“Me siento muy orgullosa de llevar la voz de 26 millones de mujeres colombianas. Tengo una gran responsabilidad de representarlas dignamente y a pesar de que no todas pensemos igual, sé que todas debemos tener iguales oportunidades y lucharé por que así sea.”
Por: Za Carmenza // @ZaCarmenza
Me siento muy orgullosa de llevar la voz de 26 millones de mujeres colombianas. Tengo una gran responsabilidad de representarlas dignamente y a pesar de que no todas pensemos igual, sé que todas debemos tener iguales oportunidades y lucharé por que así sea.
— Marta Lucía Ramírez. (@mluciaramirez) June 17, 2018
Así reza el tuit fijado de Marta Lucía Ramírez, primera vicepresidenta en la historia de Colombia, electa como fórmula de Iván Duque para el periodo 2018-2022. Su llegada al segundo cargo más alto del poder ejecutivo en Colombia ha despertado todo tipo de reacciones y una polémica sobre si se trata de una victoria en la lucha de las mujeres, por la importancia de la representación, sin importar sus posturas conservadoras y frecuentemente contrarias a las banderas feministas.
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Lo cierto es que la elección de Marta Lucía no solo representa a la mayoría de las mujeres del país sino a la sociedad colombiana en su máxima expresión y es apenas la cereza del pastel de una contienda electoral que brilló por unas prácticas machistas que no tuvieron repercusión alguna.
Por supuesto que Marta Lucía, mujer de amplia experiencia política que tuvo que aceptar ser fórmula vicepresidencial de un hombre joven inexperto que nadie conocía hace un año, nos representa.
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Las mujeres hemos sido educadas precisamente para eso, para ceder, para ser quien está “detrás de” y nunca como figura principal, pese a los méritos y pese al esfuerzo que podamos alcanzar. Estamos celebrando una primera vicepresidencia pero estamos todavía a muchos años de ver a una mujer como jefe de Estado.
¡Claro que Marta Lucía, quien lideró la campaña del No en el plebiscito pero a quien no invitaron a renegociar el Acuerdo, nos representa! En esta campaña electoral las dos candidatas mujeres, Piedad Córdoba y Viviane Morales, tuvieron que desistir de su aspiración presidencial luego de que se les negara la participación en los debates.
Lamento que @Teleantioquia, el canal de mi departamento me haya excluido del debate presidencial por motivos políticos de la gobernación. La exclusión y la censura no representan los valores de los antioqueños.
— Piedad Córdoba (@piedadcordoba) April 4, 2018
Un debate machista, a pesar de que hay dos candidatas a la Presidencia. Lo mismo de siempre: exclusión y discriminación. https://t.co/GLCO7dOrau
— Viviane Morales (@MoralesViviane) April 4, 2018
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Además, si en estas elecciones ganó el candidato que dijo que el embarazo adolescente se debía a que las niñas tenían mucho tiempo libre, sin lugar a dudas Marta Lucía, opositora del aborto incluso en las 3 causales reglamentadas, representa muy bien los valores de la mayoría del país.
Marta Lucía Ramírez, quien siempre se ha manifestado en contra del matrimonio y la adopción homosexual, es vicepresidenta de un país que votó NO al Acuerdo de Paz por temor a un fantasma imaginario llamado “ideología de género” y para continuar en un conflicto agudizado con la política de Seguridad Democrática. ¡Política que Marta Lucía redactó! ¡Pero claro que nos representa!
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Ya sabemos qué valores y principios representa la primera vicepresidenta en la historia de Colombia y, teniendo en cuenta la clase económica que ha estado siempre en el poder y la tradición conservadora de las familias colombianas, es apenas justo para la foto. Pero teniendo en cuenta la votación que alcanzó la segunda fórmula, con una candidata vicepresidencial abiertamente feminista, en los próximos cuatro años las mujeres colombianas tendremos la tarea de demostrar que hay un cambio generacional en la política, que se han transformado los principios que rigen nuestro lugar en la sociedad y que no estamos dispuestas a seguir cediendo nuestros méritos, nuestra representación ni nuestros derechos.