El Festival Jamming de 2020 fue cancelado debido a la emergencia sanitaria global. 10 días antes de que se realizara, el gobierno nacional decretó la cancelación de todos los eventos masivos, además de una cuarentena preventiva en todo el país. Miles de fanáticos se quedaron con la boleta comprada, pero la organización del Jamming ha hecho todo lo posible para mantener la esperanza y poder abrir sus puertas lo antes posible, manteniendo todo lo planeado: locación y artistas. El 18 de julio se publicó en la página de Facebook del festival un comunicado anunciando la nueva fecha en la que se realizará. Aún la fecha es lejana y hay mucho para tener en cuenta, sin embargo y si todo sale bien, la próxima edición del Festival Jamming se realizará los días 13 y 14 de noviembre de 2021, en la misma locación y con el mismo cartel de artistas. Aquí puede leer el comunicado completo del Jamming Festival.
El Jamming Festival anunció parte su cartel para 2020. La cita será los próximos 21 y 22 de marzo en Paraiso Studios (Ricaurte, Cundinamarca). Para la edición de 2020 están confirmados hasta el momento La maldita vecindad, Inspector, La mosca, Los toreros muertos, Los prisioneros, Delinquent Habits, Desorden público, Los Pericos, Morodo, entre otros. Según las redes sociales del Jamming, nuevos artistas se anunciarán pronto. Para 2020, el Jamming decidió fusionar sus 2 versiones (Jamming Festival y Jamming Summer Fest) en un solo fin de semana. Tal y como lo vivimos en febrero de 2019, serán varias horas seguidas de música y mucho sol. Desde ya es posible adquirir las entradas al evento. Jamming Festival 2019: 21 horas de reggae, hip hop, rock latino y mucho sudor Hace ocho años se creó el Jamming, un festival que ha sabido honrar con honores al reggae, al dancehall y al hip hop con carteles que han tenido en sus filas a artistas de la magnitud de Cypress Hill, Method Man y Redman, Sean Paul, Alpha Blondy, Los Cafres, Barrington Levy, Chronixx, Damian Marley, Cultura Profética, entre muchos otros. En un esfuerzo descomunal han logrado hacer lo que un evento de esta dimensión necesita para subsistir año tras año: establecer un público devoto que confía a ciegas en el cartel que los organizadores arman en cada edición. El Jamming se ha consolidado durante estos ocho años como uno de los públicos más fieles en el espectro de los festivales privados. Un hecho notable, sobre todo, porque el Jamming se sostiene a punta de la venta de boletería; también porque no lo rodea ese carnaval de activaciones de marca (y sus respectivos patrocinios, por supuesto) que ocupen ese lugar de “la experiencia” que tanto se ofrece en los eventos masivos hoy en día. La edición de 2019, el pasado 16 de febrero, contó con una asistencia superior a las 20.000 personas, pero no estuvo exento de quejas por parte de los asistentes ante la logística en el lugar del evento. ¿Por qué las quejas al Jamming Festival 2019?
El pasado 16 de febrero Ricaurte recibió al Jamming, un festival que lleva ocho años posicionándose como uno de los grandes del país, Mucho sol, poca sombra y poca agua, fueron solo algunas de las adversidades a las que se enfrentó el público que ha sido fiel desde sus comienzos. ¿Qué pasó? Por: Nadia Orozco @LadyEmpanadia // Fotos: Katherine Fresneda Hace ocho años se creó el Jamming, un festival que ha sabido honrar con honores al reggae con carteles que han tenido en sus filas a artistas de la magnitud de Alpha Blondy, Los Cafres, Barrington Levy, Chronixx, Damian Marley, Cultura Profética, por nombrar a algunos. En un esfuerzo descomunal han logrado hacer lo que un evento de esta dimensión necesita para subsistir año tras año: establecer un público devoto que confía a ciegas en el cartel que los organizadores arman en cada edición. Este año el Jamming se realizó con una novedad: Ricaurte, un municipio de Cundinamarca vía Girardot, fue el lugar que recibió a un cartel que este año venía con una cuota brutal de reggae, rock latino y hip hop, lo que sin duda diversificó y amplió el número de asistentes. En efecto así fue: buses colmados de personas llegaron a primera hora desde Bogotá en su mayoría y otras ciudades del país para cumplir puntualmente la cita. La jornada arrancaba a las 9 am pero debido a la lluvia, los horarios tuvieron retrasos. Las redes oficiales del festival aseguran que 20,000 personas llegaron a Paraíso Estudios y desde las 12 pm hasta las 5 pm el sol, como era de esperarse, fue inclemente. Pese a que se sabía que el clima iba a ser uno de los factores que necesitaban ser tratados con precaución, fue una de las grandes grietas del festival. (Vea también: Jamming Festival 2019: 21 horas de reggae, hip hop, rock latino y mucho sudor) Los puntos de hidratación fueron escasos, la compra de bebidas (alcohólicas y no alcohólicas) se convirtió en una hazaña heroica que duraba de 40 minutos a una hora si se tenía suerte, todo esto bajo los rayos solares. Varios “emprendedores” vieron en la necesidad un negocio y compraron pacas de agua para revenderla en la misma fila al doble de precio y sí, como la sed tiene cara de perro no hubo más remedio que hacer el gasto. Era eso o buscarse un desmayo. Las zonas de sombra estaban atestadas de gente con la lengua afuera que buscaban desesperadamente un refugio y a los que quedaban afuera, solo les quedaba buscar alivio en la sombra de un amigo más alto. En varios puntos el festival puso tuberías de donde salían unos delgados chorros de agua, varias quedaban al lado de la zona de comida y de corredores de paso y esto terminó por convertirse en un peligroso barrial. El consumo de marihuana en el festival fue alto, al igual que de alcohol. Por eso quisimos indagar sobre los riesgos del consumo sumado al clima y el espacio abierto donde se llevó a cabo el Jamming. Tuvimos la opinión de algunos miembros del proyecto Échele Cabeza que estuvieron como asistentes en el Festival. Su organización lleva varios años trabajando en la reducción de riesgo y la mitigación de daño en el consumo de drogas, y su presencia en festivales como Rock al Parque o el Estéreo Picnic ha sido clave para brindar información real y objetiva. Para ellos fue un evento donde en términos generales no pasaron cosas graves, pero sí notaron una crisis al medio día en la enfermería por el golpe de calor. “No hubo acceso al agua, ni comprándola, ni de manera gratuita; el agua estaba costosa en un lugar donde debía ser una medida de salud y no un negocio”. “Teniendo en cuenta que es un evento donde es evidente el consumo de marihuana y del alcohol nunca hubo anuncios preventivos sobre el consumo, la alimentación y la hidratación. Nos llamó mucho la atención que los videos que circularon sobre los tips eran enfocados a la restricción (no llevar chapas, armas, camisetas de fútbol), pero en ningún momento se tomaron el trabajo de hablar sobre el cuidado de la salud, de no mezclar alcohol y drogas, de hacer pausas en el consumo. Vimos mucha gente tirada en el piso y eso es la consecuencia de esa falta de prevención”, explica Échele Cabeza. “Es un evento privado y se hizo en una locación privada pero esto no libra de responsabilidad a las autoridades locales; no se vio a la policía por ningún lado, no se vio monitoreo ni control de las entidades de salud, no se vio presencia de autoridades públicas. Es un llamado a las autoridades locales para que regulen y miren qué se les está ofreciendo al público porque no hubo quién estuviera pendiente de la salud de las personas y debe haber una entidad encargada de monitorear eso”, añadieron integrantes de Échele cabeza. Pasadas las seis la odisea dejó de ser esquivar al sol y se convirtió en evitar golpear a los mares de gente que estaban tendidos en el piso debido a la larga y sofocante jornada. Otros puntos adversos de la organización fue el poco espacio de la locación en general. Los pocos lugares para sentarse eran sagrados y eran tan escasos que muchos decidieron aguantar el olor y sentarse y acostarse al lado de los baños. Pese a que por el micrófono de la tarima se incitaba a reciclar y no tirar basura, la falta de canecas hacía que la misión fuera imposible. Por último, fue una pena ver que proyectos como el soundsystem El Gran Latido, destinado a la zona del castillo, tuvieron que luchar contra las adversidades climáticas y la ubicación al lado de los baños, representando con dificultad a la poca cuota nacional que hubo en la programación. Para muchos de los asistentes con quienes tuvimos oportunidad de hablar fue un milagro que además de los desmayos, nada grave hubiera pasado, pero también hay que repetir que este año el Festival se encargó de deleitar al público con un cartel impecable, shows estelares que lo dejaron todo en la tarima, agrupaciones legendarias y nuevas que hacen eco en los festivales del mundo. Es necesario que el otro año vuelva una nueva edición con un cartel igual de poderoso, pero también es necesario que se atienda a las quejas de un público que ha sido fiel. Hay que emanciparse de la idea que la crítica es mala, que solo busca destruir y que solo la hacen quienes no están satisfechos con nada. Sabrán los organizadores de todos los festivales y conciertos que una parte normal del ciclo de planear, producir y ejecutar un evento de tal proporción es recibir la retroalimentación de los asistentes y entender que eso es parte de la construcción para la siguiente edición.
La previa de la octava edición del Jamming Festival estuvo rodeada de suspenso. A tres días de su realización, la sociedad de autores y compositores (Sayco) emitió un comunicado anunciando que el evento debía ser suspendido porque no se había acordado con la organización el pago de los derechos de autor correspondientes. Finalmente, a la hora de la hora, el problema se solucionó. El festival se hizo y, aunque llovió en la mañana, al Hotel Paraíso Estudios en Ricaurte, Cundinamarca, llegaron unas 20.000 personas. Por Fabián Páez López // @Davidchaka - Fotos: Katherin Fresneda Esa tumultuosa marea que, en su gran mayoría, viajó tres horas desde Bogotá; tuvo que empacar chingue, carpa, bloqueador solar y municiones para soportar la jornada continua más extensas y extenuante del mapa festivalero colombiano. Fueron 21 horas seguidas de festival a una temperatura que alcanzó los 36°C. Un paseo con sufrimiento que no importó mucho después de ver a tipos como Chronixx, Method Man y Redman, Molotov o Cypres Hill en vivo. La buena racha del Jamming El Jamming lo volvió a hacer. Hace un año, cuando el festival se hizo en el municipio de Chía, asistieron unas 20.000 personas. Ahora, sin importar que esta edición implicara un paseo a tierra caliente, el público cumplió y la cifra fue la misma. Este se ha consolidado durante estos ocho años como uno de los públicos más fieles en el espectro de los festivales privados. Un hecho notable, sobre todo, porque el Jamming se sostiene a punta de la venta de boletería; también porque no lo rodea ese carnaval de activaciones de marca (y sus respectivos patrocinios, por supuesto) que ocupen ese lugar de “la experiencia” que tanto se ofrece en los eventos masivos hoy en día. Por esas mismas razones, tampoco pasa que el evento se llena de invitados que van por más obra y gracia de la mercadotecnia que por ver a su artista preferido. Es un público fiel y enterado. (Vea también: ¿Por qué las quejas al Jamming Festival?) La producción, el sonido, el cumplimiento en los horarios también fueron destacables. El cartel era el más robusto y variado en la historia del Jamming. En el escenario principal, tocaron 17 agrupaciones. Todas provenientes de otras latitudes. En un pequeño escenario paralelo, puesto en una montaña frente a la réplica de un castillo, hubo además seis shows en formato soundsystem; una selección de músicos panameños y el resto una selección de dj y mc colombianos. De los invitados principales, Julian Marley, Chronixx, Method Man y Redman, Natiruts y Third World concretaron en el Jamming Festival su primera visita a Colombia. Si bien este es un festival de reggae, con los años han tenido que anotar nuevos nombres, nuevos géneros y nuevas sonoridades en el cartel. La bandera de este año fue la del rock latino. Molotov y Café Tacvba complementaron un line up estrictamente de ska, reggae y hip hop. Un match afrolatino más que pertinente. ¿Vale la pena empaquetar 17 bandas en una jornada continua de 21 horas? Una temperatura de 36°C humedecida por la lluvia mañanera y el tumultuoso tránsito de gente. Tres horas de viaje desde Bogotá. Una pequeña piscina. Filas enormes para comprar líquido. Gente enrojecida durmiendo bajo el sol a las 4 de la tarde. Los festivales son nuestro espacio de socialización preferido, nuestro sitio de fiesta predilecto, pero puede que estemos exagerando. En esta edición del Jamming, la segunda banda en presentarse era una leyenda viva del ska, los abuelos del reggae; un nombre al que, en gran medida, se le debe que todos hubiésemos estado allí reunidos: Skatalites. Los que llegaron a verlos, que fueron muchos, eran, probablemente los que estaban durmiendo bajo el sol a las 4 de la tarde, perdiéndose a otra banda para mantenerse en pie hasta el final. Esa lógica festivalera de extender el número de invitados como si fuera la lista del mercado no es una patente del Jamming. Y está bien querer programar un cartel robusto, con material para todos los gustos, pero en un evento con un horizonte musical tan de nicho como el Jamming, poner bandas en tal cantidad, en una sola tarima, a decir verdad, no le suma mucho al público, que a última hora debe sufrir y sudar en exceso para aguantar al final de la jornada. ¿Sigue sin renovarse el reggae? De un cartel principal de 17 bandas, cinco venían por primera vez a Colombia: Julian Marley, Chronixx, Method Man y Redman, Natiruts y Third World. Esa lista incluyó a un hijo de Bob Marley; a Chronixx que es uno de los tipos que, junto a Protoje, revitalizaron el reggae roots en el mundo y a unas leyendas del hip hop, protagonistas de la película How High y (uno de ellos) miembro de la Wu Tang Clan. De ahí en adelante, todos fueron actos conocidos en Colombia. Cypress Hill, Dread Mar I, Gondwana, Todos tus Muertos, Alborosie, Inner Circle, Panteón Rococó y el mismísimo Protoje ya habían pasado por el Jamming. Algunos más de una vez. Todos son bien recibidos, pero vale la pena preguntarse ¿hasta cuándo durará la gasolina de una escena que se renueva con tanta lentitud? ¿Por qué no hay mujeres ni bandas locales? Si bien hay varias propuestas pedaleando contra la corriente en el país, el reggae local está palidecido. Si bien en el escenario alterno sonaron algunos nombres colombianos, fueron soundsystems que están dando la cara. Pero no se ve cerca una escena con formatos novedosos o que sea consistente a la hora de sacar y gestionar su música. (Vea también: ¿Dónde está y para dónde va el reggae en Colombia?) A excepción del incómodo momento en que se subió una mujer borracha durante la presentación de Molotov, no hubo ninguna artista mujer en el escenario (de hecho, solo hubo una invitada). Queda por preguntarse por qué se ha mantenido tan masculino el mundo del reggae y del hip hop. Más que una pregunta para el Jamming, es una pregunta para la escena.
"Queremos expresar un parte de confianza al público que todo está en regla y en absoluto orden legal para llevar a cabo nuestro festival. Estamos adelantando conversaciones con las entidades para atender sus solicitudes". Esto dijeron los organizadores del Jamming Festival en un comunicado de prensa emitido el pasado 13 de febrero. El evento se realizará el próximo sábado 16 de febrero en el Hotel Paraiso Estudios en Ricaurte, Cundinamarca. Lo que se sabe (hasta ahora) de la suspensión al Jamming Festival 2019 El pasado 13 de febrero la Dirección Nacional de Derechos de Autor emitió medida cautelar para suspender el el Jamming Festival, pues según Sayco, los organizadores no contaban con los permisos necesarios para la realización del evento. "El productor del evento no ha cancelado los derechos patrimoniales de autor que se causan", según lo afirma una publicación Sayco (Sociedad de autores y compositores de Colombia). Sin embargo, los organizadores del Jamming agregaron en el comunicado: "A lo largo de nuestra trayectoria organizando el Jamming Festival que ya cumple 8 años más 2 versiones del Jamming Summer Fest siempre hemos cumplido a cabalidad tanto en lo artístico como en lo legal, y esta vez no será la excepción. A todos los que compraron sus entradas, pueden tener la certeza que el 16 de febrero disfrutarán un magnífico festival con todas las actividades lúdicas que armonizarán su gran experiencia". Actualización: Sayco publicó un comunicado con la confirmación de un acuerdo de pago y se confirma la realización del evento Todo lo que tiene que saber para ir al Jamming Festival 2019
En el Hotel Paraiso Estudios en Ricaurte, Cundinamarca, ya casi todo está listo para la realización del Jamming Festival. El evento, que está programado para el sábado 16 de febrero, viene promocionando un cartel jugoso y una fiesta calurosa. Todavía. (Vea acá toda la info). No obstante, según un comunicado publicado en la cuenta oficial de Sayco, el evento fue suspendido; ok, de hecho, fueron tres posteos con dos comunicados: uno de Sayco, otro de la Dirección Nacional de Derechos de Autor y el otro, el primero, un informativo con el cartel del Jamming tachado en letras rojas con un aviso de ‘SUSPENDIDO’. Llamamos a la jefe de prensa de Sayco y nos explicó lo siguiente, que explica a grandes rasgos el comunicado: “Los productores del evento no han pagado los derechos a las obras a ejecutarse durante el evento. Todas las obras de todos los interpretes están en manos de Sayco. El empresario le pagó a un gestor individual y este gestor individual le hizo un paz y salvo completamente falso, debido a que el único autorizado para dar ese paz y salvo es Sayco. Hasta este momento, la Dirección Nacional de Derechos de Autor, como bien lo dice el comunicado, emitió la medida cautelar para suspender este evento. El productor del evento se niega a acatar esta orden. Dice que él por encima de lo que sea se niega a cancelar el evento. Según esto, más adelante se vendrán las consecuencias del acto debido a que él no puede realizarlo porque nuestra entidad rectora de los derechos de autor así lo acató. En el comunicado de prensa yo escribo todos los artistas que van a estar. Tengo todas las obras protegidas por Sayco debido a que hay muchos interpretes internacionales. Sacamos este comunicado porque al gestor al que le cancelan [pagan los derechos] este evento no tiene la potestad sobre estas obras musicales que se interpretarán. Hasta el momento el evento está cancelado a menos que el productor y el alcalde no acaten la medida cautelar que fue emitida. Pero eso es un proceso legal que se iniciará posteriormente en caso de que ellos no acaten las ordenes”. ¿Qué quiere decir entonces la medida cautelar? “El orden máximo que regula los derechos de autor es la Comisión Nacional de Derechos de Autor. Ellos son quienes emiten la medida cautelar. ¿Cómo así? Ellos son los que le hablan al productor y al alcalde...al alcalde le dice que no puede autorizar el evento porque el empresario no ha cancelado los derechos de autor correspondientes a las obras que se van a interpretar en el evento. ¿Esa medida cautelar qué dice? Que deben acatar la orden. O sea, debe suspenderse hasta que paguen los derechos de autor. Hasta este momento, las 3:45 de la tarde [del 13 de febrero de 2019], no se han pronunciado con la Sociedad, no han llegado a ningún acuerdo. Por el contrario, se niegan absolutamente a pagar los derechos de autor y a llegar a algún tipo de acuerdo para poder realizar el evento sin ningún tipo de inconveniente”. ¿Cuándo le notificaron al productor del evento? “El auto salió el 11 de febrero de 2019. En él le notifican al alcalde y a los productores. A ellos se les hizo llegar esa medida cautelar. Ellos tienen conocimiento y la Sociedad [Sayco], desde hace un tiempo, está en conversaciones con ellos comentándoles que deben llegar a un acuerdo, pero la producción del evento no ha querido conversar ni acatar porque ellos ya le pagaron a un gestor individual. Prácticamente, ese gestor individual lo que va a hacer es quedarse con el dinero porque a ninguno de estos compositores les va a hacer llegar la respectiva plata. A ninguna de las sociedades del extranjero que tienen la potestad de estos intérpretes. Porque acá en Colombia lo que nosotros tenemos es un contrato con las sociedades hermanas para poder hacerle llegar a ellos el dinero en el extranjero. Efectivamente, el cobro de estas personas a quien le cancelaron se apoderará del dinero, porque ellos no tienen ningún vínculo con las sociedades hermanas”. ¿A quién pagó el Jamming? Hasta el momento se sabe que, según la organización del evento, el pago correspondiente a los derechos de autor está hecho. El problema está, al parecer, en que se le hizo a alguien no autorizado para recibirlo. En el comunicado emitido por Sayco y en la conversación que tuvimos con la jefe de prensa de la entidad hay una aclaración en la que aparece que, en efecto, hay un paz y salvo emitido. El nombre en cuestión de quienes, presuntamente, emitieron esos certificados es el de DINALO-UPIDIR ANAICOL o GARRIDO ABAD. Según su página de Facebook, Garrido Abad es una organización dedicada a apoyar a productores de eventos en cuestiones de derechos de autor. Llamamos al señor Garrido Abad y le preguntamos si él era el encargado de hacer este trámite. Contestó esto: "No señor, yo no soy el que tramito ese permiso...Con todo respeto le digo, yo no soy el que hice ese trámite, no sé porque me nombran ahí diciendo que yo soy el que hice ese trámite. Eso es absolutamente falso. Allá hay una persona a nombre de ese festival que es el que hizo el trámite, yo no". "Yo sí tengo que ver frente al asunto, pero no soy el que hice el trámite. Eso es lo que yo tengo que decir. Yo tengo un compromiso de confidencialidad con el festival entonces no le puedo dar declaraciones, pero lo que sí le puedo negar por completo es que yo haya adelantado el trámite de la música. Yo soy una especie de contratista y tengo un convenio con ellos, pero no es para ese tipo de trámite. Y como le digo, tengo un contrato de confidencialidad, entonces no le puedo dar ningún tipo de declaraciones al respecto". Al buscar información sobre Garrido Abad en Internet, llama la atención una noticia publicada en El Colombiano en 2016, con características similares al caso del Jamming, donde también hubo un conflicto con los pagos de derechos de autor por parte de bares en Medellín. Véala acá: En Medellín derecho de autor tiene en apuros a comerciantes ¿Alistamos o no alistamos el chingue para ir a Ricaurte el sábado? Si bien la organización del evento aún no se pronuncia oficialmente, sí queda una duda importante en el aire. Por qué Sayco acusa a la organización del evento de cambiar de locación para "evadir el pago". Dice Sayco en el comunicado que “Los organizadores de este evento musical trasladaron su realización del municipio de Chía al de Ricaurte con el fin de evadir el pago legal de los derechos de autor comprometidos, con la anuencia de las autoridades municipales que expidieron el permiso para la realización del espectáculo público aceptando una paz y salvo emitido por un gestor individual denominado GARRIDO ABAD que no representa las obras musicales del caso”. Es una aclaración que se debe hacer porque, según Sayco, a excepción del Jamming Summer del segundo semestre de 2018, la organización del evento ha hecho todos los pagos correspondientes en sus ediciones anteriores. Esto es lo que responden en las redes del Festival Jamming ... ACTUALIZACIÓN 10:20 P.M. 13.02.19: La organización del Jamming Festival envió un comunicado de prensa ratificando el cumplimiento del evento afirmando que "estamos a pocas horas de vivir nuestro anhelado encuentro", que están "adelantando conversaciones con las entidades para atender sus solicitudes" y, sobre todo, que "a todos los que compraron sus entradas, pueden tener la certeza que el 16 de febrero disfrutarán un magnífico festival con todas sus actividades lúdicas que armonizaránn su gran experiencia". Lea acá el comunicado completo:
Este año el Jamming Festival celebra su octava edición en una nueva casa y con un cartel robustecido. A los nombres del pasado y el presente del reggae, ska, dancehall y hip hop se le han sumado figuras clásicas del rock latinoamericano. La fiesta está asegurada con los directos que ofrecerán Cypress Hill, Café Tacvba, Molotov, Method Man y Redman, Panteón Rococó, The Skatalites, Julian Marley, Dread Mar I, Todos tus Muertos, Gondwana, Protoje, Alborosie, Chronixx, Natiruts, Inner Circle y Third World. Además, una selección de soundsystems locales: Hey Swagga, Passa Passa y Dancehall Paradise. ¿A quién debería ver? Este año el Festival Jamming tiene en el escenario principal 18 actos y cada uno de ellos bien podría ser el headliner. Nuestros recomendados: Por legendarios: The Skatalites Abuelos del reggae por fundar las bases de las grandes agrupaciones de ska. Sonarán por tercera vez en Colombia y vienen con más de medio siglo de historia encima. Además, harán de la banda acompañante de uno de los hijos de la dinastía Marley, Julian. Para saltar: Molotov Los mexicanos son uno de los actos más significativos generacionalmente para el rock latinoamericano de finales de los 90 y principios de siglo. Ídolos y referentes de la inconformidad, la crítica y el rock en español. Para bailar: Hey Swagga Un crew muy serio de intérpretes de plena panameña vienen a hacer un homenaje a las raíces de la cultura del soundsystem, el formato que dio origen al dancehall en Jamaica y que caló con profundidad en el puerto de Panamá para extenderse por todo el continente. Para cabecear: Cypress Hill y Method Man y Red Man Method Man es uno de los íconos del hip hop por ser parte de la Wu Tang Clan. Y Cypres Hill es una de las agrupaciones de hip hop insignes de la cultura latina afincada en los Estados Unidos. Para cantar: Inner Circle Los jamaiquinos vienen con una tula llena de megaéxitos del reggae que trascendieron los círculos especializados: Bad Boys, Sweat (A la la la long) y Rock with you Para descubrir: Chronixx y Protoje A este par de jamaicanos se le atribuye el renacimiento del reggae roots en su isla y en el mundo. Son la renovación hibrida y el futuro del movimiento que inició Bob Marley. Para relajarse: Natiruts Este grupo brasilero es uno de los más vigentes nombres del reggae roots latinoamericano. Su repertorio es pura playa. ¿Cuáles son los horarios? ¿Cómo llegar? Aunque en años anteriores se celebró en Bogotá, en esta edición el Jamming Festival se mudó al Hotel Paraíso Estudios en Ricaurte, Cundinamarca. En la vía a Girardot. Si no va a salir en los buses del festival, le recomendamos salir con anticipación. ¿Quién y cómo armaron el cartel del Jamming? Acá la respuesta de Alejandro Casallas, el organizador del evento Si todavía no ha comprado sus entradas, visite: JammingFestival.com.co
El 17 de febrero de 2018 estuvimos en la séptima edición del Jamming Festival. Un evento que hoy por hoy es, sin duda, uno de los referentes para el reggae y los ritmos afrocaribeños en el continente. En una escena con muchos proyectos y mucha historia, pero aparentemente dispersa e intermitente, y sin mucho lugar en los medios, lo que ha hecho el Jamming es aleccionador. (Vea también: ¿Dónde está y para dónde va el reggae en Colombia?) Primero, porque es una prueba certera de que la música afro no se reduce a un par de géneros: si bien el reggae es la punta de lanza del festival, la raíz afro en Colombia tiene mucho para aprender, fusionar y abrirse en público y ritmo; el reggae no se puede quedar quieto. Segundo, porque pasar de los 4.000 a los 20.000 asistentes en solo siete ediciones no solo es un indicador del crecimiento disparado, habla de un cerco que se puede romper: la música que por muchos años ha llevado la etiqueta de underground también puede ser masiva. Y tercero, porque mezclarse en la escena reggae y abrirse campo fuera de ella ha sido un trabajo muy rudo: el Jamming está llamando nuevo público, una labor que, sea como sea, va a hacer crecer la movida. (Lea también: Jamming 2018, el festival de las improbabilidades)
Los hermanos Marley, Los Fabulosos Cadillacs y Residente fueron la banda sonora de un lugar que parece impensado en Colombia, un lugar donde reina la no violencia. Por Fabián Páez López @David chaka // Fotos: Brayan Garnica Según el pronóstico del clima, había un 60% de probabilidad de lluvia. En Bogotá, usualmente, cuando se junta esa probabilidad con un festival uno sabe que habrá tormentas, que se va a caer el cielo o que, como mínimo, habrá que atravesar una piscina de barro. Eso lo saben muy bien vecinos festivaleros como Rock al Parque o Estéreo Picnic. Pero esta vez, a pesar del pronóstico, y a pesar de que llovió en el resto de la ciudad, en el escenario del Green Forest a duras penas lloviznó. Contra el clima, los trancones y la madrugada, el festival más grande que tiene el reggae y los sonidos afrocaribeños en el continente, coronó con éxito una séptima edición. El Jamming está creciendo rapido en fuerza y calidad. De los 4.000 asistentes que convocó la primera edición ha subido a 20.000. Y no es para menos. Sobre la versión 2018 podemos decir que el clima no fue lo único atípico y aleccionador. Pocos eventos pueden presumir de un público que madruga y cumple tanto. Hace menos un año, a pocos días de terminar su sexta edición, en junio, empezaron las filas para comprar entradas. La nueva versión del evento se adelantó para febrero. El día del evento, desde las 8 de la mañana había gente esperando que se prendieran los altavoces y, a las 10 de la mañana, con la aparición de la primera banda, los clásicos bogotanos de 1280 almas, ya estaba instalado la mayoría del público. Con el paso de las ediciones, la organización también sigue creciendo. Para envidia de los festivales y eventos que se hacen en el norte de la ciudad, esta vez el Jamming tuvo pocos trancones. Esta vez solo hubo una tarima principal y alrededor de ella una serie de actividades académicas, comerciales y de entretenimiento suficientes para meterse de cabeza todo el día en la fiesta. El cartel no daba para menos. Los nombres que abrieron el evento daban para un festival solos. Dos clásicos bogotanos como 1280 almas y Los Elefantes. Los paisas de De Bruces a Mí. Desde Chile: Movimiento Original, una de las combinaciones más fuertes de reggae y hip hop en Latinoamérica. El ídolo y leyenda del reggae en español, ex vocalista de Los Pericos, Bahiano. Un tipo que tiene más de 30 discos grabados entre su carrera solista y sus agrupaciones Lumumba y Todos Tus Muertos, el argentino Fidel Nadal. Green Valley y la matrona encargada de ponerle dancehall y encender la fiesta, la jamaicana Spice. La artillería pesada del cierre estuvo a cargo de uno de los actos de hip hop en español más grandes del planeta, Kase O, presentando su álbum El Círculo por primera vez en Colombia. Lo siguieron los pioneros del hip hop afrocubano Orishas y la que es, hoy por hoy, una de las voces más contundentes del continente, Residente. El puertorriqueño, que hace meses estrenó disco y documental, presentó en Colombia su propuesta solista luego de haber hecho un viaje por el mundo para recargarse de muchos ritmos y la furia de los rincones más apartados del planeta. Tres leyendas hicieron del remate del Jamming una de las fiestas más grandes que hayamos podido ver en esta ciudad. Dos de ellos herederos del misticismo que viene con el apellido Marley: Stephen ‘Ragga’ Marley toco con su banda y alternó durante el show de Damian en un par de canciones, demostrando porque son fieles portadores de su apellido y promotores de un fenómeno musical todavía muy bien logrado desde su ejecución y mensaje. Para cerrar, con papelitos y cánticos que no se apagaban, durante más de una hora, los mismísimos Fabulosos Cadillacs cerraron la noche. Sumándole más improbabilidad a la noche, casi todos los que pisaron la tarima representaban un discurso que parece ser cada vez más ajeno a esta ciudad y a este país. Ver a Residente hablando de parar las balas; a Damian Marley cantando un clásico antibelicista como War de Bob Marley; a Stephen acompañando a Damian en un track pro legalización como Medication; a Kase O rapeando en Esto no para o a los Fabulosos Cadillacs cantando himnos de la protesta argentina como Malbicho o Matador hacían del Jamming algo más improbable que el público madrugador, o la ausencia de lluvia en un festival: un lugar en Colombia donde reina la no violencia.
Kase O, el hijo perdido del funk, viene al Jamming Festival 2018 para presentar, por primera vez en Bogotá, su último álbum: El círculo. Es el primer viaje a la capital bogotana del rapero zaragozano después de que se despidiera de su proyecto con la Jazz Magnetism en 20115. (Vea también. Hablamos con Kase. O de la esencia del rap: "mensaje, rebeldía y protesta") Ahora, viene para completar una nómina tremenda que está encabezada por los hijos de la leyenda Bob Marley, Stephen y Damian. Este año, como lo ha hecho durante las seis ediciones previas, el Jamming convocó a un rapero de quilates para completar el cartel de reggae, confirmando la familiaridad de los dos géneros. Familiaridad que el mismísimo Kase nos explicó por teléfono antes de pisar la tarima del Jamming.
Nick y Aaron Carter: ídolos caídos es una docuserie en dos partes de Investigation Discovery que explora las vidas de los hermanos Nick y Aaron Carter, el primero conocido por su participación en lso Backstreet Boys. La serie se estrenará en Max con su primera parte el 27 de mayo y la segunda el 28 de mayo. Además, estará disponible en Discovery a partir del 7 de junio a las 22:00 hs (Colombia) en un formato de cuatro episodios de una hora, con el estreno de un capítulo cada semana.¿De qué trata Nick y Aaron Carter: ídolos caídos?Desde su meteórica fama a finales de los años 90 y principios de los 2000 hasta los conflictos que los llevaron a los titulares en años recientes, la docuserie revela la tensa dinámica familiar de los Carter y un lado no tan conocido de su ascenso a la fama. Nick y Aaron Carter: ídolos caídos examina las acusaciones de abuso sexual contra Nick Carter, realizadas por tres mujeres, mientras aborda las luchas de Aaron Carter con la salud mental, el abuso de sustancias y la ruptura entre los hermanos tras el apoyo de Aaron a las denunciantes de Nick.En 2017, Nick Carter fue acusado de abuso sexual por Melissa Schuman, ex miembro del grupo musical femenino DREAM, mientras él y los Backstreet Boys estaban en la cúspide de su fama. En los años siguientes, otras mujeres, Ashley Repp y Shay Ruth, presentaron acusaciones similares. Durante este tiempo, Aaron Carter apoyó a quienes denunicaron a Nick, mientras lidiaba con sus propios problemas de adicción y salud mental, lo que llevó a una disputa pública entre los hermanos antes de la trágica muerte de Aaron en 2022. La serie profundiza en las acusaciones contra Nick y cómo se entrelazaron con la volátil relación entre los hermanos.La serie cuenta con entrevistas exclusivas a Melissa Schuman, Ashley Repp y Shay Ruth, quienes ofrecen perspectivas emotivas e impactantes sobre sus acusaciones contra Nick. Nick y Aaron Carter: ídolos caídos busca ofrecer una comprensión más profunda de las denuncias, y narrar la intensa reacción que las denunciantes han enfrentado desde que decidieron hablar públicamente, y el impacto duradero en sus vidas. La docuserie también incluye testimonios de un miembro de la familia Carter y amigos cercanos, como la ex novia de Nick, Kaya Jones, y la ex prometida de Aaron, Melanie Martin, brindando una mirada íntima a cómo la intensa fama y los conflictos provocaron una ruptura entre los hermanos.
Desde hace años en algunos conciertos en Colombia se vienen implementando los palcos, es decir, espacios delimitados frente al escenario destinados a grupos más grandes, normalmente de 10 personas . Es una modalidad usada principalmente en conciertos de reggaetón o música popular. Recientemente, Nicky Jam se pronunció al respecto. Nicky Jam dio una entrevista al canal de video 'Mario VI TV' y habló sobre la organización de conciertos en el país. Según el puertorriqueño, la forma en que se organiza al público en los escenarios en Colombia. a menudo dificulta la conexión con los artistas. Por eso dijo que "los conciertos de Colombia son los más difíciles", en un fragmento de la entrevista que se viralizó en X (Twitter). "El promotor pone palcos donde están los ricos, mientras que la masa que realmente canta las canciones está en las zonas generales. No sientes al público, porque los que están al frente no gritan ni hacen nada", comentó el cantante.Los palcos suelen tener costos más elevados que la taquilla general: recientemente para el concierto de Karol G, los costos del palco superaban los 24 millones de pesos. Además, Nicky Jam señaló que en algunos conciertos combinan artistas urbanos con intérpretes de vallenato y música popular, lo cual provoca que los fans del reguetón terminen en las zonas generales, mientras que aquellos que prefieren otros géneros ocupan los palcos. El cantante no está de acuerdo con esta forma de organización, ya que considera que el espectáculo debería ser para todos."Yo soy de energía. Si estoy en el escenario y no siento a la gente gritando, me desanimo inmediatamente", complementó el artista. Nicky Jam destacó al estadio Atanasio Girardot en Medellín como un buen escenario: "Me gusta cómo prepararon el Atanasio. Es sin palcos, por eso se siente como un verdadero concierto con el pueblo. Me encanta cantar y estar cerca de la gente, sentir que puedo chocar los cinco con alguien. Pero eso es lo que hacen los promotores de allá, y mis respetos para ellos por seguir contratándome", concluyó.Nicki Jam forma parte del cartel de La Eterna, evento que se celebrará el próximo 3 de agosto, precisamente en el Estadio Atanasio Girardot.
Pimpinela, el dúo argentino compuesto por los hermanos Lucía y Joaquín Galán, fue un éxito a finales de los 80 y principios de los 90, gracias a asus cancioens dramáticas con diálogos cantados. Canciones como A esa, Olvídame y pega la vuelta, Ahora decide y Ese estúpido que llama. En uno de los videos de Pimpinela hay un cameo que aún hoy, más de 30 años después de su estreno, sigue llamado la atención: eld el actor Christopher Reeve, conocido por interpretar a Superman. El video musical de Heroína Solitaria"debutó en 1993 como parte del álbum Pimpinela 92. El vídeo retrataba una fantasía romántica que involucraba a una joven secretaria que trabajaba para un poderoso hombre de negocios. A lo largo del vídeo, la trama se desarrolla con deseos reprimidos entre la "heroína solitaria" y su misterioso jefe, que inteligentemente nunca aparece del cuello para arriba, manteniendo un aire de misterio como el objeto secreto de su afecto.La interacción entre Lucía y Joaquín en la canción refleja una lucha constante entre mantener la profesionalidad y ceder ante los sentimientos. El título se refiere a su gran esfuerzo para mantenerse profesional en una situación que claramente la afecta emocionalmente. Mientras el dúo argentino interpreta su sentida canción ante un público cautivado, la trama se complica cuando el jefe olvida sus billetes de avión para un viaje crucial. En una carrera desesperada por entregarlos, la secretaria lo alcanza y le revela que no es otro que el propio Superman, interpretado por el querido actor Christopher Reeve. Reeve reconoce gentilmente su esfuerzo y queda cautivado por la joven.El video fue filmado justo antes del trágico accidente de Christopher Reeve en 1995, que resultó en una lesión en la médula espinal que lo dejó paralizado. A pesar de sus desafíos posteriores, Reeve, quien inmortalizó al superhéroe Superman, continuó inspirando a muchos hasta su fallecimiento, el 10 de octubre de 2004.
El lunes 6 de mayo del 2024, cuatro mujeres lesbianas sufrieron de un grave ataque homófobo en el hostal donde se estaban quedando. Todo indica que el responsable fue el propietario del lugar, Justo Fernando Barrientos de 67 años. El hombre lanzó una botella llena de líquido inflamable dentro de la habitación en donde se hospedaban las cuatro mujeres. Solo una de ellas logró sobrevivir. Pamela Cobbas, de 52 años, murió unas horas después del ataque y su pareja, Mercedes Roxana (52), murió después de agonizar más de 48 horas debido a que su cuerpo estaba en un 90% lleno de quemaduras. Otra de las mujeres, Andrea Amarante (42) logró sobrevivir un poco más. Sin embargo, a pesar de los esfuerzos del equipo médico, murió a la semana del asesinato. La pareja de Andrea, Sofía Castro Riglos, de 49 años, es la única que logró sobrevivir. Sigue bajo cuidado médico en el hospital. El presunto responsable fue encontrado por la policía tiempo después de los hechos intentando quitarse la vida con una motosierra. Lo que sucedió según los testigosSegún otros inquilinos que se quedaban en el mismo hostal de las mujeres, los gritos los levantaron después de la medianoche. Al verlas envueltas en llamas intentaron apagarlas con un extintor pero no fue posible. Por esto, las llevaron a la ducha más cercana. El incendio causado por la botella con líquido inflamable fue de tal magnitud que tuvieron que evacuar a unas treinta personas más ya que se extendió por una parte del edificio. Las manifestacionesPara exigirle al gobierno de Javier Milei y a las autoridades de que se haga justicia, el 13 de mayo del 2024 un grupo de 200 personas se reunió en la Plaza Colombia, donde tuvo lugar el asesinato, con pancartas donde se leí que era necesario abordar la violencia homofóbica. Sin embargo, el presidente Milei afirmó que este no era un crimen de odio y pidió mayor investigación.
Ya se estrenó en salas de cine If: amigos imaginarios, escrita y dirigida por John Krasinski y protagonizada por Ryan Reynolds. En un mundo donde la vida adulta y la realidad a menudo desvanecen la imaginación, Amigos Imaginarios explora esta premisa: “¿y si nunca es demasiado tarde para volver a conectarte con ella? Volver a ser niño, aunque sea por un momento". If: amigos imaginarios: ¿De qué se trata?La película lleva a los espectadores a un viaje lleno de asombro y maravilla, donde la fantasía se convierte en realidad y los amigos imaginarios son más que simples recuerdos.Amigos Imaginarios sigue el viaje de Bea, una niña de 12 años que descubre un extraordinario superpoder: la capacidad de ver a los amigos imaginarios de todos. En la cúspide de su adolescencia, lista para dejar atrás lo que significa ser una niña, una noche de verano mientras visita a su abuela en Brooklyn, su vida cambia."Contamos esta historia a través de los ojos de una niña que, al igual que mis hijos, está tratando de lidiar con lo cambiado que está su mundo", dice Krasinski en un comunicado de prensa. "Al hacer eso, podemos capturar la idea de que la imaginación no solo es una herramienta poderosa para divertirse, sino también un enorme mecanismo de afrontamiento que nos ayuda a dar sentido a las cosas que de otro modo podrían ser demasiado difíciles".Amigos Imaginarios es más que una película; es un recordatorio de que nunca es demasiado tarde para volver a conectar con nuestra imaginación interior. Una película que celebra la imaginación y la capacidad de creer en lo imposible. Mientras se embarca en la misión de conectar los corazones de todos, jóvenes y adultos por igual, recordándonos el valor de mantener vivos nuestros sueños más preciados. If: amigos imaginarios: ¿Cuál fue la inspiración? La inspiración para este viaje fueron los propios hijos de Krasinski, "Durante los primeros días de la pandemia, pude pasar mucho tiempo con mis hijas de 8 y 6 años y ver el poder de su imaginación. Pero a medida que avanzaba la pandemia, comencé a ver que sus luces disminuían. Habían estado tan llenos de energía y emoción, pero se estaban volviendo más cautelosos con todo" afirmó el director.