Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Publicidad

Robin Williams: la enfermedad silenciosa que padecía el actor estadounidense

Robin Williams se suicidó en agosto de 2014.

421457_robin_williams_2.jpg
Robin Williams
Robin Williams

El 11 de agosto de 2014 el mundo conoció la triste noticia de la muerte del actor y comediante Robin Williams. Williams apareció colgado de un armario en su casa de California. El documental El deseo de Robin, estrenado en la plataforma Fimin, concluye que el actor padecía demencia con cuerpos de Lewy, una enfermedad degenerativa difícil de diagnosticar que se caracteriza por un deterioro en las funciones mentales.

Allegados a Williams afirman que meses antes de su muerte, notaron un deterioro considerable en su salud: "Cuando llevábamos un mes rodando, teníamos claro, tanto yo como todos en el plató, que a Robin le pasaba algo. Veíamos que le estaba costando como nunca recordar las frases y combinar las palabras correctas con la actuación. Me llamaba a las diez de la noche, a las dos de la mañana, a las cuatro... diciendo: '¿Se puede usar algo de lo que he hecho? ¿Doy mucha pena?'. Yo le tranquilizaba diciendo: 'Sigues siendo tú, sólo tienes que recordarlo'", dijo en el documental Shawn Levy, director de la película Una noche en el museo 3, una de las últimas en las que participó el actor.

"La demencia con cuerpos de Lewy aumenta la ansiedad, las inseguridades, provoca delirios, alucinaciones, insomnio, y en muchas ocasiones termina en suicidio", explica en el documental el doctor Bruce Miller, director del Centro de la Memoria y el Envejecimiento en la Universidad de California San Francisco. “Las personas con cerebros excepcionales, que son increíblemente brillantes, suelen resistir y tolerar mejor las enfermedades degenerativas que las que tienen un cerebro normal. Esto demuestra que Robin Williams era un genio”, añade el experto.

Publicidad

Aunque Williams nunca fue diagnosticado, para Miller es "la forma más terrible de demencia con cuerpos de Lewy que había visto jamás”. “No había ningún área que no estuviese afectada. Me sorprendió mucho que Robin pudiera caminar o moverse", afirmó.

Nacido en Chicago en 1951, Robin Williams hizo reír a varias generaciones con Mrs Doubtfire, soñar con La Sociedad de los poetas muertos, y fue "el genio más genial" en Aladino, pero Robin Williams siempre arrastró un aire de amargura que de Good Morning Vietnam a Good Will Hunting, con la que ganó el Óscar, dibujó al payaso más triste de Hollywood.

Publicidad

El fallecido actor Christopher Reeve contó una vez que la primera persona que le había hecho reír tras quedar parapléjico al caerse de un caballo había sido Robin Williams. Habían sido compañeros de estudios de interpretación en la Julliard School y amigos durante toda la vida. Cuando estaba todavía ingresado en el hospital, Williams se hizo pasar por un doctor ruso que quería practicarle una colonoscopia.

Tuvo éxito en series de TV como Happy Days y Mork & Mindy. El cine tardó más en darle la bienvenida, pero fue a lo grande con Good Morning Vietnam, de Barry Levinson, que sacó un partido único a su rapidez verbal, a su ingenio y su capacidad para combinar con una gran sonrisa una mirada triste.

También le supuso su primera nominación al Óscar y abrió su mejor época profesional y vital, continuada con La Sociedad de los poetas muertos, de Peter Weir, la película que hará hoy que se levante toda una generación de adolescentes a despedirle al grito de "Oh, capitán, mi capitán", pues en ella encarnó a un heterodoxo profesor que se sale de los temarios y entra en la materia sensible de la vida.

Publicidad

El trío de ases (y de nominaciones al Óscar) se redondeó con The Fisher King, de su ídolo cómico, Terry Gilliam (de los Monty Python), esta vez metido a mágico fabulador.

Disney pensó en él como el único capaz de poner voz al genio de Aladino, su gigantesco éxito comercial, y su pericia fue tan bárbara que algunos incluso pidieron una cuarta nominación al Óscar por un trabajo de doblaje. Como rezaba la canción que él mismo cantaba en infinitos tonos y voces distintos, no había en el mundo "un genio tan genial".

Publicidad

Y Steven Spielberg pensó en lo contrario: en darle el papel de un Peter Pan hastiado y amargado en su vida real y volviendo a Nunca Jamás para solucionar su insatisfacción. Era Hoo" y allí reafirmó su conexión con uno de sus públicos más fieles: el infantil.

Mrs. Doubfire, en la que se convirtió en una adorable asistenta británica para estar más tiempo con sus hijos, le reportó un Globo de Oro y desplegó una paleta más amplia de talentos si cabía, hasta convertirla en un gran éxito comercial.

Publicidad

Seguirían otros filmes como Jumanji, Patch Adams (no en vano, sobre la terapia de la risa) o la incomprendida Jack, rareza agridulce de Francis Ford Coppola.

El Óscar, llegó finalmente a la cuarta nominación en 1997, la primera como secundario, en un papel tan agridulce como él mismo. El psiquiatra viudo de Good Will Hunting, de Gus Van Sant. y, por primera vez, Robin Williams se quedó casi sin palabras al subir al escenario ante la ovación de toda la profesión. Aunque enseguida se recuperó y empezó a bromear.

Publicidad

Williams participó en decenas de películas y siempre será recordado como uno de los comediantes clave de su generación.

  • Publicidad