El acoso no es fácil de denunciar. Los hombres también son víctimas. No “todo es acoso”. Y más lecciones que nos dejó este año, que bien puede llevarse el título del año que se destapó mucho sobre el acoso sexual.
Por Paula Ricciulli @RicciuP
Lección 1: El acoso no es fácil de denunciar
Con casos como el de Harvey Weinstein, en el que había denuncias de hace más de 20 años, surgen preguntas como “¿Y por qué no lo dijo en ese momento?” o “¿Por qué esperó tanto?”. Las mismas inquietudes surgieron con Bill Cosby en 2015.
Si bien con las redes sociales cada vez más mujeres se animan a hablar de temas que antes estaban vetados, lo cierto es que denunciar un acoso es una experiencia que puede ser muy difícil y vergonzosa para quien la sufrió, pues debe revivir un episodio traumático. Además, debe exponerse a ser revictimizada, con comentarios como “¿Es que quién la manda?”, “Fijo ella se lo buscó”, o “¿Qué tenía puesto?”.
Lección 2: Los hombres también son víctimas
El actor porno Nacho Vidal denunció en octubre que un médico en Bogotá abusó sexualmente de él, un hecho que en lugar de desencadenar solidaridad y apoyo, generó burlas.
Cuando el médico general manoseó a Nacho Vidal. https://t.co/Ds4oEaHjbj
— Panaco (@The_Centenial) October 31, 2017
Publicidad
más marica que Nacho Vidal dejándose manosear de un médico general
— laducha_ (@duchafria_) October 28, 2017
Publicidad
Si bien siempre será difícil denunciar un acoso, para los hombres puede ser más problemático, ya que a menudo deben enfrentar calificativos ofensivos, o que no les crean cuando hacen la denuncia por el mito según el cual “A los hombres no los violan”.
Los hombres también son víctimas, y su drama a menudo está más oculto, por el machismo que los obliga a ocultar sus pensamientos y emociones. Sin embargo, su voz es tan importante como la femenina para que el acoso no quede en la impunidad.
Lección 3: El acoso no es una moda
Hay quienes consideran que varias personas denunciando al mismo victimario al mismo tiempo podría ser una señal de que no están diciendo toda la verdad. De ahí que se usen frases que pongan en duda la denuncia, como “Ahora resulta que todos fueron víctimas”.
¿Por qué llegan todas las denuncias al tiempo? Cuando dos o más personas tienen la misma versión es más difícil que no les crean. Una vez una víctima habla, las demás se sienten más dispuestas a contar su experiencia, ya que cuentan con una voz de respaldo.
Lección 4: Estamos acostumbrados al acoso
Con la campaña #MeToo, mujeres de todo el mundo se animaron a compartir los momentos en los que han sido víctimas de acoso sexual.
A pesar de las diferencias de edad, región y nivel socioeconómico, las historias tenían un común denominador: Todas nos sentimos identificadas con las situaciones y todas tenemos una historia de abuso para compartir
Lección 5: No, no “todo es acoso”
Con la discusión sobre el acoso surge la inquietud sobre qué comportamientos son aceptables. Un ejemplo son los piropos, que aunque hoy consideramos acoso, fueron socialmente aceptados durante muchos años.
Algo similar sucede con la frase “Cuando la mujer dice no, es sí”, que alimenta la idea de que el hombre debe insistir, aún cuando la mujer es enfática en que no quiere una mayor interacción.
No es que “todo sea acoso”, sino que estamos reflexionando sobre cómo avanzaremos hacia una sociedad más respetuosa. Y eso está muy bien.