Empezando 2020 se supo que el tenista colombiano Robert Farah, campeón de dobles de Wimbledon y el Abierto de Estados Unidos en 2019, dio positivo por dopaje en una muestra que le habían recogido en octubre de ese mismo año. El anuncio, que fue noticia nacional, lo obligó a cancelar su participación en un torneo para el que se había preparado durante meses, el Abierto de Australia. Un año atrás, en 2018, nombres conocidos de la industria del deporte y el entretenimiento, como James Cameron, Arnold Schwarzenegger, Jackie Chan, Lewis Hamilton, Chris Paul y hasta un colega de Farah, el tenista Novak Djokovic, produjeron para Netflix un documental que riñe contra todo lo que pensábamos estaba bien para la preparación deportiva. Lo titularon The Game Changers.
¿Qué tienen en común The Game Changers y el caso del colombiano Robert Farah? El enemigo: la carne.
Tras conocer el resultado de la prueba, Robert Farah, de 33 años, publicó en Twitter un comunicado detallando lo ocurrido. La ITF (International Tennis Federation) encontró en la prueba la presencia de una sustancia prohibida conocida como boldenona. Según cuenta el mismo tenista en el comunicado,el Comité Olímpico Colombiano había reconocido en 2018 que esa sustancia se encuentra presente en la carne colombiana .
Desde entonces, la bola de la culpa se la han tirado de lado a lado. Farah le atribuye el inconveniente a la carne colombiana. El Invima (Instituto Nacional de Vigilancia de Medicamentos y Alimentos) respondió diciendo que, en los últimos años, no se ha encontrado esa sustancia en la carne producida en el país. Desde la federación de ganaderos, Fedegan, sugirieron que pudo haber sido por consumir carne en Estados Unidos.
Publicidad
Les comparto este mensaje. Gracias por su apoyo. pic.twitter.com/8JmiyV1YYe
— Robert farah (@RobertFarah_) January 14, 2020
En todo caso, y aunque todavía falta una investigación concluyente, de confirmarse, el tenista colombiano habría caído en una falta por culpa del manejo que le dan a la carne; víctima la dieta que se nos ha ofrecido desde siempre como la única y necesaria para quienes quieren ser deportistas: comer carne como promesa proteica para desarrollar la musculatura. Ese es justamente el mito que derrumba, y con el que parece convencer, el documental The Game Changers, que trata de resolver la pregunta ¿debe un deportista comer carne para tener un rendimiento de élite?
Publicidad
La voz de Schwarzenegger, ex fisicoculturista e imagen de Terminator, contando cómo pasó de atribuirle los beneficios de la carne para el deporte únicamente al marketing es una de las promociones principales del documental y el inicio del tráiler. Sin embargo, y a pesar de que él es el productor principal, la historia no gira en torno a él. Quien la guía, como narrador, es James Wilks, un luchador inglés de MMA que tuvo victorias no menores en uno de los eventos deportivos más exigentes del mundo: la UFC.
Wilks narra la historia, cuenta los asuntos técnicos de la alimentación y registra las investigaciones que lo llevaron a él a pasarse a una dieta basada en plantas para recuperarse de sus lesiones. Su revelación: la fuente de proteína es irrelevante.
A pesar de que los experimentos mostrados en pantalla durante el documental carecen de rigor científico, y aunque puede que muchos de sus datos tengan imprecisiones históricas, la experiencia de los atletas con los que se encuentra Wilks, incluyendo la de él mismo, son más dicientes para desterrar el mito de que la carne es la única dieta válida para un deportista.
Publicidad
Los casos más reveladores son los de los que llaman en algún momento “los chicos grandes”: Kendrick Farris y Patrik Baboumian. El primero un medallista olímpico estadounidense en levantamiento de pesas; el segundo, un ex físico culturista armenio-iraní que ha sido considerado como uno de los hombres más fuertes del mundo (récord mundial de elevación barril de cerveza y récord mundial de 20 kg de retención frontal en 2012). Ambos alcanzaron sus mayores logros con una dieta basada en plantas.
La publicación de The Game Changers ha sido, hasta ahora, uno de los más mediáticos casos de una lucha entre formas de consumo. Y, aunque bien lo anuncia al principio, no es una guía alimentaria para todos, también es el anuncio de que nuevos pesos pesados quieren entrar a competir en la industria de los alimentos.
Publicidad