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El juicio de Gwyneth Paltrow ¿Por qué nos gusta tanto ver a las celebridades siendo juzgadas?

El juicio de Gwyneth Paltrow por un accidente de esquí en 2016 se suma a la lista de juicios mediáticos en Estados Unidos. Durante dos semanas hubo memes, videos, y numerales que se hicieron virales mientras se debatía si la actriz era inocente o no. ¿Qué es lo que hace a los juicios de Hollywood tan atractivos para el público? Esta es nuestra hipótesis.

La actriz Gwyneth Paltrow en el juicio por un accidente de ski ocurrido en 2016
La actriz Gwyneth Paltrow en la corte de Utah por el caso del accidente de skí ocurrido en 2016
Pool/Getty Images

Memes, videos virales, citas célebres, guías de moda, preguntas incómodas sobre Taylor Swift y un veredicto final. Eso es lo que dejó el juicio de la actriz y empresaria Gwyneth Paltrow por un accidente de skí ocurrido en un parque de Utah en 2016.

La demanda fue impuesta por Terry Sanderson, un optometrista jubilado de 76 años, alegando que dicho accidente fue un típico caso de huída del victimario. Según Sanderson y sus abogados, Paltrow esquió "fuera de control" y chocó contra él, lo que le provocó cuatro costillas rotas, una lesión cerebral y otras lesiones graves.

La demanda de Sanderson pedía 300.000 dólares por daños y perjuicios, mientras que Paltrow, quien aseguraba tratarse de un caso para aprovecharse de su fama y cobrar, solo pedía un dólar y los honorarios de sus abogados.

Si tuviéramos que elegir una canción de fondo para este juicio, diríamos que 'Claramente, no es como suena', porque de lo último que se trató este caso, que estuvo al aire y en agenda pública por dos semanas, era de un evento jurídico. Esto fue un evento mediático.

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Menos de un año ha pasado desde el veredicto del juicio por difamación entre Amber Heard y Jhonny Deep, y de nuevo estamos sintonizando todas las pantallas y las tendencias de TikTok y Twitter por un nuevo caso. La historia se repite cada tanto. ¿Por qué nos gusta ver a las celebridades siendo juzgadas? ¿Qué es lo que las hace tan atractivas? ¿Por qué ciertos juicios alcanzan niveles de popularidad tan altos y otros no?

Los juicios de Hollywood tienen éxito porque se transmiten y los consumimos como cualquier otro producto mediático. Son eventos que reúnen todos los elementos que cualquier serie o película que vemos debajo de las sábanas luego de un día de trabajo. Es decir: hay un protagonista, un villano (en bandos bien definidos), actores y actrices de reparto, vestuaristas, frases célebres y, sobre todo, tienen un final.

La única diferencia es que este final no lo escribe un grupo de guionistas a puerta cerrada, sino toda una audiencia que ha sido testigo y parte de una trama en la que se involucran fervorosamente, porque así se les ha permitido. Y el juicio de Gwyneth Paltrow no fue la excepción.

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Cuando la abogada de Sanderson, Kristin VanOrman, le preguntó cómo le había afectado el accidente, Paltrow respondió: "Bueno, perdí medio día de esquí". Rápidamente esta frase se convirtió en materia prima para memes y aunque el juicio ya finalizó, sigue siendo comidilla de internet.

Los abogados de ambas partes también ocuparon un espacio en el reflector. El abogado de Paltrow, James Egan, de 37 años, saltó a la popularidad no por ser el encargado de ayudar a la actriz a lograr su victoria, sino por su atractivo físico. Publicaciones y Tweets pedían volcar la atención hacia la apariencia de James, comparándolo con Clark Kent y bautizándolo como 'Law Daddy'.

Kristin VanOrman, la abogada de Sanderson, también protagonizó varios de los momentos más memorables del juicio, pues a pesar de estar representando a la parte demandante se mostraba abrumada por la figura de Gwyneth Paltrow, en algunos momentos haciéndole cumplidos a su apariencia o haciendo preguntas incómodas e inconexas; como cuando preguntó qué tan cercana era la amistad de Paltrow con la cantante Taylor Swift.

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La moda también hace parte del performance de los juicios en Hollywood. Durante las dos semanas del juicio, el debate giró en torno a si los suéters que usaba Gwyneth eran de tal marca u otra o, si sus gafas eran un guiño intencional a los accesorios generalmente asociados a los asesinos en serie, más que a quién de verdad tuvo la responsabilidad del accidente de esquí.

Ahora, la popularidad de estos juicios crea opiniones divididas. Por un lado, algunos piensan que es positivo, ya que significa que más personas están aprendiendo sobre el sistema judicial de su país. De hecho, la aplicación Law & Crime Network, que retransmite casos judiciales, anunció en su momento que la audiencia promedio diaria era 50 veces mayor luego de que Depp y Heard pusieran un pie ante las cámaras del tribunal.

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Por el otro, la fugacidad de estos eventos hacen que unos piensen que solo son distracciones de temas más grandes y relevantes que merecen más exposición. Sean distracciones o no, lo cierto es que los juicios que involucran a personalidades de Hollywood son la nueva 'Reality TV'.

Este formato no lo inventó Paltrow, ni Deep o Michael Jackson. En 1994, el ex jugador de la NFL O.J. Simpson protagonizó lo que fue llamado 'El juicio del siglo', por ser el principal sospechoso del doble asesinato de su exesposa, Nicole Brown Simpson, y Ronald Goldman.

El caso le dio la vuelta al mundo por varias razones. Primero, O.J. Simpson era una de las personas con más fama del momento gracias a su carrera deportiva. Segundo, la persecusión en la que terminó su arresto fue transmitida por televisión y por primera vez en la historia se interrumpió una final de la NBA y tercero, uno de sus abogados fue Robert Kardashian, padre de Kourtney, Kim, Kloe y Robert Kardashian.

El juicio de O.J. Simpson tuvo una duración de 10 meses y se estima que alrededor de 95 millones de personas fueron espectadoras de la transmisión en vivo de su captura. Es tal la fama del caso que más de 20 años después siguen haciendo películas, documentales y series, por ejemplo American Crime Story: El Pueblo Contra O.J. Simpson en 2016. Y en cuanto al clan Kardashian, pues, ya sabemos qué pasó.

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Según Psychology Today las celebridades nos encantan porque viven en un mundo paralelo, que aparentemente se parece al nuestro, pero que está a años luz de nuestro alcance. Este tan lejos y tan cerca mantiene al público sediento de información por fuera y dentro de internet.

Para entender el verdadero porqué de este fenómeno, la psicología plantea tres razones que lo explicaría:

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1. Los famosos inspiran a la gente a afrontar sus retos y salir adelante.
2. A la gente le atrae el estatus. Y no hay nada como ver caer en picada a una celebridad o tener la oportunidad de juzgar la decisión de otro. Además, cuando el espectáculo se transmite en todas las pantallas disponibles, es más fácil discutirlo.
3. La realidad supera la ficción.

La mayoría de expertos coincide en que gran parte del interés del público por los juicios de personas en la industria del entretenimiento se debe a que ofrecen una visión íntima de Hollywood y de cómo viven sus grandes estrellas. Además, las agendas mediáticas se construyen a partir de criterios de relevancia, y ser una celebridad hoy en día - por las razones que sea- es criterio suficiente.

Con el juicio de Gwyneth Paltrow finalizado lo que nos queda es una trama desarrollada con éxito. Un despliegue de glamour y privilegio Hollywoodense que nos demuestra que por mucho que insistan en ser personas ordinarias con vida iguales a las de cualquier mortal, pues no, no lo son.

Muy probablemente el caso de Paltrow esquiando en un parque de Utah quede en el olvido al cabo de un tiempo, o hasta que un nuevo juicio ocupe los titulares de la prensa mundial. El veredicto del jurado favoreció a la actriz, quien al final del juicio se acerca a Sanders para decirle: I wish you well.

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¿Un final más dramático que ese? Imposible.

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