En los últimos años se ha establecido un universo cinematográfico de DC, el cual comenzó con la película de Superman El hombre de acero estrenada en el 2013, hasta la más reciente Aquaman (2018). Dicho universo, al igual que el universo DC de las historietas, fue constituido por distintos eventos como crossover, elementos comunes en su trama, escenarios, elenco y personajes. Este universo ha tenido críticas feroces y seguidores fieles, no obstante, estas películas hacen más que solo entretenernos. A pesar del carácter fantástico de estos superhéroes, los personajes y situaciones hacen comentarios sobre nuestra actualidad. Pueden ser conflictos que afectan de manera directa nuestra sociedad, como el cambio climático en Aquaman, o los problemas de alguien con mucho poder, como en Superman. Al igual que el resto de producciones cinematográficas, estos personajes fantásticos nos envían un mensaje.
Por Juan Camilo Ospina Deaza y Valeria Sánchez Prieto
Aunque parezca lo contrario, los superhéroes no pertenecen a la esfera de lo divino, sino a la de lo mundano. Son de papel, se crean en despachos y su historia es indisociable a la de los gigantes de la industria norteamericana del cómic. Jeph Loeb y Tom Morris afirman que “muchos guionistas ilustradores y otras personas del negocio de los superhéroes hemos acometido esta labor tan interesante porque creemos que estos personajes encarnan nuestras esperanzas y nuestros miedos más profundos, así como nuestras aspiraciones más elevadas y consideramos que nos pueden ayudar a lidiar con nuestras peores pesadillas. Exponen y desarrollan cuestiones a las que todos tendremos que enfrentarnos en el futuro y arrojan nueva luz sobre nuestra condición actual. Además, lo hacen de tal forma que nos transmiten un nuevo sentimiento de dirección y resolución en la vivencia de nuestras propias vidas”. Al ser el producto de la imaginación de sus ilustradores, los superhéroes no pueden dejar de estar permeados por los problemas de la sociedad que los imagina. Superman, Batman, Flash y el resto son héroes que representan ideas y valores, mientras que los villanos simbolizan antivalores y elementos problemáticos para la sociedad.
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La figura del superhéroe representa esa fuerza que no comprendemos y que nos da la certeza de que las cosas marcharán bien. En las películas vemos a Superman rescatando a personas en peligro, a la Mujer Maravilla evitando el robo de un banco y a Batman luchando contra la delincuencia común. Así como nosotros en la realidad no sabemos cómo funcionan los mecanismos sociales para que se imparta la justicia y el orden; en el mundo fantástico de los superhéroes, ellos son elementos que el gran público no comprende pero que aseguran que el mundo este a salvo. Por muy positivo que esto parezca, en el mundo de los comics los superhéroes aparecen como un suplemento de la ley. Un superhéroe solo puede existir cuando los sistemas de justicia y control fallan. ¿Qué seria de Bruce Wayne si Gotham fuera segura? o ¿cuál sería el trabajo de Superman si existieran controles ambientales mas severos para no ocasionar accidentes?
Grandes superhéroes alejados de los universos de DC y Marvel Como consecuencia de lo anterior, los superhéroes tienen la certeza de que el Estado, la economía y la justicia fallan. De este modo, ellos se toman la justicia por sus manos y esgrimen valores para justificar sus actos. Por poner un ejemplo, el Hombre de Acero irá más allá de las leyes, del estado o de la economía si eso representa defender la verdad, la justicia, la libertad de decisión y el “american way”. A diferencia de las representaciones anteriores de DC, este nuevo universo cinematográfico que comenzó con The Man of Steel (2013) abraza la contradicción que significa que los superhéroes vayan más allá de la ley. Preguntas como ¿En qué medida las causas de los superhéroes justifican sus acciones?, ¿Quién decide que es lo bueno y que es lo malo?, ¿El mundo se divide entre villanos y superhéroes? y ¿Quién puede decidir sobre la vida de los otros? Son algunas de las cuestiones que este nuevo universo trata de poner en tela de juicio al gran público.
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Primero hay que decir que Superman ya no es la gran figura que fue antaño. Superman fue creado por el autor Jerry Siegel y el dibujante Joe Shuster en el año 1932, durante esa época era claro quienes eran los villanos y los héroes del mundo. Superman es hijo de una época en la que el compás moral del mundo estaba definido. Mark Waid, experto, escritor y productor de comics de Superman, explica que las nuevas generaciones perciben el mundo como un lugar mucho más peligroso, diferente a como lo hacían los primeros lectores de los comics de este superhéroe. “Para ellos, el mundo es un lugar en el que se impone el capitalismo sin freno, en el que los políticos siempre mienten, en el que los ídolos deportivos se drogan. Y Superman el ultraconservador Gran Boy Scout azul, protege activamente ese statu quo. No es de extrañar que haya perdido el lustre”. Debemos considerar que durante el siglo XX en Estados Unidos estaba claro quiénes eran los villanos en el mundo, Alemania, Rusia y medio oriente. En términos generales se podía diferenciar el bien del mal, sin embargo, con la llegada del nuevo milenio esa certidumbre moral se acabó. ¿Quién podría confiar en EEUU con todos los problemas de corrupción, violencia y destrucción que traen en su historia?
Test de personalidad: ¿Batman o Superman? En este panorama hay que entender la actual transformación de las películas de Superman. Actualizar un icono de otra época significo problematizar el panorama moral que esta figura defendía. Este fenómeno se puede ver de forma mas clara en los villanos que este nuevo universo trae. Lex Luthor ya no es esa figura imponente que lucha mano a mano contra Superman, sino un sujeto escuálido que tiene la capacidad y los recursos económicos para manipular al estado, al mercado negro, las guerras e incluso al mismo Batman. También está Ares, quien le muestra a la inocente Mujer Maravilla que la guerra y la voluntad de acabar con las vidas de los otros no depende de un gran villano que orqueste la maldad, sino de una dinámica que existe en la humanidad y que escapa a las soluciones sencillas. No podemos olvidar tampoco al menos famoso Orm Marius, medio hermano de Aquaman que tiene como objetivo destruir a las personas de la superficie por todo el daño ambiental que han producido en los océanos y por el riesgo que representan para la vida marina.
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Como vemos, estos villanos ya no son unidimensionales, seres que buscan la dominación mundial sin sentido, sino que representan problemas sociales contemporáneos. Por lo tanto, ver a estos superhéroes luchar con estos villanos trae consigo paradojas, ya que son creaciones de otro tiempo con creencias y valores que chocan con la complejidad del mundo moderno., ¿Qué pasa cuando Aquaman vence a Orm Marius, se detendrá la contaminación? ¿Por qué a Aquaman, el defensor de los mares, le importa tan poco la causa de su medio hermano? ¿Es justificable que Superman venza a Zod, aun cuando eso significa la extinción de los kryptonianos?
Superman también funciona como una figura que simboliza el problema de pertenecer a un grupo y la forma que el “american way” trata de solucionarlo. Después de todo, para EEUU el problema de la integración de los migrantes es parte de su identidad como nación. Como vemos en las películas Superman, la Mujer Maravilla, Flash, Aquaman e incluso el mismo Batman, buscan la forma de ser aceptados por la sociedad, en ultimas siempre se preguntan ¿hago parte de este grupo? ¿puedo pertenecer aun si soy considerado un extraño, un intruso, un alien? A pesar de la voluntad de los superhéroes, “pertenecer” se torna complejo ya que tienen tradiciones y características propias de donde provienen, el sólo hecho de que tengan un superpoder los diferencia del resto del resto del mundo, ¿cómo Superman puede ser americano si es Kryptoniano? ¿Puede la Mujer Maravilla compartir con los ingleses cuando es Amazona? ¿Cómo Aquaman puede tomar cerveza en un bar si es el rey Atlantis?
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El ejemplo para todos los superhéroes lo da Superman, él no le da la espalda a su tradición alienígena y eso no necesariamente lo hace un extraño en nuestra sociedad. La identidad americana pide que abracemos nuestra tradición para pertenecer a una sociedad en la que sus miembros tienen sus propias tradiciones. Ser americano significa aceptar que somos diferentes. Sólo cuando Superman acepta ante la sociedad que es un Kryptoniano declarado puede ser un americano ideal. Este mensaje es particularmente contemporáneo para los actuales norteamericanos, muchos de ellos son herederos de tradiciones mexicanas, orientales o afro y, aún así, buscan la forma de mantener sus costumbres y ser americanos a la vez.
Como podemos ver estos personajes plantean problemas sociales que vivimos en la contemporaneidad y nos hablan de la forma en que resolvemos estos conflictos. Mientras que en los inicios del comic el problema consistía en reconocer quienes eran los villanos y los superhéroes, ahora el dilema gira en torno a la capacidad de decisión que tienen los superhéroes ante una situación que pone en riesgo la seguridad mundial. Ya no podemos dar por sentado quienes son los buenos y los malos, sino que podemos complejizar los valores que los superhéroes proponen.