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El menú: una tensa película sobre los excesos de la ‘alta cocina’

Una mordaz sátira social llena de tensión, horror y comedia negra.

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Ralph Fiennes protagoniza 'El menú'.
Foto: 20th Century Studios.

Ya saben lo que dicen de los restaurantes finos: las porciones son pequeñas, la comida es mala y las cuentas son exorbitantes. Puede ser un estereotipo que no se aplique a todos, pero siempre hay algo de verdad en ello, especialmente con la última parte. El menú es una película que toma toda la cultura que se ha formado en torno a la ‘haute cuisine’ y la usa para hacer una mordaz sátira social llena de tensión, horror y comedia negra.

Por: Julián Ramírez // @Sir_Laguna

Tyler y su acompañante Margot, se unen a un selecto grupo de personas de la alta sociedad en un viaje a Hawthorne, un exclusivo restaurante en una isla privada que tiene fama de ser uno de los mejores del mundo. Allí degustarán un menú muy especial preparado por el reconocido chef Julián Slowik y su excéntrico personal. Pero a medida que la velada avanza, los platos se van volviendo más conceptuales, mientras que los empleados del restaurante se comienzan a comportar de forma más extraña. Los comensales pronto descubrirán que el menú es más de lo que parece y que tal vez no puedan levantarse de la mesa con vida.

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Es difícil sentirse emocionado por esta película si damos una mirada a la filmografía de su director, el británico Mark Mylod, pues solo está formada por un puñado de comedias poco interesantes. Pero la cosa cambia si nos enfocamos en sus trabajos para la televisión. Mylod ha dirigido muchos episodios de grandes series como Game of Thrones y Succession. Esta última resulta especialmente relevante, pues es una fuerte crítica a la clase más privilegiada. El director definitivamente tomó las lecciones temáticas de esos capítulos a la película de la que hablamos hoy.

El menú es una mirada a lo pretenciosos y absurdos que pueden llegar a ser los lujos de la clase alta. La idea de pagar millones de pesos por una cena es absurda para la gran mayoría de la población y esa imposibilidad de acceder a esa experiencia es lo que hace que surjan tantos mitos a su alrededor. Esta película argumenta que la simple existencia de esos grandes lujos les arrebata su verdadero significado y lo reemplaza con el hecho de simplemente ser algo que los ricos y poderosos pueden tener.

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Los restaurantes finos como el que vemos en la película son el mejor ejemplo de ello. El menú dice que muchos de sus clientes no van a ellos por la calidad de la comida, sino por el simple hecho de que pueden pagar por ello y los demás no. Están pagando por “la experiencia de ir allí”, por poder decir que visitaron ese lugar, no por disfrutar de una buena cena.

Una de las excepciones a esta regla es Tyler, el personaje interpretado por Nicholas Hoult. Él es un ‘foodie’ obsesivo que idolatra la idea del chef estrella. Este film usa a personajes como él y una crítica de comida, interpretada por Janet McTeer, para denunciar el esnobismo y la pretensión que rodea no solo a los restaurantes de “buena cocina”, sino a los hobbies de la clase alta en general.

Pero los excelentes actores Ralph Fiennes y Anya Taylor-Joy son las verdaderas estrellas aquí. A ellos les pertenecen los roles del excéntrico chef Julián Slowik y la acompañante de Tyler, Margot, una mujer que no parece encajar en el perfil de los demás asistentes y que se convertirá en un comodín que puede cambiar el rumbo de la noche. Margot es ajena a este mundo. Desde un principio parece confundida por los extraños “rituales” del restaurante y es la más extrañada por la bizarra comida conceptual que le ponen al frente. Ella se convertirá en una especie de punto intermedio en el conflicto entre el personal del restaurante y los comensales que ven su vida amenazada.

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El menú es una película que se siente furiosa por la forma en que las artes y las experiencias sublimes de la vida fueron comodificadas para satisfacer a un grupo exclusivo de personas que no siente ningún aprecio por ellas. Esto es algo con lo que todos aquellos que nos hemos visto privados de un placer por la falta de dinero nos podemos identificar. Pero el desarrollo se complica innecesariamente a la hora de presentar este mensaje mediante sus “villanos”.

El chef y su personal son presentados como una especie de “culto”. Por más que podamos entender las razones que los llevaron a este punto, no podemos ponernos completamente de su lado ni sentir verdadera simpatía por ellos. Hay un momento en que está bastante cerca de lograr algo especial, cuando una de ellas habla sobre un caso de acoso sexual del que fue víctima, pero la película lo deshace de inmediato. Las cosas se ponen peor cuando vemos al chef citando a Martin Luther King, pero demostrando una falta de comprensión absoluta sobre el conflicto entre opresores y oprimidos. Hay que excavar mucho en los temas del filme para encontrar las razones por las que los trabajadores del restaurante son tan “extraños”, lo cual contrasta con lo obvios que resultan sus demás objetivos.

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Si ustedes son la clase de público al que no le importan mucho los temas y mensajes y solo quieren ver un filme entretenido, no se preocupen. El menú es una excelente película independientemente de lo que quiera decir. Es un ‘thriller’ lleno de tensión que hace un excelente uso de la comedia negra sin dañar su suspenso. Los personajes están muy bien presentados y las actuaciones son fantásticas, especialmente por parte de Anya Taylor-Joy y Ralph Fiennes a quien no veíamos en un rol tan perturbador desde que estuvo en Dragón rojo. No, ni siquiera Voldemort está a su altura.

Recomendamos mucho esta película. No podrán sacarla de su cabeza la próxima vez que decidan gastar un dineral en un restaurante “de lujo”. De hecho, podría hacerles sentir que son parte del problema.

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