar a la niñera tan rápidamente para que me salve. Se puede seguir teniendo adicciones y niñeras, llamar a mamá con desespero. Pero ya se sabe que un atracón de chocolatinas o una sesión masturbatoria descontrolada no proporcionan la felicidad. Esa adicción a la gratificación inmediata en la que aferramos la esperanza va perdiendo importancia y privilegios, porque esta ha pasado de ser un placer a corto plazo a convertirse en un infierno a largo plazo.
La evocación, el recuerdo, el retomar gustos de la infancia y el ser auténticos, es lo que busca el ABDL: el fetiche de usar un pañal de bebé en la adultez. Por: Jorge Asmar // @mantramental ¿Por qué no usar lo que nos hace felices? Si algo sucede con la madurez es que nos impone todo un manual no escrito de reglas de vestimenta que obliga de golpe y sin avisar a dejar las cosas que nos causaban comodidad en la infancia. Desafortunadamente, hoy en este mundo empresarial y de apariencias nos medimos por lo que usamos más no por lo que somos. Pero hay quienes se resisten a dejar su pasado y así surge un fetiche de adultos que quieren ser bebés de nuevo. Se trata del ABDL (Adult Baby Diaper Lover): una comunidad que usa pañal por comodidad y placer, y que encuentra felicidad en usar chupo y mameluco. En Instagram el término ABDL arroja un sinfín de cuentas y más de 500.000 publicaciones como #abdlcommunity, #abdlgirls, #abdllifestyle, entre otras. Pero este fetiche tiene arranca mucho antes del estallido virtual y el uso del internet. La Universidad de California rastrea el origen de este fetiche a un actor de nombre Kent Perry quien en los 70, basado en la gran cantidad de anuncios que veía en las revistas y periódicos para adultos, cultivó la comunidad ABDL. En esos tiempos la revista Fetish Times realizó una encuesta entre sus lectores arrojando el infantilismo como el segundo fetiche más popular detrás del BDSM. Ya en los 80 un adulto bebé llamado Tommy Siegel forma DPF (Diaper Pail Fraternity) como la primera organización para miembros ABDL, Tommy publicaba un boletín de entre cuatro y siete veces por año dedicado a este fetiche. También creó una lista con nombres, preferencias e información de otros adultos bebés amantes de los pañales para así formar una comunidad. En el 1987 el DSM (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) incluyó el infantilismo como masoquismo sexual describiendo que los masoquistas sexuales pueden desear ser tratados como bebés. En 2013 el infantilismo fue eliminado del DSM. A mediados de los 90, en San Francisco (Estados Unidos), se organizó el primer evento público de ABDL llamado “baby week”, y al mismo tiempo la televisión le echó ojo a la tendencia. Shows como el de Jerry Springer hablaron del tema en hora prime. Para entender la actualidad de esta comunidad hablamos con Baby Alex quien es todo un manifiesto a ser un “baby boy” quien aclara: “no somos depravados. El hecho que nos vistamos como bebés no significa que nos atraigan los niños. La verdad la comunidad ABDL es muy atacada y humillada.” Más allá de los ataques que pueden sufrir, esta comunidad crece día a día. Baby Alex calcula alrededor de más de 5.000 personas de habla hispana con este gusto, lo cual es difícil de calcular ya que la mayoría de cuentas ABDL son anglosajonas, incluyendo también las páginas de citas como: Adisc, DailyDiapers, Chatovod, Diaperchat, Omegle, entre otras. En psicología el ABDL o infantilismo parafílico es clasificado como una parafilia caracterizada por el deseo de llevar pañales, ropa de bebé, usar biberón y en general ser tratado como un niño pequeño. Alex explica que alguien ABDL es una persona que disfruta ser un bebé; usar los pañales ya sea por placer o comodidad, los hace sentir seguros. Este fetiche se trata de adoptar un rol de bebé, el cual se puede llevar en los tiempos libres o como un estilo de vida. Llama la atención que en la mayoría de fotos sus protagonistas siempre están solos exponiendo su outfit de bebé. Sin embargo, existe la opción de conseguir a un “daddy” o una “mommy”. “Como la palabra lo dice, es una persona que te trata como si fueras su hijo en la vida real, se preocupa por ti, cambia tus pañales y está siempre atento a ti. Puede ser como una especie de noviazgo, algunas personas lo asumen así, pero ya cuando entra lo sexual no tiene nada que ver con este fetiche”, indica Alex. Cuentas como Madam Amanda o Nanny E son el ejemplo de lo que es ser una mommy en el ABDL: echar talquitos en la cola, cambiar el pañal, darles heladito y lo que haría cualquier mamá con su bebé. Estas mommys se pueden conseguir en páginas como Adult Baby Nursery o Abdlgirl Nursery y sí, son páginas anglosajonas. Alex lleva desde los doce años en la comunidad ABDL, lleva diez usando pañal y es promotor de una marca australiana dedicada a desarrollar estas prendas para adultos. Para él fue un descubrimiento de su comodidad. “Me llamaba la atención el querer usar pañal de nuevo. Compré un paquete de pañales y lo hice, luego investigué un poco para saber el porqué de este gusto. Tenía muchas dudas para encontrarme a mí mismo. Actualmente tengo 22 años y esto me hace muy feliz. Siempre quiero promover los productos ABDL para ayudar a más personas descubrirse, no es algo malo, es un fetiche más.” La dinámica de los disfraces es que cada quien puede usar el personaje que prefiere. Algunos los adoptan por un día, otros en sus tiempos libres y algunos más osados y libres los convierten en un estilo de vida. La comunidad ABDL está conformada por miles de seguidores que solo buscan la comodidad y que no causan algún daño a las personas: solo quieren ser bebés y usar pañal y biberón para su felicidad.
Hagamos un contrato de prestación de servicios en el que usted me deja jugar varias veces a la semana o mes (depende de qué tan ambicioso sea) con su cuerpito, compartimos una que otra cena, fiesta o lo que sea, que termine en la cama, sin reclamos, ni llamadas obligadas y mucho menos, chats con emojis de corazoncito. Por: Johana Arroyave // @JohanaArroyave Solo tiene que cumplir las “Cláusulas de la felicidad”: cinco (5) puntos muy fáciles, que en cada encuentro lo dejarán con sonrisa de oreja a oreja, el final del “verano” y el inicio del “otoño”. 1. Cláusula de comportamiento: Ni usted, ni el contratante van a salir con pendejadas, los dos saben a qué van, cómo se deben mover y hacen uso de la gran frase Mockusiana “Yo vine porque quise, a mí no me pagaron”. 2. Cláusula de exclusividad: ¿Cuál cláusula de exclusividad? El contratista es propiedad de él mismo y de quien le dé la gana. 3. Cláusula de la lora: “Deje el show que no hay tarima”. El contratista está obligado a no reclamar por llamadas, mensajes o cualquier situación que indique que se quiere subir a otro nivel en la relación existente. 4. Cláusula de confidencialidad: “Lo que pasa en la cama se queda en la cama”, fin del ítem. 5. Cláusula de acompañamiento: “El que se enamora pierde”, no hay sentimientos de por medio, no se involucra el corazón ni nada que afecte emocionalmente a ninguno de los dos (Contratante y contratista). Si está de acuerdo con los puntos anteriores, firme y sea feliz… Muy bien, hablemos de esos “amigos” especiales, los mismos que no salen en las fotos de Instagram, que se ven de vez en cuando, pero que encabezan la lista de “llamadas de emergencia”, cuando “el verano” se convierte en una estación permanente. Tenemos que aclarar que ninguno de ellos está en la Friendzone, son casi inexistentes para el resto de los amigos, pero son de gran importancia. Son personajes con los que se tiene claro, “Venga que si es pa´eso” y “solo pa´eso”. Empezaron con una salida casual que terminó en la cama. Para gran sorpresa de los dos, el polvo fue mágico y a la mañana siguiente, los dos desaparecieron como sombra de ninja, sin embargo, algunas semanas después, se repitió el encuentro y fue, quizás, mejor que el anterior. Sea mujer u hombre, se convierte en esa persona perfecta para usted, salvaje en la cama, inteligente en la vida y muy atractiva, pero al mismo tiempo, tiene completamente claro que sus defectos son más grandes, que no pueden ser novios, ni nada más serio y aun así, pueden hablar y tirar felizmente. Los dos tienen completamente claro que son el plan B del otro, no se indignan con llamadas de madrugada, ni con planes para ya, la última conexión es inexistente, los dos son completamente libres y es decisión propia, el aceptar las condiciones de esta relación y lo que implica tenerla. Tienen claro que al aceptar el contrato no existen dramas, ni papeleos, se renueva automáticamente, no hay que sacar RUT, RIT, Antecedentes, referencias personales, comerciales y familiares, solo se debe cumplir. Al final, se benefician los dos y no existen cláusulas de suspensión o terminación del contrato, ni los dramáticos párrafos donde se explica el por qué se va. Con un solo “NO”, basta, no hay despedidas, ni lágrimas y mucho menos, los ex que se vuelven stalkers y abrumadoras enamoradas que le jodan la vida. Es un contrato casi perfecto, ¿se animan a firmarlo?
Y cuando creímos que el mundo no podía ser más estúpido llega una mujer a decir que la ropa interior sexy es un incentivo de violación… Durante un juicio de violación en la ciudad de Cork, una abogada utilizó como defensa el hecho de que una joven de 17 años usara una tanga. La defensora argumentó que la ropa interior de la mujer era demasiado "provocativa” y por esto el hombre no había podido aguantar las ganas sexuales y decidió violarla. Tras el escándalo porque el hombre fue absuelto de su delito, una parlamentaria irlandesa, Ruth Coppinger en pleno debate enseñó una braga para protestar por la culpabilización de las mujeres por su vestimenta en los casos de agresiones sexuales. La protesta de Coppinger se hizo viral en redes sociales, donde cientos de mujeres están colgando fotografías de sus tangas y bragas. "La lencería femenina no debe ser motivo para justificar una violación", es la consigna de muchas mujeres en el mundo.
Algunos tienen fantasías sexuales con hacer un trío, otros con hacerlo con alguien mayor, con un vecino o en el baño de un bus intermunicipal. ¿Por qué fantaseamos con lo que fantaseamos? Las respuestas son infinitas y por eso acudimos a una protagonista de las fantasías sexuales de miles de personas en el mundo para que nos ayudara a resolver el dilema. Con ustedes, la periodista y estrella porno Amaranta Hank. Por: Amaranta Hank // @amarantahank Creo que he escuchado una gran parte de las fantasías sexuales, o puede que en realidad solo haya escuchado un 1% pues el universo de posibilidades y variaciones entre una y otra fantasía resulta tan extenso como la medida anterior a infinito. Es cierto que algunas personas en circunstancias poco comunes vivieron –o viven- durante toda su vida sin tener contacto sexual o masturbarse; pero aun así, hasta ellos han fantaseado con observar a escondidas unos genitales cubiertos de vello púbico. Y no muy lejos, es muy común que nuestros padres o abuelos hayan imaginado toda su vida marital cómo se sentiría el contacto de sus genitales con una boca complaciente. Sí, muchos murieron sin recibir una mamada. Y ahora, en lo que escucho de todo tipo de personas que se acercan y me cuentan lo que imaginan en momentos de excitación, reafirmo que después de olvidar la culpabilidad por sentir placer, nuestro cerebro puede llegar a componer obras sexuales más detalladas que las de los directores de pornografía (aunque eso cualquiera). La más común entre los hombres es un trío con dos chicas, aunque con un poco más de confianza muy seguramente confesarán el deseo de tener sexo con una chica trans. Las mujeres variamos en las formas, aunque no supone todos los casos la mayoría de fantasías de mujeres heterosexuales componen una situación completa: un hombre guapo, exitoso, caballero e inteligente, en un restaurante elegante y luego en la suite de un hotel cinco estrellas. En algunas personas los detalles del deseo pueden ser tan sencillos como una chica rubia, o de trasero grande; o tan específicos como tener sexo con –o simplemente observar– una peliroja, con obesidad grado 2, en tacones y medias de malla, mientras ella salta sobre panecillos o mata cucarachas. Tal vez una anciana sin dientes haciendo una garganta profunda, en una cocina que huela a galletitas recién horneadas. No exagero ni miento. Hay fantasías tan específicas y poco comunes que podrían ser piezas de museo. A la ligera muchos podrían decir que las fantasías obedecen a traumas sexuales de la infancia, pero Freud corroboró que muchos de sus pacientes mintieron sobre traumas sexuales para encontrar una justificación a sus deseos. Las afamadas fantasías de incesto de donde provienen los famosos complejos de Edipo y Electra nacen del vínculo de la infancia que puede ser muy cercano e inclusive inexistente. Es decir, es posible que algunas fantasías nazcan de contactos o choques traumáticos por acciones abusivas de terceros, pero también –según Freud– las fantasías suelen surgir cuando se ven frustrados los deseos instintivos, donde podría aplicar un complejo de Edipo por ausencia del padre. Además, frustrar ha sido una característica por excelencia de la precaria educación sexual, desde siempre: “no tengas sexo porque…”, “no te masturbes porque…”. Sin embargo, hay imágenes que al parecer no tendrían alguna explicación por trauma o frustración, como excitarse por el sonido de un globo que estalla. Entonces, sin una razón específica que explique nuestras fantasías, lo lógico solo sería aceptar que imaginar es inherente al humano, así como el sexo también lo es. Aunque deseáramos un manual que explicara la razón de cada detalle de lo que imaginamos, no existe, porque los patrones de comportamiento desde el análisis de factores internos y externos no alcanzan a precisar la composición cada individuo. Crearán estudios, saldrán estadísticas, pero nada será completamente preciso en este tema. Cumplir las fantasías sexuales acarrea un estado elevado de conciencia para permitir libremente las acciones más primitivas de la sexualidad. O simplemente hacerlo sin buscar la razón de por qué nos gusta lo que nos gusta. Aventurarse a cumplir las fantasías propias aun no es una virtud universal y está bien que sea así cuando involucran daños a terceros. Coincidir con las personas y las circunstancias precisas para cumplir las fantasías es cuestión de suerte. El auge de las modelos webcam y los videos porno por encargo crece por usuarios para los que no es viable cumplir sus fantasías desde su cotidianidad, pero coindicen con personas que al menos por video pueden colaborar en el proceso, especialmente cuando se trata de fetiches. Aunque las fantasías no son necesariamente fetiches, muchos fetiches pueden ser fantasías, y ese espacio es también muy diverso y pintoresco. Algunos fetiches entran en la lista de parafilias, porque sin discusión son patologías, como la pedofilia, zoofilia o necrofilia (aunque se puede establecer un debate cuando estas patologías solo se consumen desde la ficción sin interés de hacerlas reales). Otros fetiches deben ser llevados con especial cuidado, como la coprofilia (heces), el sadismo o el masoquismo. Y otros, aunque siguen siendo poco comunes, no tienen riesgos de daño, como sentir excitación por personas con miembros amputados o por ancianos. Algunos adultos sueñan con ser amamantados o mujeres sueñan amamantar adultos. Y un punto de vista que es imposible descartar en este tema, es que aun cuando alguno se aventura a hacer real su aventura física (no digital) y las estrellas a su favor le hacen coincidir con la o las partes necesarias para cumplirla, puede que las cosas no salgan como la imaginación lo quería. En mi primer viaje a República Checa las circunstancias se dieron para grabar una DP (Doble Penetración) con dos chicos negros: MI FANTASÍA SEXUAL PRINCIPAL. En las fotos previas a la escena estaba realmente encantada con chupar dos vergas negras al mismo tiempo, pero la escena fue un caos cortesía del director que insistía en que debíamos caber los tres en un sofá viejo. Nos resbalábamos, a los chicos les dolían sus rodillas y cuando lográbamos acoplarnos para pasarla bien, al director se le ocurría que era hora de cambiar de postura. Y también se molestaba si cortaba para usar lubricante. Resultado: dolores de articulaciones que bajaban las erecciones y una herida de 4 centímetros en mi culo, que me sacó lágrimas por más de una semana. Hace solo unos segundos un seguidor me acaba de escribir que fantasea con tener sexo con cuatro chicas en una piscina, una en cada esquina e ir nadando al lugar de cada una de ellas para follárselas. Yo recuerdo que grabé un lésbico en una piscina y que el cloro nos secaba tanto la lubricación que los orgasmos eran complejos e incómodos. Así, el ciclo de las fantasías es aceptar que fantaseamos, fantasear, pedir al universo que se haga real y cruzar los dedos para que salga bien. Algunos fallamos en los dos últimos puntos, otros mueren sin conocer una mamada.
La frase de Oscar Wilde, “Todo se trata de sexo, excepto el sexo. El sexo se trata de poder" (que se le atribuye últimamente al personaje de House of Cards, Frank Underwood), tiene mucho más sentido cuando se conoce el mundo del BDSM: lo que nos genera placer sexual es mucho más complejo de lo que pensamos. La Viuda Negra, la dominatrix más reconocida de Bogotá, nos introduce al mundo del placer alternativo. Por: Fabián Páez - @davidchaka // Fotos: Daniel Álvarez En el segundo piso de un edificio en la avenida Caracas, en el corazón del caos de Bogotá, con vista a la estación de Transmilenio de la 63, donde a las seis de la tarde se arruma una marea de oficinistas para subirse al bus, está el centro de operaciones de la Viuda Negra. Es un cuarto de no más de siete metros cuadrados, pintado de rojo y negro, con cortinas del mismo color. Al ingresar, junto a la puerta, hay una sala, una vitrina con látigos, esencias y prendas de cuero y charol. Al fondo es donde ocurre todo: no hay divisiones y se ve una cama doble junto a una jaula de metro y medio de alto en la que caben fácilmente dos personas. Sobre la repisa de la pared hay máscaras, pelucas, vestidos y una colección de látigos de todas las formas, colores y materiales posibles. La Viuda Negra pasó de diseñar ropa gótica y prendas relacionadas con el vampirismo a ser la dominatriz más reconocida de la ciudad. Lleva siete años viviendo de un oficio poco convencional: guiar a sus clientes por el placer en las prácticas sexuales alternativas. “Con una dómina, un cliente no tiene relaciones convencionales. La gente busca otro tipo de placer: a través del dolor (se llama masoquismo), con el morbo, juegos de roles, amarres; o hay gente que es fetichista y se excita con ciertos materiales, como los tacones o el olor del cuero; hay también hombres a los que les gusta vestirse de mujer y se excitan sintiendo las medias de malla en su cuerpo, o los encajes o materiales suaves”. Ella cumple y conduce todos esos placeres adoptando el lugar del amo, sabe las técnicas para atar, golpear y someter. *** Al conjunto de prácticas eróticas en las que se especializa la Viuda Negra se le conoce como BDSM, la abreviación de las palabras Bondage y Disciplina; Dominación y Sumisión; Sadismo y Masoquismo. Aunque cada una de las prácticas que engloba la sigla tiene sus particularidades, son juegos o relaciones sexuales consensuadas que no dependen del coito. Incluso, uno podría borrar de la definición el sexo y los orgasmos y precisarlas de manera más global: son prácticas que generan placer. De ahí para adelante las posibilidades son muchas. (Lea también: El sexo es más que coito) El bondage y la disciplina están asociados al disfrute a través de las relaciones de poder del tipo amo-esclavo; policía-detenido; amo-mascota; jefe-empleado. Por lo tanto, en la práctica sexual, lo que se representa es esa relación: una representación que implica, usualmente, el uso de ataduras con cuerdas, cadenas y amarres para que quien adopte la posición de sumiso sea físicamente sometido y disciplinado. La dominación y la sumisión son los roles que asumen los participantes en la relación. El dominante es quien toma el control, quien aplica su deseo sobre el otro; el sometido, quien acepta al dominante de forma voluntaria. Según cuenta Viuda Negra, en el caso de las dóminas, “entre más imponente uno se vea es mejor. No es lo mismo dominar a alguien con un pijama que vestido con cuero. Los collares del dominante suelen tener taches o puntas; los de las dominadas una argolla o una mordaza”. ¿Cómo se llega a una relación así' “Es un proceso normal. Muy parecido a la conquista vainilla”; es decir, a la conquista basada en el amor romántico tradicional. Aunque sea atípico, jugar a ser un perro encadenado, obedecer órdenes, ser castigado o encarnar un determinado papel de ficción en una relación le produce placer a mucha gente.En esas relaciones de dominación y sometimiento, que se establecen entre parejas (o grupos), no solo ocurre una especie de teatralización erótica del sometimiento y la disciplina sino que también se juega con la relación entre el dolor y placer. De ahí las otras palabras que componen la sigla BDSM: masoquismo, que es deleitarse por el castigo y sadismo, disfrutar al infligir dolor (sustantivizado así por los relatos del Marqués de Sade). La regla máxima para este tipo de prácticas, que todos experimentan en mayor o menor grado es, desde luego, que sea consensuado. En una iniciación con la Viuda Negra, para alguien que tenga curiosidad, por ejemplo, se “hace de todo un poquito. Y para hacerlo tenemos una palabra de seguridad. Sirve para que cuando a uno no le guste lo que le están haciendo, parar. Debes decir “Piedad”. No puedes decir ni pare, ni por favor, ni no más. Eso cortaría el juego en el que yo soy la que mando. Las iniciaciones son muy suaves. Y ahí se ve si hay gusto o no”. *** Al llegar al despacho/cuarto erótico de la Viuda Negra nos abrió la puerta un hombre (sumiso) que nos acompañó hasta el segundo piso. En la sala, vestida con un traje corto de cuero y un collar de taches, estaba la Viuda, sentada; junto a ella, de pie, como posando para una foto, permanecían silenciosas dos de sus tres sumisas, con quienes tiene una relación estable. Les ordenó que se sentaran. Mientras señalaba a cada una de ellas, nos hablaba de su relación: “cada una se adapta a cierto tipo de prácticas. Ella es masoquista, resiste mucho dolor, pero no le gustan mucho las prácticas sexuales, ya lleva más de dos años siendo mi sumisa. En cambio, ella es más sexual, más erótica, le gustan las prácticas más suaves, hasta ahora nos estamos conociendo. Hay que tener cierto protocolo, llegar a acuerdos. Las dos partes tienen que estar interesadas por la misma práctica. Lo importante es saber que el otro no le vaya a hacer daño”. La Viuda les pidió que se pararan y amarró con una cuerda a una de las sumisas en una equis de madera. Tomó un látigo y empezó a golpearla. Primero suave y luego más fuerte. A la intensidad del golpe, la sumisa respondía con gemidos proporcionalmente intensos. A la otra, le ordenó meter su cabeza en una picota medieval que estaba en medio de la cama y la jaula, la acarició, la azotó y le gritó: “¿Que volvió con quién? ¡Dígame! ¿Con quién se rebajó?”. La sumisa se mantuvo en silencio. Después nos contó que llevaba pocas semanas siendo sumisa de la Viuda Negra, que había llegado allá porque su novio se lo recomendó y que le había gustado. *** Si bien no es una escena visiblemente masiva, el BDSM en Bogotá tiene un circuito cohesionado. El evento mayor es el Festival BDSM/Fetish Colombia, que organiza el paisa Oscar Tamayo y que ya cumplió siete ediciones. Además de servir como punto de encuentro para los interesados, es también una puerta para el mercado de artículos y juguetes relacionados con las prácticas BDSM. En su última versión en Bogotá celebró varias fiestas y una feria con performances, desfiles de moda y un mercado. Además de los practicantes asiduos, la Viuda, por ejemplo, tiene bien mapeados a sus clientes frecuentes. “Yo he clasificado las personas que vienen en tres clases. Unos, son los que son sumisos desde pequeños: hombres que le hacen caso a las mujeres, son respetuosos, serviles, que por naturaleza o crianza son así. También están los que han tenido un (creo que mal llamado) trauma: que simplemente vivieron algo cuando estuvieron pequeños y les hizo desarrollar un gusto por el BDSM; por ejemplo, a un niño que lo dejaban con la empleada del servicio y ella empezó a decirle que, si seguía molestando, lo amarraba. Y lo amarró y le gustó. Son cosas que pasan que marcan a alguien. A este chico todavía le encanta que lo amarren. Otro caso real es el de alguien que conozco que estaba en el colegio y la profesora pidió niñas del coro que cantaran. Entonces, el niño empezó a cantar por molestar. De castigo, la profesora lo vistió de niña. Ahora le gusta vestirse de mujer, le excita esa situación de sorpresa, de humillación. Es una reacción que uno no se espera que lo excite. El otro tipo es el cliente dominante. Es el típico trabajador que maneja personal, que tiene esa carga de ser el que organiza, el jefe. Entonces viene acá y cambia de papel: se vuelve sumiso. Eso para ellos es como una terapia anti estrés, cambia su vida cotidiana”. *** Mientras la Viuda da instrucciones a sus sumisas y ellas obedecen a su antojo, me cuenta porque resulta tan atractivo y tabú el BDSM. “La gente se basa solo en la sensación de meter y sacar. No hay una verdadera exploración de los sentidos. Hay miedo a muchas prácticas que no conocen. Pero en Bogotá hay de todo y la misma comunidad se encarga de verificar que no se meta nadie que no sea confiable”. En Bogotá hay, por lo menos, tres comunidades consolidadas: una cerrada conocida como 3 Lunas, La Corporación y Kinky Glam. “Todo esto es de experimentar y de mirar qué es lo que a uno le gusta y qué no. Yo aprendí en internet y con gente que está dentro de la comunidad. Para eso es la comunidad, para saber cómo azotar a una persona y dónde. No es coger un látigo y cascarle a alguien así porque sí, le puedes lastimar los riñones o dejar marcas y a mucha gente no le gusta porque tiene pareja”.
Bastante se ha hablado ya sobre la imposición del ejercicio de la maternidad a la mujer. Ante un embarazo adolescente pocos preguntan por quién eyacula adentro de la jovencita y en cambio, en algo que ha evolucionado incluso al meme y el chiste fácil, los juicios sobre la que “abrió las piernas” llueven a cántaros. Por Carmenza Zá // @Zacarmenza. Ilustración Raúl Orozco // @raeioul A algunos incluso les parece sensato preguntar “¿dónde estaba la mamá -no el papá- de esa niña?” como si para meterlo y venirse no bastaran un par de minutos apenas o como si fuera necesaria la autorización firmada de los padres de familia. A las madres solteras se les estigmatiza, señala e hipersexualiza: “Mujer con hijo, polvo fijo” se repite como mantra en el argot popular. No existen chistes o refranes que ridiculicen al abandonador porque ni siquiera se considera reprochable que nunca vea por el hijo engendrado. (Eso sí, aplaudimos como si fueran héroes a los padres que medianamente responden por sus obligaciones) Cuando una mujer decide abortar aparecen los defensores del no nacido a preguntar que por qué no se cuidó y a señalar que quién la manda. Hay posibilidad de ser flexibles con el discurso “pro vida” en los casos de violación para demostrar que lo que se castiga siempre es la libertad sexual de la mujer; no es cierto que les importe el feto, lo urgente es recordarle a la embarazada que, salvo ella, todos tienen derecho a decidir sobre su vida. Llamamos revolución sexual a la posibilidad de que las mujeres nos embriagáramos con hormonas para poder tirar con la mitad de la tranquilidad mental con la que - libres de útero y con el permiso de abandonar- tiran ellos. Hormonas que tienen costos altísimos sobre la salud de las mujeres y que, además, hacen parte de una industria farmacéutica que comercializa con los cuerpos femeninos como con ningún otro. El embarazo, la maternidad y la crianza se perpetúan sobre la vida de las mujeres como un destino tan violentado como inevitable y, sin embargo, parece haber una amnesia colectiva sobre el hecho de que un polvo heterosexual es el único camino para hacer efectivo ese destino. Parece entonces que, pese a que la función reproductiva compete a hombres y mujeres, el único ámbito en el que es imprescindible la participación masculina es, bueno, en la parte divertida: el sexo. Ya sabemos que después de venirse, ellos tienen toda la licencia para irse. Gabrielle Blair publicó un brillante texto sobre cómo el 100% de los embarazos no deseados son culpa de los hombres. Blair afirma que son ellos los que son fértiles 365 días al año y los que, aun así, deciden poner en riesgo a las mujeres (quitándose el condón, por ejemplo) a cambio de algunos minutos de un poquito más de placer sexual. No hay que olvidar que todo embarazo -deseado o no- fue primero un orgasmo masculino. Mientras tanto, según Blair, “el orgasmo de una mujer no tiene nada que ver con embarazos o fertilidad -su clítoris existe únicamente para el placer, no para crear nuevos humanos. Sin importar cuántos orgasmos tenga ella, ninguno puede embarazarla” Tal vez si las mujeres renunciáramos a (o al menos disminuyéramos la participación de) los hombres en la actividad sexual, tal como ellos han renunciado a las actividades de cuidado y paternidad, podamos de verdad preguntarnos por todo aquello que evita que las mujeres vivamos nuestra sexualidad como algo verdaderamente recíproco y placentero. Con seguridad, ante la amenaza de no tener sexo con hombres hasta que la maternidad y la crianza dejen de ser un asunto que nada más compete a la mujer, ellos decidan ponerse un condón, hacerse la vasectomía o asumir la paternidad con responsabilidad. O, tal vez, incursionar en el sexo lésbico sea mucho mejor que todo lo que conocemos hasta entonces y el embarazo deje por fin de ser una preocupación para todas nosotras... mientras somos felices teniendo muchos orgasmos que no embarazan a nadie. No sé, habrá que probarlo.
¿Sexo? ¿Sexo gratis? ¿Sexo libre? Ahora que tenemos su atención, vamos a hablar de un tema muy relevante: ¿Realmente los millennials no tienen sexo? Según una investigación, los jóvenes de ahora pasan tanto tiempo pegados a la tecnología que ya no tienen encuentros romántico-arrecho-afectivos. De acuerdo con un reporte del Centro para el Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos publicado en 2017, un 44 % de los hombres y un 42% de las mujeres admitió tener sexo, frente a un 51% de las mujeres y un 60% de los hombres en 1988. "Definitivamente, no es cierto que los millennials tengan más sexo que el resto de gente", declaró a medios la profesora de sociología de Occidental College, Lisa Wade. ¿Son la generación amargada del mundo? ¿dónde quedaron los nudes, el porno y los fetiches? ¿Tinder y todas las apps de citas no sirven para nada? El Turner presenta esta investigación que responde todo lo que siempre quisimos saber pero nos dio pena preguntar respecto a las nuevas generaciones. Acá está la Guía Shock para entender el sexo entre millenials. Vea también: Lo que indican los indicadores: los millennials no quieren tirar
Según una investigación de la Fundación Bill y Melinda Gates lograron encontrar un material que hace que los condones se lubriquen por sí mismos y que no se resbalen. Este preservativo que también es de látex está recubierto con una capa de polímero hidrofílico que hace que al contacto con los fluidos corporales se vuelva más resbaloso y de paso mucho más lubricado. Los desarrolladores aseguran que este efecto que produce el condón alcanza para tener hasta mil penetraciones (viva el porno), mientras que un preservativo normal solo soporta 600. Según el estudio, publicado en el Royal Society Journal, una relación sexual común tiene entre 100 y 500 penetraciones. Según la explicación cientifica cuando el condón se saca de la bolsa la textura es reseca pero cuando tiene contacto con agua o algún fluido, inmediatamente cambia y es más suave y resbaloso. Así se veían los condones cuando los hacían con intestinos Estudio: Friction-lowering capabilities and human subject preferences for a hydrophilic surface coating on latex substrates: implications for increasing condom usage Para los que se emocionaron cuando leyeron esta nota tenemos que darles la mala noticia: el condón se encuentra en fase de prueba y no está a la venta, pero se espera que salgan los primeros el próximo año. Aliste el marrano que será la mejor inversión que pueda hacer. Vea también: Sapeamos las excusas más paila que los hombres usan para no querer usar condón
Nos hemos encontrado de todo en la vida. Las personas por más parecidas que sean físicamente tienen un universo en sus cabezas y siempre actúan distinto. Y sobre todo si son ex… en realidad solo conocemos realmente a la persona cuando las cosas se ponen mal y podemos identificar cómo actúa en ese momento. Y eso nos toca a todos, según la situación alguna de sus ex parejas va a decir que usted es el mejor ser humano en la historia y otros van a decir que es un ser tóxico y nocivo para la salud mental de cualquiera. Pare de sufrir: 25 canciones para olvidar a su ex Todo depende de cómo haya reaccionado en la etapa del descontrol, de cuando las cosas no se pueden arreglar y cuando se decide terminar. No todas las relaciones terminan bien, ni por mutuo acuerdo (ojalá) y generalmente el que sufre más es el que hace más show, lo importante es no perder la cabeza en esos momentos y tratar de recuperar la dignidad lentamente sin morir en el intento. (recuerde que el que hace show recoge las sillas) Sabemos que identificar esos patrones de conducta con los que reaccionamos ante situaciones es muy difícil y como estamos seguros que usted aún se está preguntando qué tipo de ex es le ahorramos la tarea y le hicimos un test de personalidad para que lo descubra y de paso vaya pensando en qué debe cambiar la próxima vez que una relación se acabe. La receta ideal para superar una tusa Vea también: ¿Ya superó la tusa? Este test le ayudará a descubrirlo
Nick y Aaron Carter: ídolos caídos es una docuserie en dos partes de Investigation Discovery que explora las vidas de los hermanos Nick y Aaron Carter, el primero conocido por su participación en lso Backstreet Boys. La serie se estrenará en Max con su primera parte el 27 de mayo y la segunda el 28 de mayo. Además, estará disponible en Discovery a partir del 7 de junio a las 22:00 hs (Colombia) en un formato de cuatro episodios de una hora, con el estreno de un capítulo cada semana.¿De qué trata Nick y Aaron Carter: ídolos caídos?Desde su meteórica fama a finales de los años 90 y principios de los 2000 hasta los conflictos que los llevaron a los titulares en años recientes, la docuserie revela la tensa dinámica familiar de los Carter y un lado no tan conocido de su ascenso a la fama. Nick y Aaron Carter: ídolos caídos examina las acusaciones de abuso sexual contra Nick Carter, realizadas por tres mujeres, mientras aborda las luchas de Aaron Carter con la salud mental, el abuso de sustancias y la ruptura entre los hermanos tras el apoyo de Aaron a las denunciantes de Nick.En 2017, Nick Carter fue acusado de abuso sexual por Melissa Schuman, ex miembro del grupo musical femenino DREAM, mientras él y los Backstreet Boys estaban en la cúspide de su fama. En los años siguientes, otras mujeres, Ashley Repp y Shay Ruth, presentaron acusaciones similares. Durante este tiempo, Aaron Carter apoyó a quienes denunicaron a Nick, mientras lidiaba con sus propios problemas de adicción y salud mental, lo que llevó a una disputa pública entre los hermanos antes de la trágica muerte de Aaron en 2022. La serie profundiza en las acusaciones contra Nick y cómo se entrelazaron con la volátil relación entre los hermanos.La serie cuenta con entrevistas exclusivas a Melissa Schuman, Ashley Repp y Shay Ruth, quienes ofrecen perspectivas emotivas e impactantes sobre sus acusaciones contra Nick. Nick y Aaron Carter: ídolos caídos busca ofrecer una comprensión más profunda de las denuncias, y narrar la intensa reacción que las denunciantes han enfrentado desde que decidieron hablar públicamente, y el impacto duradero en sus vidas. La docuserie también incluye testimonios de un miembro de la familia Carter y amigos cercanos, como la ex novia de Nick, Kaya Jones, y la ex prometida de Aaron, Melanie Martin, brindando una mirada íntima a cómo la intensa fama y los conflictos provocaron una ruptura entre los hermanos.
Desde hace años en algunos conciertos en Colombia se vienen implementando los palcos, es decir, espacios delimitados frente al escenario destinados a grupos más grandes, normalmente de 10 personas . Es una modalidad usada principalmente en conciertos de reggaetón o música popular. Recientemente, Nicky Jam se pronunció al respecto. Nicky Jam dio una entrevista al canal de video 'Mario VI TV' y habló sobre la organización de conciertos en el país. Según el puertorriqueño, la forma en que se organiza al público en los escenarios en Colombia. a menudo dificulta la conexión con los artistas. Por eso dijo que "los conciertos de Colombia son los más difíciles", en un fragmento de la entrevista que se viralizó en X (Twitter). "El promotor pone palcos donde están los ricos, mientras que la masa que realmente canta las canciones está en las zonas generales. No sientes al público, porque los que están al frente no gritan ni hacen nada", comentó el cantante.Los palcos suelen tener costos más elevados que la taquilla general: recientemente para el concierto de Karol G, los costos del palco superaban los 24 millones de pesos. Además, Nicky Jam señaló que en algunos conciertos combinan artistas urbanos con intérpretes de vallenato y música popular, lo cual provoca que los fans del reguetón terminen en las zonas generales, mientras que aquellos que prefieren otros géneros ocupan los palcos. El cantante no está de acuerdo con esta forma de organización, ya que considera que el espectáculo debería ser para todos."Yo soy de energía. Si estoy en el escenario y no siento a la gente gritando, me desanimo inmediatamente", complementó el artista. Nicky Jam destacó al estadio Atanasio Girardot en Medellín como un buen escenario: "Me gusta cómo prepararon el Atanasio. Es sin palcos, por eso se siente como un verdadero concierto con el pueblo. Me encanta cantar y estar cerca de la gente, sentir que puedo chocar los cinco con alguien. Pero eso es lo que hacen los promotores de allá, y mis respetos para ellos por seguir contratándome", concluyó.Nicki Jam forma parte del cartel de La Eterna, evento que se celebrará el próximo 3 de agosto, precisamente en el Estadio Atanasio Girardot.
Pimpinela, el dúo argentino compuesto por los hermanos Lucía y Joaquín Galán, fue un éxito a finales de los 80 y principios de los 90, gracias a asus cancioens dramáticas con diálogos cantados. Canciones como A esa, Olvídame y pega la vuelta, Ahora decide y Ese estúpido que llama. En uno de los videos de Pimpinela hay un cameo que aún hoy, más de 30 años después de su estreno, sigue llamado la atención: eld el actor Christopher Reeve, conocido por interpretar a Superman. El video musical de Heroína Solitaria"debutó en 1993 como parte del álbum Pimpinela 92. El vídeo retrataba una fantasía romántica que involucraba a una joven secretaria que trabajaba para un poderoso hombre de negocios. A lo largo del vídeo, la trama se desarrolla con deseos reprimidos entre la "heroína solitaria" y su misterioso jefe, que inteligentemente nunca aparece del cuello para arriba, manteniendo un aire de misterio como el objeto secreto de su afecto.La interacción entre Lucía y Joaquín en la canción refleja una lucha constante entre mantener la profesionalidad y ceder ante los sentimientos. El título se refiere a su gran esfuerzo para mantenerse profesional en una situación que claramente la afecta emocionalmente. Mientras el dúo argentino interpreta su sentida canción ante un público cautivado, la trama se complica cuando el jefe olvida sus billetes de avión para un viaje crucial. En una carrera desesperada por entregarlos, la secretaria lo alcanza y le revela que no es otro que el propio Superman, interpretado por el querido actor Christopher Reeve. Reeve reconoce gentilmente su esfuerzo y queda cautivado por la joven.El video fue filmado justo antes del trágico accidente de Christopher Reeve en 1995, que resultó en una lesión en la médula espinal que lo dejó paralizado. A pesar de sus desafíos posteriores, Reeve, quien inmortalizó al superhéroe Superman, continuó inspirando a muchos hasta su fallecimiento, el 10 de octubre de 2004.
El lunes 6 de mayo del 2024, cuatro mujeres lesbianas sufrieron de un grave ataque homófobo en el hostal donde se estaban quedando. Todo indica que el responsable fue el propietario del lugar, Justo Fernando Barrientos de 67 años. El hombre lanzó una botella llena de líquido inflamable dentro de la habitación en donde se hospedaban las cuatro mujeres. Solo una de ellas logró sobrevivir. Pamela Cobbas, de 52 años, murió unas horas después del ataque y su pareja, Mercedes Roxana (52), murió después de agonizar más de 48 horas debido a que su cuerpo estaba en un 90% lleno de quemaduras. Otra de las mujeres, Andrea Amarante (42) logró sobrevivir un poco más. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del equipo médico, murió a la semana del asesinato. La pareja de Andrea, Sofía Castro Riglos, de 49 años, es la única que logró sobrevivir. Sigue bajo cuidado médico en el hospital. El presunto responsable fue encontrado por la policía tiempo después de los hechos intentando quitarse la vida con una motosierra. Lo que sucedió según los testigosSegún otros inquilinos que se quedaban en el mismo hostal de las mujeres, los gritos los levantaron después de la medianoche. Al verlas envueltas en llamas intentaron apagarlas con un extintor pero no fue posible. Por esto, las llevaron a la ducha más cercana. El incendio causado por la botella con líquido inflamable fue de tal magnitud que tuvieron que evacuar a unas treinta personas más ya que se extendió por una parte del edificio. Las manifestacionesPara exigirle al gobierno de Javier Milei y a las autoridades de que se haga justicia, el 13 de mayo del 2024 un grupo de 200 personas se reunió en la Plaza Colombia, donde tuvo lugar el asesinato, con pancartas donde se leí que era necesario abordar la violencia homofóbica. Sin embargo, el presidente Milei afirmó que este no era un crimen de odio y pidió mayor investigación.
Ya se estrenó en salas de cine If: amigos imaginarios, escrita y dirigida por John Krasinski y protagonizada por Ryan Reynolds. En un mundo donde la vida adulta y la realidad a menudo desvanecen la imaginación, Amigos Imaginarios explora esta premisa: “¿y si nunca es demasiado tarde para volver a conectarte con ella? Volver a ser niño, aunque sea por un momento". If: amigos imaginarios: ¿De qué se trata?La película lleva a los espectadores a un viaje lleno de asombro y maravilla, donde la fantasía se convierte en realidad y los amigos imaginarios son más que simples recuerdos.Amigos Imaginarios sigue el viaje de Bea, una niña de 12 años que descubre un extraordinario superpoder: la capacidad de ver a los amigos imaginarios de todos. En la cúspide de su adolescencia, lista para dejar atrás lo que significa ser una niña, una noche de verano mientras visita a su abuela en Brooklyn, su vida cambia."Contamos esta historia a través de los ojos de una niña que, al igual que mis hijos, está tratando de lidiar con lo cambiado que está su mundo", dice Krasinski en un comunicado de prensa. "Al hacer eso, podemos capturar la idea de que la imaginación no solo es una herramienta poderosa para divertirse, sino también un enorme mecanismo de afrontamiento que nos ayuda a dar sentido a las cosas que de otro modo podrían ser demasiado difíciles".Amigos Imaginarios es más que una película; es un recordatorio de que nunca es demasiado tarde para volver a conectar con nuestra imaginación interior. Una película que celebra la imaginación y la capacidad de creer en lo imposible. Mientras se embarca en la misión de conectar los corazones de todos, jóvenes y adultos por igual, recordándonos el valor de mantener vivos nuestros sueños más preciados. If: amigos imaginarios: ¿Cuál fue la inspiración? La inspiración para este viaje fueron los propios hijos de Krasinski, "Durante los primeros días de la pandemia, pude pasar mucho tiempo con mis hijas de 8 y 6 años y ver el poder de su imaginación. Pero a medida que avanzaba la pandemia, comencé a ver que sus luces disminuían. Habían estado tan llenos de energía y emoción, pero se estaban volviendo más cautelosos con todo" afirmó el director.