Curiosamente, en la tierra de las chuzadas del DAS, como en el resto del mundo, la actualización de los términos y condiciones de uso de WhatsApp hizo que se despertara el interés por la privacidad en las aplicaciones para dispositivos móviles. De hecho, muchos usuarios se quieren trastear de servicio de mensajería. Acá les explicamos de qué se trata el cambio y cuáles son las alternativas. Por Juan Camilo Ospina DeazaPor muy paradójico que suene, la noticia de los cambios en los términos y condiciones de WhatsApp nos ha obligado a tomar conciencia frente a la desigualdad de condiciones entre las grandes empresas y los usuarios.La respuesta de las aplicaciones ante cualquier actualización, en últimas, es básicamente siempre la misma: “si no le gusta no la use”. No hay más opciones disponibles si uno quiere continuar. No hay una caja de sugerencias para negociar las condiciones. No hay un número al que pueda marcar para que un experto de WhatsApp me explique sus condiciones de uso. Por lo general, la premura por continuar el uso de un servicio como WhatsApp hace que los usuarios no estudien al detalle reglamentaciones, condiciones de uso y posibles consecuencias del uso de las aplicaciones. Por eso les contamos cuáles son las nuevas condiciones de uso de WhatsApp, sus implicaciones, algunas aplicaciones alternativas y cuáles son los problemas de seguridad informática que ellas representan.¿Cuáles son los cambios en la privacidad de WhatsApp?Los cambios de privacidad de WhatsApp son consecuencia de su compra por parte de Facebook en febrero del 2014. Es decir, ya venían ocurriendo y en últimas no traen muchas novedades. La nueva política, de hecho, cuenta cómo los datos del usuario se ven afectados cuando hay interacción con una empresa en la plataforma y proporciona más detalles sobre la integración con Facebook, empresa matriz de WhatsApp.Pero hay que recordar que el intercambio de datos con Facebook ya se estaba produciendo. Los usuarios de la Unión Europea pueden optar por no compartir datos con Facebook, pero el resto del mundo no tiene la misma opción.WhatsApp comparte la siguiente información con Facebook y sus otras empresas: Información de registro de la cuenta (número de teléfono)Datos de transacciones (WhatsApp ahora tiene pagos en India)Información relacionada con el servicioInformación sobre cómo interactúa con otros (incluidas las empresas)Tipo de dispositivo móvilDirección IP (Y también está recopilando ahora más información a nivel de hardware de dispositivo)En general, WhatsApp no está implementando nada que no hagan las demás redes sociales que ya utilizamos. Como debería ser bien sabido, el negocio de las aplicaciones "gratuitas" radica en que nuestra información es el negocio.Las empresas tienen que buscar tipos de retribuciones por parte de los usuarios. De allí que Instagram, Facebook y Google tengan grandes cantidades de información sobre nosotros. O como dice la periodista Mollye Barrow:Este cambio de WhatsApp preocupa a muchos, más que nada, por los conocidos problemas que ha tenido Facebook. Desde acusaciones por ostentar el monopolio en Estados Unidos de servicios en la red, pasando por el papel que ha tenido en la influencia a campañas electorales (entre ellas la de Trump), hasta malas prácticas en el manejo de la seguridad de los datos.Aunque Facebook ha tenido que pagar grandes sumas de dinero en acuerdos y multas, estos pagos no han cambiado drásticamente ni su funcionamiento ni su manejo de datos. Y WhatsApp también sufrió una violación de la privacidad: algunos grupos de chat privados indexados se encuentran en el motor de búsqueda de Google. En Netflix se pueden encontrar algunos documentales que tratan estos conflictos como Social Dilema y The Great Hack. Estos documentales revelaron, quizás por primera vez para algunos espectadores, cómo las redes sociales usan los algoritmos para hacer que la gente regrese estableciendo una relación de dependencia. También muestran cómo las empresas de tecnología han influido en las elecciones, la violencia étnica y las tasas de depresión y suicidio. Ante estas acusaciones Facebook afirmó que “En lugar de ofrecer una visión matizada de la tecnología, ofrece una visión distorsionada de cómo funcionan las plataformas de redes sociales para crear un chivo expiatorio conveniente para problemas sociales difíciles y complejos”.Cada vez más existe la preocupación sobre cómo regular el tiempo que se pasa en las aplicaciones. Sin embargo, a las compañías les conviene exactamente lo contrario, que cada vez les demos más nuestro tiempo y atención. Para ello usan estrategias que permiten asegurar el flujo de dopamina en el cerebro. ¿Alguna vez se han visto levantando el celular por reflejo, para solo ver la hora o por si algo está pasando? ¿Cuándo fue la última vez que hicieron la fila del banco o espero a alguien sin ver el celular? Al mejor estilo de las ficciones más distópicas, no es difícil encontrar en Google artículos como “Retener usuarios de aplicaciones. Estrategias para mantener tus usuarios de por vida”. Esta insistencia por enganchar a los clientes se debe a que la atención significa tiempo de publicidad, la posibilidad de compra y datos sobre el comportamiento de los individuos.¿Cuáles son las mejores aplicaciones de mensajería instantánea, alternativas a WhatsApp?Aunque WhatsApp es una de las aplicaciones que más utilizamos en la cotidianidad, podemos encontrar otras alternativas, pero a su vez otras condiciones y formas de administración de nuestros datos. Para aquellos que quieran cambiarse y no suministrar sus datos al monopolio de Facebook, existen opciones como Telegram, Signal, Viber, LINE, kakaotalk Messenger, Skype o Wechat. Sin embargo, es difícil encontrar alguna que no tuviera problemas respecto a prácticas de privacidad. TelegramComencemos con la alternativa más popular tras el pánico extendido por la actualización de WhatsApp: Telegram. (Lean también: Telegram registró récord de usuarios. 10 ventajas frente a WhatsApp)Esta aplicación usa cifrado de extremo a extremo, al igual que WhatsApp y Signal. Este tipo de cifrado convierte los mensajes en un código sin la ayuda de un servidor en el medio, lo que hace casi imposible obtener acceso a la comunicación entre dos usuarios sin su consentimiento. Es considerado una de los mas seguras, hasta tal punto que grupos extremistas islámicos la han utilizado por su capacidad de mantener conversaciones secretas en mensajes fuertemente encriptados.Pero proporcionar una plataforma que permita a los usuarios evadir el escrutinio oficial ha traído sus propios problemas. En los últimos años, el Estado Islámico ha utilizado Telegram para organizar complots terroristas, difundir propaganda y responsabilizarse de los ataques. Por el mismo motivo, la policía coreana ha tenido problemas identificando a decenas de víctimas, incluidos menores, vinculados a salas de chat de “pago para ver” operadas en la aplicación. Esto es un problema tan grande que el gobierno ruso y el Chino han hecho esfuerzos por bloquear Telegram. Como podemos ver con este caso, la regulación de estas aplicaciones pone en conflicto la libertad de expresión con la seguridad.WeChatEn el otro lado del espectro está Wechat. Esta aplicación es una de las más populares en China. Esto último es problemático porque, como explica la Oficina de Información del Consejo de Estado Chino: “dentro del territorio chino, Internet está bajo la jurisdicción de la soberanía China”. Esto quiere decir que el Estado Chino participa en una amplia gama de actividades en línea que incluyen, entre otras cosas, requisitos de localización de datos para empresas nacionales y extranjeras. Bajo el argumento de la seguridad nacional se puede socavar la seguridad de la información. Esto ha tenido importantes impactos como censuras, toma de datos de individuos, entre otros.Como explica en un informe Citizen Lab, un centro de investigación que forma parte de la Universidad de Toronto, “los documentos e imágenes compartidos entre cuentas no registradas en China están sujetos a vigilancia de contenido y se utilizan para construir la base de datos que WeChat utiliza para censurar las cuentas registradas en China".¿Vale la pena preocuparse por nuestros datos?Mucho se habla de la educación financiera, de la educación emocional, pero aún así somos felices desconociendo las condiciones del uso del mundo informático. Es importante indagar por las implicaciones que tienen las diferentes aplicaciones y tecnologías que utilizamos en el día a día. Sin embargo, esto no es suficiente. Existe una relación desigual entre las grandes compañías y las posibilidades de los usuarios. En la mayoría de ocasiones los usuarios son también productos, lo que lleva a que existan prácticas difíciles de comprender. Por un lado, hay aplicaciones en las que se viola la seguridad de los datos y son usados para lograr mayores ventas y censuras sin nuestro consentimiento. Por otro lado, hay aplicaciones que logran una gran confiabilidad, pero tienen la consecuencia que no se puede hacer un seguimiento de prácticas ilegales.No existe un lugar donde dar sugerencias o negociar condiciones. Hemos llegado al punto en el que las sanciones que puedan hacer países no son suficientes. Así como tampoco se convierte en una opción para los usuarios el decidir no tener ninguna de estas aplicaciones, ya que de una u otra manera todos dependen de la comunicación virtual para agendar reuniones, estar en contacto con allegados que están en el exterior, programar trabajos en grupo, recibir información para hacer compras en línea, hacer negocios o proyectos con personas que están en espacios geográficamente separados, etc. Por lo tanto, no es tan fácil responder “no acepto sus condiciones”. Tal vez estos debates que nos están inquietando tanto para lo único que nos sirvan es para reflexionar acerca de formas colectivas de gestionar nuestros datos y sobre el lugar de los estados y las organizaciones privadas en nuestra privacidad.
Por estos días, la app de mensajería Telegram registró un récord de 25 millones de usuarios nuevos en las últimas 72 horas. “En la primera semana de enero, Telegram superó los 500 millones de usuarios activos mensuales. Después de eso, siguió creciendo: 25 millones de nuevos usuarios se unieron a Telegram solo en las últimas 72 horas. Estos nuevos usuarios procedían de todo el mundo: el 38% de Asia, el 27% de Europa, el 21% de América Latina y el 8% del Medio Oriente y el norte de África”, explicó Pável Dúrov, fundador de Telegram.Sin duda una de las causas por las que muchos usuarios se volcaron a Telegram fue el cambio en los términos y condiciones de WhatsApp, en los que se anunció que la app de mensajería integrará algunos de los productos de las empresas de Facebook.“La gente ya no quiere cambiar su privacidad por servicios gratuitos. Ya no quieren ser rehenes de los monopolios tecnológicos que parecen pensar que pueden salirse con la suya siempre que sus aplicaciones tengan una masa crítica de usuarios”, dijo Dúrov.Si bien una de las principales desventajas de Telegram es que aún no es tan popular como muchas de sus competidoras, tiene bastantes ventajas que han convencido a muchos. Aquí algunas de ellas.Uso de datos de los usuarios Uno de los elementos más atractivos de Telegram. Mientras para vincular la cuenta, Telegram pide información de contactos, número de teléfono, archivos y datos de identidad, WhatsApp exige también ubicación, correo electrónico, e información de pagos, entre otros. Todos estos datos son los que recopila su compañía madre: Facebook, para luego ofrecerlos a las marcas que hacen publicidad.No tiene copia de seguridadTelegram es una app que almacena en la nube toda la información del usuario. Esto significa que al cambiar de dispositivo no se pierde información de la aplicación, mientras con WhatsApp es necesario tener espacio en el teléfono para que la app realice una copia de seguridad. Si el dispositivo es del mismo sistema operativo, no hay mayor problema, pero, por ejemplo, pasar la información de Ios a Android o viceversa puede ser más complicado.Es multidispositivoA diferencia de WhatsApp que solo permite su uso en un dispositivo, en Telegram es posible tener la sesión iniciada desde varios equipos y responder las conversaciones en todos ellos.Tiene varias opciones de personalizaciónMás allá del modo oscuro, no hay muchas opciones en WhatsApp para la personalización de la interfaz. Mientras tanto, Telegram tiene la posibilidad de cambiar el color de los mensajes hasta el nivel de redondez de las burbujas de chat.Para quienes sienten que con los stickers se expresan mejor, en Telegram también los encuentran: tanto los que son creados por la propia aplicación, como la opción de crear los propios.Permite programar mensajesEn Telegram es posible programar el envío de mensajes, para que el contacto lo reciba a una hora específica. En WhatsApp es posible por medio de otras aplicaciones, pero no es una opción que ofrezca la app.Ocultar número de teléfonoMientras en WhatsApp nuestro número de teléfono siempre está disponible para otros usuarios, en Telegram es posible hacerlo oculto.Edición de mensajesSi cometemos algún error en un mensaje, el Telegram es posible editarlo, una opción que no incluye WhatsApp. El único requisito es que la corrección debe hacerse en las últimas 48 horas luego de enviado el mensaje.Envío de archivos pesadosMientras WhatsApp tiene un límite de 100 MB para enviar un archivo, en Telegram es posible enviar hasta 2GB de información.Mensajes que se autodestruyenUna opción no disponible en WhatsApp. En Telegram es posible programar mensajes para que estén disponibles por unos pocos segundos o hasta por un mes.CanalesTelegram ofrece la opción de crear canales para publicar contenido de forma unidireccional. Los usuarios que se unan pueden ver el contenido, pero no necesariamente responder a él.
WhatsApp es la aplicación de mensajería más popular del mundo. Pero aunque luzca muy inofensiva, la desregularización de sus contenidos y los ‘excesos’ de libertad de expresión pueden ser la razón tras el crecimiento de nuevos discursos de odio y la histeria colectiva más absurda y peligrosa de nuestros tiempos. ¿Qué nos dice esto sobre nuestro uso de la libertad? Y ¿por qué la serie Matarife supo aprovechar muy bien este lenguaje? Por Víctor Solano Urrutia Los rumores siempre han hecho parte de la naturaleza de los aplicativos digitales: que si las empresas pueden comprar mis datos personales; que si los gobiernos vigilan lo que hacemos a través de las redes sociales; que si mi ex puede espiar mis conversaciones a distancia. Y no hay razones para afirmar o para descartar del todo estas preocupaciones. Podemos esperar cualquier cosa luego del escándalo de Cambridge Analytica, en el que se reveló que Facebook filtró las preferencias de millones de usuarios en favor del marketing político, o tras los hallazgos más cruciales de TechCrunch sobre la desprotección de 419 millones de celulares en la web. Las angustiosas cifras sobre vulneración de usuarios han llevado a la migración masiva a otras aplicaciones, estrategia parcialmente ilusa considerando que Mark Zuckerberg, el principal implicado en estos escándalos, es dueño de las 4 apps más descargadas: Facebook, WhatsApp, Instagram y Messenger. Prácticamente nos tiene en la palma de la mano, jugando a lo visible y lo invisible, a lo público y lo privado. Facebook en jaque: los huecos en seguridad que los pueden acabar Porque todos sabemos que las redes sociales tienen diferentes usos, digámoslo así, para diversificar la chicanería. No subimos a Instagram las bobadas que compartimos en Facebook, pero junto con LinkedIn (la “más seria”) y tal vez Tinder, estas redes son nuestras caras más visibles: edifican el ego sobre el cual basamos nuestra identidad online. WhatsApp, por otro lado, es el reino de lo semi-privado. Nadie ni dentro ni fuera de la app puede saber en qué grupos andamos o con quién conversamos, lo que la convierte en la plataforma perfecta para muchas ideologías, movimientos, tendencias y fuerzas (contra) culturales que buscan mover sus hilos con privacidad.Pareciera que los cursos de community manager van a tener que ‘reinventarse’ ante el hecho de que los usuarios se están volcando más hacia la creación de grupos privados con intrincados mecanismos para mantenerse ocultos y herméticos. A ello han contribuido las herramientas de fastcheck y la creación de encuestas para que los administradores se reserven el derecho de admisión, síntoma de que la comunicación está en crisis.Muchos usuarios de Internet parecen no querer que las páginas les digan qué ver o discutir; o que los aterroricen las recomendaciones aleatorias sobre búsquedas en Google, o que aparezca publicidad sobre fetiches privados. La gente pide con desesperación privacidad. Y WhastApp ha sido el palacio y la guarida, como diría Miguel Bosé, porque nos otorga el privilegio de vincularnos a comunidades increíblemente específicas con gente de todo el mundo y a las que les interesan los mismos temas, por retorcidos que sean.Lea también: 9 motores de búsqueda para dejar de depender de Google Surcando aguas internacionales de WhatsApp La principal ventaja que muchos le ven a WhatsApp es que no cuenta con ningún tipo de control estatal o privado de contenidos sobre lo que se comparte. Eso facilita el reenvío masivo de toda clase de cosas, entre las que podríamos incluir desde pornografía hasta audios incriminatorios. ¿Pero qué tan ventajosa es esta política de censura cero? Por supuesto, el exceso de libertad ha sido muy criticado por facilitar la promoción de discursos de odio. Al fin y al cabo, para crear una comunidad virtual no se necesita sino un buen nombre y un número de celular desde el cual mandar las invitaciones. El odio y los resentimientos comunes casi que llegan por añadidura. Ahora bien, ¿es la expansión de los discursos de odio pecado de la plataforma? ¿O solo buscamos culpar al medio antes que aceptar nuestra mala leche? “What’s wrong with WhatsApp?” se pregunta el periódico The Guardian frente a los más recientes fenómenos de histeria colectiva propagados en y desde WhatsApp en el Reino Unido. Gente que se organiza para incendiar antenas 5G que supuestamente lavan el cerebro, o campañas que aseguran que la “imposición” del tapabocas es una violación a los derechos de libertad de expresión. Lo cierto es que las consecuencias del uso privado de las redes puede medirse en impactos sociopolíticos de gran escala: Brexit, Trump, Bolsonaro… ¿sigo con la lista? ¿Hay que temer a las cadenas de Whatsapp? Hablemos de seguridad informática Pero no repitamos lo que ya se ha dicho, que las fakenews, cadenas, piolines anti-aborto y demás material que se mueve de teléfono en teléfono son una estrategia política para adoctrinar. Eso ya lo sabemos. Ahora, de lo que se trata es de entender cómo convivimos con esa incómoda realidad, quizás ignorando el hecho de que los usuarios de WhatsApp que nos jactamos de no caer en esas lógicas igual compartimos de todo y creemos ciegamente solo porque nos movemos en grupos de nuestro interés. Porque cada grupo es una isla, y cada isla tiene sus reglas. Matarife: A Whatsapp Love Story En Colombia tenemos un caso muy particular: ¿qué nos dice la circulación de la serie web de Daniel Mendoza, Matarife, en Whatsapp? Justamente, la apuesta de esta producción fue salirse del formato de entretenimiento tradicional de la televisión y adoptar otras estrategias de difusión que faciliten el alcance a grandes porciones de público, sorteando hábilmente la censura o la posibilidad del sabotaje. ¿Pero por qué justamente recurrir al WhatsApp?Por el alto contenido político explícito de la serie, en la que no sólo se enreda al ‘innombrable’, sino a diferentes personalidades del mundo de la política, la decisión de difundirla por WhatsApp y Telegram (además de YouTube) se tomó ante el miedo de que fuera censurada y dada de baja de plataformas evidentemente controladas. La privacidad y la búsqueda de estas repúblicas sin estado (redes sociales sin una cabeza única) permitieron la expansión viral no sólo de los primeros capítulos, sino de un sinnúmero de grupos que nacen y comparten toda clase de contenido afín a la temática sin ninguna restricción externa. Por supuesto, este es un argumento válido y una salida fácil a las tentativas de sabotaje, entremezclando V de Vendetta y Black Mirror. Me atrevo a decir que si bien WhatsaApp no promueve discursos, sí permite que estos levanten vuelo con mucha más facilidad y rapidez por su modelo semi-anárquico de distribución de la información. De manera que quienes se han visto afectados por la serie no han sabido cómo responder. Al principio la creían muy chichipata por el formato, pero parece que la serie ha incomodado más que cualquier investigación formal. Curioso o no, vemos que los papeles se han invertido. Durante años los grupos más conservadores han usado Whatsapp como instrumento fundamental para ejercer su derecho a la libertad de expresión y a la privacidad recalcitrante. No es desconocido que por allí se han movido los cuentos más inverosímiles y absurdos que rayan con lo cómico, como el “rayo homosexualizador”, la “ideología de género” y, en últimas, toda la agenda cristiano-conservadora con incidencia en las urnas. Si no puedes contra ellos, úneteles Podemos aventurar una tercera razón de por qué la popularidad de Matarife. Además de amagar la censura y de llegarle a un público más extenso (cada vez es menos la gente que ve televisión, mientras nadie puede huirle al WhatsApp), los productores y agentes publicitarios detrás de la serie apuntaron a usar un lenguaje que hasta este momento habían monopolizado los grupos conservadores. De hecho, esta puede ser la razón principal: en lugar de negar el lenguaje del enemigo, copiar su fórmula de éxito hasta la saciedad. Sí, Whatsapp era la gramática por excelencia de los señores sabelotodo y de las tías de ideas anticuadas que replicaban sin un pelo de dudas las cadenas con mensajes políticos a veces ni tan disimulados. Pero ahora que ese medio ha sido contaminado, se han tenido que rebuscar las estrategias: una tutela negada y una contra-serie son ahora las cartas sobre la mesa de quienes se han visto acusados por Matarife. No obstante, parece que el rating de Matarife no va a tener la misma puntuación que en sus primeras semanas. Subversivo y todo, pero a veces la falta de costumbre mata. Copiar la gramática del enemigo pudo ser una jugada maestra no tanto por el alcance en las métricas de públicos (sólo al llegar a la mitad de la temporada sabremos esto), sino por desestabilizar la manera como entendemos WhatsApp: sin dudas, un campo de batalla en aguas internacionales, donde cada grupo es una isla con sus propios manifiestos de odios y simpatías.
WhatsApp, la aplicación de mensajería instantánea más utilizada del mundo, que, como ya sabemos porque se ha encargado de recordárnoslo cada vez que la abrimos es “Propiedad de Facebook”, probablemente seguirá siendo por algunos años más la herramienta de comunicación digital que más medie en nuestras conversaciones virtuales. Los grupos del trabajo, los grupos de amigos, los grupos de clases y las cadenas de memes, información de dudosa procedencia y mensajes religiosos parecen seguir incrementando con los años y no ha pasado nada que indique que los podemos detener. Por eso, y para hacer menos tortuosa nuestra comunicación, elaboramos una guía básica para que incluyan, dentro de sus propósitos de año nuevo, mejorar sus hábitos en WhatsApp No compartir mensajes políticos o religiosos en el grupo del trabajo El 2019 nos demostró que es necesario hablar de política. Que la vieja frase cliché que reza que “es mejor no tocar esos temas” está mandada a recoger. Hay que conversar, debatir y formar las ideas, confrontarlas y ser capaces de no convertirlo todo en una confrontación personal. Pero para eso hay espacios. Y, a menos que se haya acordado previamente con los miembros del grupo, o que ese sea el tema en el que trabajan, hay que reconocer que los grupos de Whatsapp destinados a asuntos prácticos de organización de equipos, muchas veces formados entre gente que apenas se conoce, son la peor opción para difundir las creencias propias. Cada que vez que quieran compartir algo recuerden hacer el ejercicio: ¿a mis compañeros de grupo le interesan los salmos del día, la celebración del día del santo patrono, la propaganda política de mi amigo el candidato o que “la luz del señor” se pose sobre todos los miembros del grupo? Aunque se abonan las buenas intenciones, la respuesta, la mayoría de veces, es no. Y tiende a incrementarse entre más gente con diversos intereses participe en el chat. Son las notas de voz, no es un Walkie-talkie El Walkie-takie, una especie de radioteléfono con la misma función que el zapatófono del Superagente 86, fue un juguete muy popular hace unos años. Ahora, desde luego, los celulares opacaron su utilidad, pero los que crecieron entre los 80 y los 90 sabrán que funcionaba oprimiendo un botón mientras se hablaba y lanzando señales para que el otro supiera cuándo responder y cuándo terminaba la conversación: los populares “cambio” y “cambio y fuera”. Puede que sea la nostalgia (o la pereza de escribir), pero desde que WhatsApp incluye notas de voz muchos usuarios han optado por hacer de su celular un Walki-talkie. El resultado: una serie interminable de notas de voz intrascendentes y sin contenido. Si van a hablar única y exclusivamente a través de notas de voz, recuerden primero contar con el tiempo y la disposición del que está al otro lado del teléfono. Recuerden que para alguien que no esté preparado escuchar sus ocurrentes mensajes implica parar la música si está escuchando en el móvil, ubicarse en un espacio sin mucho ruido y, en el caso de la mayoría de lugares en Colombia, verificar que es seguro sacar el celular. Si el mensaje es urgente, desde luego, lo mejor es hacer una llamada. Y, por cierto, tampoco manden mensajes de voz a desconocidos. Corolario: Pensar qué va a decir antes de enviar una nota de voz Casi tan traumático como escuchar notas de voz de un segundo, que solo dicen sí o no, es escuchar mensajes con cavilaciones que duran mucho tiempo y, al final de cuentas, no dicen nada. WhatsApp se trata de conversaciones, no de podcast. Dejar morir los gemidos Al principio, los audios con gemidos que irrumpían después de una nota de voz y se intensificaban en volumen eran graciosos. Ya no. Ya todos saben cómo suenan. De hecho, ya se conoce hasta el rostro detrás de la mujer de esos gemidos. (Acá se las presentamos) Verificar antes de compartir Este año, en Colombia, conocimos el miedo que provocan las fake news. Y aunque ya lo sabíamos por el caso de Estados Unidos, en el que el miedo viral puso a un presidente, caímos. Durante las jornadas de protesta en diciembre, en Bogotá y en Cali se regó la noticia de que “se estaban metiendo a robar los conjuntos cerrados”. ¿Quién, cuándo, cómo? Nadie nunca supo, pero ejércitos de vecinos salieron a “defender sus cosas”, sin percatarse que debían defenderse era de las noticias falsas, que circularon, en su mayoría, por rumores y cadenas de Whatsapp. Compartir noticias e información de interés es útil y relevante, pero, aunque cada vez es más difícil, hay que aprender a discernir entre la información confiable y la que está diseñada para mentir. Respetar los horarios de los demás A pesar de que en Colombia se ha extendido el uso de frases macabras como “estudien, vagos”, “yo sí produzco” o “yo sí trabajo”, hay personas con mayor grado de sensatez que privilegian, sobre la apariencia de “estar trabajando o produciendo”, las relaciones personales, el ocio, o el tener una vida, tal vez. De hecho, en 2017, en Francia, la ministra del trabajo Myriam El Khomri impulsó una ley para regular la desconexión digital de los trabajadores. La norma entró en vigor el 1 de enero de 2017 y supuso que las empresas debían consensuar con sus empleados un manual de uso de emails, teléfonos móviles o mensajería instantánea para respetar el tiempo de ocio y descanso de los trabajadores. Y aplica también para estudiantes. Por eso, si quieren discutir un informe, poner un trabajo o una tarea, pueden preguntarse: ¿llamaría a esta hora para pedir lo mismo? ¿Puede esperar hasta mañana? Y en el caso de que sea en un grupo: ¿El mensaje le compete a todos los miembros del grupo para que piensen en trabajo a esta hora? No acaparar las gigas del prójimo Uno de los problemas de muchos de los teléfonos móviles es que su capacidad de almacenamiento se agota bastante rápido. En la mayoría de casos, Whatsapp es la tercera o cuarta aplicación que más ocupa espacio en el móvil. Solo después de las carpetas de fotos y videos nativos, las aplicaciones de música y las aplicaciones o archivos de sistema. Y el espacio que ocupa se incremente con cada archivo que se recibe y se envía. Para que WhatsApp no genere problemas de espacio hay varias soluciones. Se puede programar la aplicación para que no guarde los videos recibidos a menos que uno lo elija, se pueden borrar los videos enviados para que no queden duplicados y, ocasionalmente, eliminar las conversaciones viejas. La otra solución es regular la cantidad de videos e imágenes que comparte en sus grupos.
Según lo informó la empresa propiedad de Facebook en un comunicado, una larga lista de teléfonos dejarán de tener disponible la aplicación WhatsApp desde el 1 de febrero. Este fue el mensaje de la compañía: “Ya no desarrollaremos la app para estas plataformas, así que algunas características pueden dejar de funcionar en cualquier momento”. El anuncio cobija tanto a los dispositivos con Android como a los que operan con iOS. En el caso de los Android, los que no servirán más para utilizar WhatsApp serán los que tengan la versión 2.3.7 (o anterior) del sistema operativo. En el caso de los iPhone, los que no servirán más serán los que tengan el sistema operativo iOS 8 y las versiones anteriores. Además, la app de mensajería no podrá ser utilizada en los smartphones que usen Windows Phone con versión menor a la 8.1. 10 razones por las que WhatsApp nos jodió la vida Por lo tanto, los iPhone más antiguos, es decir desde los iPhone 3, iPhone 3GS y iPhone 4 para atrás, que no soportan las más recientes actualizaciones, quedarán inutilies para usar WhatsApp. La lista de dispositivos Android que de ahora en adelante serán incompatibles con la App es, desde luego, mucho más amplia. Pero, por lo general, los teléfonos que tendrán problemas son los lanzados antes del 2010. Esta incompatibilidad abre la puerta a las nuevas actualizaciones en la app. Sus próximas versiones contarán con la opción de decidir si se quiere entrar en un grupo de conversación al que les hayan invitado. También permitirán controlar las llamadas que recibimos a través de la app y nuevos sistemas de seguridad para que nadie pueda leer los mensajes.
La excusa de muchos usuarios para usar Telegram y Snapchat era la opción que daban estas redes sociales para poder enviar mensajes e imágenes que se borran en un tiempo determinado y con las que no queda ningún registro. Pues Whatsapp ya no va a quedarse atrás y es posible que dentro de poco se active una actualización que permitirá a los usuarios poder enviar mensajes invisibles los cuales solo pueden decodificarse con la cámara del celular. Al parecer esto se realizará con una tecnología creada en la Universidad de Columbia llamada FontCode la cual permite esconder mensajes dentro de otro, como la vez que enviaron el punto negro que bloqueaba la pantalla, que en realidad era un mensaje encriptado (El circulo negro de Whatsapp que paraliza su teléfono). Lo que va a pasar al final es que alguien le envíe un mensaje cualquier y hasta que usted no active una aplicación específica no sabrá que existe un mensaje oculto. .
No esté tan seguro del significado que le mete a un emoji en una conversación, hay unos que tienen doble sentido y no precisamente porque sirvan para poner las conversaciones más calientes (Guía básica para tener conversaciones calientes en Whatsapp) Algunas caritas pueden llegar a joder una conversación o demostrar el estado de ánimo de la otra persona. Teniendo en cuenta la variedad de caritas felices que existen debe saber que no todas pueden significar lo mismo y que algunas son solo hipocresía, otras pueden significar felicidad extrema y una que es realmente aterradora de fondo puede traer un mensaje pasivo-agresivo. Sí, una vez más comprobamos que todo no todo lo que brilla es oro, mejor tenga en cuenta nuestra explicación para que luego no se esté quejando si algo falló. No, no es una cara de felicidad. De fondo puede traer una explosión de emociones y la verdad es que no del todo buenas. Haga de cuenta que esa carita es como cuando usted le pregunta a su novia, después de notarla rara: “¿amor te pasa algo?” y le responden “no, nada” … lo mejor es cerrar la conversación y salir corriendo. . No, no es una carita feliz normal. Esto significa que se viene la tercera guerra mundial y que en cualquier momento puede explotar una bomba disfrazada de tratado en su Whatsapp Mire es muy fácil: si en una discusión le echan en cara algo y seguido le mandan esa carita lo más probable es que le estén diciendo muy debajo de letras “si ve, tengo la razón”. Si al final de una conversación en la que se calentaron los humos la otra persona o usted manda este emoji, de por sentado que todo se fue a la mierda. Mire si lo usa muy mal puede solo significar: “me acaba de volar la cabeza”… todo se fue a la mierda Ya qué. ¡que cagada! "No lo estoy tomando en serio, pero todo bien" Si lo que quiere decir es que no entiende es mejor que busque otra opción, las manos así solo pueden significar: "¿y a mi qué me importa?" Muy indicado si lo que quiere decir es: "estoy a esto de perder la paciencia" No, no es un simple adiós... es un gran manotazo y posiblemente una cachetada para que despierte. Si usted no está en embarazo tenga claro que le están diciendo
A propósito de la conmemoración del día del internet, el diario argentino El Clarín realizó un completo informe sobre las desbordadas cifras que quedan a diario por el uso del Internet en el mundo. La realidad supera la ficción y de seguro estos números no los podrá superar ni Despacito de Luis Fonsi. Según el estudio realizado por la agencia Visual Capitalist, cada minuto se reproducen 4,5 millones de videos en YouTube, se envían 188 millones de correos electrónicos en Gmail y se buscan 3,8 millones de cosas en Google Y esto no es nada comparado a los números que dejan las redes sociales: se envían 41.6 millones de mensajes por WhatsApp y por Messenger de Facebook cada minuto, en ese mismo tiempo 87.500 personas tuitean y 347.222 dan likes en Instagram. Es decir que mientras usted leía esta nota se estaban moviendo unas 42 millones de interacciones en internet. Y como ñapa nos soltaron las cifras de Netflix, cada 60 segundos en la plataforma se reproducen 694.444 horas de visualización, mientras que en Google Play y App Store se descargan más de 390.000 aplicaciones de todo tipo.
Hoy nos parece dificil imaginar la vida sin WhatsApp, una aplicación que cambió la mensajería instantánea para siempre. Esta app nos facilitó enormemente la manera de comunicarnos (y de paso nos hizo estar cada vez más conectados al celular). Con motivo de décimo aniversario de su lanzamiento inicial (24 de febrero de 2009), aquí le contamos algunas cosas que tal vez no sabía de WhatsApp y lo importante que es en nuestras vidas. WhatsApp fue fundada por Brian Acton y Jam Koum, 2 antiguos empleados de Yahoo. Enviaron su hoja de vida a Facebook pero fueron rechazados. El usuario promedio pasa en WhatsApp un promedio de 195 minutos semanales. Cada minuto y medio en el mundo se envían 50 millones de mensajes. Un 30 por ciento de las selfies que se comparten en Internet se comparten en WhatsApp. El usuario promedio mira WhatsApp unas 23 veces por día. En WhatsApp trabajan cerca de 55 personas. Inicialmente, WhatsApp era gratuita el primer año, pero el usuario debia pagar después de 365 días. Hoy sigue siendo gratuita, sin importar el tiempo que pase. India es el país con el mayor número de usuarios de WhatsApp. Cada día en el mundo se comparten unos 100 millones de mensajes con video. El usuario promedio envía unos 1000 mensajes al mes.
Pronto Whatsapp lanzará un catálogo con 230 nuevos emojis y como en esta generación se le presta tanta atención a estas imágenes que se envía vía chat, Facebook decidió tomar en cuenta la petición de una ONG australiana en cuanto a normalizar los síntomas pre menstruales y la menstruación en sí y juntos crearon un emoticón que representa esos días del mes. Pero no fue así de fácil, Plan Internacional, la ONG, que lucha por los derechos de las mujeres tuvo que recoger 55 mil firmas de mujeres de todo el mundo bajo el argumento: “esta acción busca que todas las mujeres se sientan cómodas con su período menstrual, así como romper el estigma y el tabú que existe alrededor de una función biológica que es tan natural y normal como respirar”. La sociedad que censura a la menstruación En 2017, la ONG realizó convocatoria en Facebook para que los usuarios votaran entre cinco diseños animados. El que más votos obtuvo fue un calzón manchado con sangre. Sin embargo, Unicode propuso que el emoji fuera solo una gota roja, la cual afirman los usuarios pueden darle cualquier connotación sin perder la fuerza del mensaje. Vea también: Practicar sexo oral durante la menstruación es saludable
Disney tiene una larga lista de personajes que transitan muy bien por la fantasía, princesas, hadas, seres mitológicos y héroes. Pero sus villanos son legendarios, los antagonistas perfectos, algunos tienen club de fans y logran despertar más admiración y devoción que los buenos de la película.Maléfica en La bella durmiente, La Reina Malvada en Blanca nieves y los siete enanitos, El capitán Garfio en Peter Pan, Shan Yu en Mulán, Úrsula en La Sirenita, entre muchos más, que demuestran que para completar historias fantásticas se necesita luchar contra la maldadCruella de Vil en 101 dálmatas hace que la vida de perros sea otra cosa. Amante de las pieles y de la vida glamorosa, su personaje se desarrolla en una época más real. Glenn Close le dio vida al personaje en 1996, cuando llevaron el live action al cine. Emma Stone, será Cruella , una de las películas más esperadas del 2021.El personaje de Cruella de Vil se lo debemos a la escritora Dodie Smith, actriz fracasada, que dedicó gran parte de su vida a escribir obras de teatro y novelas, su novela 101 dálmatas fue adaptada por Disney en 1961.101 dálmatas está basado en episodios reales que vivió la escritora, tenía un perro llamado Pongo, el padre dálmata que apareció en la película en 1961. Dos años antes de escribir la novela tuvo cachorros en su casa. La película animada consiguió la admiración de la escritora por el resultado que Disney logró con su historia.Marc Davis es el encargado de crear el personaje de Cruella de Vil para la película animada. En sus manos nacieron personajes como Blancanieves y los siete enanitos (1937), Cenicienta (1950), Alicia (en el país de las maravillas, 1951), Tiker Bell de Peter Pan (1953) y Maléfica de La bella durmiente (1959). El personaje de Cruella de Vil fue un reto para el diseñador, quería que fuera más real y moderno."Tenía varios modelos parciales en mente cuando dibujé a Cruella, incluida una mujer que conocí que era simplemente un monstruo: era alta y delgada y hablaba constantemente. Quería que el personaje se moviera como alguien que no te gustaría. Cruella es mala pero ridícula, loca y egoísta. Ella nunca se detiene a pensar. No imagino que asesinar perros haya estado nunca en su mente, todo lo que vio fueron los abrigos de piel que quería hacer con ellos" afirmó Marc Davis en una entrevista en Los Angeles Times.Marc Davis no estaba trabajando de cero el personaje de Cruella de Vil, siguió y mejoró las ilustraciones de las gemelas Janet y Anne Grahame Johnstone que ya habían creado para la novela de Dodie Smith. Davis invitó a la actriz Mary Wickers para que le diera voz a Cruella, de esa forma probó el personaje y terminó de construirla.La voz de Cruella de Vil en la película animada la hizo la actriz Betty Lou Gerson "En la primera sesión de grabación, me dijeron que viera qué se me ocurría. No quería que Cruella fuera totalmente aterradora como Maléfica, así que la interpreté con un toque de humor en mi voz. Muchos de los villanos de Disney son realmente aterradores, pero creo que Cruella es más cómica que malvada” afirmó la actriz en una entrevista para Los Ángeles Times.Cruella de Vil es un personaje que se ha movido muy bien en diferentes décadas. En 1996, 101 dálmatas con Glenn Close, la actriz vuelve a protagonizar en el 2000, 102 dálmatas. En 2015 Disney Channel hace una película para televisión Descendientes, protagonizada por la actriz Wendy Raquel Robinson, se convirtió en la primera afroamericana en darle vida a Cruella. El 28 de mayo de este 2021, terminará la espera para comprobar si Emma Stone hará honores al personaje de Cruella. La película se desarrolla en los 70 en Londres y contará un poco la vida de la villana en su juventud, antes de convertirse en enemiga de los dálmatas.
Dicen que perro que ladra no muerde, pero el refrán jamás aplicó para DMX. El rapero de Yonkers, Nueva York —que murió el 9 de abril de 2021, a sus 50 años, luego de pasar sus últimos días inconsciente tras un paro cardiaco—siempre tuvo los colmillos afilados listos para el ataque y un ladrido potente (y melódico) que, junto con sus barras llenas de dolor y lucha, lo encumbró como una leyenda del hip hop y, en un momento, el MC más grande del mundo: su récord de cinco álbumes seguidos que debutaron en el número uno en ventas sigue imbatido en el rap, y probablemente así se mantendrá por siempre.Por Santiago Cembrano | @scembranoParadójicamente, lo que diferenció a DMX desde su debut It’s Dark and Hell It’s Hot (1998) fue lo oscuro y agresivo de su música, a través de la cual buscó exorcizar los problemas que lo atormentaron hasta las últimas. Mientras que, en el panorama confuso tras las muertes de 2Pac y Biggie, Diddy y Bad Boy hacían canciones extravagantes sobre los placeres de la vida millonaria a partir de reconocibles samples ochenteros, las de DMX eran de cómo te iba a robar. Y, a la vez, mucho más que eso: había un delicado balance entre lo sagrado y lo profano. Junto con la violencia había espiritualidad cristiana, lucha por ser mejor y una vulnerabilidad dolorosa.¿Cómo la antítesis de lo comercial logró vender más que lo fabricado para vender? La respuesta está en la honestidad evidente en cada línea que ladraba, con la que estableció una conexión potente con cada uno de sus millones de oyentes, tan potente como la energía que inyectaba en cada canción, como si se aferrara al micrófono y a la vida con las mismas ganas. Tras el halo amenazante de cada track estaba el alma de alguien que desde que nació había conocido el día a día como una pendiente inclinada que le dificultaba cada paso. Y esa alma era casi palpable en su icónico registro, endurecido por su bronquitis asmática y la violencia que recibió y emitió a partes iguales.Bautizado por sus padres como Earl Simmons, desde niño se hizo amigo de los perros callejeros, con los que pasaba la mayoría de su tiempo. Era un niño desobediente y rebelde, y se entendía mejor con ellos —animales con la guardia alta, pero nobles y cariñosos— que con los humanos. Su padre se fue y su madre y los novios de ella solían golpearlo. Su infancia y adolescencia las pasó en hogares colectivos o en centros de detención juvenil. Como contó en su autobiografía E.A.R.L.: The Autobiography of DMX, robar se volvió su forma de comer y sobrevivir: “Me dedicaba a asaltar. Robaba tres veces al día: antes del colegio, luego del colegio y por la noche”. En esta misión no necesitaba arma, lo acompañaba su perro. Y su perro también le hacía los ad-libs en las batallas de rap con las que demostró su talento en su barrio a finales de los 80.Antes de rapear, hacía beatbox. Su nombre artístico lo tomó de la máquina de percusión Oberheim DMX. Su guía era el también rapero Ready Ron, que lo acogió bajo su ala como un hermano menor. Cuando tenía 14, recibió un blunt que Ready Ron le pasó. Fumó, pensaba que era marihuana. También tenía crack, y así empezó una adicción que lo persiguió y atormentó por décadas. “Las drogas eran un síntoma de un problema más grande. Hubo cosas que viví en mi niñez que simplemente bloqueé, pero solo puedes bloquear hasta cierto punto antes de quedarte sin espacio. Realmente no tenía a nadie con quien hablar de eso. Muchas veces hablar de tus problemas es visto como un signo de debilidad, cuando realmente es lo más valiente que puedes hacer”, dijo en el podcast de Talib Kweli, People’s Party.Nada le llegó fácil, un Sísifo en Yonkers empujando la piedra una y otra vez cuesta arriba. Nunca se rindió, con el rap como salida de esas arenas movedizas. Esa ambivalencia entre adicciones, robos y la redención que buscaba desesperadamente la plasmó en sus discos. Nada le llegó fácil, ni en el rap. Luego de que apareciera en la sección de “Unsigned Hype” de la revista The Source en el 91, fue firmado por Ruffhouse, pero no duró más que un par de sencillos. Tuvo que esperar varios años para su segunda oportunidad, que llegó con Def Jam, luego de una racha de colaboraciones que demostró su potencia y carisma, así como su habilidad por prender el fuego desde la primera oración que escupía en el micrófono. Ma$e, The Lox, Mic Geronimo y LL Cool J fueron algunos de los artistas que lo invitaron a sus tracks, que mejoraron inmensamente con su presencia.En mayo del 98 lanzó It’s Dark and Hell Is Hot, una compilación hardcore de relatos callejeros y lamentos profundos propulsados por una producción tan enérgica como su voz, de la que se hizo cargo, principalmente, Dame Grease. La portada roja sangre y el título ya indicaban hacia dónde iba a tirar el trabajo. Así lo confirmó, por ejemplo, “Damien”, un track sobre la toma de decisiones entre tentaciones y plegarias, sobre la guerra contra sí mismo y su entorno. Un tema con la energía de una tractomula como “Ruff Ryders’ Anthem” (ubicua en barberías y playlists de ejercicio, e himno del sello que representaba y lideraba) explicaba su situación “Todo lo que conozco es dolor/Todo lo que siento es lluvia/¿Cómo me mantengo?”. Aún hoy el álbum mantiene ese vigor y esa complejidad, que invita a pensar dos veces antes de juzgar a las personas como buenas o malas.Tras el éxito de su primer disco, Lyor Cohen, ejecutivo de Def Jam, le hizo una propuesta que no pudo rechazar: se llevaría un millón de dólares si le entregaba a la disquera un álbum nuevo en un mes. Lo hizo, y en diciembre del 98 DMX publicó Flesh of My Flesh, Blood of My Blood. En la portada, DMX seguía cubierto de sangre, como si acabara de salir del averno o de asesinar lentamente a más de un humano. Muerte en las calles, pesadillas y sufrimiento de por vida fueron las temáticas del disco, junto con la siempre presente aspiración espiritual de salvación. Así completó uno de los años más exitosos, a nivel comercial y según la crítica, de la historia del rap.A pesar del éxito sin precedentes de su primer año, su trabajo más vendido llegó en 1999 con ...And Then There Was X, propulsado por sencillos como “Party Up” y “What’s My Name”, en la que empieza afirmando que no es una buena persona. Junto con su exploración cinematográfica de esa época (protagonizó Belly de Hype Williams y apareció en varias películas más), su fama y reconocimiento estaban en sus niveles más altos. Y el dolor nunca se fue, como lo consignó en el título de su siguiente disco The Great Depression (2001). Con Grand Champ (2003), cerró su racha dorada de cinco trabajos en el número uno y se retiró por unos años. Volvió con Year of the Dog … Again (2006) y luego Undisputed (2012), pero no pudo recobrar la atención masiva del inicio. El panorama del rap de esos años era cambiante y en transición y, si le creemos al refrán, no le puedes enseñar trucos nuevos a un perro viejo.La energía oscura y violenta de sus canciones no era solo un tema artístico. Ya como súper estrella fue arrestado por distintos cargos de armas, robo, drogas, violencia y violencia animal. En 2018 fue sentenciado a un año de cárcel por evasión fiscal. Y nunca pudo librarse de la adicción y el abuso de sustancias, a pesar de varios intentos de rehabilitación y sobriedad. Cuando salió de la cárcel, volvió a firmar con Def Jam. No alcanzó a vivir para publicar su nuevo álbum, que incluiría colaboraciones de Bono, Pop Smoke y Griselda. La lucha que planteó en “Slippin’”, uno de sus sencillos icónicos, no acabó. Su determinación por vencer frente a los obstáculos tampoco: “Me estoy resbalando, me estoy cayendo, no puedo pararme / Me estoy resbalando, me estoy cayendo, tengo que pararme / Ponerme de pie para destruir esta mierda”.Su música y su vida fueron contradictorias. Un balance de su carrera muestra que era explosivo, arrogante, introspectivo y sagaz, muchas veces todo a la vez. En sus canciones hay amor, miedo, rabia, alegría, tristeza, energía y violencia. Siempre fue auténtico, y el éxito masivo nunca implicó ponerse bozal que acallara sus ladridos o evitara que sus mordidas desgarraran. Esto se hacía presente en sus presentaciones en vivo, legendarias por su poderío y dinamismo: se conectaba con el público como con pura fuerza de voluntad. La imagen de una multitud de miles en Woodstock del 99, pogueando mientras X rapea con un overol rojo, una mirada determinada y un paso alegre, hace parte de las memorias del álbum familiar del hip hop.En “24 Hours To Live”, de Ma$e, DMX consideró cómo sería el final de su existencia. Lo hizo con violencia, remordimiento y esperanza: “He estado viviendo con una maldición, y ahora todo va a acabar / Pero antes de que me vaya, saluda a mi pequeño amigo / Pero tengo que hacerlo bien, reconciliarme con mi madre / Tratar de explicarle a mi hijo, decirle a mi mujer que la amo”. Era 1997. De cierta forma, en la ferocidad de su rap parece haber escondida una certeza de que estaba viviendo tiempo prestado. Quizás por eso, a pesar del dolor, se acercó a la vida con tanta alegría: tras su muerte han surgido videos de él bailando en la calle, en una boda de albaneses y con canciones de Michael Jackson. Que no se olvide su lado más alegre y jovial.Su búsqueda vital fue la de la tranquilidad. ¿La alcanzó? le dijo a su colega Noreaga en un episodio de Drink Champs: “Si me muriera ya, mi último pensamiento sería que viví una buena vida”. Al final, todos los perros van al cielo.
Mucho se habla del impacto que ha tenido la cultura japonesa en Latinoamérica. Desde el anime, pasando por la arquitectura hasta las actuales vtubers, pero ¿les sorprendería saber que hubo un grupo salsero japonés que saltó al estrellato? Esta es la historia de La Orquesta de la Luz.Por Juan Camilo Ospina DeazaPara hablar de la relación entre la música latina y Japón es necesario hacer un sobrevuelo por el magnetismo cultural y los flujos migratorios que conectaron a las faldas del Monte Fuji con los senderos que conducen a Monserrate. Por ejemplo, fueron las letras las que atrajeron a los primeros inmigrantes japoneses. Más específicamente: las descripciones que hizo Jorge Isaacs en su novela María (1867) de la hacienda El Paraíso y sus alrededores, en pleno Valle del Cauca.La historia está bien documentada. Fueron esas imágenes las que cautivaron tanto la curiosidad de un grupo de migrantes que terminó por convertirse en la primera colonia nipona en territorio colombiano, en la década de 1920. Uno de ellos, el jardinero Tomohiro Kawaguchi, es, de hecho, el primer migrante japonés en Colombia de quien se conoce su nombre y oficio.Fue entre 1929 y 1935 que tres grupos de japoneses que venían con la intención de establecerse en el Cauca ingresaron por Buenaventura. Eran en total 159 personas, la mitad de las cuales tenía menos de 14 años. Mientras que en 1984 la población de latinoamericanos residentes en Japón sólo llegaba a 4260 personas, en 1990 aumentó a 72.673 y en 1995 se había triplicado a 223.812. Estas migraciones fueron estimuladas por Japón, pues acababan de abrir sus fronteras para que sus nacionales pudieran irse del país y les resultaba estratégico para el fortalecimiento de las relaciones internacionales y los negocios.Ya en la isla se pueden encontrar muchos artistas que han sido cautivados por los ritmos latinos. El tango, por ejemplo, llegó durante el periodo conocido como Democracia Taisho (1912-30) con la llegada de marineros argentinos a las costas niponas.Para la apropiación del tango fueron fundamentales la Orquesta Típica de Tokyo y la famosa cantante Ranko Fujisawa. Como explica el historiador Hosokawa: “los ritmos sudamericanos fueron percibidos como muestra de la pasión latinoamericana”.La rumba (de origen cubano) entró a Japón gracias al hit El Manicero, de Moisés Simons. Uno de los temas más populares entre europeos y estadounidenses que tenían negocios con los japoneses. El cine Hollywoodense fue, desde luego, otro de los vehículos para que los japoneses escucharan a los músicos cubanos.Sin embargo, al hablar de la música latina en Japón no podemos olvidar a Los Turpiales, una banda de latinos migrantes en Japón, compuesta por un argentino, un colombiano y un brasileño.Ellos comenzaron a tocar boleros al estilo puertorriqueño, mexicano y canciones populares brasileñas en parques de la ciudad y estaciones de tren. A medida que su repertorio se hizo popular, fueron invitados a actuar en lugares formales y desarrollaron una pequeña base de fans.Álvaro Ríos, el cantante colombiano de Los Turpiales, fue invitado a cantar con los Tokyo Cuban Boys, un grupo que tocaba música cubana desde la década de 1940. Roberto Pino, otro miembro de la banda de Argentina, se convirtió en DJ en una estación de radio de Tokio y, eventualmente, produjo un programa de radio latino, especializándose en lo que él llamó "música tropical bailable”. Sobre la salsa ya veremos el impacto de La Orquesta del Sol y La Orquesta de la Luz.En épocas recientes, las colaboraciones musicales entre Japón y Latinoamérica se han intensificado. Desde Martha Cecilia Yokoi (que ha dedicado su vida en este país a la misión de divulgar la cultura colombiana a través de su grupo musical Fiesta Esmeralda), pasando por el Minyo Cumbiero (el proyecto del Frente Cumbiero con Minyo Crusaders) o el junte entre el músico experimental ibaguereño Julián Mayorga con el japonés Ryota Miyake, Flash Amazonas, hasta artistas japoneses que tocan ritmos latinos y afrocaribeños como Ska Flames, Nahki (Reggae), Lisa Ono (bossa nova), Lucia Shiomitsu (Paraguayan harp) y Ranko Fujisawa (tango). Y ni qué decir de las influencias japonesas en Colombia. Se puede rastrear un círculo de nicho de J-rock de bandas colombianas como Kira, Damask, Soryu, Eikon Klaein, RAION, Neko Machine, Ragnarok, Invaders Must Die (IMD) y Merlotte.Los miembros de las bandas colombianas de J-rock aman la cultura japonesa, a pesar de no conocer del todo el idioma. Su repertorio es, en su mayoría, en español y en inglés, pero cuando acuden al japonés lo hacen usando el rōmaji, un sistema que convierte los sonidos japoneses al alfabeto romano.La salsa en JapónEntre tantas idas y vueltas la salsa (que bien sabemos ha anidado particularmente en Nueva York, Puerto Rico, Cuba y Colombia) ha sido, sin duda, la escena latina más extendida en Japón. Hoy hay una movida que conjuga bares, escuelas de baile y eventos.Desde principios de los 90, de hecho, también se establecieron festivales de música latina en Japón con salsa y merengue, como el Festival de Baile Latino o el Día anual de la Salsa (sannmarusan) en Tokio; y el Festival Latino de la Isla de la Salsa en Fukuoka.Además de los festivales, la productora Japonicus de Shogo introdujo la cumbia en la escena alternativa con sus propias noches: Rebel Fiesta Party, Pachamama y Clandestino. Esto propició también el desarrollo de una escena cumbia local con bandas como DF7B, Rojo Regalo, Tequila Cokes, Copa Salvo, Real Thing, Mexican Club Band, Los Oxxos Sexos e incluso tiendas de discos locales como Discos Papkin.La Orquesta del Sol (OS) y La Orquesta de la Luz (OL)En cualquier caso, no hay duda en que dos nombres resuenan sobre los demás en este panorama. El primero de ellos es el de La Orquesta del Sol, que tal vez no hubiera existido si no es porque Tito Puente y la Fania All Stars recorrieran Japón desde los 60.Gracias a estas visitas "Pecker" Hashida creó en 1978 la Orquesta del Sol, el primer grupo de salsa japonés.El segundo de ellos es la La Orquesta de la Luz, formada por Nora Suzuki (también cantante de La Orquesta del Sol) a mediados de los 80.Cerca de 1987, Suzuki ahorró y viajó sola a Nueva York para buscar managers que pudieran financiar un tour para la Orquesta de la Luz en esa ciudad. Esta decisión, según Nora, marcó la diferencia entre La Luz y la Orquesta del Sol, que no se hizo tan famosa fuera de Japón.En esta visita logró contactarse con Richie Bonilla, famoso por lanzar las carreras de Willie Colón y Héctor Lavoe. Así describió el encuentro Nora a BBC Mundo:"Escuchó el casete, le enseñé las fotos de La Luz y entendió que éramos una orquesta japonesa que tocaba salsa. Primero no lo podía creer. Estaba muy sorprendido (…) Le dije que tocar nuestra salsa en Nueva York era nuestro sueño y me prometió que organizaría presentaciones de la Orquesta en vivo".Aunque la banda de la Luz gustó mucho, Bonilla les puso una condición: el grupo debía pagarse sus pasajes a Nueva York. Ellos tuvieron que ahorrar US$2.000 por cada uno, en lo que tardaron más de dos años.Solo tuvieron que aterrizar en Nueva York y llenaron todas las plazas en las que tocaron. Cuenta Bonilla que "Cuando vinieron, la salsa estaba por el piso, a causa del merengue. Pero cuando La Luz apareció en escena, todo el mundo quería verlos”. Este éxito les aseguro la posibilidad de grabar su primer disco. "Entonces Ralphie dijo 'que alguien los grabe en Japón y yo los distribuyo'", cuenta Bonilla.A esta tarea mandaron a Sergio George, quien afirmaba que “la comunicación fue completamente en inglés o en japones, nada de español, en español solamente era ella cantando, pura fonética, no sabía lo que decía”.La grabación fue un reto ya que ¡en Japón no existían lugares donde se pudiera grabar salsa! El disco salió en Japón con el sello BMG Víctor y RMM lo distribuyó en América Latina en 1990.El álbum encabezó la lista Billboard de música latina durante 11 semanas. George produjo otros dos álbumes de La Luz en Japón: Salsa no tiene frontera y Somos diferentes. En 1993 La Luz recibió la Medalla de la Paz de Naciones Unidas. La primera mitad de los 90, Bonilla organizaba tres tours, de cinco semanas al año, por varias ciudades de Estados Unidos, Europa, y países de América Latina y el Caribe como Perú, México, Puerto Rico, Colombia, Venezuela, Panamá, Ecuador, Chile, Costa Rica, Guyana Francesa, Martinica, Aruba, Curacao, Saint Marteen. Pero volvieron a juntarse en 2002 y desde entonces siguen actuando juntos en Japón y otros países.En 2019 lanzaron un álbum para celebrar su aniversario número 35, Gracias Salseros, y desde 2015 tienen un plan para "latinizar Japón". Apenas unos meses después de lanzar su primer disco, la Orquesta De La Luz tocó en uno de los escenarios más importantes del mundo: el Madison Square Garden, en Nueva York.En el concierto, ocurrido en 1991, no solo cantaron el que ya era su gran éxito, Salsa caliente del Japón, sino que compartieron micrófonos con dos leyendas del género: Oscar D'León, el faraón de la salsa, y Tito Puente, "el rey de los timbales".A La Luz no le llegaron críticas por su música como se puede pensar hubiera ocurrido hoy, cuando más se discute sobre la apropiación cultural. Sin embargo, su experiencia pone en evidencia algunas de las tensiones internas de la salsa. Un género profundamente narrativo, que cuenta historias de amor, vivencias cotidianas, luchas de opresión y, como explica la analista Luisa Fernanda Coy, profundamente relacionado con la identidad latinoamericana.Esta tensión la vivieron tan a flor de piel que los nombres de sus hits discuten esa relación entre ritmo y tierra de nacimiento: Salsa no tiene frontera y Salsa caliente del Japón. Esta última se puede interpretar como una carta de presentación del grupo en la que se cuenta la historia de la Orquesta de la Luz y afirman que “no importa de dónde sean, ellos tienen ritmo y corazón”.Frente a este panorama uno podría preguntarse ¿Cómo puede un no-latino cantar salsa? ¿pueden los japoneses ser “verdaderos” salseros?”. Tal vez esta pregunta no es tan inocua cuando se tiene en cuenta el orgullo con el que los “locales” se burlan de aquellos que intentan bailar salsa y no tienen el “swing”, o como se plantea desde algunos sectores “es que eso se lleva en la sangre”.Desde otro ángulo, el analista Shuhei Hosokawa afirma: “OL, en cambio, despolitiza y deserotiza la salsa con el propósito de la recepción internacional”. Para Hosokawa, La Orquesta de la Luz se desmarca de las características propiamente étnicas de la salsa y esto se ve reflejado en su distanciamiento de la llamada “salsa romántica”; es decir, salsa con letras sensuales y arreglos de influencia bolero. En cualquier caso, el aparato industrial de apropiación ha sido dispar en ambas vías. Mientras los productos culturales japoneses se han convertido en objetos de consumo masivo en Latinoamérica, no ocurrió lo mismo en la dirección opuesta, a pesar de intentos como el de La Orquesta de la Luz.
Aquí estamos, como de costumbre, con nuevos temitas, pero queremos recordarles que tenemos un especial completo con reseñas de discos colombianos (álbumes de estudio y EP) para que conozcan y se empapen de la diversidad musical del país. También pueden echarle un ojo a los mejores temas y álbumes nacionales del 2020 en este especial. En esta oportunidad les presentamos Lenguajes iguales de Lady Arias.Lenguajes iguales -Lady Arias.¿Quién está detrás? Lady Arias ha soñado desde pequeña con vivir de la música, entiende que tiene una voz armónica, pero con el paso de los años ha pulido su forma de componer. Este tema es, de cierta forma, su debut en la industria colombiana. Fue participante del concurso de tv Factor X y ahora quiere demostrar que su impacto tiene más duración que el reality.¿De qué trata? En Lenguajes Iguales la cantautora utiliza todas sus armas para retratar el contacto mágico y enérgico de la sexualidad. Ella lo describe como “una canción para oídos sexualmente sensibles, mentes abiertas y cuerpos comunicativos”.¿A qué suena? La cantante nacida en Yopal lleva esta canción sus influencias musicales. Un poco de soul, otra pizca de R&B y cierta dosis de pop latino.¿Sobre el video qué? Se rodó en Yopal, capital de Casanare, y ciudad donde nació la artista. Fue dirigido por David Puentes en colaboración con Lady Arias. Una pieza audiovisual donde se abordó el concepto de resonancia límbica y la conexión que se genera a través de los sentidos, el alma, el cuerpo y la mente, esa que va más allá del género, la raza, el color de piel o la identidad sexual.¿Cuándo escucharla? Pronto Yopal va a estar en la mira de todos por el talento de Lady, su voz, interpretación y concepto artístico. Vamos a estar atentos a esta llanera.Para ver | Colectivos de mujeres que cambian el panorama de la música.¡La música nos une!
Aquí estamos, como de costumbre, con nuevos temitas, pero queremos recordarles que tenemos un especial completo con reseñas de discos colombianos (álbumes de estudio y EP) para que conozcan y se empapen de la diversidad musical del país. También pueden echarle un ojo a los mejores temas y álbumes nacionales del 2020 en este especial. En esta oportunidad les presentamos Uno de Ali A.k.a Mind.Uno - Ali A.k.a Mind¿Quién está detrás? Ali Rey Montoya en Bogotá y ha recorrido la ciudad de esquina a esquina. A los dos años se fue a vivir a una plaza cercana, Soacha, donde estudió sus primeros años de colegio y jugó fútbol. Colgó los guayos y empezó a rodar en skate. Luego el rap lo encontró, lo rescató de una depresión y empezó a grabar canciones. Hoy por hoy es uno de los rostros más conocidos del género en colombiano.¿De qué trata? Ali se presenta esta vez como un guerrero que guarda cicatrices de grandes batallas. Es el inicio de una aventura y el ocaso de una rutina, es la combinación del mundo de ALI y su alter ego Manjit, la fusión del amor, la paz, la salud, la gratitud y la fe, todos estos elementos propios de su ideología y su universo creativo.¿A qué suena? Para este track, Ali convocó al ganador de Latin Grammy Kiko Castro, en conjunto con T-Chord en el beat, JBeat en el master y la mezcla y los scratches por DJ J.L.P, en la producción ejecutiva Maind Pro. Una calidad muy alta, con aliados estratégicos.¿Sobre el video qué? El director Santiago Diaz Vence junto a Pivote Cine y Luis Celedón, fueron los encargados de darle vida al visual de la canción. Cuenta con la participación especial de Alejandro Riaño y allí interpreta al director de un comercial, un tema que se integra con el resto de la narrativa para contar una historia con tinte cinematográfico.¿Cuándo escucharlo? Esta obra que transita por lugares profundos del alma y la mente. Es ideal para escuchar muy temprano, en esos momentos donde la mente está más despejada y menos ocupada.Para ver | Ali A.K.A. Mind, Nanpa Básico y LosPetitFellas hablan sobre el rap latino - Videogalería Shock¡La música nos une!