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¿Qué ver en Netflix? ‘Merlí’, un novelón filosófico

Merlí es la serie catalana que todos los profesores colombianos deberían ver

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Merlí

Merlí, un viejo soltero, cincuentón y sin empleo consigue un cupo para dar clase de filosofía en el instituto de su hijo, Bruno. Tiene un estilo para dar clase divertido y poco ortodoxo. Ya sea por solitario o por comprometido, con un tono muy cínico pero atractivo, termina inmiscuyéndose en los dramas personales de sus alumnos e interpelandose a sí mismo en su incapacidad para relacionarse con los demás.

Emitida en catalán por TV3, pero con tres temporadas al aire en Netflix, Merlí es una serie ligera, pero retadora de la educación y los complejos sociales. En la primera temporada Bruno, por ejemplo, hijo de padres liberales, es homosexual y tiene el conflicto inverso al que siempre hemos escuchado: aunque su entorno lo acepta, él está en el camino por aceptarse a sí mismo. Con el paso de los episodios se van sumando aristas: un compañero homosexual, una madre adolescente, una profe trans, vínculos entre padre hijo rotos, etc.   

Cada capítulo empieza con una clase de filosofía dedicada a un pensador. Y las lecciones las han sabido cruzar muy bien con los dramas personales de los protagonistas. Hay referencias que van desde Nietszche, Platón, Aristóteles o Sócrates hasta un contemporáneo popular como Slavoj Zizek, quien aparece como detonante en el décimo capítulo de la segunda temporada.  

Pero a pesar de que en el aula se habla de filósofos cuyos textos pueden llegar a tener la densidad de un ladrillo, es una serie fácil de consumir, uno se puede tumbar en la cama y dejarse arrastrar por los capítulos. De hecho, ese ha sido uno de los aciertos de Merlí, el profesor y el producto visual: presentar el pensamiento filosófico como un asunto que, bien entendido, puede resultar práctico para la vida. Un atributo que ha sido cuestionado por muchos sistemas educativos y que, a decir verdad, si aplicamos el giro filosófico correcto deberíamos estarnos preguntando por qué el conocimiento debería o no tener un sentido práctico.

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Drama adolescente

La filosofía como materia en la serie es, desde luego, el paisaje sobre el que transcurren una serie de dramas juveniles con los que resulta muy fácil sentirse identificado: la homosexualidad, el despertar sexual, la ineptitud para llevar una relación de pareja, salir del caparazón y rebelarse con los padres o la escuela, el duelo y los problemas de clase social. De todo se habla en esta clase atípica que, si bien hecha a la catalana dibuja personajes conservadores que reprimen a los alumnos. Seguro los maestros de estas tierras tienen mucho que aprenderle a esta serie.   

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Por Fabián Páez López @Davidchaka

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